Este 1ro de julio se cumplen cuarenta años de la Editora Abril, la principal editorial para niños y jóvenes en Cuba, desde donde se publican las revistas Caimán Barbudo, Alma Mater, Juventud Técnica, Pionero y Zun Zún. Trabajé cinco años allí, uno como Subdirector y cuatro como Director, razón por la cual, su actual dirección me hizo llegar una pregunta sobre qué significó para mi trabajar allí, esta fue mi respuesta:
Una mezcla de aprendizaje y tenacidad, eso significó para mí el trabajo en la Editora Abril. De veteranos como Alex Pausides y Ernesto Padrón mucho aprendí, también de todo lo que en esos años allí leí como editor, desde la Postcrítica de Maggie Mateo a la poesía de Carlos Augusto Alfonso, y de la modestia solidaria de Jorge Risquet, confiándonos ediciones históricamente trascendentes, cuando muy pocos libros se publicaban en el país.
Había que ser tenaz para en aquellos duros años noventa del siglo XX intentar hacer libros, pero los hicimos, y luego sacar adelante nuestras revistas en una tirada y una frecuencia que permitieron rescatar la relación con sus públicos; la sensibilidad y claridad invencibles del tenaz en jefe, Fidel, a quien sólo hubo que explicarle una vez lo que intentábamos, nos ayudó decisivamente a lograrlo.
Hola
No deben volver aquellos tiempos; pero no debemos olvidar y mucho menos dejar, el espíritu que ha hecho que aún estemos aquí, contra el, pero viento y marea que ha azotado a país alguno.
Todos —hasta los menos convencidos de que los cubanos tenemos el deber moral de ser revolucionarios por siempre—, tenemos que mantener la lucha por muy sofocante que sea; pues la derrota, pinta peor.
Saludos #DesdeGuantánamo