Una carta de amor. Por Carlos Luque Zayas Bazán

 

En el fragor de una polémica ideológica, o en medio del análisis de las tareas de un profesional de la información, resulta muchas veces imposible no mencionar a los autores por su nombre. Sólo aludirlas constantemente puede resultar más irrespetuoso que mencionarlas derechamente. Pero como nombrar a los responsables de sus ideas hiere últimamente susceptibilidades, me limitaré a ser lo más impersonal que pueda. Al polemista puede interesarle que su posible lector identifique al productor de los conceptos que critica, pues las ideas no surgen en el aire, y cuando se trata de un gestor de la opinión pública, su identidad pública forma, o debe formar, un todo único con sus concepciones personales. Pero a ciertas sensibilidades todo criterio claro y firme le parece enseguida un acoso injusto y personal. Se entona con frecuencia un cántico de amor y reconciliación no propio de las polémicas, cuando Cuba nunca ha sido objeto de miramientos, sino de todo lo contrario. Por otra parte, si se quieren refutar las opiniones adversas sobre la labor de un periodista, político, o intelectual, se deben atender a los argumentos que se le oponen. Otro procedimiento resulta un muy insuficiente e ineficaz proceder y el ataque que se señala se convierte en otro ataque que se ejecuta, o puede serlo.

En este blog, y en otros como Rebelión.org, autores cubanos y extranjeros, han estado publicando análisis sobre la tarea de un periodista- no lo nombremos, pero ahora la intención no es el irrespeto al no hacerlo, ya está dicho – que según varias opiniones de sus defensores ha sido, o está siendo, objeto de un injusto y vergonzoso ataque dirigido a su persona. Al respecto, recientemente se afirma que los últimos días han sido una vergüenza, y como ese juicio se refiere claramente a los trabajos aparecidos en este blog sobre la polémica de marras, se sobreentiende que determinados textos y sus autores, han cometido actos vergonzosos, pues en buen castellano según el sentido recto y figurado de la palabra, no cabe considerar otra interpretación. Según Aristóteles en Moral a Nicómaco. Libro cuarto, capítulo IX, “Del Pudor y la Vergüenza”, “una cosa vergonzosa sólo un corazón viciado es capaz de hacerla.”. Consideremos, no obstante, que el autor del juicio no ha hecho un ataque personal a los autores de los textos que avergonzaron sus días y sus noches, pero advirtamos que en todo caso hay que cuidarse de no cometer el mismo acto que se reprocha en los demás, o en cualquier caso, es conveniente evitar una frase infeliz que permita, sin mucho margen de error, suponerlo.

La tarea de llamar a las cosas derechamente por su nombre, siempre ha sido ingrata, y el argumento que se esgrime para descalificar a quien lo hace, bastante socorrido, es el de estacar a las personas cuyas ideas o actitudes se discuten, cuando lo que se impone es dar respuesta, o contra argumentar los puntos, conceptos e ideas expuestas por el adversario.

Si no se exponen argumentos sobre los contenidos concretos de la polémica, o al menos se intenta demostrar que los ajenos están errados, o que se miente, o que se fantasea con la mala intención de ejercer un linchamiento, curiosamente se produce una especie peculiar de ataque, que al no examinar o refutar ideas, podría considerarse personal: se está declarando que el otro es capaz de un ataque injusto, y además, vergonzoso, sin los argumentos que lo apoyen. En este caso me cuido de no hacer lo mismo, que no me interesa en lo más mínimo, y expongo y resumo el siguiente argumento: en efecto, afirmar solamente que otros hacen un ataque personal y lleno de palabras ofensivas, o basado en meras rencillas, qué palabra, es cometer el mismo acto que se reprocha, por cuanto se limita sólo a eso, a señalar que se es una persona de carácter vicioso, resentida, que produce vergüenza o dirime pequeñeces personales en el examen de las ideas. Ni más ni menos. El argumento del escrito a que aludimos es que se trata de una pelea entre personalidades, rebajada a una vulgar rencilla o, según una de las definiciones del diccionario, a una “cuestión o riña que da lugar a un estado de hostilidad entre dos o más personas”, si se tiene en cuenta que menciona con toda claridad al autor de este blog, y al periodista objeto de los análisis que se hacen en los textos “vergonzosos”. Para demostrarlo habría que analizar cada uno de los argumentos y datos expuestos en los textos publicados en este blog y otras fuentes. No se trataría, de ningún modo, de un debate equivocado, sino uno de los más necesarios y útiles, entre otros muchos posibles.

Otros de los argumentos que esgrimen los que se avergüenzan de esta polémica, es el de la manida frase de intentar matar al mensajero. Con ello quieren significar que los temas cubanos tratados por el periodista son los que se deben atender, que son objetivos, y están allí, y es cierto que se deben atender esos temas, pero que el periodista sólo los trasmite, por lo tanto, es únicamente un conducto inocente y seráfico, o al menos neutral y objetivo. Y por un lado eso es cierto, siempre y cuando el periodista cumpla cabalmente con la ética de su profesión, haga un profundo análisis multilateral, no sesgue su mensaje, y no ponga de su cosecha una óptica tendenciosa. Aparte de que en la tarea periodística nunca hay tal e incontaminado conductor objetivo y neutral, – y eso debe ser bien sabido por todo el que escribe sobre temas públicos y sociales -, además de eso, el periodista puede no ser sólo el mensajero, sino el productor de contenidos, y ya se ha estudiado con argumentos – que necesitan ser respondidos por sus avergonzados dolientes – por varios autores, cubanos y no cubanos.

Motivado por todo lo anterior, revisité algunos textos. No encuentro, por una de las partes, las ofensas personales, ningún indicio de rencilla. Encuentro, eso sí, argumentos, datos duros, citas analizadas, fuentes contrastadas. Encuentro análisis “sobre las ideas que cada uno propone”, como leo en el artículo del bloguero que comento, que no ha ocurrido en este tema. Como allí están los textos, me puedo limitar a remitir a su lectura (para su análisis objetivo. La tentación de analizarlos uno a uno es grande, pero el rechazo a los textos extensos parece que resulta mayor en la cultura digital que muchas veces conmina a masticar sin deglutir y saberlo es unas de las técnicas usadas para influir en las mentes y hacer pasar como suyas lo que contribuye a sembrar. Encuentro, sí, por otra de las partes, un llamado a estar atentos a “los escribas que pronto aparecerán”, una rara advertencia que descalifica con un término peyorativo (¿ofensivo?), y a priori, cualquier ajeno intento futuro del prójimo que pretenda hacer lo mismo que se quiere privatizar: el derecho de ejercer el criterio. Uno sería el buen periodista, otros, meros escribas, es decir, una descalificación en toda la línea. Y dentro de los muchos análisis posibles, solo traigo cai al final de esta nota uno a colación, en el afán de contribuir a precisar si siempre estamos ante un simple mensajero, o ante el productor de ciertos mensajes, y por lo tanto, si la cuestión es un debate equivocado o no. Para unos lo seguirá siendo, cómo no; para otros, de ninguna manera. Es el derecho de cada posición, aunque el derecho no siempre coincida con el acierto. El análisis de unos de los textos ajenos que se refieren al periodista de marras, nos serviría para ver con elementos de juicio si estamos o no ante “un profesional que escribe lo que piensa con honestidad”– y no me cuestiono su honestidad intrínsecamente personal, por lo menos hasta el punto que pueden diferenciarse ambas en el ejercicio público . Aunque visto desde otro ángulo, si la intención de un analista de la realidad social es recargar los tintes sobre un aspecto unilateral de la misma, subrayar unos elementos y escamotear otros en franca manipulación tendenciosa como demuestra Arnold August en algunos de sus trabajos, y con ello ese analista es consecuente con su forma de pensar, sin dudas que es honesto consigo mismo, pero dudosamente con la profesión que ejerce, ni con la objetividad de que presuma, y por lo tanto, no lo es con la realidad o los eventos sobre los que informa o analiza, y en ese caso difícilmente se pueda hablar de una profesionalidad que no haya que analizar, y llegado el caso, refutar y combatir.

Pero en relación con el análisis de la actividad periodística en el país, de ese o cualquier otro corresponsal, sobre todo se trata ahora de lo siguiente, lo cual no me parece un debate equivocado, y está allí mi mayor diferencia con el espíritu y el contenido de una de las tesis del bloguero que se confiesa avergonzado de este debate: la solución salomónica, noble en su intento, sin dudas, pero también sin dudas equivocada, según la cual el otro hace su tarea, y total, no va a transformar a nadie, por lo tanto dejemos que cumpla su misión tranquilo, sin los sobresaltos de la crítica que se le opone, sin que tengan motivo de alarmas los demás, porque a fin de cuentas, no lo haremos cambiar. Y ya está dado por bueno el orden universal, mediante un llamado casi angélico a la convivencia acrítica en el campo de las ideas con quien, mediante procedimientos dudosos, crea matrices de opinión con una visión de los problemas de Cuba que varios analistas han calificado de tendenciosa. Entre ellos Fidel, persona de fina diplomacia, aguda inteligencia, además de probada experiencia en lides mayores, y una rica relación con personas de todas las corrientes políticas e ideológicas imaginables a lo largo de su vida. No cito para aplicar una fuerza de autoridad, aunque aclararlo sé que no bastará para algunos. Lo hago por respetar la inteligencia ajena y la estatura indiscutible de un intelectual de fuste en cuyos juicios no sólo yo confío.

Razonemos, finalmente, sobre este llamado a la convivencia pacífica en un terreno sólo aparentemente pacífico, cuando se hace una guerra de pensamiento y no se avizoran las huestes, y ya se sabe que el cuarto poder es la ofensiva, la preparación artillera de lo que luego ya no será tan blando. Nos preguntamos: si no vamos a hacer reflexionar al periodista sobre su tarea, ni le vamos a cambiar su cosmovisión ni ideología, ¿dónde cabe la esperanza de que atienda los sabios consejos que le llegan, según uno de los cuales “sea responsable con sus lectores, (que) no se sume a sembrar el desaliento y la incertidumbre que generan otros medios, que sea profesional con sus colegas, incluso en momentos de tensión”?. Me resulta bastante seráfico ese llamado, como una carta de amor ideológica dirigida al que se acepta no es militante de la misma causa del emisor, y que además, antes se ha comprendido que no haremos cambiar. Quizás la exhortación que cito surge de percatarse que muchos de los textos del periodista, pese a ser sólo un mensajero, pueden efectivamente “sembrar el desaliento y la incertidumbre que generan otros medios”, o será un acto prosélito para que ello no ocurra. Yo pienso por mi parte que quizás es lo primero, pues muchas personas, y agudos analistas como Arnold August, coinciden en lo mismo. Pero esa es una suposición, pues no tengo derecho a afirmarlo por otra persona. Lo que me temo que es inobjetable es que se trata de un propósito noble e ingenuo, pero equivocadamente conciliador. Hay debates que pueden estar enojosamente extendidos para el gusto general, o para el que adversa criterios, perspectivas críticas más frontales, poco simpáticas para ciertas sensibilidades salomónicas, o que quieren recibir el aplauso de un auditorio por la bondad de su espíritu; cierto es que hay temas de mucha importancia, que deben ser tratados con más frecuencia, pero igualmente hay conciliaciones que pueden ser también fatales y dañinas en sumo grado. Por eso es necesario que existan, como bien se acepta, textos como los que se publican en La Pupila insomne, o intelectuales como Iroel Sánchez, que no buscan la mera simpatía, y comprenden que se está en un combate donde menudean los falsos llamados a los diálogos, los consensos espurios, y las convivencias de ideas y actitudes que no pueden convivir, o donde bajo el sombrero de la objetividad se hace, o se contribuye, a una labor de zapa y desacreditación, a sembrar el desaliento o la división. La confianza de que el adversario de ideas va a atender buenamente los consejos militantes de una causa, cuando se admite entender que no milita en ella, es una confianza infundada, y un error en las lides de la comunicación. Si se trata de matar a un mensajero, si es un debate equivocado, o es una lucha de ideas que es necesario librar, es algo sobre lo cual se pueden encontrar agudos análisis y argumentos en este trabajo de Arnold August: La delegada electa y el disidente en las elecciones municipales en Cuba http://www.rebelion.org/noticia.php?id=106384. Es uno entre varios. No hago el comentario del comentario, ni el análisis del análisis, aunque creo con firmeza en la utilidad de hacerlo. El que quiera seriamente pensar por cabeza propia si estamos ante un simple mensajero de los problemas cubanos que se pretende linchar injustamente, o ante un productor de mensajes tendenciosos que, quiéralo o no, como dice Arnold August, frecuentemente asume procedimientos que distorsionan las realidades cubanas y sus significados, como se demuestra en este trabajo sobre las elecciones cubanas, y contribuye así en buena medida y con bastante frecuencia, pese a los buenos consejos ya recibidos, “a sembrar el desaliento y la incertidumbre que generan otros medios”, lea y medite con sosiego y con justicia. O en todo caso, si no se está de acuerdo, dé a conocer argumentos que lo refuten, pero sobre los argumentos que se esgrimen, no sobre acusaciones de asedio injusto. No hay en este texto nada parecido a un linchamiento malsano, no hay nada parecido a una ofensa, y menos dirigida a la persona o su condición privada, no hay nada parecido a una animadversión o rencilla personal en ese y otros textos, no hay nada que avergüence con razón. Pero en este texto se comprende también que no hay nada más parecido a una manipulación, que la visión que contribuye a crear el periodista sobre uno de los temas centrales que, nuestros nietos, o algunos de ellos, seguramente van a agradecer que fueran atendidos en su momento.

Como se ha dicho que los cuestionamientos a la honestidad y profesionalidad del referido corresponsal solo proceden de una generación y sector, o peor aun que obedecen a un ataque personal de quienes no desean discutir los problemas de nuestra prensa, recojo a continuación enlaces a textos que -además de los citados en este artículo y sin incluir los de Iroel Sánchez ni los míos- lo han cuestionado con nombre y apellidos, todos publicados antes del debate actual. Sus autores pertenecen a sectores y generaciones diferentes y más de uno ha realizado críticas al trabajo de los medios de comunicación cubanos. De los autores de más de un texto sobre el tema, como ocurre en  varios casos, solo he enlazado el primero.

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23 Responses to Una carta de amor. Por Carlos Luque Zayas Bazán

  1. Troych says:

    Mera información: ¿podrían decir quién es Carlos Luque Zayas Bazán?

     
  2. llabrada says:

    En mi opinion, un poco mas de lo mismo. Me imagino q alguien haya escrito acerca de las causas de fondo q han traido este drama y sobre todo q hacer para tratar de evitarlas, pero realmente no recuerdo haber leido articulo al respecto, si alguien tiene enlace, lo agradeceria.

    Saludos, Luis

     
  3. chilecuba says:

    ¿Podría decirme Troych, por mera información, si ese es su nombre, en caso puede identificarse ya que se interesa en mi identidad? En el caso de necesitarlo y saciar su curiosidad, puede escribirme a andateporlosandes@gmail. com. Mucho gusto.

     
    • Troych says:

      Saludos, he leido sus artículos en este blog, así que tengo derecho a conocer quién es su autor. Me parece bien que aporte con su pluma a estos debates, aunque me parece que para un blog escribe muy extenso. Yo sé que eso lo critica, pero hay que adaptarse al ciberespacio y más a las condiciones que tenemos los cubanos acá, con internet limitada y costosa que nos obliga a navergar rápido y aprovechando el tiempo.

       
  4. Mailet P. says:

    Dejó bien clara su posición sobre el tema Ravsberg y la necesidad de combatir al “productor de mensajes tendenciosos que, quiéralo o no, como dice Arnold August, frecuentemente asume procedimientos que distorsionan las realidades cubanas y sus significados”; OK. Pero me hubiese gustado además su clara opinión sobre los otros temas que componen el debate equivocado. De alguna manera tuve la sensación de que este trabajo no estuvo del todo equilibrado en el análisis del texto publicado en jovencuba.com, quizás fue su intención expresa o me faltaron luces a la hora de desentrañar el contenido del mismo; todo puede suceder. Gracias. Aaahhh!, y este si es mi nombre.

     
    • chilecuba says:

      Gracias por sus opiniones, Mailet, y por identificarse. Tendré en cuenta sus sugerencias. Tiene mi correo por si desea comunicarse conmigo. Y no creo que le faltaran luces a ud. En efecto, me ceñí a un objetivo. Ya expresé mi opinión de por qué la tarea de los comunicadores sociales cubanos es tan difícil, tanto como lo ha sido la sobrevivencia de Cuba, y mientras algunos hagan la tarea de desacreditarla, o informar con sesgo de su realidad, lo cual coincide con los objetivos de sus enemigos históricos, dejo la tarea de la critica de las insuficiencias a quienes están más dotados e informados para ello que yo, que no faltan, como se puede comprobar, y no faltará. Al intelectual honesto, militante y crítico a la vez, que es el que necesita Cuba, se le nota de inmediato. Allí tiene ud. el ejemplo de Fernando Martínez Heredia, por sólo poner un ejemplo muy señero. Las criticas de Fernando son profundas como las que más, pero es la distancia entre el talento de un investigador de alta postura ética y comprometida, con respecto al amarillismo periodistico y la falta de rigor, y sobre todo la pertenencia a la ribera opuesta Un saludo.

       
  5. Omar says:

    Si nos centráramos más en lo mejor del periodismo de Ravsberg (y de otros), ese que tanto gusta a la gente por llamar las cosas por su nombre, y menos en su persona, estaríamos haciendo mejor periodismo, y quizás, mejor país, mejor Revolución…

     
    • Gracias, creo esa regla es aplicable a todo incluso al “periodismo” de FR.
      Saludos
      PD: Muchas de las personas que han escrito los artículos enlazados han criticado nuestro periodismo y también a FR.

       
  6. TOCORORO says:

    A este escrito de Carlos Luque titulado, – Carta de amor – yo en mi interior le he añadido, “y muchas sensibilidades”, algunos dirán que es muy largo, que en prensa digital debe haber mensajes cortos, sintéticos, en fin, ya sabemos que quien dice esto también habla de la muerte del mensajero como cita Luque. A mi personalmente me ha tocado muchísimas sensibilidades este escrito de Carlos Luque, porque toca cada uno de aquellos puntos de quienes miran a Cuba con la mirada limpia y que saben que Cuba es el país donde se enlaza todo, la ciudad con el pueblo, el pueblo con el barrio, las personas con personas… es consustancial al socialismo cubano, y no con ese mirar inquisitorio, por encima del hombro, de aquellos que le exigen a Cuba lo que a ningún otro se le reclama, porque como dice Carlos Luque, “Cuba nunca ha sido objeto de miramientos, sino de todo lo contrario”.
    La “Disociación Psicótica” de la prensa o medios de comunicación en general en el exterior en todo lo que se refiere a Cuba es un fenómeno psicosocial resultado del proceso sistemático de manipulación, sean imágenes o mensajes audiovisuales, cualquier cosa, para crear una realidad distorsionada. Una de las cosas que más llama la atención en las personas del exterior es el desconocimiento total sobre las elecciones en Cuba, se creen que no existen y bueno cualquier patrón implantados a través de masivas campañas informativas, difundidas principalmente por prensa, televisión, radio, cine e Internet.
    Ahora nos vamos a Cuba y nos encontramos que en estos mismos momentos el tono va subiendo y la utilización de las ciencias sociales para la manipulación del discurso en línea son la clave para destruir la reputación de sus objetivos y generar resultados oportunos, maniobras que obedecen a la llamada Guerra de 4ª Generación y esto va directamente a la polémica y debate que se ha dado últimamente con el tema F. Ravsberg, a raíz del periodista holguinero. Personalmente creo que en el periodista Pantoja los hechos, más que las palabras, descubrirán sus intenciones, aunque al parecer rápidamente se ofreció a una entrevista del contrarrevolucionario 14ymedio, no sé esto como se puede interpretar si enlaza también porque es Cuba, como digo más arriba hablando cómico, o porque hay un boceto por detrás, o simple oportunismo, pero de lo que no hay duda es de lo que Iroel escribió y que fue lo que levantó la polvareda que vino después “Y ya sabemos quién es Ravsberg”. Como afirmó Nietzsche, “lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que de ahora en adelante ya no podré creer en ti” y porque el mentiroso no puede controlar ni esconder todas sus conductas y F. Ravsberg mintió, manipuló, tergiversó, mintió tendenciosamente y sesgó y mintió por enésima vez y cuadragésima vez, y porque el que dice una mentira está obligado a decir veinte más para sostenerla, pero la mirada severa del pueblo cubano lo pondrá en su “sitio”, Iroel Sánchez, Carlos Luque, Aixa y muchos más ya lo han hecho…

     
  7. Alberto says:

    Y seguimos en el dime y te diré con FR,dios! Ya este debate ha pasado de lo sublime a lo ridículo. Es valida la publicación de un artículo,quizás 2 sobre él, pero llevan días publicando lo mismo con otras palabras. Céntrense en informar sobre las cosas que pasan en Cuba, y dejen a Ravsberg que no dejará de hacer su trabajo por mucho que intenten desacreditarlo. Si alguien no conocía el sitio del blog de Fernando, ustedes se han encargado de hacerlo famoso. Cordial saludo.

     
  8. Muy bien otra vez, Luque, aunque me llama la atención que, solo de pasada -tal vez porque lo harás en próximos artículos-, escribas sobre la conciliación de “la pluralidad” al estilo capitalista que muchos desde hace tiempo quisieron implantar en Cuba para romper su unidad y fracasaron. Pienso que es eso lo que hay en el fondo de estos debates ahora mismo en torno a Cuba: volver a la guerra de implantar tal “pluralidad” para, al fin, eliminarnos. No creo que haya fruto en el pensamiento único, por demás imposible en su concepción humana, pero sí creo que cuando se dice que “a Iroel no se le puede marginar porque representa a un sector”, de alguna manera se está buscando esa “pluralidad” falsa e ingenua que domina el orden en las sociedades capitalistas y que lógicamente no aspira a construir nada nuevo de lo que ya existe y funciona a la perfección para los intereses de ese sistema de vida. Cuba sí se propuso algo nuevo: la pluralidad en la unidad. Y en mucho avanzamos! Que en las más difíciles circunstancias de su proceso revolucionario, Cuba deba seguir avanzando por esa línea es un desafío tan gigantesco que a todos nos será bien difícil expresar y practicar, pero los que creemos que en la pluralidad unida que buscamos sí existe otra libertad, otra democracia, otro orden social, otro mundo distinto al que vivimos, estamos obligados -o al menos habremos de tenerlo como esencia de vida-, a expresarlo y practicarlo en una hora dura e incierta y no solo para Cuba. Pero es la única imagen por la que el tiempo de la historia mira a Cuba. Que debemos ser sumamente cuidadosos en extremo DEBE SER LEY, PERO QUE DEBEMOS SER IGUALMENTE EXIGENTES CON SU EXISTENCIA DEBE SER OTRA LEY. Lo contrario, ya lo sabemos todos, ellos y nosotros, es volver a esa oscura “normalidad” del mundo donde ni siquiera FR podrá vivir ni de la palabra ni de su mensaje acariciador. Todo habrá terminado y solo los grandes poderes del capitalismo nos dirán qué pensar y qué hacer hasta que surjan otros hombres y mujeres conscientes del valor de su responsabilidad en la vida y retomen, como tantas veces ha pasado, estas luchas por “el mejoramiento humano”.

     
  9. chilecuba says:

    Estimado Andrés Marí: Suscribo completamente las ideas de su último comentario y le agradezco mucho su atención a mis textos, que es el único “pago” que nos interesa por el tiempo que le dedicamos .

    En efecto, no dejé de notar la pincelada de cierta propuesta “centrista” y conciliadora en el artículo que comento. El título se refiere un poco a eso. Me recordó una frase que le oí a Fidel sobre “las cartas de amor” que son incompatibles en la lucha de las ideas. Sobre el tema de la “pluralidad”, término tan apreciado y caro al neoliberalismo y su falsa democracia, ya había escrito varios textos y se los indico a continuación, si pueden ser de su interés. Gracias.

    es-que-el-centro-político-no-existe-o-del-sitio-donde-tan-bien-se-está

    no-nos-dejemos-enganar-por-los-señuelos

    de-lo-posible-se-sabe-demasiado

    sobre-los-principios-del-debate-en-cuba-por-que-se-oponen-los-que-se-oponen

    ciba-piedra-cuba-en-política-es-posible-no-estar-en-ningún-lado

    por-algo-superior-a-un-cambio

    soliloquio-a-propósito-de-una-propuesta-para-una-cuba-imposible

     
    • Raul says:

      Buenas a todos, desde hace algún tiempo sigo este blog y los debates que genera, ahora la primera vez que escribo, por cierto a FR le dije lo que pensaba sobre el en su blog, al cual entre solo para eso.
      Hay que ser objetivo y veraz, y sobre todo demostrar con argumentos, lo cual hace objetivamente la mayoría aquí, principalmente el creador de este blog, por supuesto descontando a los trolls, que son los mismos en cada uno de los sitios donde existe una opinión positiva sobre Cuba, a veces con diferentes seudónimos, en fin esa es su tarea.
      La Revolución Cubana no es una obra perfecta, acaso eso es algo nuevo? Hay que perfeccionar nuestra prensa, la economía, etc, etc, lo que hace falta es que nos dejen hacer y no nos jodan mas.
      No podemos pecar de ingenuos, a mi juicio una cosa es tener un criterio diferente, otra óptica, discrepar o incluso defender una ideología diferente, para esos mis respetos y aceptado el reto, porque al menos se muestran como piensan y como son, para los camaleones, mentirosos, manipuladores y simuladores que insultan nuestra inteligencia y a la vez se benefician de las bondades de la Revolución, mi desprecio, no creo que quien tenga esa conducta pueda ser una buena persona como dicen, aunque creo al igual que Fidel en el mejoramiento humano.
      Algunos hablan de linchamiento y han utilizado otros adjetivos, incluso personas a las cuales respeto mucho. Por favor de lo que se trata es de defender la Revolución y perfeccionarla sin que se pierda su sentido de justicia, sus logros y sus verdaderos intereses, que son los del PUEBLO CUBANO, es solo eso.
      Que nadie sueñe o se maree, nuestros enemigos se sentaron en la mesa a negociar por que no pudieron lograr lo que querían por la fuerza, al final nos reconocen y respetan, entre otras cosas, porque siempre hemos sido consecuentes.
      Continuemos entonces denunciando y desenmascarando a quien quiera destruirnos y hundir nuestra obra por los medios que sea, eso es legitimo y nos toca. Y que hablen, que como decía mi abuelo, de todas maneras van hablar.
      Muchas Gracias por permitirme exponer mi criterio.

       
  10. Gracias, Luque, por el envío de estos otros artículos que, en algo recuerdo por sus títulos haberme leído algunos, no me viene nada mal releerlos y conocer los que no he leído. Ahora bien, aparte de estas lecturas necesarias, después de haber escrito mi comentario reflexioné un poco más sobre la cita “a Iroel no se le puede marginar porque representa a un sector”. Es que tal pensamiento no solo evoca una falsa pluralidad, sino que prácticamente ya se sitúa en la distribución de sitios para -como la mayoría de los que escribimos o comentamos en este blog- la realidad que está imaginando. ¿Es que ya nos han arrebatado el poder revolucionario y sencillamente debemos ser consecuentes con “el nuevo poder” y aplaudirles que no nos marginen? Al parecer este debate tan necesario no está nada equivocado en su dirección, pero, así y todo, tengamos la inclaudicable serenidad de saber que no nos han arrebatado el poder revolucionario y que, lejos de llegar a tener que defenderlo en su más dura decisión, y tampoco sin tener que llegar a creer que debemos parar en las transformaciones que se hacen y habrán de hacerse, siempre complicadas, Cuba no caerá nunca en la marginación de nadie que la ame y continuará ofreciéndole a todos esos amoríos la posibilidad de compartir el proyecto de vida que sigue intentando llevar adelante.

     
  11. Gustavo Modarelli says:

    Parece imposible desnudar los “programas ocultos” detrás del discurso de quienes se arrogan la característica de ser los más inteligentes y creativos críticos del Gobierno cubano, y le reservan a quienes no están de acuerdo con ellos los motes de “cuadrados”, “mancos mentales”, “burrócratas”, etc. Es que estos protectores de “mensajeros” corren a proclamar su amor revolucionario y verdaderamente verdadero, por las conquistas de la Revolución. A veces, da pena tener que reconocer que son parte de una corriente bien definida por ese “programa oculto” personas a quienes hemos admirado. Creo que el camino para desnudar el rumbo que han escogido es preguntar, simplemente “cómo pensás que se logra esa supuesta buena intención tuya?” Cuando proclaman su orgullo por el sistema de Salud cubano, o por el Educativo, y dicen que no renunciarían jamás a ellos, preguntarles “¿Y, cómo se sostendrían en una economía como la que proponés? ¿Durante cuánto tiempo seguirían contribuyendo a esos sistemas estatales igualitarios los que ganan lo suficiente como para pretender usar elegantes lugares privados? ¿Cuánto tardarán en reclamar, como una conquista “democrática”, que sus hijos no compartan la escuela con los hijos de sus empleados? ¿Cuánto tardarán en pretender tener sus sanatorios exclusivos, con grandes comodidades, pagados por ellos? ¿Y, luego, no reclamarán dejar de aportar a los sistemas públicos, ya que ellos no los utilizan? ¿Cómo van a hacer para que una intolerable desigualdad comience a sembrar la violencia en la sociedad? ¿Cómo van a hacer los “pluralistas” para evitar que los grandes capitales creen sus partidos políticos apoyados por los medios de comunicación masiva y recursos gigantescos? Tal vez, en lugar de llamar “cuadrados” a los defensores de la Revolución, podrían tomar una dosis de honestidad para reconocer que no se trata de bobos que defienden mal el programa de “los inteligentes”, sino buenos defensores de la Revolución, y que tampoco ellos son torpes defensores de las conquistas logradas, sino inteligentes defensores de la restauración capitalista. Y, si desnudar sus intenciones es “linchamiento”, pedirles que dejen, entonces, de “linchar” al periodismo revolucionario, a los funcionarios de Gobierno indiscriminadamente, y hablar, de vez en cuando, de las cosas que probablemente estén siendo bien hechas, considerando como marcha el mundo, entre tiroteos, golpes de Estado, aumento de la pobreza y retroceso generalizado.

     
  12. Carlos Luque says:

    Gracias, Gustavo Modarelli. No responder a esas preguntas ha sido una de las causas del fracaso de otros intentos. Pero en la Isla siempre habrà cubanos que sepan escuchar lo que advierte, que se hacen esas mismas preguntas, y hace rato que tienen respuestas, y estàn dispuestos a mejorarlas, tanto como ha encontrar las preguntas nuevas y sus nuevas soluciones, porque nos enseñaron nuestros mayores a leer, no a creer. Y Cuba tiene otro tesoro contra el que naturalmente bombardean tanto los super izquierdistas, como los derechistas solapados, y es su Partido y el legado de Fidel y la generaciòn del Centenario…A eso le llaman oficialismo y cuadratura ahora, porque es prestigioso posar de aperturistas y flexibles. Sin duda la ofensiva psicològica recoge frutos, pero son mucho màs los que no se dejan confundir. Gracias por hacernos pensar…

     
  13. Gustavo Modarelli says:

    Gracias a usted, Carlos Luque por su amabilidad.

     

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