Más allá de Chanel y Fast and Furious. Por Iroel Sánchez

 

Los sucesos de los últimos días en La Habana alrededor de la pasarela de Chanel en el Paseo del Prado y la Plaza de la Catedral y la filmación de algunas secuencias de la octava parte de la saga hollywoodense Fast and Furious, que afectaron el desplazamiento de la población por áreas céntricas de la ciudad, han motivado el festín de los medios de comunicación que los mostraron como prueba definitiva de la inexorable marcha cubana hacia el capitalismo. 

¿Qué hacer? ¿Rechazar actividades que pueden beneficiar económicamente al país porque pertenecen a la industria cultural hegemónica? ¿Aceptarlas pero guardar un silencio vergonzante al respecto? ¿Abrirnos acríticamente a ellas? ¿Entregarles  temporalmente espacios públicos de alto valor simbólico y patrimonial e imponer en su nombre restricciones de movimiento a vecinos y transeúntes sin que medie una explicación de los motivos para asumirlas? ¿Abstenernos de utilizarlas para influir en sentido inverso en quienes son parte de una estrategia de influencia? 

Si el desfile de Chanel era parte de la semana de la cultura francesa, por qué no aprovechamos para exhibir nuestra cultura en su sentido más amplio y, previo a sus pasarelas, los modistos y modelos franceses no asistieron como parte de su programa a una fábrica de guayaberas cubanas, a nuestro Instituto Superior de Diseño y a la Feria Arte para Mamá, más allá del rol de escenografía pasiva que aceptamos asumir. Si aceptamos el desfile de Chanel como un acontecimiento cultural, por qué entonces -en un país donde la cultura es derecho- integrantes de las organizaciones estudiantiles, obreras y gremiales en instituciones afines a esa actividad, y las de vecinos de los Consejos Populares cercanos al espacio donde se realizó, no recibieron invitaciones para sus miembros de fila que legitimaran ante los visitantes y el mundo nuestra sociedad, en las antípodas del glamour para las minorías. 

Qué bueno hubiera sido que en nuestros medios de comunicación, o a través de las instituciones de la comunidad, las contrapartes cubanas de la producción de Fast and Furious solicitaran la cooperación de la población local ante los inconvenientes que se ocasionarían a la movilidad en el centro de la ciudad y le  expusieran los beneficios económicos o tecnológicos que esperaban obtener para el audiovisual cubano de esa producción que muy poco tiene que ver con el arte y mucho con el comercio y los estereotipos. 

Recuerdo haber escuchado una vez a Fidel decir que si autorizaban a los norteamericanos a viajar a Cuba sería el gobierno revolucionario el que le pediría a las familias cubanas que les alquilaran sus casas. Creo que con esa afirmación el Comandante manifestaba su confianza en el pueblo forjado por la Revolución y también la necesidad permanente de la argumentación oportuna ante las situaciones que pueden crearse en un proceso como el que se desató a partir de los cambios en la política de EEUU hacia Cuba anunciados el 17 de diciembre de 2014. 

No estamos ante una relación solo diplomática o institucional, es un enfrentamiento cultural donde los acontecimientos simbólicos cobrarán cada vez más importancia; un nuevo escenario en el que solo con el pueblo, con su protagonismo informado, podemos aspirar a salir victoriosos. 

Mucho hemos aprendido en estos años, es hora de poner en práctica las enseñanzas de quien nos dijo, previendo este momento:  

“Con ideas verdaderamente justas y una sólida cultura general y política, nuestro pueblo puede igualmente defender su identidad y protegerse de las seudoculturas que emanan de las sociedades de consumo deshumanizadas, egoístas e irresponsables. En esa lid también podemos vencer y venceremos.”

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22 Responses to Más allá de Chanel y Fast and Furious. Por Iroel Sánchez

  1. Pingback: Más allá de Chanel y Fast and Furious. Por Iroel Sánchez — La pupila insomne | Solidaridad Latinoamericana

  2. PCMcGee says:

    Indeed, you may “win” in the clash of culture* that is about to ensue. (*No, not “culture’s”, there is only one culture, therefore no winning or losing.) But it must alter you, this cannot be averted. Where there is new environment, there is new behavior. To believe that culture can remain unchanged, isolated, protected, is the same as sticking your head in the sand, and just as effective.
    What is needed is to adapt your behavior to reflect your values in the most extensional way. If capitalism acts as a disease to the culture, is it curable? By what path?
    Certainly science can provide relevant data, but we must ask the pertinent questions. Perhaps, Cuba’s isolation from the effects of capitalism can provide an effective perspective from which to ask relevant questions?

    Via Google Translate, apologies.
    De hecho, es posible que “ganar” en el choque de la cultura * que está a punto de producirse. (* No, no “la cultura de”, sólo hay una cultura, por lo tanto, sin ganar o perder.) Pero se debe alterar, esto no puede ser evitado. Donde hay nuevo entorno, no es nuevo comportamiento. Para creer que la cultura puede permanecer sin cambios, aislado, protegido, es el mismo que meter la cabeza en la arena, y tan eficaz.
    Lo que se necesita es adaptar su comportamiento para reflejar sus valores de la forma más extensional. Si el capitalismo actúa como una enfermedad a la cultura, es curable? Por qué camino?
    Ciertamente, la ciencia puede proporcionar los datos pertinentes, pero hay que hacer las preguntas pertinentes. Tal vez, el aislamiento de Cuba de los efectos del capitalismo puede proporcionar una perspectiva efectiva de partida para hacer preguntas pertinentes?

     
    • enrique cortes says:

      El punto es mucho mas profundo y claro como lo senala Iroel, esto es mas que una simple apertura, esta enmarcada en LA BATALLA DE IDEAS, que el Cmde. Jefa a senalado desde mucho tiempo atras, es por tanto algo mas delicado el enfoque de tema y en cuanto a las preguntas e interrogantes estan muy bien elaboradas y argumentadas en el mismo articulo, claramente expresadas y es mas hasta muy bien referidas gramaticalmente hablando (con los dos simbolos de interogacion de nuestro castellano) que le falta en este caso al del comentario. Pero lo imporante es el profundo contenido del mensaje que es el fondo del asunto.

       
  3. Renée Francisco Cañizares González says:

    Iroel: Estoy totalmente de acuerdo contigo, aunque en honor a la verdad, nuestros medios y los líderes de la comunidad a nivel de CP y Mpio, están carentes de la experiencia necesaria para manejar estos nuevos acontecimientos de la manera más provechosa a nuestros intereses y sumar a la población a sentirse protagonistas de peso y no Cómo ha sucedido en ambos escenarios. Cortando… se aprende a…

     
  4. La revolución hay que hacerla con el pueblo que se tiene y no con el que deseamos. Fidel confía en el pueblo cubano. Las que vemos desde fuera (desde el mundo capitalista) este fenómeno tenemos miedo. Miedo de perder una referencia cultural tan importante y singular como la de la cultura cubana y su gestión. Pero sí, hay que confiar en el pueblo. No nos queda otra. Grandísimo blog!

     
    • Mike L Palomino says:

      Tiene usted el más descar(n)ado concepto del carácter gregario de una sociedad.
      ¡Así que el pueblo es un instrumento, una arcilla fundamental sobre la que un avatar imprime su estilo!
      El pueblo es el soberano y el gobierno su administrador.
      Si todos los pueblos soviéticos, Ucrania y Georgia, los del Levante europeo y hasta los anamitas se transformaron a la caída de la cortina de hierro, así el cubano se desprenderá de la camisa de fuerza que ha usado hasta hoy.
      El que tenga ojos que vea.

       
  5. jolubaro says:

    Muy bien Iroel. A partir de esto yo pregunto “¿No puede un periodista investigar los beneficios económicos que se esperan obtener por ambos eventos(Chanel y Rápido y Furioso)?” Eso sería tremendo ejercicio y muy bien visto por parte del pueblo que se está haciendo esa misma pregunta y nadie dice nada, y por otra parte del pueblo que ve mal estas “invasiones”. Los que conocen esa información quizás están esperando ser entrevistados, pero como nadie va a preguntarles…. Entonces, que no quede por los periodistas. Yo si no puedo ir a preguntarles, que si no… Pienso que estos eventos son bienvenidos en la medida en que aporten beneficios económicos y que la gente pueda conocerlos y apreciarlos por ejemplo, en la restauración de los edificios más desbaratados del Prado.

     
  6. Pingback: Al di là di Chanel e Fast and Furious | progetto cubainformAzione

  7. Adolfo says:

    Hoy más que nunca nuestro pueblo se está dividiendo en castas o capas sociales, amén de que todas nuestras regulaciones dicen que se debe evitar el acumulamiento de capital, ya se observan Paladares de lujo, casas de lujo, gente de lujo, que han obtenido su capital por su esfuerzo propio, o no, ¿quién sabe?, ya existen viviendas, creo más de mil que están relacionados con esa firma estadounidense, no me acuerdo su nombre, dedicada a la renta de viviendas y hasta hace poco exclusivamente a norteamericanos.
    Y después de lo anterior ¿me preocupa Chanel o Rápido o Furioso? no, eso es temporal, ya dejó de ser noticia. Lo que me preocupa ese esa capa o casta o gente para el cual el cubano medio no es persona, porque no es cliente, o porque no puede estar en los mismos lugares que ellos frecuentan y que nos miran por encima del hombro, eso es de todos los días y eso si me preocupa porque estos pueden influir con su dinero en un futuro mucho en este país.

     
  8. Nola says:

    Que hacer? Por lo menos pedir perdon a los muchos cubanos reprimidos por “mostrar” desvios ideologicos al consumir la cultura del enemigo. Se sigue desmontando la cosa!

     
  9. Rodolfo Garva says:

    Iroel,
    Me agradó ver este artículo tuyo publicado hoy en el periódico la Jornada.
    Un abrazo

     
  10. Omar says:

    Por primera vez estoy casi totalmente de acuerdo contigo. Me sorprende lo directo y claro que eres con en tu condena a este nuevo secretismo tan habitual en nuestra “gran prensa”. Pero como toda crítica medianamente dura que viene del propio oficialismo, como que la echas a perder con la cita de (mi querido) Fidel, algo típico en estos casos. Yo sí creo que Fidel tenía, y tiene, confianza en nuestro pueblo, ¿cómo no hacerlo?; pero, paradójicamente, no la tenía tanto cuando siempre se alentó desde las más altas esferas del país, precisamente ese secretismo y una visión monolítica de la realidad, sin el más mínimo chance a otras ideas políticas, desde el respeto, y sin acceso a fuentes alternativas de información, también desde el respeto. Como que la batalla de ideas nunca fue tal…

     
  11. Y digo yo, en qué momento argumento que el pueblo no es soberano, cuando se está enfrentando a unas de las luchas más cruentas que pueden enfrentarse como es la lucha cultural? Si Fidel y la Revolución han enseñado a la sociedad cubana a ser lo que son, lo único que tenemos que hacer todas las personas que confiamos en ese sistema es hacer lo mismo. CONFIAR.

    Iroel, un saludo desde Granada, España. Gracias por blogs como los tuyos.

     
  12. Saludos desde La Habana.

     

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