Iroel Sánchez
“Fui una marioneta de Posada Carriles, por la edad, por la información, por inmadurez, y de eso él se valió…”, afirmó –con la valentía propia de todo mercenario- el ciudadano salvadoreño Francisco Chávez Abarca en sus declaraciones durante la reciente vista del juicio oral que se le sigue en La Habana. El acusado por delitos de terrorismo reconoció su participación en la ejecución de varias acciones contra Cuba. Según el testimonio de Chávez Abarca, Luis Posada Carriles no solo lo contrató para ejecutar atentados con bomba en la Isla, sino que personalmente participó en la elaboración del material explosivo utilizado, e incluso suministró los medios en que el salvadoreño introdujo sus letales artefactos en la capital cubana.

















