Amy Goodman
La pistola semiautomática Glock 19 que Jared Loughner presuntamente usó en el violento ataque en Tucson, Arizona, es, según el sitio web de Glock, “ideal para un uso versátil por sus dimensiones reducidas” y “adecuada para portar oculta”. El sitio también dice que “Los cargadores modelo de la pistola Glock compacta y subcompacta tienen capacidad para disparar una cantidad convincente de veces”, entre15, que es lo convencional, y 33 veces. El asesino pudo matar a seis personas y herir a trece como lo hizo, porque tenía un arma semiautomática oculta y “el cargador de mayor capacidad”. Al intentar recargar el arma, una valiente mujer desarmada se lo impidió.
Jared Loughner demostró que 33 es un número convincente de disparos, como dice Glock. Pero la diputada demócrata de Nueva York, Carolyn McCarthy, no necesita que la convenzan. Su esposo Dennis McCarthy fue acribillado a balazos en el tren de Long Island el 7 de diciembre de 1993, cuando Colin Ferguson sacó una pistola semiautomática de la cartera y metódicamente se abrió paso en el tren de la tarde y disparó al azar contra los pasajeros. También mató a seis personas e hirió a diecinueve, entre ellos el hijo de McCarthy, Kevin. Al igual que Loughner, Ferguson fue derribado mientras recargaba su arma. En ambos casos el acto de recargar el arma generó una pausa en la matanza que permitió que ciudadanos desarmados intervinieran.
Carolyn McCarthy lloró la pérdida de su esposo y cuidó de su hijo gravemente herido hasta su recuperación. Su hijo, al igual que la congresista Giffords, había recibido un disparo en la cabeza. Luego Carolyn McCarthy decidió ir más allá para tratar de cerrar la herida que había en el país. Presionó al congresista de Long Island, el republicano Daniel Frisa, para que apoyara la Prohibición Federal de Armas de Asalto de 1994. Frisa se negó. McCarthy había sido enfermera durante 30 años y republicana toda su vida. Hizo que su ira se convirtiera en acción y se pasó al Partido Demócrata, se presentó como candidata al Congreso como rival de Frisa y lo venció en las elecciones de 1996. Ha estado en el Congreso desde entonces y es una de las más firmes defensoras de que se elaboren leyes de portación de armas sobre la base del sentido común.
La ley de 1994 prohibía categóricamente una cantidad de armas, además de los cargadores de mayor capacidad como el utilizado por Loughner. La ley perdió vigencia en 2004 durante el gobierno del Presidente George W. Bush. En respuesta a la matanza de Tucson, McCarthy pondrá a consideración un proyecto de ley sobre Dispositivos para carga de munición de alta capacidad. En una carta dirigida a otros miembros del Congreso en la que buscaba apoyo para el proyecto, McCarthy escribió que el proyecto de ley “prohibirá la transferencia, importación o posesión de cargadores de pistola de alta capacidad fabricados con posterioridad a la promulgación de la ley”, y por consiguiente “la dificultad cada vez mayor para obtener estos dispositivos disminuirá su uso y en definitiva salvará vidas”.
La prohibición de estos cargadores de municiones es un comienzo. Pero en definitiva, las pistolas en sí –armas semiautomáticas- ya son armas de destrucción masiva de uso personal diseñadas no para cazar animales, sino para matar gente. Es necesario que haya un control de estas armas. Si se controlan, reduciremos la violencia no solo en Estados Unidos, sino también del otro lado de la frontera, en México.
En Ciudad Juárez, a tan solo 500 kilómetros de Tucson, justo frente a El Paso, Texas, funcionarios mexicanos declararon que hubo más de 3.100 asesinatos en incidentes de violencia por drogas el año pasado, año en que se registró el mayor número de muertes hasta la fecha. En mayo de 2010 el Presidente Felipe Calderón habló ante una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos y pidió que se restableciera la prohibición de armas de asalto. Según funcionarios de la policía de Estados Unidos, el 90 por ciento de las armas confiscadas en México en actividades delictivas son compradas en Estados Unidos.
Susana Chávez, la poeta y activista contra la violencia de Ciudad Juárez que popularizó la frase “Ni una muerte más”, fue sepultada la semana pasada en México justo cuando se preparaban los cuerpos de la víctima más joven de la matanza de Tucson, la niña de 9 años Christina Greene, y del juez federal John Roll, para el entierro en Arizona. Un mes antes, la activista contra la violencia Marisela Escobedo Ortiz recibió un disparo en la cabeza mientras realizaba una vigilia para exigir que el gobierno encontrara a los asesinos de su hija de 17 años, Rubi Frayre Escobedo.
El grupo estadounidense Alcaldes en Contra de las Armas Ilegales acaba de publicar los resultados de una encuesta bipartidista que reveló que el 86 por ciento de los estadounidenses y el 81 por ciento de los propietarios de armas apoyan que en todas las ventas de armas se averigüen los antecedentes de los potenciales compradores. El grupo tiene un sitio web, Close de Loophole.org. Las exhibiciones de armas, el fácil acceso a las armas semiautomáticas, sumado a la posibilidad de comprar cargadores de mayor capacidad son una receta para las masacres que ocurrieron en los últimos años en Estados Unidos y con mucha mayor frecuencia en México.
Tras la matanza de Tucson y en medio de pedidos a ambos partidos de que trabajen juntos y en forma civilizada, este es el momento en que Demócratas y Republicanos deben unirse para aprobar una prohibición permanente de las armas de asalto y brindarnos más seguridad a todos.
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Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2010 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps, editado por Gabriela Díaz Cortez y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Increible que sigan con la pequeñez mental de culpar a las armas de fuego. Si estas no existieran del todo, seguro que el articulo hablaria de el peligro de los cuchillos o las lanzas, o que se yo, porque lo que se ignora es que al otro lado de la frontera a meros metros no existe esa mortandad a pesar de haber tantos mexicanos y gente como en el lado de Mexico. Entonces que cambio? no sera mas bien la corrupcion? no sera mas bien la impunidad de saber que pueden hacer los criminales los que le de la gana?
A tan solo unos metros, la ley y la justicia se aplican, hasta constitucionalmente se le otorga el derecho a el ciudadano de portar armas de todo tipo y calibre y aun asi con ese armerio, la violencia es una microscopica fraccion de la violencia en Mexico. No les parece eso curioso y digno de mas bien investigar?
En Inglaterra cuando las armas de fuego fueron severamente confiscadas y reguladas los crimenes con armas blancas (cuchillos, navajas, etc) simplemente reemplazaron la violencia usando esas nuevas herramientas. Ahora alla, se regula las armas blancas y adivinen cual es la nueva modalidad de violencia? Las armas contundentes!!!! piedras, martillos y tubos!!! seguiran legislando las armas, pero eso no elimina la violencia.
Entonces? Hay que empezar por donde se debe empezar, con leyes, sin corrupcion y si no se puede, abran el mercado de armas y veran como una poblacion armada si puede reducir la violencia…aunque ud no lo crea!!!!
No estoy de acuerdo con la tesis de que la causa de la violencia es la corrupción ni tampoco con la fórmula planteada por algunos gobiernos para su erradicación, ejemplo: la guerra que se está librando en México entre el Gobierno y los narcos. Cuando uno escucha los discursos oficialistas uno alucina porque es como si no se enteraran de lo que está provocando el problema, como si no vivieran ni conocieran su propia realidad, los millones de personas excluidas de todo que hay en ese país, que son cantera fácil de los narcos. Es que se ha perdido el sentido común? La causa de la violencia es la misma causa de la corrupción, es la desigualdad social extrema, la falta de oportunidades para grandes mayorías, personas que vienen al mundo excluidas de todo, sin acceso a bienes y a servicios que otros, por su poder adquisitivo, obtienen en cantidades exorbitantes. La solución está en crear las condiciones para que los seres humanos puedan desarrollarse plenamente, que la sociedad se organize para proveer de oportunidades a todos, que no significa igualitarismo ni mucho menos, pero sí decencia. Proveer educación, oportunidades de empleo, posibilidades de desarrollar una vida que no tiene que ser necesariamente de rico, pero que sí pueda ser muy satisfactoria y decente. Si en vez de usar los presupuestos para perseguir fantasmas, lo usaran para construir circunstancias propicias para el desarrollo humano, quizás este tema tuviera la solución viable de la que hoy carece.
El capitalismo es la mayor fuente de violencia que existe porque pone por delante de las personas el dinero. El máximo representante del capitalismo es Estados Unidos.
Eso es lo que denuncia la izquierda y la derecha no quiere ver.