Viendo la andanada de argumentos pronunciada por Evo Morales en la Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, en presencia del Jefe del Pentágono, Robert Gates, he recordado estos versos del poeta y revolucionario salvadoreño Roque Dalton.
El turno del ofendido
Me habéis golpeado azotando
la cruel mano en el rostro
(desnudo y casto
como una flor donde amanece
la primavera)
Me habéís encarcelado aún más
con vuestros ojos iracundos
muriéndose de frio mi corazón
bajo el torrente del odio
Habéís despreciado mi amor
os reísteis de su pequeño regalo ruboroso
sin querer entender los laberintos
de mi ternura
Ahora es la hora de mi turno
el turno del ofendido por años silencioso
a pesar de los gritos
Callad
callad
Oíd.
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