Iroel Sánchez
La policía ha cargado violentamente en las últimas horas contra manifestantes en las ciudades españolas de Madrid, Valladolid, Vigo, Salamanca y Valencia, dejando un saldo de numerosos heridos.
Mientras tanto, tres supuestos integrantes de la red Anonymous han sido detenidos en el mismo país y se les acusa de que “planeaban publicar datos sensibles e información reservada sobre agentes de los Cuerpos de Seguridad del Estado y políticos en diferentes páginas de Internet y foros de contenido proetarra”.
Sin embargo, la prensa española, tan dada a crear ídolos de barro cuando habla de Cuba, no ofrece un solo nombre de las víctimas de semejantes acciones. Desde Miami, el diario El Nuevo Herald, asociado al periódico madrileño El País, recoge las declaraciones de un favorito de los grandes medios, Guillermo Fariñas, en que anunció el fin de una brevísima pero muy publicitada huelga de hambre.
Según el Herald, Fariñas afirmó “que la actual escalada de violencia contra los opositores pacíficos puede desencadenar en una guerra civil”, añadiendo que “…lo más importante es evitar esta violencia de parte de los militares y paramilitares procastristas contra los opositores pacíficos”.
Cambiemos “procastristas” por “procapitalistas” y ya tenemos la descripción de lo que sucede en España. La invisible “guerra civil en Cuba” –sin cargas policiales, ni presos que “planeaban publicar”- demanda ya, como ha pedido el expresidente del gobierno ibérico José María Aznar, un tratamiento similar al de Libia; la represión en España, exige la complicidad de los grandes medios y el silencio de los amigos cubanos del Partido Popular español que añoran ver a los marines en el malecón de La Habana.
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