Hugo Chávez entre @SergioRamirezM y @WilliamOpina

 
Iroel Sánchez

chavez_altar001_16x9En 1998, Hugo Chávez inauguraba su mandato como presidente y Sergio Ramírez era el exitoso escritor que recorría las capitales latinoamericanas, reinaugurando de mano del grupo PRISA el premio Alfaguara de novela que había obtenido de manera compartida con el cubano Eliseo Alberto.

Se hablaba mucho de política y poco de literatura. O, mejor dicho, de cierta política. Era el momento de auge del discurso neoliberal en Latinoamérica y del abandono acelerado por no pocos intelectuales de izquierda de sus antiguos ideales.

En los quince años transcurridos mucho ha cambiado América Latina, en buena medida gracias a Chávez. Por ello, tal vez el líder bolivariano sea un día protagonista de una de las novelas de Ramírez, pero al menos ya lo ha sido varias veces de los artículos de prensa del escritor nicaraguense. En el más reciente de ellos, el novelista insiste en comparar al líder bolivariano con Eva Perón, “generosa para colmar de regalos a manos llenas a los más pobres a costas de las arcas del Estado que entonces parecían inagotables y arrancada igualmente del mundo de los vivos por un cáncer traicionero” afirma quien fuera luchador antisomocista.

En un análisis extemporáneo, que parte de un presunto embalsamamiento del cádaver de Chávez que ya no se realizará, Ramírez dice que “al caudillo muerto se le recuerda como uno recordaría a su propio padre, bondadoso, dispuesto a extender la mano para colmar de dones a sus partidarios y, al mismo tiempo, decidido a castigar a los díscolos enviándolos a las llamas del infierno”. “A nadie se parece más el comandante Chávez que a Eva Perón”, añade el ex vicepresidente de Nicaragua,  y  simplifica así el profundo proceso de transformación social operado en Venezuela. Antes había escrito:  “sin duda seguirá vivo por muchos años el chavismo, mientras haya quien recuerde quién le regaló su primera bicicleta, o su vestido de primera comunión”.

¿Ignora Sergio Ramírez la diferencia entre justicia y caridad? ¿No conoce que el derecho conquistado y proclamado en leyes y constitución es muy diferente a la dádiva? Quizás pueda entenderlo leyendo lo que el reverendo Raúl Suárez considera el mejor documento de la Iglesia Católica en Cuba en  los años de la Revolución, derivado del Encuentro Eclesial Cubano, donde esta reconoció que “La sociedad socialista nos ha enseñado a dar por justicia lo que antes dábamos por caridad”. Más allá de despertar el fervor popular, no es tan difícil comprender entonces en qué son diferentes Chávez y Eva Perón y que en Venezuela las “arcas del Estado” regalaban -antes de la Revolución bolivariana- a un bipartidismo corrupto que había sumido al país petrolero en un 60% de pobreza.

Ramírez habla del “mito” Chávez y lo atribuye a “que el mito arraiga mucho mejor en las sociedades en que persiste un profundo sustrato rural, y es allí, en ese sustrato, donde también crece con renovado verdor la figura del caudillo”, haciendo analogías, además de con Evita, con el médico venezolano José Gregorio Hernández y el culto a María Lionza.

Otro escritor, el colombiano William Ospina, afirmó antes que Sergio Ramírez pero con un sentido más amplio -que incluye luchadores revolucionarios, escritores y artistas- la entrada del Comandante Chávez en la mitología latinoamericana:

“Y tal vez nos será dado asistir al paso de Chávez de la historia a la mitología, a la novelesca mitología latinoamericana, de la que forman parte por igual María Lionza y José Gregorio Hernández, Rubén Darío y José Martí, Carlos Gardel y Eva Perón, Martín Fierro y Jorge Eliécer Gaitán, Simón Bolívar y Túpac Amaru, Frida Kahlo y Pablo Neruda, Eloy Alfaro y Salvador Allende, el Che Guevara y Emiliano Zapata, Vargas Vila y Jorge Luis Borges, Benito Juárez y Morazán, Pedro Páramo y Aureliano Buendía.

“Una mitología de la que hoy tal vez sólo tenemos vivos a Fidel Castro y a Gabriel García Márquez”

La llegada de Chávez a esa lista, Ospina la atribuye a que intentó: “abrir camino a un poco de justicia en un continente escandalosamente injusto”. Algo que una vez también quizo hacer Sergio Ramírez pero que abandonó al extremo de motivar un artículo de Pascual Serrano con el título de “¿Es usted un guerrillero latinoamericano convertido al neoliberalismo? En el diario El País hay un sitio para usted”.

La industria mediática y cultural asentada en España y Miami intenta construirle sus ídolos a los latinoamericanos pero los pueblos son sabios. Como ha dicho William Ospina, “Chávez entrará en la mitología de los altares callejeros”, un lugar donde no manda el grupo PRISA, sino el corazón de los latinoamericanos. Y “seguirá vivo por muchos años el chavismo” pero lo hará por hacer justicia, no por dar dádivas. (Publicado en CubAhora)

Artículos relacionados:

This entry was posted in Cuba, Iroel Sánchez, Latinoamérica, Literatura and tagged , , , , . Bookmark the permalink.

6 Responses to Hugo Chávez entre @SergioRamirezM y @WilliamOpina

  1. Antonio Urquiza says:

    Como Vargas Llosa, va directo al estercolero, y terminara como Carlos Alberto Montaner, que ni es escritor bueno, ni comentarita politico tampoco. Es el precio que pagan los socialdemocratas y social crsitianos y socialpapagayos para justificar el pan que mastican, o el alpiste, de las manos del amo, y que come APRISA, el mas lentamente en el Nuevo Herald, porque lo que publican indigesta a cualquiera. No habra nunca buen escritor del lado de los poderosos y los que quieren someternos. Ganaran premios compartidos o comprados, pero no dejaran otra huella que la de casos de estudios en las universidades de lo que no debe hacer un intelectual que se respete. Hasta Eden Pastora tiene mas sesos.

     
  2. carlos e. bischoff says:

    No he leído el artículo de Ramírez, pero ya con las imbecilidades que se citan es suficiente. Solo me gustaría agregar una cosita.
    Solo un imbécil puede suponer que en Argentina, los humildes recuerdan a Evita -“la abanderada de los humildes”- porque al papá le regaló una bicicleta o el traje de primera comunión “a costa de las arcas del estado”. Una muestra más del desconocimiento -y la tergiversación- de la historia de los pueblos y sus ejemplos en la larga marcha por su dignidad. Evita -y creo que a esta altura debo aclarar que no soy peronista ni de lejos- es recordada porque es la personificación -más que Perón, sin duda- del enfrentamiento a los poderes económicos del capitalismo y el imperialismo y sus taras explotadoras sobre los más humildes, los explotados y oprimidos.
    Comparar a Evita con Chavez, es ciertamente, propio de imbéciles. Cada momento en esa larga marcha del pueblo tiene representantes que quedan en su memoria, y es el desconocimiento de esa larga marcha -o el interés por oscurecerla- la que guía a los imbéciles.
    Chau

     
  3. Vicente Carvajal Iglesias says:

    Vargas Llosa no era un mal escritor, hasta que se alió servilmente, a lo peor del neoliberalismo. Es un HDP, insensible con el sufrimiento y los anhelos de los pueblos. No entiendo cómo se puede caer tan bajo. Chávez ya entrado en el panteón de los grandes, por mérito propio y por el amor de su pueblo, que se ganó con creces.

     
  4. Iroel;
    Me da gusto este artículo de vuesa merced, al comprobar que vale la pena abrir la página de tu bitácora. Es la respuesta cuerda a una proposición desatinada de un ex-izquierdista que nunca salió del infantilismo político.
    Los intelectuales necesitan inspirarse en alguien que casi siempre viene impuesto por el fatalismo geográfico; los románticos alemanes, los de la ilustración española, los trasnochados de Campos Elíseos. Los intelectuales hispanoamericanos sienten predilección por Matchu Pitchu, sobre todo los contemporáneos. Mientras esto no cambie, ellos seguirán malinterpretando fenómenos como Hugo Chávez.
    Tuve un amigo guatemalteco que hablaba con desprecio de los “indios” de su país. Yo siempre pensé que él mismo era uno.
    No es fácil identificarse con un fenotipo de signos marcadamente diferentes al nuestro. Los doctores de la iglesia del odio lo han demostrado, al pintar al enemigo como ratas, perros, osos, hienas. Ademas, los estándares de belleza nos han sido impuestos por tradición. Estoy seguro de que para los aymaras o quetchuas somos feos.
    Chávez fue manufacturado por los medios de información capitalistas como un ser que vivía en las antípodas de su mundo de ellos: indio, negro, despreciable, hablanchín por-qué-no-te-callas, amigo de Fidel. En los documentales de la historia de la revolución venezolana se observa un recurso cinematográfico innecesario; los manifestantes pro-chavistas de un color y los opositores de otro. Basta con observarlos para definirlos; la pobreza es única, la riqueza es variada. El pobre es el mismo en cualquier lugar del espacio o del tiempo. No hubo géneros de hilo o seda en su vestuario, ni dientes en su boca, ni educación ni cultura ni salud.
    Por eso la figura de José Martí y de Fidel se agigantan en el tiempo. Aunque Fidel nunca fue juzgado por feo de parte de sus enemigos, sí ha cargado con todo tipo de epíteto para caracterizarlo como un individuo sin delicadeza por haber cometido una falta imperdonable para el común de los ricos como es ayudar al pobre. Yo estoy convencido de que la característica fundamental de la personalidad de Fidel es su humanismo. Recuerdo una vez en que unos físicos santiagueros le explicaban el funcionamiento de cierto equipo de resonancia magnética y al final sólo preguntó a la mujer conejillo de indias desde cuándo la tenían metida allí dentro.
    El pobre Sergio Ramírez es solamente un intelectual revolucionario y nosotros creíamos que era un revolucionario intelectual. Ha sido víctima del deslumbramiento neo-liberal como lo fue en su tiempo casi toda la intelectualidad socialista europea oriental, a pesar de todo el tesoro histórico de luchas y resistencia al fascismo. Lo que no pudieron los cañones y las botas de los invasores de la historia lo lograron revistas, filmes y arte occidental.
    Pero Iroel no comenta con acusaciones extremas y amargas sino con altura. La industria mayamera y española sigue manufacturando ídolos para los pueblos latinoamericanos, pero los pueblos todos son sabios. Ojalá los pueblos salven a los intelectuales y los sepan llevar por el buen camino.
    Afortunadamente Iroel no se dejó llevar por la tentación de decir que no hay buen intelectual si no está del lado de los pobres ni que Vargas Llosa está lleno de estiércol.

     
  5. Fe de erratas. Error fatal. Mil perdones:
    Los intelectuales hispanoamericanos NO sienten predilección por Matchu Pitchu, sobre todo los contemporáneos.

     
  6. Ivan says:

    Poco más se puede añadir a la brillante aclaración de Iroel. Una cosa es sentar a la mesa a un pobre por navidad para aplacar la ira de los dioses y del pueblo y otra muy distinta devolverle a este lo que le pertenece en forma de derechos y leyes universales. El mito Eva Perón (al que el imperio querría asimilar a Hugo Chávez) pertenecería a la primera categoría, mientras que el líder bolivariano es el ejemplo supremo durante las últimas décadas en la creación de un estado de derecho universal, que también tendría como beneficiarios a los ecosistemas naturales y que arrojaría al basurero de la Historia al injusto estado de desecho neoliberal.

    El problema de Sergio Ramirez al interpretar lo obvio es el mismo de Vargas Llosa y otros sicarios de la pluma: intentar compensar en el terreno de la creación de opinión pública la insignificante cuota electoral de la burguesía en cualquier sistema electoral que reconozca el sufragio universal. Hoy nadie debería tener la menor duda de que el rival de Nicolás Maduro y del Polo Patriótico en Venezuela no es Henrique Capriles y su coalición opositora. Si este fuera el escenario, la diferencia de votos el próximo 14 de Abril sería de un 95% a favor de los primeros y de un 5% (siendo generosos) a favor de los segundos. La campaña opositora en Venezuela (como en el resto de democracias burguesas) corresponde a los grandes medios de persuasión burgueses nacionales y transnacionales, del mismo modo que la desestabilización y el golpismo corresponde a instrumentos armados al servicio de la misma clase social. Es aquí donde hay que evaluar el trabajo mercenario de Sergio Ramirez, a quien no parece importarle en absoluto que el periódico El País fuera fundado por exfranquistas para engañar al electorado progresista español haciéndoles creer que el PSOE era el partido que mejor representaba sus intereses y que ellos iban a ser la vanguardia informativa de la izquierda o que, debido al elevado déficit generado por su trabajo nercenario, acudieran al rescate el grupo mediático de Berlusconi, Telefónica y un amante de lo ajeno fondo de inversión de Wall Street. El día en que se democratice la creación de opinión pública y hombres como Sergio Ramirez y Vargas Llosa reciban la merecida respuesta en los medios a su trabajo mercenario es que se podrá empezar a hablar de justicia y transparencia en los procesos electorales. Para entonces, el respaldo de la izquierda crecerá como la espuma.

     

Responder a Vicente Carvajal Iglesias Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>