Pedro Pablo Gómez
El pasado fin de semana se produjo la denuncia de los agentes de la Seguridad del Estado cubana, Carlos Serpa, agente Emilio y Moisés Rodríguez, agente Vladimir. Ambos, con el poyo de convincentes imágenes, demostraron inequívocamente la manipulación directa de representantes del gobierno de los Estados Unidos y sus medios de ataque. Se desnudó el objetivo de generar informaciones y situaciones tendentes a tergiversar la realidad de la Revolución Cubana, y, a la vez, estimular provocaciones para luego amplificarlas en sus medios de comunicación, como Radio y TV Martí.
En el documental Peones del imperio se pudieron observar desde reuniones de los llamados disidentes y periodistas independientes, en la sede de la Secion de Intereses de Estados Unidos en Cuba, hasta la presencia de funcionarios de dicha misión diplomática en marchas de la llamadas “Damas de blanco” y en reuniones con grupúsculos de elementos apátridas, que son auspiciados y mantenidos con el dinero de los contribuyentes norteamericanos.
La denuncia de los agentes de la Seguridad cubana demuestra claramente cómo maneja Radio Martí las campañas difamatorias contra Cuba y sus vínculos con connotados contrarevolucionarios de la Fundacion Nacional Cubano Americana, también se evidenció cómo instruyen y dan calor a las actividades que desarrollan las pagadas “Damas de blanco”. Todos esos personajes de la banda made in USA, poseen pases de entrada especiales a la Seccion de Intereses estadounidense, acceso a salones para procesar sus informaciones y realizar sus reuniones de orientación para preparar las acciones en aras de socavar la sociedad socialista cubana.
Una vez más, Cuba demuestra al mundo la verdadera cara del imperio en su trabajo, mantenido durante los 52 años de existencia de la Revolución, para tratar de dar una imagen falsa y distorsionada de nuestra realidad. Con independencia del derecho que tienen todos los seres humanos a equivocarse, los errores en que hayamos incurrido han sido para tratar de beneficiar a nuestro pueblo, que no tiene los dineros norteamericanos pero sí la dignidad y el decoro de los próceres que lucharon por mas de cien años para alcanzar una patria soberana como tenemos hoy.
Los ejemplos de Emilio y Vladimir no son excepciones, expresan la moral y firmeza de de nuestro pueblo contra la permanente agresión de los gobiernos de Estados Unidos, que no acaba de aprender que somos millones los cubanos como ellos.
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