Leyda Machado Oramas
Nos llega desde el hermano Centro Pablo esta crónica, ilustrada con fotografías de su autora, sobre la más reciente Pupila asombrada.
Desde inicios de este año, la canción de autor, poética… la buena música toda combinada con literatura, interesantes audiovisuales de jóvenes realizadores cubanos y extranjeros, así como la posibilidad de interactuar y descargar con el servicio wifi materiales que se mueven en esa misma cuerda, han encontrado un espacio para confluir en la capital cubana, a la vista de los transeúntes que se asoman y se quedan al cruzar la avenidas de G y 21 de la rampa habanera.
El legendario Hueco del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, sitio que cada año da la bienvenida a los estudiantes que ingresan a la Facultad de Comunicación de la Universidad de la Habana y que antes también acogió las peñas de otros trovadores como Ireno García y Ariel Díaz, es ahora nuevamente escenario de descargas en vivo en las que coinciden artistas de cualquier manifestación.
La pupila asombrada es el título de este espacio que tiene como faro la poesía de Rubén Martínez Villena en su anhelo sagrado de belleza y bondad, desvelo compartido por otro compañero suyo, Pablo de la Torriente Brau, luchador que da nombre al centro cultural dirigido por Víctor Casaus, cuya presencia en la pasada edición del espacio ratificó esa similitud de ideales entre el Centro Pablo y las instituciones que auspician la peña: los blogs La pupila insomne y El diablo ilustrado, así como la revista El Caimán Barbudo.
En su cuarta tarde de tertulias y descargas, La pupila… del pasado viernes 25 de abril conversó con el autor de Girón en la memoria, quién firmó y obsequió un ejemplar a cada uno de los asistentes de la peña. A propósito de este título, el periodista Iroel Sánchez mencionó los elogios de la crítica a este texto que tiene ya una cuarta edición: “El libro tiene una visión que felizmente no pierde vigencia a pesar del paso de los años y es una alegría para uno como autor ver que tanto tiempo después de haber sido escrito todavía le siga diciendo cosas nuevas a la gente”, explicó Casaus.
El uso de las nuevas tecnologías que caracteriza a La pupila asombrada, así como el interés en la promoción del talento de los jóvenes son igualmente premisas del trabajo del Centro Pablo, institución que tanto en su preocupación por el desarrollo del arte digital en Cuba, la expresión de los representantes más jóvenes de la trova cubana que tienen su espacio en el proyecto A guitarra limpia o la inclusión de nuevos autores en el catálogo editorial de su sello Ediciones La Memoria está estrechamente vinculada con esta peña y, en general, con el trabajo de Iroel Sánchez y Fidel Díaz Castro, promotores de esta otra Utopía realizada.
“Si tuvieras que salvar por algún incendio o cataclismo algo que haya hecho el Centro Pablo durante estos años, ¿qué te llevarías?”, preguntó Iroel a Víctor, que no dudó en responder: “Bueno, el cargamento sería grande, porque lo que trataría de salvar es la cantidad de artistas, la mayoría de ellos jóvenes, que han hecho posible el Centro Pablo. Habría que tener un Arca de Noé para poner ahí a los trovadores, a los diseñadores gráficos, a los artistas digitales, los memoriosos (como llamamos nosotros a la gente que investiga a partir de la memoria): esa es la verdadera riqueza del Centro Pablo; y después, las 10 o 15 personas que estamos allí de locos hace quince años ya… a toda esa gente habría que meterla en el arca para salvarla y que hagan otro Centro Pablo a donde quiera que vayan”.
Y justamente acompañando a los centropablianos estuvieron también en la peña Carlos Acciari, de Radio Francia Internacional (RFI) y Bertrand Furic, director del Proyecto Cultural Brise Glace, de Annecy, Francia, quienes preparan por estos días con el centro las actividades de un programa de intercambio cultural entre músicos de ambos países que se desarrollará durante 3 años a partir de este 2014.
Luego el cine, la música y la poesía hicieron su parte en esa tarde-noche para mantenernos con el párpado abierto, y tanto los audiovisuales exhibidos en la reciente Muestra Joven del ICAIC como los fragmentos de conciertos de Jorge Drexler, Lila Dawns…o aquel otro memorable de Silvio y Pablo en el Luna Park en Argentina, génesis de ese otro concierto multitudinario que tuvo lugar el 13 de octubre de 1984 en la escalinata de la Universidad de La Habana, dejaron claro a quienes asistían por primera vez lo que podrán encontrar siempre en este sitio: un resquicio de buen arte en medio de tanta banalidad y seudocultura, o como dice el Fide, “de lo que se trata es de interactuar con la cultura autentica de los pueblos acá en la Pupila asombrada”.
Para el cierre, la poesía y la improvisación anduvieron juntas de la mano del repentista Alexis Díaz Pimienta, quien estuvo todo el tiempo tejiendo poemas, versos y décimas que velozmente se sucedían en su memoria, porque “un poeta cuando canta, tiene el cielo en la garganta, y así llueven rimas, adjetivos, llueven las preposiciones, las conjunciones, y llueven los sustantivos, sobre tantos seres vivos, que permiten escribir, a un poeta que no trajo un papel”.
Así, con esas seguidillas ingeniosas invitó también al escenario al grupo Los Pimienta que interpretó algunos temas y hasta el trovador Manolito Bass subió a la plataforma para compartir sus canciones junto a este grupo de músicos liderados por el repentista, que luego siguió sumando gente y leyó junto a Omarcito algunos poemas de su serie Chamaquili.
“Aquí no hay nerviosismo, hay ganas de festejar, y maneras de sumar lo que resta en otras partes, ganas de botar las artes, aireadas de improvisar”, dijo Pimienta en su estilo hasta despedirse en el mismo son: “Gracias por la invitación, gracias por este momento, gracias por el monumento que hacen a la inspiración”.