Todos los denominados políticos en el mundo occidental, en su camino de ascenso a un título presidencial, hacen numerosos compromisos con los denominados lobbies de cabildeo, para su apoyo ya sea de orden político o económico, el caso del actual elegido presidente en la república Argentina, Mauricio Macri no es la excepción de la regla. Aparte de sus compromisos con su clase social, la burguesía nacional y sus pactos con otras tendencias, hubo uno que marca claramente sus proyecciones actuales, los que hizo con el importante lobby judío establecido en ese país.
Con independencia de lo criticable del hecho terrorista de la voladura de la sede de la AMIA, ocurrido décadas atrás, donde hubo varias decenas de muertos y numerosos heridos, las autoridades existentes en aquel momento trataron de inculpar a diplomáticos iraníes sin haber ningún indicio ni prueba concluyente que lo demostrara, todo ello apoyado por representantes del aparato de seguridad en la persona de ‘’Jaime’’ Stiuso, encargado en aquel entonces del control de la causa quien ahora estaría prófugo en territorio norteamericano y se plantea la posibilidad de su regreso a Argentina al estar Macri al frente del gobierno.
En la etapa previa a la campaña electoral, a través de la gestión del fiscal Alberto Nisman fue reabierta dicha causa donde se trataba de implicar de alguna manera a la entonces presidenta Cristina Fernández por supuestamente haber manipulado la investigación de los hechos, cosa posteriormente descartada, a pesar del suicidio del fiscal actuante, una muerte que también se intentó utilizar contra el gobierno kirchnerista.
Ahora, familiares de Nisman y de la comunidad judía en Argentina reclamaron al presidente su intermediación para la reapertura de la causa. Macri se mostró complacido y afirmó daría su apoyo a la solicitud, lo cual permitiría el encausamiento nuevamente de la ex presidenta, crearía un manto de sospecha sobre su actuación en el caso y generaría la duda en la población en beneficio del nuevo gobierno y los sectores de la derecha empeñados en desacreditar el kirchnerismo.
El problema queda más claro debido a la crisis popular que padece el gobierno de Macri por sus medidas antipopulares y que afectan a la masa trabajadora y sectores mas necesitados del país, por su entrega a los intereses del capitalismo internacional y su accionar neoliberal desde el primer día de su gobierno. O sea, la vieja táctica de desviar la atención de lo que ocurre y de paso echar lodo sobre la ex presidenta y su gobierno.
Con independencia de lo que entraña la reapertura de la causa y quiénes están detrás de ello, no está de más alertar a los actores políticos internacionales del sentido de las acciones de Macri en beneficio propio y no precisamente a favor de la república Argentina.
La primer pista sobre el atentado a la AMIA no fue la iraní, sino la sirio-libanesa (Irán advirtió a la Argentina que investigara a Hezbollah) Era creíble, ya que Menem había incumplido el pacto que había hecho, de entregarles el misil Cóndor. En cambio, cedió a la presión yanqui para que desmantelara el proyecto. Nissman participó de esa primera instancia, y procesó al comisario “Fino” Palacios por encubrimiento. Debía allanarse la vivienda de un sirio-libanés vinculado a Telleldín, proveedor de la camioneta utilizada. La policía llegó a las 8 am, pero el allanamiento se realizó a las 17 pm, luego de varias comunicaciones telefónicas entre Palacios y el sirio. Este policía fue designado por Macri como Jefe de la naciente Policía Metropolitana, a pesar de estar procesado por encubrimiento, alegando que los dirigentes judíos no se habían opuesto.
Cristina Fernández defendió la pista sirio-libanesa, y se enojó por su abandono cuando dejó de ser senadora, y como diputada nacional, presidió la Comisión Investigadora del atentado, firmando en disidencia informes que desviaban la investigación hacia Irán. Pero, cambió su orientación por presión yanqui, comenzando a denunciar a Irán en las N.U. como país terrorista. Cuando los yanquis cambiaron su posición respecto de Irán, abandonando la idea de una intervención militar, Cristina Fernández acompañó el cambio, acercándose a Irán, aunque sin abandonar los reclamos insustanciales e injustos sobre funcionarios iraníes. No se modificaron los pedidos de captura a Interpol (alertas rojas), a pesar del papelón hecho en Inglaterra, donde después de detenerse a un funcionario iraní, la Justicia británica lo dejó en libertad por falta de pruebas, y condenó al Estado argentino a indemnizarlo con 25.000 dólares.
Macri no tiene de dónde agarrarse para imputarle a Cristina Fernández haber estorbado las investigaciones (y, menos aun después de haber nombrado al “Fino” Palacios). La “investigación”, a cargo del suicidado fiscal Nissman, siempre estuvo orientada por el FBI y el MOSSAD, de quienes Nissman era un servil empleado. La única vez que tomó una medida sin haber pedido permiso previamente, pidió perdón de rodillas. La denuncia contra Cristina Fernández, y que utilizaron para sembrar sospechas de que había sido asesinado, era tan insustancial que un ministro de la Corte Suprema comentó públicamente que, de demostrarse todo lo que decía Nissman en su “denuncia”, habría demostrado que no existió ningún delito.
Este “show” del inepto presidente Macri no tiene el menor vuelo, y sólo sirve para continuar engañando a la gente respecto de la supuesta pelea kirchnerismo vs. macrismo, haciéndose mutuamente responsables por el brutal ajuste, y ocultando que se trata de una embestida del capitalismo contra trabajadores. Así, mientras simulan una pelea entre ellos, que favorece la abstención de la burocracia sindical, que no hace nada por los trabajadores, y paraliza a muchos que son “neutrales”, ya que no quieren kirchnerismo, pero tampoco macrismo. Aun habrá que esperar que muchos que votaron por Macri dejen de responsabilizar al gobierno anterior por lo que está haciendo éste. Tendrán que aceptar que votaron por sus verdugos.
Mientras tanto, el asesor económico de Scioli, Bleger, declara que, con matices, pero Scioli hubiese hecho lo mismo que Macri. En la Provincia de Buenos Aires, el FPV le votó el presupuesto a Vidal, para el ajuste y el endeudamiento salvaje. Cambiemos reprime a Milagro Sala, en Jujuy, por un acampe (todas las organizaciones de izquierda la defendieron contra la criminalización de la protesta social, a pesar de sus diferencias con la Tupac Amaru), pero Scioli, en campaña, también había anticipado “tolerancia cero” con los piqueteros. La Ley Antiterrorista, que criminaliza la lucha popular, es kirchnerista.
No sé si el inservible de Macri llegará a pagar algunas cuentas, pero es seguro que volverá de Davos con las rodillas sucias de tanto arrastrarse ante sus amos yanquis, israelíes, y cuanto oligarca ande suelto.
Macri como todo buen burgués, juega con las circunstancias que le son favorable y aplica el oportunismo, tal que retiró las fotos de Kirner y Cháves igualando a la derecha venezolana y ha despedido a miles que ocupaban un puesto en los gobiernos nacionales y locales, ha puesto en prisión una diputada del parlamento latinoamericano y está acercando su política a los intereses foránemos para hacer lo que la gran burguesía porteña quiere, sin importarle que la mayoría mínima de los argentinos votaron por él para que garantizara los cambios necesario a la economía argentina.
No hace falta tanta explicación la historia contemporánea de la Argentina tiene los argumentos para que los argentinos vuelvan al caminoÑ los miles de jóvenes muertos porque eran opuestos a las dictaduras militares y sus hijos desaparecidos, la crisisi de las finanzas argentinas, los líderes y las ideas pospuestas por el crimen organizado por los militares que inescrupulosamente utilizaron la fuerza para callar la ignidad y la lógica patriótica de generaciones enteras, dan la enseñanzas de lo que puede hacer el pueblo en estas circunstancias. La mayoría parlamentaria de izquierda poco puede hacer ante un gobierno que ahorita usará trucos y someterá a la población al control militar y pondrá en la calle por decreto presidencial a los criminales de todos los tiempos que asesinaron al pueblo. Ya las manifestaciones están siendo reprimidas, pero no se cuenta con el pueblo argentino que ha sido capaz de ir contra imperios y vencerlos. El pueblo argentino tiene fortalezas y no sabe Macri que pudiera estar dando condiciones para una verdadera revolución en lo interno que hace nacer los líderes, las ideas y las causas justas que lo derribarían tal cuales fueran lss circunstancias.
Todo lo que cabe es luchar y no dejarse vencer ni con la muerte. Otros vendrán y recogerán las banderas y cantaran los himnos y trazarán el camino al triunfo en la Argentina y en toda la América nuestra.