Donald Trump, Joe Biden y la “democracia” del American Way. Por Justo Cruz

 

Hace unos días tuve una experiencia que me alegró mucho el día a pesar de Donald Trump, Joe Biden y el Coronavirus. Resulta que nuestra organización “Cuba Sí” había hecho un pedido a una empresa en Berlín para ser enviado a Cuba como donativo. Por razones obvias no voy a entrar en detalles, solo quería referirme a la reacción del jefe de turno de esa empresa al escuchar que se trataba de un donativo para mi país.

Trataré de resumir así sus palabras: “Es muy importante lo que hacen ustedes por Cuba desde Alemania. Pienso que es una buena señal porque lo que EE.UU está haciendo contra ustedes (los cubanos), es inhumano. He estado en Cuba y la gente es maravillosa, ustedes no se lo merecen”. Acto seguido me ayudó a empacar las cajas con un entusiasmo que me llenó de orgullo.

Cuando terminamos intercambiamos un poco sobre la situación en Cuba y las elecciones en EE.UU. y entre otras cosas me comentó que no entendía porque muchos extranjeros, entre ellos latinos, cubanos incluidos, habían votado por Donald Trump. Yo, como tampoco lo entiendo, no supe qué decirle.

Los alemanes en sentido general no lo entienden. Según un estudio que se realizó en este país “Sobre los miedos”, los alemanes le temen más a una reelección de Donald Trump que al Coronavirus. Durante una encuesta que se realizó en julio del presente año se les preguntó sobre los temores que sienten de índole política, económica, personal y ecológica, el resultado fue unívoco; el actual presidente estadounidense representa miedo e incertidumbre. El trumpismo un mal peor que la Covid-19, ¿quién lo iba a decir?

Alemania es un país que cuenta con poco más de 83 millones de habitantes. Pero este país no es el único que le teme al “trumpismo”. Según otro sondeo realizado hace algunos días en cinco países europeos (Italia, Reino Unido, Francia Alemania y España), si los europeos pudiesen votar en las elecciones de Estados Unidos, Joe Biden superaría con creces a Donald Trump. En Alemania por ejemplo Joe Biden obtendría el 66% de los votos mientras un 8% votaría por el actual presidente, el 27% se abstendría. ¿Será que en Estados Unidos viven seres de otro planeta?

El mismo día por la noche, después de haber tenido aquella alentadora experiencia con el jefe de turno de aquella empresa, en la televisión alemana trasmitieron un documental que llevaba por título: „USA sin maquillaje, ¿Donald Trump, presidente o psicópata?”. En el mismo entrevistaron a personalidades del mundo de la política, el arte, la cultura, en su mayoría estadounidenses que de una manera u otra habían conocido a Donald Trump. Todos los entrevistados sin excepción describían al actual presidente como un psicópata, un sadista, un mentiroso compulsivo y un tramposo sin escrúpulos para quien solo cuentan sus propios intereses.

En el mismo documental un experto en terrorismo comentaba su preocupación por el hecho de que Donald Trump como presidente, incluso ahora que ya sabe que perdió las elecciones, tiene en todo momento la posibilidad de activar un ataque nuclear. La clave está en una pequeña tarjeta de plástico que guarda en su bolsillo las 24 horas del día.

A partir de ahora cada vez que vean una imagen de Donald Trump piensen que en su bolsillo está la “tarjetica mágica” y comprenderán entonces de dónde viene tanto miedo e incertidumbre. El mundo preocupado menos una gran parte del pueblo estadounidense.

George Packer, destacado autor estadounidense y premio nacional de ensayo por su obra “El desmoronamiento” está muy preocupado por la situación actual en su país. Al destacado politólogo no solo le preocupa Donald Trump sino también los 70 millones de estadounidenses que le dieron su voto, cito: “Trump no es un accidente, hay algo malo en nosotros y cuando él se vaya esa cosa seguirá ahí”.

En entrevista al periódico El País George Packer comparaba a Estados Unidos con paciente en una unidad de cuidados intensivos con graves síntomas, y lo describía como un cuerpo dividido en dos donde una parte es incapaz de comunicarse con la otra parte y advertía de que los estadounidenses no son lo suficientemente fuertes como para sobrevivir a una elección fallida, en la que nadie gane o la mitad del país crea que los resultados son ilegítimos. “Tenemos una elección al final de un año de crisis y la elección puede ser la crisis definitiva”, enfatizó.

Recuerdo, ahora en la época de George W. Bush, cuando el mundo se quedaba atónito con las barbaridades que cometía el entonces presidente, un destacado músico estadounidense nos advertía, cito: “Lo que el mundo no sabe es que nosotros (los estadounidenses) estamos aptos para elegir a un presidente todavía peor que George W. Bush.” ¿Quién se lo iba a imaginar?

Después del 3 de noviembre ya nada volverá a ser como antes, a partir de ahora, cuando hablemos del pasado, se hablará de un antes y un después de Trump de la misma manera que hablaremos de un antes y después del Coronavirus. El trumpismo también quedará para la historia como un virus del que no solo la sociedad estadounidense necesitará de mucho tiempo para recuperarse.

Después de todo lo que hemos vividos en estos últimos meses, especialmente después del primer debate en televisión donde ambos contrincantes casi se van a las manos en vivo y a todo color, ya casi no cuenta quién es el ganador en estas elecciones presidenciales estadounidenses, de lo que si podemos estar seguros es de que el gran perdedor ha sido nuevamente esa “democracia“ que ellos dicen que tienen y que están dispuestos a defender fusil en mano, si es necesario. No exagero.

Los medios de difusión desde hace meses están alertando y el propio FBI lo acaba de confirmar, las ventas de armas en Estados Unidos se han disparado como nunca antes y el número de milicias armadas está creciendo de manera alarmante, lo que constituye un peligro inminente. Se habla de la existencia de alrededor de 200 milicias formadas por civiles y militares retirados alentados en su mayoría por la retórica xenófoba y racista de su presidente.

Steven Levitky y Daniel Ziblatt, reconocidos politólogos estadounidenses en una columna en el The New York Times refiriéndose a las elecciones presidenciales estadounidenses comentaban con preocupación, cito: „Los Republicanos han ganado el voto popular en las elecciones presidenciales solo una vez en los últimos 20 años y sin embargo han controlado la presidencia por 12 de esos 20 años“. En su libro “How Democracies Die” (2028) los politólogos de la Universidad de Harvard señalan que el sistema electoral indirecto bajo el que se elige al presidente de Estados Unidos debe ser reformado con urgencia. ¿Se acuerdan cuando hace apenas cuatro años Donald Trump fue elegido como presidente a pesar de que su contrincante Hillary Clinton había ganado el voto popular con más de 2,7 millones de votos de diferencia?¡Tremenda Democracia!

Si algo debemos agradecerle a Donald Trump es que gracias a su “victoria” electoral en 2016 y su gestión administrativa en sus 4 años de mandato ha quedado demostrado que la estructura del poder político en Estados Unidos, el estado como autoridad y las instituciones que la forman, en su esencia le niegan el derecho al pueblo estadounidense, no solo de elegir sino también de controlar a sus gobernantes. Si alguien tenía dudas de la falta de democracia en el sistema electoral del país que se comporta como el paladín de la justicia y la democracia en el mundo, a más tardar después del 3 de noviembre debe haberlas disipado.

Llama la atención el silencio paranormal de organizaciones como la Organización de Estados Americanos (OEA) y las Naciones Unidas, no olvidemos a la Unión Europea, su Parlamento y sus políticos, también paladines de la justicia y la democracia ,pero cuando se trata de Estados Unidos el “officium palatinum” mayor y los desmanes que cometen, siempre todos muy preocupados pero calladitos y silenciosos como ovejas miedosas. Que me perdonen las ovejas, por favor.

¿Se imaginan cómo hubiesen reaccionados todas esas organizaciones y políticos de pacotilla si lo que está sucediendo hoy en Estados Unidos hubiese pasado en Rusia, China, Cuba o Venezuela?

Hablar de Democracia en un país donde los millones de dólares recaudados en campañas electorales cuentan más que el voto es una injuria y una ofensa al sentido común y a la inteligencia humana. 200 años tiene el sistema electoral estadounidense, un escándalo que al parecer no llama la atención de nadie.

Los comicios estadounidense en el 2020 costaron más de 14.000 millones de dólares, una cifra que duplica el coste de las últimas elecciones presidenciales. Otro escándalo aún mayor si tenemos en cuenta la situación tan precaria en la que se encuentra el sistema de sanidad en ese país.

Por eso da grima ver en las redes sociales a ciudadanos nacidos y criados en Cuba, hoy residentes en Estados Unidos, jactándose de tener la oportunidad de ejercer el derecho al voto “por primera vez en democracia”. No me refiero solo a los “comunicadores” y Youtubers psicópatas del momento, me estoy refiriendo también a los profesionales de la información, de la salud, de la educación, músicos, deportistas, todos estudiados y educados en Cuba, vanagloriándose por algo y alguien que lejos de ser objeto de orgullo, en cualquier otra parte del mundo serían objeto de bochorno y de desvergüenza total.

Hace unos días fuimos testigo de hasta donde puede llegar un cubano nacido en Cuba, que en un acto de desvergüenza sin igual tuvo la desfachatez de anunciar con bombos y platillos que había votado por Donald Trump porque según él, cito: “Votar por Cuba es votar por Donald Trump. (…)El presidente Donald Trump se ha manifestado en contra del régimen cubano durante cuatro años y recuerden, recuerden que durante Obama, que fueron ocho años, ustedes como pueblo pasaron muchas necesidades, quizás más de las que están pasando hoy en día” ¿Cómo se puede ser tan desalmado?

El mundo entero preocupado por lo que está sucediendo en Estados Unidos, un país a la desbandada, al borde de una guerra civil mientras millones de sus ciudadanos siguen comportándose como si los desmanes que están viviendo y sufriendo en estos momentos formara parte de su decadente “American Way of Life”. A esto le sumamos los políticos y sus presidentes de turno sin excepción, incluyendo el próximo, que siguen convencidos de que “Estados Unidos debe liderar el mundo”, a decir del mismísimo Joe Biden, quien ha anunciado que durante su primer año organizará una “cumbre de democracia” para unir fuerzas contra los “regímenes dictatoriales del mundo” y crear una agenda común.

¿Qué se puede esperar de quien ha sido partícipe de la política de EEUU durante más de 50 años? Biden fue vicepresidente en la administración de Barack Obama, el Premio Nobel de la Paz que tiene el “mérito” de haber sido el primer presidente estadounidense responsable de que en sus 8 años de mandato su país no haya pasado un solo día sin estar en guerra con otro país?

Yo como la mayoría del pueblo cubano me alegro de que haya ganado Joe Biden pero sin ánimo triunfalista. Cualquier cosa que venga sería mejor que esa caricatura de presidente que hoy gobierna en la Casa Blanca. Pero no perdamos de vista las palabras de George Packer cuando vaticinaba, cito: “Trump no es un accidente, hay algo malo en nosotros y cuando él se vaya esa cosa seguirá ahí”. Trump se va pero el virus se queda, ahí están los millones de estadounidenses que le dieron su voto guiados por la doctrina del “America First and only America First”.

No olvidemos tampoco al estado de La Florida, uno de esos estados pendulares donde Donald Trump volvió a ganar también gracias al voto de la comunidad latina y aunque ya se ha demostrado que en los distritos donde viven la mayoría de los cubanos, Joe Biden salió victorioso, todavía queda ese “algo malo” y “esa cosa seguirá ahí”, acechando, y con esa “cosa” vamos a tener que lidiar en el futuro.

El discurso de odio, la falta de escrúpulos, la miseria moral, el vandalismo mediático ha caracterizado no solo los 4 años de mandato de Donald Trump sino también la de una parte considerable de sus seguidores, entre ellos están miles de cubanos incluidos. Las redes sociales están llenas de ejemplos.

Alguien dijo “La buena noticia es que Trump perdió las elecciones, la mala es que Joe Biden las ganó”, ojalá el mismo Biden se encargue de desmentirlo con sus actos. He ahí dilema.

 

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2 Responses to Donald Trump, Joe Biden y la “democracia” del American Way. Por Justo Cruz

  1. Lancero says:

    Saludos. Excelente artículo.Para muchos fue una sorpresa la votación tan alta obtenida por TRUMP,alguien que hizo lo posible y lo imposible por ser impopular.En un país normal el psicópata rubio nunca hubiera llegado a presidente,pero USA es un imperio y eso condiciona la forma de pensar y actuar de su población,la cual termina por creerse muchas cosas extrañas.Colocaron un neandertal modernizado en la CASA OSCURA y este supo encauzar a su favor varias de las bajas pasiones de la mayor parte de la población norteamericana,a saber:1-Creerse un pueblo de elegidos. 2-Un anticomunismo visceral. 3-Racismo o por lo menos prejuicios raciales. No espero nada de Biden o casi nada que no es lo mismo pero es igual.

     
  2. Javier el otro says:

    En Australia ha habido un tratamiento nada benevolo por parte de la mayoria de la prensa hacia Trump. Casi todos los dias era noticia y casi nunca, por cosas positivas. Tambien se han transmitido documentales con entrevistas a personas que han trabajado o han estado cercanas a el, donde prevalecen criterios bastante negativos hacia el. Mi percepcion es que incluso cuando salio electo, mucha gente comun e incluso, politicos, no salian de su asombro. Ha sido interesante escuchar las valoraciones sobre Trump de parte de dos ex- Primer Ministros de los dos partidos politicos mas importantes en Australia (uno de ellos, era de hecho, PM en el 2016 cuando Trump fue electo) y no fueron, para nada, positivas. Creo que la victoria de Biden en general, ha sido acogida con alivio. Asi que no me sorprende que esa sea la tendencia observada en Europa y otros lugares.

     

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