En el desarrollo de la telefonía celular de Cuba se ha recurrido a la ciencia y la innovación por décadas y apostado por la soberanía científica y tecnológica.
Sistemas propios para la facturación, gestión de la operación técnica, seguridad informática y atención a clientes, entre otras se han aplicado desde que surgió la telefonía móvil en el país en 1991.
En medio de las limitaciones que impone a nuestro país el bloqueo de Estados Unidos, ha sido un propósito desarrollar tecnologías que nos permitan seguir nuestro propio curso en la expansión de los servicios de telecomunicaciones, en particular la telefonía móvil.
Como política, las entidades del Ministerio de Comunicaciones tienen una estrategia hacia la soberanía tecnológica en la mayoría de sus servicios. Hay acciones que se ejecutan en las ramas de radiocomunicaciones, transmisión de televisión, postal, informática y por supuesto la telefonía.
En cuanto a la telefonía celular, hay que decir que cuando la empresa Cubacel comenzó sus operaciones todos los registros del servicio prestado se realizaba por personal extranjero, que había desarrollado un software a tal efecto. Durante todo el año 1993 la introducción de los datos en el sistema y la facturación se efectuaba sin la participación de la parte cubana.
En este escenario de dependencia tecnológica, ingenieros cubanos desarrollaron en 1994 un software (Inmidiate Service-IS) que permitía facturar a los clientes prepago. El prepago en aquel tiempo no era activado por la señalización y se soportaba en un depósito previo realizado por el cliente.
Así, la facturación postpago seguía dependiendo de especialistas foráneos. No obstante, el desarrollo del IS fue un desarrollo autóctono y un primer paso en la cadena de desarrollos propios de la empresa que le dieron una mayor soberanía tecnológica.
En 1995, también con el concurso de especialistas cubanos se comenzó a desarrollar el Sistema Integral de Gestión Celular (SIGC), que incluía módulos de contabilidad, inventarios, atención a clientes, caja, crédito y cobranza, equipos y accesorios, estadísticas, fraude, administración de sistema y facturación. Se programó a partir de las técnicas más avanzadas que estaban disponibles en ese momento. Con el crecimiento de la base de clientes el grupo técnico realizó modificaciones constantes en el programa.
Pero no solo esos procesos tuvieron un soporte informático desarrollado en la propia empresa. Por ejemplo, se elaboró un programa denominado Índice de Satisfacción del Cliente de CUBACEL (ISCC), que definía cuáles eran las opiniones, grado de satisfacción y necesidades de los clientes, en forma cualitativa y cuantitativa. Tenía en cuenta la evaluación de los elementos tangibles, fiabilidad del servicio, capacidad de respuesta, seguridad y empatía.
La aplicación sistemática de este sistema evaluaba cuantitativamente el nivel de satisfacción y permitía establecer claramente un orden de prioridades para las actividades de mejora de la empresa, que abarcaba todas las áreas y tipos de servicio que se brindaban.
También se desarrolló un sistema de control gerencial soportado sobre una base de datos, que permitía controlar todos sus procesos. Las tendencias estadísticas se utilizaban para pronosticar el comportamiento de los principales indicadores y analizar la variación de los mismos para la toma de decisiones, proposición de mejoras y rectificación de problemas.
Creo que es importante recordar el despliegue de un Sistema de Gestión de Operaciones, con sus módulos de operación de radio bases, repetidores, tráfico, disturbios por interferencia, bitácora y fallas de teléfonos.
En diciembre de 2003 Cubacel se fusionó con ETECSA y la política de buscar seguridad y soberanía tecnológica no ha variado, que incluye la aplicación de criterios de redundancia con el fin de aumentar la fiabilidad y disponibilidad del sistema.
Cada vez que sale un nuevo servicio a la población o a personas jurídicas están implícitos estos requisitos, no puede ser de otra manera cuando se trata de un sector estratégico como las telecomunicaciones.
El sistema integral postal cubano y las inventivas para mantener en el aire las señales de radio y televisión son otros ejemplos que muestran cuanto se hace en este sector por fortalecer la seguridad y soberanía tecnológica.
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