Ahora que Cuba anuncia las medidas (pensadas, estudiadas, debatidas, fundamentadas) para regresar a la vida cotidiana normal (que no será igual de ninguna forma), habrá que separar el polvo estéril del grano valioso en todo lo vivido.
Desde el 11 de marzo, día en que se confirmaron los tres primeros casos de la covid 19 en nuestro país, mientras trabajaban miles de mentes, corazones y manos, comenzaron (o continuaron):
los quejicas, las aves de mal agüero, los aburridos, los escaladores de su ego, los falsos académicos, los mediocres en nichos ajenos, los resentidos y frustrados, los profetas del mal, los mercenarios confesos de la palabra, los asesinos del prestigio ajeno, los economistas/pastiches, los recetadores sin conocimientos, los entreguistas, los que abierta o solapadamente quieren que la Isla sea otra estrella de bandera ajena, oscura y sin soberanía… TODOS, por cierto, sin levantar un dedo para HACER algo que no sea teclear su veneno disfrazado de medicina.
Espero que apliquen todos sus “consejos” y TRABAJEN. Querían vernos arrasados por la enfermedad. Es hora de RECONOCER que no fue así (y no lo debemos a ninguno de ellos). Ya buscan nuevos (o reciclados) infortunios: ahora seremos arrasados totalmente por hambre, pandemia que azota y azotará al Mundo completo, según los estudios de crisis. En sus ecuaciones falta (pecado de estos egos virtuales) el alma cubana, solidaria e inagotable, y eso no lo enseña ningún like. Lo enseña la vida.
Gobernanza, ciencia, conciencia y humanismo. Ver artículo del Presidente en Anales de la Academia de Ciencias de Cuba: http://www.revistaccuba.sld.cu/index.php/revacc/article/view/881
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