Andar el Trillo. Por Kenneth Fowler Berenguer

 

Tenemos un gran problema en la Cuba de hoy: hemos olvidado, nos han hecho olvidar o no quieren que recordemos que todos, incluso en nuestra expresión más personal, somos actores políticos. Nos hemos acostumbrado a que la política es algo externo, lejano, inalcanzable, etéreo. No nos paramos a pensar que nuestras acciones cotidianas expresan una posición política y que la política no se hace en redes sociales o en salones de reuniones, no se escribe en documentos; la política se hace en la calle y la hacemos todos.

Sin desconocer todos los actores externos que quieren tener influencia sobre los derroteros del país, esa inmovilidad también puede servir para explicar la Cuba que tenemos. Esa dinámica de general-soldado puede servirles a algunos que gustan de vivir su vida centrados en las tareas profesionales o en las más básicas del hogar. Pero nos priva de cumplir nuestro deber más grande con la nación que es construir todos la Cuba que queremos.

Como dicta la física, fue necesario para muchos un impulso externo para empezar a pensar en estas cosas. Fue necesario reconocer, si no el inicio, el recrudecimiento de un proceso de disputa de los imaginarios de lucha por la libertad en aquellos que buscan el retroceso y no el avance. ¿Resulta que ahora es la derecha pro-capitalista la que lucha por los derechos raciales, reproductivos, sexoafectivos, de los animales, etc.? Es esa inmovilidad la que ha dado vida a esas falacias en la Cuba de hoy.

Y eso fue la Tángana, simple. No bastaba con tener la convicción de que toda causa justa cabe en la Revolución, había que salir a decirlo. No bastaba con reconocer en espacios cerrados que nuestras fallas han dolido y duelen a cubanos de bien, había que salir a decirlo. No bastaba comentarles a tus amigos que, sin renunciar a la justicia social, se pueden cambiar cosas para mejor e incluso incrementar esa justicia, había que salir a la calle a decirlo. La política se hace en la calle y eso fue la Tángana.
¿Cómo no estar de acuerdo cuando desde la honestidad, el amor patrio y el buen gusto, cubanos, jóvenes y no tan jóvenes, denuncian y luchan contra injusticias que hoy persisten en el país? ¿Cómo no escuchar a quien expresa inquietudes que pueden ser las tuyas propias? Conozco en persona a algunos participantes de la sentada del 27 de noviembre, conozco a otros que tienen puntos en común con ciertas cosas que ahí se dijeron, a algunos los considero mis amigos. ¿Cómo no escuchar a un amigo que, sabes, es sincero cuando dice que quiere lo mejor para el país? Con quienes no puedo estar de acuerdo es con los cobardes, con esos que se cansaron de luchar y venden su discurso a quienes quieren dañarnos. Pero no vale que lo escriba ahora, había que ir a la calle y decir eso también.
De este cúmulo de necesidades nació la Tángana. No vale ahora diluirse en discusiones fútiles sobre la espontaneidad del asunto. La Tángana fue un esfuerzo conjunto, sin protagonismos, con criterios encontrados, sí; pero con una convicción suprema: que la Revolución se defiende haciéndola. Y ese era nuestro espacio para hacer nuestro poquito. La Tángana destiló juventud: en edad, pero también en estado de ánimo, en espíritu jovial, en tensiones, en nerviosismos, en aciertos y también en desaciertos. En dos días pasó de un chat pequeño a cientos de personas. No fue convocada bajo el amparo de las organizaciones e instituciones del país, pero estas fueron bienvenidas, acompañaron nuestro ímpetu, nos dejaron ser porque confiaron en nosotros.
Al salir les dije a mis padres que tenía una alegría que no me cabía en el pecho, porque sentí que había hecho algo para bien. Al terminar, luego de cantar el himno nacional en una clave un tanto hereje de Kelvis Ochoa, nos fundimos en un abrazo. Tal era nuestro compromiso real con lo que estábamos haciendo, tal era nuestra necesidad real de reivindicarnos como actores políticos; aunque no poblemos las asambleas y las mesas largas, tal era nuestro deseo de decir nuestra verdad, que nosotros también estamos por las causas justas, por todas las que lo sean, pero que no aceptamos injerencias.
La Tángana fue espectacular, renovadora, controversial, jovial, seria y profunda, pero ya fue. Queremos pensar que alzamos nuestra voz entre tantos gritos, que pudimos llamar a la reflexión a algunos y dejar nuestro punto de vista claro para otros. La Tángana podrá no haber sido muchas cosas, pero sí fue sincera. La presencia del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez funcionó como un centro de gravedad que arrastró el discurso de muchos medios de prensa nacionales y extranjeros, oficiales e “independientes”. Y sí, que estuviera ahí con nosotros fue más de lo que pudiéramos haber esperado, fue una confirmación para lo que estábamos haciendo. No obstante, creo importante recalcar que hablamos de racialidad, derechos de las minorías de género o de identidad sexual, de ecologismo, de participación popular, de la relación del pueblo con sus instituciones, de la participación activa de los jóvenes en la búsqueda de la justicia. Y, si el tiempo no dejó oportunidad para más, quisiéramos pensar también que impulsamos a otros a que hablen de esas cosas y otras, siempre inscritas en la búsqueda de un mejor país, un país siempre soberano.
La Tángana después de la Tángana
Si pensáramos que ya todo está dicho o hecho, caeríamos en un error. Revolución es movimiento, movimiento constante y, como también dijimos aquel día, los que nos quieren dañar ocuparán cualquier espacio que les dejemos. Por eso urge trabajar por un mejor país para todos, cada cual desde lo que le toca, tomando también cualquier espacio de pensamiento para denunciar los fallos y proponer soluciones. No basta con haber dicho que tenemos empatía con quien busca de manera sincera más libertad para él y para los cubanos, debemos unirnos y construir esa libertad. Urge también más transparencia al desmontar los esquemas que se cuecen contra Cuba a 90 millas del malecón habanero. Nuevamente se nos abre un Trillo a nuestros pies, no hay certeza de cuál es el camino, ni de si este existe o tendremos que abrirlo nosotros mismos, pero la cumbre sí que existe y, con esa meta, debemos empezar a andar. Cumbre sí que existe y, con esa meta, debemos empezar a andar. (La Jiribilla)

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Por suerte, no nos entienden. Por Iramís Rosique

 
El pensamiento liberal (y el pensamiento estalinista, deudor irónicamente de la misma epistemología) no puede comprender la dialéctica de la espontaneidad y la organización, el modo en que cada uno de estos momentos de la acción revolucionaria completa y vehicula el anterior. Ni la Tángana por ejemplo fue absolutamente espontánea, ni existe posibilidad alguna de que lo fuera (ni intención). Sin el proceso de organización previa que ha constituido al colectivo que la preparó hubiera sido imposible realizar tal cosa. Continue reading
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La cuerda floja. Por Ray Fernández

 
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Articulación Popular y Socialista. Por Bufa subversiva

 
  • Esta declaración se construye en respuesta a la “Articulación plebeya” publicada en El Toque el 3 de diciembre del 2020. Se construyó de manera colectiva para el que se quiera unir a esta postura pueda compartirla.

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#LaPupilaTv: La CIA vs la cultura, una guerra que no cesa (video)

 
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Carlos Juan Finlay: un gran sabio cubano. El matiz político de un descubrimiento. Por Patricia Pérez Pérez

 

A finales del siglo XVIII y a lo largo del XIX, la isla de Cuba fue el escenario de importantes avances científicos considerados como primicias en el ámbito de la investigación, no solo en el área del Caribe y de América, sino también a escala universal. Entre la pléyade de hombres ilustres cuya obra representó el primer indicio de la transformación de la colonia en nación, sobresalen el filósofo José Agustín Caballero (1762-1835), el poeta Manuel de Zequeira (1764-1846) y el primer epidemiólogo de Cuba: el doctor Tomás Romay. Este último, que introdujo y propagó por primera vez la vacuna antivariólica en la isla (1804), aportó un estudio significativo sobre la fiebre amarilla a la medicina cubana y mundial, con el título Disertación sobre el vómito negro. Corría por entonces el año de 1797. En igual, fecha el bachiller en medicina Manuel Calvez González, defendía públicamente las teorías de Nicolás Copérnico en el antiguo Convento de San Agustín, o sea, en el mismo lugar en que fuera enterrado un siglo antes (en 1673) el autor del primer libro científico escrito en Cuba: el Arte de Navegar, del galeno Lázaro de Flores y Navarro1. La eclosión científica de finales del XVIII, preparó y maduró las condiciones para que apareciera, solo unas décadas después, una de las generaciones más prestigiosas de intelectuales que tuvo la isla de Cuba, cuyo principal adalid fuera el padre Félix Varela. Continue reading

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Por el derecho a la tranquilidad de los cubanos. Por Víctor Angel Fernández

 

Comienzo por disculparme con algunas personas que leerán esta publicación y cuyos sentimientos o creencias puedan estar completamente opuestos a estas opiniones. A todos los respeto en extremo y defenderé su legítimo derecho a expresarlo. Continue reading

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En Cuba, diálogo para la libertad artística; en los medios, “represión y censura”. (+ video) Por José Manzaneda

 

España es el estado del mundo con más condenas de prisión a artistas: catorce el pasado año (1). Pero su prensa llena titulares con la supuesta “censura” artística en Cuba, porque allí hubo una pequeña protesta, sin incidentes, de un grupo de artistas, a quienes recibió el viceministro de Cultura y con quien acordaron una agenda de diálogo (2): “Fuimos arribando a un consenso de temas, de asuntos que la institución tiene disposición de atender, en el que participen no solo los que estuvieron ayer en el Ministerio, sino la gran masa de artistas y escritores que tienen, por supuesto, mucho que decir”, explicaba el viceministro Fernando Rojas en la Televisión Cubana (3). Continue reading

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Lo terrible de una guerra prolongada. Por Waldo Leyva

 
Lo terrible de una guerra
Prolongada
No es el hambre
Del cerco
Ni el cansancio,
Ni la desperanza,
Ni los muertos
Que quedan en el polvo Continue reading
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Este jueves regresa La tertulia: Cuba y las elecciones en EE.UU. ¿Qué viene ahora?

 

Este jueves 3 de diciembre a la 1.00pm (hora de Cuba) regresa el espacio La tertulia desde la Unión de Periodistas de Cuba, que había recesado por la situación epidemiológica, con transmisión en vivo por los canales en YouTube y Facebook del sitio Cubaperiodistas. Continue reading

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