Hace años, en un evento en el extranjero, una participante dijo que los artistas cubanos éramos muertos de hambre. Respondí que como al saber que estaba muerta pedía disculpas porque les hablara un cadáver. Aquella ni siquiera conocía Cuba. Suerte que luego fuimos adonde un joven trovador me dedicó su concierto con canciones de Silvio. No lo olvido, café Melancolía. No hay posibilidad de diálogo con los atrapados en el odio fanático.
Leo, ante publicaciones respetuosas, comentarios con las peores ofensas, malas palabras, imágenes degradantes. No puedo explicármelo cuando son cubanos: aplaudir actos contra Cuba de quienes los ven como ciudadanos de quinta categoría. Parece que debo decirlo más claro: NO admito en mis espacios a quienes se alegran de ver quemar la bandera cubana; a quien ignore la entrega de nuestros médicos, como los he visto en sitios adonde nadie más acude; a quien me llama “oficialista” pero muestra su “arte” politizando con la bandera americana (si no crearan estos escándalos ¿irían a verlos en una galería?); a quien aplaude las supuestas damas (diccionario, por favor) que vi personalmente arrastrar nuestra bandera y subir tranquilas al transporte: hicieron su foto, cobraron; a quienes expresan odio por color de piel, elección sexual o ideas; a quien da su like a un paisaje y queda indiferente ante un bombardeo, violación, muerte de niños o el mismo paisaje incendiado; a quien no condena actos y palabras de curas pederastas porque fue un ser humano y no dios. Incluyo a los que por aquí se solapan tras falso patriotismo para enmascarar un alma capitalista; a quien niega la relevancia de nuestras instituciones pero vive de ellas; al que destruye lo que con esfuerzo se construye y al que mira indolente.
Y más… A quien bloqueo aquí, ya lo he bloqueado en mi vida. Si creen que me quedaré sin amigos: tengo orgullo del excelente grupo que me acompaña en las redes, en el trabajo cultural y en la vida, donde están todos los credos, ideas, colores, profesiones, fe de vida, elecciones y valentías: diversos y respetuosos por lo que nos une. Esta frase de Paul Valéry ha tenido muchas lecturas: “El león está hecho de cordero digerido”. Hoy le doy esta: ni esos que reseño son leones ni yo soy cordero, así que a mí no me pueden comer.
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Excelente,como siempre,nuestra Teresa.Más que poetisa,como aparece escrito bajo la foto,Teresa es escritora,profesora e inmensa intelectual con los pies como raíces en el suelo cubano,pero más que todo eso, es Cuba hecha mujer.Si alguien no la conoce,le sugiero su entrevista en Con dos que se quieran 2.
Así mismo, Alejandro, y además de todo lo que dices es mi amiga. Gracias
Apúntame ahí que yo soy de los que no me destiño y estoy contigo pa lo que sea.
Excelente, así es exactamente
Lástima dan esos sujetos atrapados en un odio, en la mayoría de los casos tomado prestado de los que siempre han querido dominar esta Isla. Si algo hay que agradecerles es que sus diatribas, ofensas, vulgaridades y estupideces nos hacen fortalecernos cuando nos acecha el cansancio o el pesimismo.
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Muy bueno,suscribo cada una de las ideas que expone,incluso por las coincidencias con las mías,me atrevería a decir que hasta algunas de las que no dices,puede contar con mi amistad en las redes(ojalá fuera en lo personal)para que sustituya algunas de las que ya no tienes,con la suya sumaré a las pocas que mes quedan.
Excelente reflexión sobre los atrapados por el odio, siempre los he observados como personas muy ignorantes, hablar del pueblo dignó de Cuba, sin conocerlo, es un absurdo, mis respetos…
Engordan tragando odio.