Ex jefe de gabinete de Collin Powell: “la causa de Los Cinco ha creado precedentes inquietantes”

 
Daysi Francis Mexidor
Lawrence Wilkerson

Lawrence Wilkerson

Nuevas evidencias salen a la luz sobre las agresiones criminales ejecutadas contra Cuba por mercenarios de origen centroamericano en la década de 1990, financiadas y organizadas por terroristas y grupos anticubanos que reciben amparo en Estados Unidos.

El arresto en julio último del salvadoreño Francisco Chávez Abarca en el aeropuerto venezolano de Maiquetía, y su posterior traslado a La Habana en correspondencia con la alerta roja de INTERPOL, evidencian los hilos de una conexión que trató de sembrar el caos y ocasionó la muerte del turista italiano Fabio Di Celmo en 1997.

Ello le recuerda a la administración estadounidense que uno de sus asesinos protegidos, Luis Posada Carriles, prófugo de la justicia de Venezuela, es señalado entre los principales responsables de aquellas acciones.

Si Francisco Chávez Abarca está diciendo la verdad entonces sería el fin de Posada Carriles, expresó en declaraciones exclusivas a Prensa Latina Lawrence Wilkerson, coronel retirado del Ejército norteamericano, quien fuera jefe de gabinete del secretario de Estado Colin Powell entre el 2002 y el 2005.

Nació en junio de 1945 en Carolina del Sur. Se autodefine “como soldado y ciudadano, pero ante todo como ciudadano”.

Veterano de la guerra de Vietnam y de extracción Republicana, Wilkerson sentenció que esas serían razones suficientes para que Posada pudiera “ser extraditado o procesado en los Estados Unidos por todos sus crímenes”.

En la actualidad Posada es apenas requerido por un tribunal norteamericano por cargos menores desde el punto de vista migratorio y su vida transcurre en la ciudad de Miami, desde donde no ha dejado de exhortar a acciones terroristas contra Cuba.

Entretanto, su pedido de extradición es un justo reclamo del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela que data de hace más de cinco años, un derecho que, curiosamente, de igual forma le asistiría a La Habana.

Quizás muchos ignoran que entre Estados Unidos y Cuba también existen dos acuerdos de extradición, uno rubricado en 1904 y otro en 1926, aunque la isla en este caso declinó públicamente invocar este derecho en favor de Venezuela.

No obstante, en fecha tan temprana como el 7 de enero de 1959, a pocos días del triunfo revolucionario, las autoridades cubanas solicitaron a las estadounidenses la extradición de connotados asesinos y torturadores de la derrotada dictadura de Fulgencio Batista que, al fugarse, fueron a parar a ese territorio.

El sur de la Florida se convirtió a partir de ese momento âöy hasta hoyâö en la guarida predilecta de criminales buscados, porque allí se les ha garantizado la impunidad. Jamás la Casa Blanca actuó a tenor con los acuerdos firmados.

Es en Miami donde los Posada Carriles y los Orlando Bosch, artífices de la explosión de un avión civil cubano en 1976, siguen teniendo cabida.

“En mi opinión esos hombres son tan terroristas como muchos a los que oficialmente calificamos como tales en el resto del mundo. Ellos aterrorizaron y mataron a civiles inocentes con un objetivo político”, asegura Wilkerson.

Sin embargo, Estados Unidos, el país más agresor, incluyó una vez más este año a la nación más agredida, Cuba, en una lista sin crédito sobre supuestos patrocinadores del terrorismo internacional.

Sobre el tema, el ex jefe de gabinete de Powell apuntó que es “un indicador más de la política exterior poco seria de sucesivos gobiernos estadounidenses”.

Dice que durante el tiempo en que ejerció su responsabilidad gubernamental pudo “ver varios informes sobre derechos humanos, corrupción o estados patrocinadores del terrorismo, que se hacían y publicaban tanto por razones políticas como por las que se explicaban en la introducción a esos textos”.

“Con frecuencia no se trataba realmente de motivos políticos sino más bien como una forma de satisfacer a grupos especiales de interés para los políticos. Pienso que la inclusión de Cuba en la lista sobre terrorismo es un ejemplo fehaciente de ese tipo de informes”.

Más adelante añadió: “en ocasiones me sentí bastante avergonzado por ciertos informes que emitía mi país en los que no se incluía a sí mismo como violador. Esa actitud siempre me pareció hipócrita y arrogante”.

A propósito, datos aportados por el investigador José Luis Méndez señalan que durante 40 años, entre 1960 y el 2000, fueron secuestrados en Cuba y llevados a Estados Unidos, 49 aviones, 37 de estos eran civiles.

En total se registraron 54 actos de piratería, mientras que del número de aeronaves robadas solo 16 de 49, el 34 por ciento, ha sido devuelto a la Isla.

PRECEDENTES INQUIETANTES

Interrogado sobre la situación de Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González, prisioneros políticos en cárceles federales estadounidenses, Lawrence Wilkerson manifestó su apoyo a la batalla por la excarcelación.

Explicó que escuchó “hablar por primera vez de la índole de sus delitos, su juicio, las sentencias draconianas que se les impusieron y las acciones del tribunal de apelaciones de Atlanta”, en una conferencia en la Howard University de Washington, DC.

Desde entonces continuó motivado por “el caso como creo que debe estarlo todo norteamericano que se interese por la justicia. Después de todo, cualquiera de nosotros pudiera ser también víctima de una injusticia similar”, acotó.

La causa de los Cinco âöcomo son conocidos internacionalmente estos luchadores antiterroristasâö “ha creado precedentes inquietantes”, puntualizó el ex oficial del Pentágono.

“La historia de la jurisprudencia de los Estados Unidos está marcada por varios hechos lamentables en los que ha primado cualquier cosa menos la justicia, como por ejemplo la decisión del Tribunal Supremo en el caso de Dred Scott*, asociado con la esclavitud”.

“En el de los Cinco Cubanos el mero hecho de no conceder el cambio de sede para el juicio constituye una flagrante violación”, subrayó.

Además, refirió que el pago secreto “a periodistas y a otros agentes” para garantizar una matriz de opinión en contra de los Cinco denotó “un comportamiento delictivo por parte de varios funcionarios del gobierno de Estados Unidos”.

A otra de las preguntas respondió: “He pasado 35 años trabajando para el gobierno de los Estados Unidos como funcionario y como soldado, así que sé hasta dónde es capaz de llegar en la tolerancia de juicios injustos.

“Y sé también que si los ciudadanos preocupados, informados e inteligentes no protestan contra la injusticia, esta prevalecerá y se reproducirá. No soy tan ingenuo para creer que pueda eliminarse totalmente”, comentó Wilkerson.

Más adelante amplió que siempre recuerda las palabras del magistrado “Holmes (Oliver Wendell Holmes, Jr.) de que la ley es la que debe imperar en la sala del tribunal, la justicia se la dejamos a una autoridad superiorâÖ.

“Pero en nuestros tribunales debe imperar la ley, y en el caso de los Cinco Cubanos no imperó la ley sino los intereses especiales y los políticos que los apañan”, enfatizó.

Sobre el presidente Barack Obama dijo sentirse “profundamente decepcionado”, aunque hizo “campaña y voté por él”. Según Wilkerson, el jefe de la Casa Blanca “hasta el momento ha dado muestras de carecer de valor político y moral para tomar decisiones”.

“Desde su falta de energía para impedir que el gobierno de Tel Aviv continúe la construcción de asentamientos (en los territorios palestinos ocupados) -añadió- hasta su incapacidad para conversar con los líderes de Irán, pasando por su subordinación a los generales en la guerra de Afganistán”.

“Ni siquiera ha logrado regresar a las políticas del gobierno de William Clinton en cuanto a las relaciones con Cuba, lo cual también es lamentable”, señaló.

Para Wilkerson “un presidente empeñado en hacer lo correcto y no en reelegirse podría ciertamente liberar a los Cinco Cubanos; después de todo ya han cumplido más que suficiente por el único acto ilegal que cometieron: actuar como agentes extranjeros en suelo norteamericano”.

Y al evaluar las condiciones para una posible solución de este caso medita: “No creo que haya en estos momentos, ni nunca, en Washington el valor político necesario para revertir el fallo de los tribunales o para exigir un nuevo juicio permitiéndole a la Corte Suprema escuchar el caso y dictaminar sobre lo que a todas luces fueron malas decisiones de instancias inferiores.

“Pienso que lo único viable sería un quid pro quo** político. En ese sentido, me gustaría que se produjera el canje de los cinco cubanos o cuando menos una importante reducción de sus condenas como parte de dicho intercambio”.

De lo que sí está seguro Wilkerson es que lo mejor sería lograr la liberación de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, porque “dondequiera que haya una injusticia flagrante la lucha por corregirla siempre será justa”.

*El caso Dred Scott fue una demanda judicial, crucial en la historia de Estados Unidos, resuelta injustamente por la Corte Suprema en 1857. Dred Scott (aproximadamente 1795 – 1858) entabló un pleito por su derecho a ser hombre libre. El Supremo falló en su contra y trató de aprovechar el caso para imponer la esclavitud en todo el territorio de la Unión. El caso desató una tormenta entre abolicionistas y antiabolicionistas de consecuencias muy graves. En nombre del tribunal a Scott se le denegó la petición de libertad alegando, entre otras razones, que por ser de raza negra no era considerado ciudadano de los Estados Unidos y, por lo tanto, no tenía derecho a un juicio federal.

**El término quid pro quo proviene del latín y significa “algo a cambio de algo”.

(Tomado de Cubadebate)


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