Néstor García Iturbe
Los artículos que he publicado sobre el Estado Policiaco en que se está convirtiendo Estados Unidos han tenido una buena acogida por parte de los lectores, los que reclaman conocer más de estos asuntos.
Es indudable que el país que se declara campeón de los Derechos Humanos y de las libertades, no resiste el más mínimo análisis en relación con los medios y métodos que está implantando, los cuales van dirigidos a controlar a sus ciudadanos y residentes por medio de los más sofisticados avances tecnológicos.
La meta es crear el Estado Policiaco Mundial, dirigido por las agencias de Estados Unidos, las que serán custodios y administradores de la información que se obtenga sobre el ciudadano individual de cualquier país, sin que el mismo tenga que ser un terrorista, traficante de drogas o criminal. Lo principal es controlar a todo el que pueda controlarse y si este representa un peligro para la sociedad de consumo o el “american way of live”, mucho mejor.
Algunas de las informaciones a las que he tenido acceso pudieran ser consideradas en parte como algo fantástico. El lector pudiera tener razón en eso, pero en mi caso considero conveniente trasladar las mismas, en la seguridad de que aquello que estimo fantasioso o improbable no voy a trasladarlo. Lo que informo ha tenido un grado de verificación que permite asegurar su existencia y utilización por las agencias de espionaje estadounidenses.
En este trabajo hablaremos y daremos información sobre los “insectos espías”
Según informaciones que recibimos, hace tres años, en una manifestación contra la guerra que se efectuó en la Plaza Lafayette, una nube de pequeños objetos voladores, cuya apariencia era la de las libélulas, los conocidos caballitos del diablo, cayó sobre la manifestación. Por los movimientos de aquellos objetos los asistentes a la manifestación plantearon que tenían la forma de insectos, pero por sus movimientos, evidentemente mecánicos, no lo eran.
Posteriormente, en otras manifestaciones en Washington y New York aparecieron los mencionados objetos que muchos pensaron eran medios de alta tecnología utilizados para espiar la manifestación bajo el control del Departamento de Seguridad de la Patria.
Ninguna agencia de espionaje de Estados Unidos ha admitido contar con insectos espías, pero un número de entidades privadas y de gobierno han admitido estar trabajando en tratar de lograrlos. Una de las agencias del Departamento de Defensa, la Agencia de Investigaciones y Proyectos Avanzados (DARPA), está tratando de utilizar insectos vivientes en labores de espionaje. A estos les introduce chips de computadora en el cuerpo durante la etapa en que aún son crisálidas para cuando nazcan y crezcan poder controlar sus movimientos e inclusive adicionarles equipos técnicos. Este proyecto ha sido nombrado Sistema Micro-Electrónico-Mecánico de Insectos Híbridos.
Estos “insectos robots” serían capaces de seguir un sospechoso, mantenerlo bajo control, guiar cohetes hacia determinados blancos e inclusive introducirse en locales donde se efectúen reuniones de elementos sospechosos.
La Oficina de tecnología de Reacción Rápida del Departamento de Defensa negó totalmente el contar con este tipo de técnica, sin embargo se conoció que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a mediados de la década de 1970 llegó a desarrollar un prototipo de libélula con fines de espionaje. La Oficina de Desarrollo e Investigaciones de la CIA agregó a su prototipo un pequeño motor de gasolina que contaba con la fuerza suficiente para que el equipo pudiera mover las alas. En aquellos momentos el prototipo era vulnerable a los vientos cruzados, per se plantea que la CIA pudo resolver el problema y continuar avanzando.
Los objetos volantes controlados por radio fueron utilizados ampliamente por los militares desde la Segunda Guerra Mundial, pero en los últimos años su número y grado de sofisticación tecnológica se ha incrementado. En estos momentos el Departamento de Defensa cuenta con más de cien modelos de estos equipos cuyo tamaño en algunos casos es similar al de un pájaro de regular tamaño o al de un avión de aeromodelismo. Algunos de estos modelos, especialmente los llamados “Drones” cuentan con cohetería que le permite eliminar un grupo de un poco más de veinte personas. Se calcula que los aviones teledirigidos efectúan más de 200,000 horas de vuelo anuales.
Algunas universidades estadounidenses se han sumado a las investigaciones relacionadas con los “insectos espías”. La Universidad de California en Berkeley ha estado estudiando la aerodinámica a pequeña escala que requiere el diseño de las alas de las libélulas. En la Universidad de Cornell se investigó la forma en que las libélulas van realizando distintos movimientos con su cuerpo para ahorrar energía mientras vuelan, en este caso permitiría utilizar baterías de menor tamaño en el diseño de un “insecto espía”.
Los investigadores del Instituto Tecnológico de California han logrado construir un “micro murciélago” capaz de volar libremente y que cabe en la palma de la mano de una persona. La Universidad de Vanderbilt ha logrado construir un equipo similar cuya forma y diseño difícilmente pudiera confundirse con un insecto.
Un equipo de la Universidad de Harvard fue capaz de construir un equipo robótico volador con alas sintéticas que puede moverlas 120 veces en un segundo, lo que demuestra la capacidad de reproducir técnicamente lo que la naturaleza ha dotado a ciertos insectos que se mueven a gran velocidad. En la fabricación de este equipo se ha utilizado una alta tecnología, metales extrafinos trabajados con rayo laser, moldeados en formas tri-dimensionales y microcircuitos eléctricos que aseguran el movimiento de las alas. El equipo tiene un peso total de 65 miligramos. En la actualidad para hacerlo volar se requiere una fuente energética externa que se conecta al mismo por medio de un delgado cable, algo que tendrán que solucionar para hacer el equipo completamente operativo.
El Instituto Tecnológico de Georgia ha preferido utilizar en sus “equipos robóticos “el combustible químico, siguiendo la línea de pensamiento de la CIA, pues consideran que pueden obtener más energía de una gota de gasolina que de una batería del tamaño de una gota de gasolina.
Para terminar de asegurar si los “insectos robóticos” existen en la actualidad y el desarrollo logrado con los mismos podemos referirnos al Simposio Internacional sobre Insectos Voladores y Robots que se realizó hace pocos años en Suiza donde un grupo de países y empresas mostraron los prototipos de equipos manufacturados del tamaño y con la característica de insectos, pero con propiedades técnicas que permitían utilizar los mismos para labores de espionaje. En especial una de las firmas japonesas que asistió al evento presentó unas moscas voladoras controladas por radio capaces de transmitir información a las bases desde donde se las controlaba.
¡Si todos estos adelantos tecnológicos se utilizaran en beneficio de la humanidad, cuantas cosas se resolverían!
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