Aún cuando republicanos y demócratas expresan su horror ante las acusaciones de que China puede haber tratado de utilizar donaciones encubiertas en campañas electorales para influir en la política estadounidense, los Estados Unidos se han entrometido desde hace mucho tiempo en los asuntos internos de otras naciones: ordinariamente, el Congreso asigna decenas de millones de dólares de un modo encubierto y público para ser utilizados en influir en políticas internas en el extranjero; la Nacional Endowment for Democracy (Fundación Nacional para la Democracia), que fue creada hace 15 años para llevar a cabo públicamente lo que ha hecho subrepticiamente la Agencia Central de Inteligencia durante décadas, gasta 30 millones de dólares al año para apoyar partidos políticos, sindicatos, movimientos disidentes y medios noticiosos en docenas de países, entre ellos China.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos ha instalado o derribado a líderes de cada continente, ha apoyado secretamente a partidos políticos de aliados íntimos, ha fomentado golpes de Estado, ha propagado falsos rumores, ha sobornado a figuras políticas y ha gastado miles de millones de dólares para desviar la opinión pública. Algunos expertos expresan que China ha hecho poco más que emular el extenso patrón de la manipulación política estadounidense, y solo estaba administrando a los Estados Unidos una dosis de su propia medicina cuando trataba de influir en el resultado de las elecciones presidenciales de 1996.
March 31, 1997, Monday, The New York Times https://www.nytimes.com/1997/03/31/us/political-meddling-by-outsiders-not-new-for-us.html