Los que luchan y los que lloran. Por Agustín Lage

 

“Los que luchan y los que lloran” es el título del libro escrito por el periodista revolucionario argentino Jorge Ricardo Masetti, donde narra las experiencias de su arriesgado ascenso clandestino a la Sierra Maestra en 1958, en plena lucha guerrillera, para entrevistar a Fidel. Es un relato bello y conmovedor. Recomiendo a todos que lo lean, especialmente a quienes no habían nacido cuando se escribió.

Masetti fue después fundador de la agencia Prensa Latina y luego combatiente. Murió en el foco guerrillero argentino de Salta en 1964, a los 34 años de edad.

No es el propósito de esta nota comentar el libro, sino asumir la idea central con la que concluye su relato y proyectarla a las batallas de los revolucionarios de nuestros días. Masetti escribió que, al salir de Cuba en 1958, tuvo la sensación de que dejaba atrás el mundo de los que luchan y retornaba al mundo de los que lloran.

Es una imagen reveladora y útil, que captura la realidad de que en cada coyuntura donde la historia exige actitudes revolucionarias, siempre existen los que luchan, y también existen otros, que aún sin ser enemigos, pertenecen sin embargo al “mundo de los que lloran”. No pocos debates políticos de hoy me han hecho recordar esa tajante división.

Ante los desafíos cubanos de hoy aparecen quienes encuentran motivos para llorar: desapareció el campo socialista europeo y nos quedamos sin aliados estratégicos; la persistencia del inmoral bloqueo  frena nuestro desarrollo económico; muchas empresas estatales socialistas no alcanzan eficiencia y crecimiento, y mantienen actitudes de inercia, conformismo y falta de iniciativa; la burocracia sigue retrasando la implementación de las transformaciones necesarias y priorizando el control sobre el desarrollo; la simultaneidad del ordenamiento monetario y la pandemia nos introdujo por el camino de la inflación; el turismo se contrae; la zafra azucarera se desarrolla con muchas dificultades; aparecen los que se aprovechan de la demanda insatisfecha para aumentar desmedidamente los precios y se creen que eso significa que son emprendedores privados “eficientes”; se mantiene la tendencia migratoria de jóvenes calificados; los ataques en las redes informáticas siembran, de manera calculada y planificada, desconfianza en el proyecto de soberanía nacional y justicia social; y la letanía sigue.

Pero también existen los que ven (vemos) en todo eso motivos para luchar: transformar la empresa estatal socialista y crear nuevas empresas; defender con hechos el papel protagónico de las empresas estatales; desarrollar rasgos emprendedores y proactivos en los cuadros de dirección; reforzar las conexiones entre las empresas y la ciencia y la tecnología; seguir formando masivamente tecnólogos y científicos en nuestras universidades; abrir nuevas opciones de exportación; conectar mejor nuestras empresas con la economía global; desacoplar las motivaciones para el trabajo creador de las aspiraciones de enriquecimiento individual; desplegar creatividad en el sistema financiero; tomar nosotros el espacio y la iniciativa en las batallas de ideas en las redes informáticas; perfeccionar nuestro sistema de gobierno y nuestra democracia participativa y cotidiana; educar con el ejemplo, convencer, entusiasmar, levantar el espíritu y movilizar la voluntad de la gente; analizar permanentemente las causas, internas y externas, de nuestras insuficiencias; pensar con profundidad y proponer con audacia; y seguir construyendo cultura.

Cada cual escogerá si quiere vivir en el mundo de los que luchan o en el mundo de los que lloran.

El propio Jorge Masetti escribió en 1962, en una carta a su mujer: “La Revolución ya no es un hecho a observar, un hecho histórico a criticar, sino que la Revolución somos nosotros mismos…es nuestra conciencia la que nos juzga y nos critica, y nos exige”.

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4 Responses to Los que luchan y los que lloran. Por Agustín Lage

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  2. Asdrubal says:

    Quien haya vivido y luchado, en esta Revolución; estará plenamente identificado con el Artículo que nos ha regalado “El Compañero LAGE “. Quien lo haya leído, interiorizado; verá el camino a seguir.

     
  3. siguaro says:

    hay que leer el libro del hijo de massetti donde narra sus aventuras revolucionarias mientras trabajaba en la embajada cubana en mexico y era en realidad agente encubierto del G2, alli vemos como se dedicaba a transportar dinero, armas y explosivos para todas las guerrillas de america latina que el G2 apoyaba y entrenaba, como el gobierno cubano se dedico desde 1959 a subvertir todos los paises de america con movimientos guerrilleros que tumbaran de forma violenta a los gobiernos legitimamente elegidos por sus ciudadanos, ese es el respeto que ha tenido el gobierno cubano por otros paises.

     
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