Mariano Blejman
El tráfico mundial de datos a alta velocidad está cada vez en menos manos. ¿El lector pensó alguna vez por dónde viajan los datos que uno busca en la web? ¿Cómo se hace, físicamente, para llegar hasta los servidores de Facebook, Twitter, Google o Wikipedia? ¿Cómo? Se hace a través de los proveedores de la capa más alta de Internet: la llamada capa 1 (tier 1). Hace unos días, Level 3 adquirió Global Crossing, por unos tres mil millones de dólares. Ambas corporaciones trafican datos en esta capa 1: son el corazón de Internet. Seguramente el lector no conoce a ninguna de estas empresas, pero es probable que las está usando en ese momento. Pues bien, esta fusión sirve para analizar cómo funciona la capa más alta de Internet y cómo cambiará la fisonomía de la red en adelante: una sola empresa tendrá estructura propia en 50 países, llegará a 70 países y concentrará el 70 por ciento del tráfico mundial de aquí a 2013.
Según están las cosas en Internet, cada persona que quiere conectarse necesita una computadora y un proveedor: en el caso de la Argentina puede elegirse entre Arnet, Speedy, Fibertel, y ya estamos en los prolegómenos de Argentina Conectada, el proyecto del Gobierno. Pero, ¿a dónde se conecta un proveedor local de Internet para llegar, por ejemplo, a Estados Unidos o Asia? Por más grande que sea la empresa local, ésta necesita de fibra óptica transoceánica para llegar al contenido mundial. Según se conoce, las empresas que ofrecen conexión global serían AOL, AT&T, British Telecom, Verizon Business, Deutsche Telekom, NTT Communications, Qwest, Cogent, SprintLink, TIWS y, finalmente, Global Crossing, ahora dentro de la estructura de Level 3. Entre estos grandes proveedores mundiales de acceso a Internet no se cobran entre sí: tienen más para ofrecer que para pedir. Pero sí les cobran a los proveedores locales por los datos que éstos requieren. Es decir, una sola empresa manejará el 70 por ciento del tráfico de Internet y cobrará al resto de los proveedores por el uso de su infraestructura (en la que, claro, invirtió miles de millones de dólares).
Según cuenta a Página/12 Alejandro Girardotti, gerente de productos de marketing de datos de la recién vendida Global Crossing perteneciente a Singapore Technologies Telemedia, que opera en la Argentina: “Internet es una conexión de múltiples computadoras bastante compleja. Los proveedores más grandes les venden a los proveedores locales el acceso a alta velocidad al contenido interesante”. Debido a la naturaleza de Internet, los operadores globales (capa 1) están conectados entre sí. “El cliente residencial envía su pedido al proveedor local. El proveedor local busca conexiones a través de proveedores globales y devuelve la información al cliente residencial, buscando la ruta más corta.” En el caso de Egipto, por ejemplo, cuando el país se quedó sin Internet durante los primeros días de la revuelta que terminó con el gobierno de Hosni Mubarak, aquel gobierno decidió “cortar” el acceso a Internet, presionando a los proveedores locales que se desconectaran de las redes troncales, para evitar el acceso a Facebook y Twitter. Pero los proveedores globales siguieron funcionando.
Esta semana, el Gobierno presentó el Plan Nacional de Telecomunicaciones Argentina Conectada, que permitirá el acceso a Internet de alta velocidad a nivel nacional con una inversión global de ocho mil millones de dólares. La instalación estatal de esta llamada red troncal (backbone) desde Arsat le permite al Estado no depender de otras empresas privadas para dar acceso a Internet a sus ciudadanos, además de usar la estructura para enviar los datos de las señales de televisión digital. Sin embargo, finalmente, para acceder al resto del contenido global que ofrece Internet, la Argentina (como cualquier otro país del mundo) deberá conectarse a uno o varios proveedores del nivel más alto en la capa 1.
Cuando se iniciaron las revueltas en Túnez, un país con alta penetración digital pero con un férreo control estatal hasta entonces, se conoció que el gobierno hacía pasar a todos los proveedores locales por una oficina central y desde allí los controlaba antes de salir a la red internacional. El asunto es que existen puntos de unión a nivel nacional a veces impuestos por los gobiernos. Quien controla estos puntos físicos, ya sean los propios proveedores globales o gobiernos locales, pueden “regular el tráfico, manejar las velocidades, eliminar tráfico hacia una parte de la red o hacia una página especial, lo cual pueden hacer las empresas privadas o técnicos del gobierno capacitados”, dice Girardotti. Entonces, para dejar afuera de Internet a un país, resulta más sencillo presionar a los proveedores locales que a los globales. Girardotti explica que un país puede “negar la respuesta” al tráfico desde un determinado país o región, pero no puede “dar de baja” la conexión de otro país.
Como en casi todas las áreas de consumo, Estados Unidos es el mayor consumidor de datos del mundo. Y, según muestran los mapas de tráfico de Internet, la ruta que más congestión tiene está entre Londres y Nueva York, ambos puertos que conectan el Occidente con el Oriente. “Asia es la zona que más está creciendo, debido al fenómeno de inclusión social en aquellos países”, dice Girardotti. Ahora, pregúntese el lector: ¿cuál es la empresa que maneja la mayor cantidad de conexiones entre Nueva York y Londres? Level 3. ¿Cuál es la empresa que tiene las mayores conexiones en Asia? Global Crossing. “No hay manera de ser independiente”, dice Girardotti. (Tomado de Página 12)
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