José Steinsleger
La muerte del presidente Hugo Chávez se prestará como lúgubre y festivo telón de fondo para los magnates y achichincles de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que el este fin de semana se reunen en el hotel Intercontinental de Puebla.
Uno de los invitados especiales (digamos Enrique Krauze) insinuó hace poco a la entrevistadora Carmen Aristegui que sólo la muerte liberaría al pueblo venezolano de su caudillo redentor. Con el estilo anfibológico que lo caracteriza, el héroe de la libertad de prensa de la SIP había cerrado en 2011 un texto dedicado a Chávez diciendo:
“La historia de Venezuela –podría decir el comandante– no es más que mi propia autobiografía, la autobiografía de Hugo Chávez. ¿Qué capítulo escribirá ahora el redentor enfermo?” ( Redentores, Debate, p. 508). Flatos de odio contenido que para sus amigos fascistas de España bien merecían un premio de 20 mil dólares. Fuera de los 50 mil que, según dicen, recibió de la oposición venezolana por otro libro dedicado a Chávez ( El poder y el delirio, Tusquets, 2008).
El último encuentro tuvo lugar en Sao Paulo, con motivo de la 68 asamblea anual que la SIP realiza desde su fundación (La Habana, 1943), habiéndose convertido, durante más de medio siglo, en vocera de los intereses de Washington en América Latina. Por consiguiente, asociar CIA y SIP sería pura tautología.
Recordemos el rol de El Mercurio y la SIP en el golpe de Pinochet contra Salvador Allende. O aquel anuncio de La Nación de Buenos Aires (gaceta ganadera y diario favorito de Jorge Luis Borges), en vísperas del genocidio instaurado en marzo de 1976: “¡Argentinos de Pie!… la hora obliga a cerrar filas, estar atentos, la mente fresca, el músculo tenso. ¡No vaciles en defender hoy lo que puedes perder mañana!” ( La Nación, 27 de octubre de 1975).
Firmado por una apócrifa Acción-proformación de brigadas de voluntarios, el comunicado sugería a los interesados dirigirse al Estado Mayor Conjunto. Interpelados por un lector algo suicida, un cultísimo editorialista de La Nación advirtió que se trataba de un anuncio pagado y, por tanto, inserto en el derecho de los ciudadanos a la libertad de expresión…
Sin embargo, 35 años después, la SIP cargó (y en fastidiosa sintonía con algunas izquierdas) contra el nuevo enemigo de Occidente en América Latina: el populismo autoritario (o neopoulismo ídem). De 13 resoluciones, dos apuntaron contra el gobierno argentino.
Como bien observó el periodista Emilio Marín, la presidenta Cristina Fernández fue tratada como cruel dictadora que tiene secuestrada a la libertad de prensa. Y los otros sentenciados fueron (cómo no) el ecuatoriano Rafael Correa y el venezolano Hugo Chávez, que para los pelotones de fusilamiento de la SIP eran “los tres peores verdugos de la ‘libertad de informar’ (sic) en la región”.
Naturalmente, frente a cualquier intento de democratizar la comunicación, la maniquea SIP sólo distingue afanes de control gubernamentales. Y tal será el contenido de los debates en la reunión de Puebla, que da inicio el próximo viernes. Aquelarre que contará con la presencia de la bloguera cubana Yoani Sánchez, una de las personalidades que según las revistas Time y Foreign Policy figuran entre “las más influyentes del mundo…”. Pero en el barrio habanero donde vive, le llaman Miss Nadie. ¡Qué desinformación!
Envidia de los funcionarios del gobierno y de los dirigentes del Partido Comunista (pues ella sí cuenta misteriosamente con banda ancha de Internet y se conecta a diario con todo mundo), Yoani fue galardonada en 2008 con el Premio Ortega y Gasset que otorga el objetivo diario español El País, a más de haber sido elegida por la CNN entre las veinticinco mejores blogueras del mundo.
Imparable con sus logros profesionales, Yoani ganó un importante concurso de la radioemisora alemana Deutsche Welle, y fue la primera en obtener el prestigiado premio Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia (2009). O sea, el mismo trofeo obtenido por tantos merolicos del periodismo latinoamericano, y que en 1952 obtuvo el coronel de la CIA Jules Dubois, fundador del llamado Comité por la Libertad de Expresión de la SIP.
Con la ética y objetividad que caracterizan a las huestes de la SIP, Yoani niega que se reúna frecuentemente y reciba instrucciones de la sección de intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA). Y que las respuestas de una publicitada entrevista con el presidente Barack Obama (hasta hoy inédita pero ya mero) fueron redactadas por la SINA.
Temblando de emoción, Miss Nadie confesó al académico francés Sami Lamrani: Estados Unidos desea un cambio de gobierno en Cuba, y eso es lo que deseo yo también. De la mafia cubana de Miami dijo: “No diría que el loby es enemigo de la patria”. ¡Ay, patria mía!… (diría Chávez).
De las personas que defienden las sanciones económicas a Cuba (o sea, el bloqueo criminal de medio siglo) Yoani piensa que “…defienden a Cuba según sus propios criterios”. ¡Eso, mimi! ¡La libertad de expresión ante todo! ¿Acaso no merece una gran bienvenida en Puebla? (Tomado de La Jornada)
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La CIA y sus testaferros de todas las calañas, entre ellos la verdadera SIP, Sociedad Interamericana de Prensa Prostituida, representantes de los intereses de una minoría poderosa de capitalistas transnacionales, no logra consolidar su labor criminal en un mundo cada vez más unido en torno a la lucha liberadora de nuestros pueblos. De allí la importancia de fortalecer y ampliar la tarea de los medios alternativos de comunicación, que difundan la verdad y desenmascaren a los imperialistas del mundo. Cada hoja impresa, cada emisión radial y televisiva al servicio de la Humanidad, es un aporte a la lucha por construir una sociedad humana mejor: un mundo socialista.
Ernesto Aristizábal Reyes, Colombia.
Molesta tener que dedicarle tanto tiempo a la lorita, pero no parece quedar mas remedio. Entre mas
loriquee, mas se desacreditara, porque no hay manera ya en este mundo de poder enganar a la gente
todo el tiempo. La Sociedad Imperialista de Prensa, la SIP, no pued ocuparse de cosas reales, porque
terminaria convertida en Casa Funeraria de tantos periodistas que se asesinan por los mismos que
la SIP prohija, conbija y paga.
La vieja Europa se desangra, masacrando lo común, los derechos sociales conquistados a base de luchas, la austeridad marca las pautas de una las élites muy poderosas económicas-financieras, las políticas han desaparecido, la cultura es ya un eufemismo, la historia ha sido borrada del imaginario colectivo, la democracia ha sido sustituida por el autoritarismo del dios mercado, el progreso ha sido también sustituido por una involución, todo en nombre del sagrado mercado, la prepotencia y la represión se ceban contra la población que ha perdido todo y protesta indignadas en la calles, todo el panorama ha cambiado desde una crisis elaborada y creada por el poder financiero internacional.
Todo esto marca un nuevo ciclo de equilibrio de poder en el sistema capitalista y nuevo orden mundial basado en la pobreza y en la esclavitud del ser humano, la conspiración forma parte de este entramado criminal. Además de los antagonismos o contradicciones que el sistema capitalista acumula a lo largo de su larga existencia pretende fundar una nueva época con más crecimiento y acumulación de riqueza.
En el sistema capitalista, la democracia tiene serios problemas de legitimación. La democracia liberal legitima encubiertamente al capitalismo en el dominio del hombre por el hombre mediante los procesos de elaboración de las normas jurídicas que implementan las políticas económicas formuladas en beneficio de los intereses de las estructuras del poder económico de grandes corporaciones y del capital financiero-especulativo transnacional que dominan el mercado internacional. Se apoyan en las decisiones de los tecnócratas de instituciones financieras internacionales antidemocráticas como el BC, OMC, BM y FM, que imponen sus directrices a los gobiernos con su consecuente pérdida de soberanía. El papel del Estado democrático entra en conflicto con el capitalismo postindustrial globalizador entre los procesos de mercantilización y desmercantilización de la política social. Lo que se está presenciado es un cambio radical del capitalismo industrial a una concepción postindustrial de las relaciones económicas.
A pesar de todo, como resultado de la implementación de una concepción postindustrial de la las relaciones económicas como resultado de la implementación de programas de liberalización económica, la sociedad se polariza reflejando las contradicciones del capitalismo industrial, a tal punto que se convierte en una sociedad dual en la que unos tienen acceso a los beneficios de la era de la información, mientras otros son totalmente excluidos. Los procesos de globalización neoliberal incrementan las desigualdades sociales que debilitan al sistema democrático, agudiza sus contradicciones y lo hace incompatible con el capitalismo. Durante el estado de capitalismo tardío los procesos económicos dominantes del capital internacional y de las organizaciones internacionales, tales como el BM, FMI y OMC, han presionado para que los Estados – nación adopten las políticas económicas neoliberales de libre mercado y libre comercio como la solución universal para los problemas sociales y económicos. Como resultado, este capitalismo tardío se caracteriza porque los servicios sociales públicos se privatizan, las inversiones foráneas se incrementan, los mercados de capitales y laborales se desregulan, mientras que el Estado se retrae en el desarrollo del capital humano y cultural.
Estos cambios han generado una multiplicidad de oportunidades, pero también de desigualdades y subjetividades emergentes. En el última parte del siglo XX ese equilibrio se rompió a favor de los mercados y he aquí el resultado: la pérdida de confianza de los ciudadanos. La falsificación y el fraude destruyen el capitalismo y la libertad de mercado, y a largo plazo los fundamentos de nuestra sociedad, con ello algunos arreglos geopolíticos que auguran la inminente caída de la hegemonía del capitalismo imperial. La estabilidad mundial demanda el mantenimiento de esta estructura de desigualdades, justamente como en la teoría elitista de la democracia. estratificación estructural de la política, social y global que resaltan la importancia de una racionalidad, poder y deseo por el poder. Se le puede criticar a que la realidad y las prácticas políticas no son exclusivamente para la persuasión del poder y no son exclusivamente racionales.