Los “derechos” que ofrecen los llamados panegiristas del “mundo libre". Por Fidel Castro

 

Imperialismo y colonialismo son las dos anclas que mantienen frenado el universo, son el lastre que arrastra todavía la humanidad. Y quien no entienda eso, quien no empiece por comprender eso, esos que presuman de demócratas, esos que presuman de hombres de ideas y hombres de criterios, si no empiezan por comprender ese A, B, C, de la realidad del mundo, no serán más que unos pobres ignorantes que no saben siquiera el momento que está viviendo la humanidad.

Quienes no comprendan eso, pues no comprenderán absolutamente nada más; quienes no comprendan eso, podrán ser fáciles víctimas de la confusión y del engaño.

Y todo lo demás, todo lo demás no pueden comprenderlo, o lo comprenderán mal. Y todo el que crea en esa sarta de mentiras con que los imperialistas y los colonialistas tratan de vestir y adornar lo que ellos representan en el mundo, los que no entiendan estas verdades, podrán creer, por añadidura, en todas las demás mentiras, y podrán creer en la “libertad”, y en la “democracia”, y en los “regímenes de derecho”, y en todas esas “maravillas” de que hablan, con bastante dura cara y bastante poca vergüenza (APLAUSOS), los que tratan de encontrar algo para pronunciar, como justificación de lo que ellos son en el mundo.

Y de ahí que hayan inventado una serie de ficciones, porque la “libertad”, ¡ah!, la “libertad” de los españoles, la “libertad” de los nicaragüenses, la “libertad” de los paraguayos, la “libertad” de los argelinos, la “libertad” de los congoleses, la “libertad” de los angoleses, la “libertad” de los guatemaltecos; la “libertad” de los negros, y hasta de los obreros blancos del sur de Estados Unidos y del norte de Estados Unidos (APLAUSOS); la “libertad” de la inmensa mayoría de la población de Sudáfrica; la “libertad” de los indios hambrientos, de los obreros perseguidos y maltratados, de los hombres de pensamiento liberal y progresista, de los hombres de ideas avanzadas.

¡Ah!, la “libertad de pensamiento”, y la “libertad de reunión”, y la “libertad de expresión”, y los “derechos” que ofrecen los llamados panegiristas del “mundo libre”, entre grandes comillas, es el ropaje con que los guerreristas, los negociantes de cadáveres, los fabricantes de armas termonucleares, de acorazados, de flotas aéreas, y de armas de todo tipo, es el mundo de los explotadores de todo género, de los que explotan a los trabajadores de su propio país, y de los que aun no bastándoles eso, se apoderan de las riquezas de los demás países y explotan los recursos de otras naciones, y explotan el trabajo de otros pueblos; es el mundo de los estafadores, de los negociantes sin conciencia, de los traficantes de todo tipo, de los latifundistas, de los militaristas, de los esclavistas.

Y ese mundo ya está demasiado conocido, es ya suficientemente conocido, y lo conocerán, cada día más, los pueblos. De manera que resulta cada día más difícil vestir con palabras huecas todo lo que encierra.

Si en el mundo se implantase una ley, la ley de que ningún pueblo tuviese el derecho a explotar los recursos naturales de otros pueblos, y de que ningún pueblo tuviese el derecho a explotar el trabajo de otro pueblo, imperialismo y colonialismo desaparecerían.

¿Y quién puede negar moralmente que sería una justísima ley de la humanidad, la ley de que cada pueblo, cada nación, tuviese derecho a disfrutar de los recursos de su territorio, y del trabajo de sus hijos, y que ningún gobierno, ninguna nación, tuviese el derecho a explotar, ni los recursos naturales ni el trabajo de otros pueblos? ¿Quién podría negar que esa sería la ley más justa y más moral de la humanidad?

Pregúntesele a un colonialista, y a un imperialista, si estarían de acuerdo con ese principio, y verán que un imperialista y un colonialista tienen que empezar por defender el derecho de la piratería, el derecho del saqueo, el derecho de la explotación de los recursos naturales de otros pueblos, y el derecho a la explotación del trabajo de los hijos de otros pueblos. El imperialismo y el colonialismo están fuera de la ley moral de la humanidad.

Y esa es la lucha de hoy, esa es la lucha de todos los pueblos, esa es la lucha de todos los jóvenes, esa es la lucha de todos los estudiantes —digo estudiantes, no digo señoritos de las clases privilegiadas, porque un señorito privilegiado que va a una universidad será un privilegiado, pero no será un estudiante (APLAUSOS).

Y ni el señorito privilegiado que va a la universidad a defender sus intereses de clase, o el señorito confuso por la filosofía y la ideología que conviene a los intereses de esa clase privilegiada, ese tampoco es estudiante; porque estudiante es el que estudia, estudiante es el que aprende.

Y en todo caso ese estudiante confuso, que le hace el juego al imperialismo, que le hace el juego al colonialismo, que le hace el juego al racismo, que le hace el juego al guerrerismo, y le hace el juego a la explotación de las riquezas de otros pueblos y la explotación del trabajo de otros pueblos. Ese, en todo caso, será un estudiante suspenso en política (APLAUSOS).

Y por eso, ese es el primer deber de todo verdadero estudiante, de todo hombre joven, de todo obrero, de todo campesino, de todo intelectual honesto. Y que la única bandera por la cual vale la pena que se desvele un hombre joven, que la única bandera por la que valen la pena todos los sacrificios que puedan presentarse, es la bandera de la justicia.

¿Y qué sacrificio vale la pena para defender los derechos de los explotadores? ¿Qué sacrificio vale la pena para defender los derechos de los saqueadores de la humanidad, de los explotadores de la humanidad? Claro está que los explotadores de la humanidad constituyen insignificantes minorías, y para defender sus derechos tienen que encontrar quiénes estén dispuestos a ir como rebaño a la matanza por defender sus privilegios. Claro está que esa minoría en sí misma no tendría nunca fuerza para mantener esos privilegios, y por eso necesita de su gran aliada: la mentira. Porque solo con la mentira es posible que esos grandes privilegios puedan arrastrar a una parte de la humanidad, puedan arrastrar a una parte del pueblo a la lucha para defender a sus intereses, para defender sus privilegios.

Y por eso, la gran aliada del imperialismo y del colonialismo, es la mentira. Colonialismo e imperialismo, es explotación más mentira, precisamente para confundir, precisamente para engañar. Y por eso los imperialistas y los colonialistas tienen agencias cablegráficas; por eso los imperialistas y los colonialistas tienen cadenas de periódicos, cadenas de estaciones de radio, cadenas de televisión, pandillas de escritores mercenarios, para mentir, para confundir y para engañar a la humanidad.

Y piensen que lo que nosotros en Cuba sabíamos antes de la Revolución, de lo que pasaba en cualquier parte del mundo, era nada menos que lo que nos decían las agencias cablegráficas yankis. Y que nuestro pueblo, a través de todos los periódicos de la reacción…, porque no piense ninguno de ustedes que un guajiro explotado tenía un periódico o una estación de televisión; no piense ninguno de ustedes que un obrero hambriento era dueño de alguna estación de radio. Los periódicos, las estaciones de radio y televisión más importantes, pertenecían a los monopolios, pertenecían a los millonarios, pertenecían a la reacción. Y ese es el maravilloso derecho de libertad de que habla el imperialismo, que es la libertad de que 10 individuos, ricos y dueños de 10 grandes periódicos, puedan escribir ellos solos.

Lo que nuestro pueblo sabía de lo que pasaba en Argelia, de lo que pasaba en Corea, de lo que pasaba en China, de lo que pasaba en la Unión Soviética, de lo que pasaba en Africa, de lo que pasaba en cualquier país de América Latina, era, sencillamente, lo que publicaban la AP y la UPI, y que copiaban las cadenas de estaciones de radio y de televisión, y los periódicos de la reacción. Y, por tanto, nuestro pueblo estaba “informado” de lo que pasaba en el mundo, “muy bien informado” de lo que pasaba en el mundo, a través de la UPI, de la AP, y de los órganos de difusión del pensamiento de la reacción. ¿No les parece que nuestro pueblo estaba muy bien “informado”?

Y, por tanto, eso era todo lo que sabíamos del mundo. ¿Y cuántos pueblos de América Latina no están en esa situación? ¿Cuántos pueblos del mundo no están todavía en esa triste situación, en la tristísima situación de que los pueblos no sepan siquiera lo que pasa en el mundo, en la tristísima situación de que los pueblos sean miserable y vilmente engañados por los imperialistas y por los colonialistas? ¡Y qué triste es pensar que un pueblo ni siquiera pueda tener el derecho a saber lo que pasa en cualquier sitio del mundo!

Y así mantenían en el engaño a una gran parte de nuestro pueblo; así mantenían en la confusión y la mentira a una gran parte de nuestro pueblo, y así estuvimos, durante muchos años, leyendo las mentiras que se escribían sobre la Unión Soviética y la Revolución Socialista de Lenin (APLAUSOS).

Y así vivíamos nosotros, siendo informados de esa forma acerca de los movimientos de los pueblos del Africa por su independencia. Y del Africa, del Africa, no sabíamos más que lo que nos enseñaba, en las películas de Tarzán, el cine yanki, donde siempre aparecía el Africa representada por tribus de hombres semidesnudos, armados de lanzas, derrotados por el héroe blanco, héroe blanco, además, que tenía en sus manos un fusil automático. Y nunca hablaban de los grandes valores políticos y los grandes valores intelectuales del Africa, de las magníficas cualidades de los pueblos africanos.

Y esa era la imagen que el imperialismo y el colonialismo trataban de presentarnos del Africa, como trataban de presentarnos una imagen similar del Asia, o una imagen similar del indio latinoamericano, al que siempre han presentado como perezoso, decadente, sin espíritu de trabajo. Y así han tratado de representar a México con un indio cabizbajo, como si fuésemos una raza inferior, cuando inferiores no somos más que en una cosa con respecto a las “superiorísimas” razas norteñas; somos inferiores en el plato que tenemos en cada mesa (APLAUSOS).”

Fragmento del Discurso completo pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la Clausura de la Reunión del Comité Ejecutivo de la Unión Internacional de Estudiantes, efectuada en el Capitolio Nacional, 8 de Junio de 1961, texto completo en http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/discurso-pronunciado-en-la-clausura-de-la-reunion-del-comite-ejecutivo-de-la-union

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9 Responses to  Los “derechos” que ofrecen los llamados panegiristas del “mundo libre". Por Fidel Castro

  1. Liborio Guaso says:

    La bomba que faltaba en la Pupila.
    Veremos quien se atreve a negar la extraordinaria verdad contenida en esas palabras de Fidel, se puede decir que una por una.
    Con lo unico que se puede defender lo contrario a lo planteado es con las viejas teorías del derecho divino de las razas superiores, que sabemos cientificamente que no son mas que puras supercherías.
    Porque incluso para las doctrinas racistas o supranacionalistas de hoy hubo que comenzar por destruir el verdadero espíritu cristiano y sustituirlo por la codicia, la indolencia y la mas absoluta intolerancia convertida en racismo.

     
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  3. Maño says:

    Es para ponerlo en un marco como concepto de la tan cacareada POSVERDAD pero 50
    Años antes:
    …”los explotadores de la humanidad constituyen insignificantes minorías, y para defender sus derechos tienen que encontrar quiénes estén dispuestos a ir como rebaño a la matanza por defender sus privilegios”…”esa minoría en sí misma no tendría nunca fuerza para mantener esos privilegios, y por eso necesita de su gran aliada: la mentira. Porque solo con la mentira es posible que esos grandes privilegios puedan arrastrar a una parte de la humanidad, puedan arrastrar a una parte del pueblo a la lucha para defender a sus intereses, para defender sus privilegios”
    Saludos

     
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  5. Tocororo says:

    Leer ahora estas palabras, este pensamiento de hace 57 años parece algo como un sueño, quienes tuvieron la oportunidad de escucharlo seguramente no visualizarían el alcance de de lo que Fidel nos transmitía. El abecedario del imperialismo y colonialismo y sus armas de destrucción mediatica, “graben muy bien la sarta de mentiras y manipulaciones que les vamos a contar, y sobre todo ya saben, REPÍTANLAS mil y una veces hasta que la gente las aprenda y solitos las repitan entre ellos.” es el dogma esencial para confundir y manipular las mentes de todos, para que todo esté atado y bien atado, la MENTIRA, mentirosos profesionales, manipuladores y encantadores de serpientes, ENGAÑO.
    Cuba revolucionaria se convirtió por la acción de unos cuantos patriotas y revolucionarios comandados por Fidel, en un punto y aparte y el pueblo comenzó a darse cuenta que estaban, sin todavía comprenderlo todo, en ese sentido histórico que más tarde Fidel en ese universal concepto de revolución, nos daría a conocer, REVOLUCION. Por eso ser patriota, martiano y fidelista en una Cuba socialista no es un lastre como algunos “iluminados” tratan de hacer creer, en Cuba, en revolución podemos decir al imperialismo, al colonialismo, “a otro perro con ese hueso”….

     
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  7. Victor Soler says:

    De acuerdo con usted Tocororo, el verdadero lastre es el imperialismo y el colonialismo que llevan siglos avasallando a los pueblos del sur y esos ¨iluminados¨ si no les pagan en dólares, se apagan!!! son los campeones olímpicos en embuste; contra Cuba Revolucionaria, no podrán!

     

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