Un análisis fechado el 15 abril del 2009 por la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana reconoce que “es improbable que el movimiento tradicional de disidentes reemplace al Gobierno cubano”, en un documento publicado este jueves 16 de diciembre por el diario El País. Basado en esta revelación, un despacho de la agencia Reuters dice que “Estados Unidos ha destinado decenas de millones de dólares a apoyar a la oposición cubana desde la revolución que llevó a Fidel Castro al poder en 1959 y transformó la isla en una nación socialista.”
En el documento diplomático dado a conocer por el periódico español, la representación norteamericana en Cuba plantea: “Creemos que es la nueva generación de ‘disidentes no tradicionales’ como (la bloguera) Yoany Sánchez, la que podría tener una mayor impacto de largo plazo en la Cuba de la era pos Castro”. Coincidentemente, a partir de ese momento se intensificaron los premios en instituciones norteamericanas y europeas a la persona en que Estados Unidos dice cifrar sus esperanzas para el triunfo de su política en la Isla. El documento afirma que jóvenes “blogueros, músicos y artisticas plásticos, no pertenecen a organizaciones de disidentes”, y adoptan “mucho mejor, posiciones rebeldes de gran impacto”.
En esa línea parece estar la convocatoria a una “manifestación” protagonizada por un pequeño grupo de personas con ese perfil semanas después en La Habana, bajo el lema de la “no violencia” que fuera utilizado por Estados Unidos en las estrategias de las llamadas revoluciones de colores en Europa Central y del Este. El protagonismo de esa jornada, ocurrida el 6 de noviembre de 2009, lo obtuvo la misma Yoani Sánchez con una denuncia de “golpiza” nunca demostrada pero que los medios de prensa occidentales se encargaron de amplificar. El 20 de noviembre, el presidente norteamericano Barack Obama respondió un cuestionario supuestamente enviado por Sánchez desde La Habana y nuevamente los grandes medios cerraron filas con el gobierno norteamericano, en respaldo a su estrategia para “la Cuba de la era pos Castro”