Pedro Pablo Gómez
La realidad evidente del cambio climático en nuestro planeta, no solo afecta la ecología, provocando variaciones climáticas y eventos destructivos como los ciclones y los tsunamis; al parecer, también afecta a los cerebros y las acciones de los seres humanos. Al menos no existe algo racional que explique el creciente trastorno en la aspiración y otorgamiento de premios internacionales para personajes que han aportado poco o nada al desarrollo de la humanidad.
Hace pocos días sorprendió el inusual nombramiento, por parte del rey Juan Carlos de España, con el título de Marqués al escritor peruano, Mario Vargas Llosa; me pregunto si será que su majestad apreció que el pensamiento político del autor de La ciudad y los perros está ubicado en un pasado feudal y no en los tiempos que corren.
Por otra parte, siete parlamentarios noruegos promueven como candidato al premio Nobel de la Paz, al “opositor” del gobierno revolucionario cubano, Oswaldo Payá, a quién en el año 2002 ya le fue otorgado el premio Sajarov, por la Unión Europea. Al parecer los fondos de Payá están tocando fondo y como las posibilidades económicas de la llamada disidencia en Cuba se resuelven dando premios inmerecidos a personajes creados por la fantasía de acabar con la Revolución Cubana, no falta quien abrace la peregrina idea.
Los promotores son los diputados noruegos Kjell Ingolf Ropstad, Dargen Ericksen, Hans Olaf Solversen, Ingried Schou, Jan Tore Sanmer, Gunnard Gunderesen y Olemic Tommesen; seguramente serán apoyados en su propuesta por el viejo amigo del presidente norteamericano, Barack Obama y actual presidente del Comité Nobel, el también noruego, Thorbjon. Fue Jagland quién promovió la entrega del Nobel de la Paz a Obama y al disidente chino Liu Xiaobo. Con tales antecedentes no es extraño que a alguien se le haya ocurrido proponer a Payá. No sé si los diputados noruegos conocen que Oswaldo Payá encabeza la portada de la tesis de maestría de la principal acusadora en el oscuro caso que por estos días se ventila en Londres contra el fundador de Wikileaks.
De todas formas Payá tiene su competencia. Hace poco, se autopropuso un personaje conocido a través de las campañas mediáticas contra Cuba, Guillermo Fariñas; quién en una de sus manifestaciones publicitarias se autotituló como candidato a recibir el Premio Nobel. A Fariñas parece que se le acabó muy rápido el dinero del premio Sajarov del pasado año y ahora reclama más atención, para que su nombre entre al ruedo a la hora de los repartos con olor a “Made in USA”. Quizás por ello, la actuación de este personaje en los últimos días ha sido amplificada por parte de la prensa extranjera, que se hace eco de sus provocaciones.
De cualquier modo, estos desvaríos de los interesados en crear ambientes y campañas contra Cuba y su Revolución van contra el prestigio de sus promotores. Como el príncipe Hamlet sobre Dinamarca, diríamos que un poco más al Norte, en su vecina Noruega, también algo huele a podrido…
Payá, Fariñas, y compañía, no son más que tristes mercenarios y payasos del Imperio. A Fidel Castro era a quién debían darle el Nobel.
Son tan ridiculos esos premios,que perdieron el prestigio que tenian, mas que nada por la forma a quienes se otorgaron, el anticomunismo se reparte los dolares para seguir mugiendo en contra de la revolución cubana ejemplo de américa y el mundo. El camarada Fidel tiene el mejor de los premios que es el liderazgo y aprecio mundial de todos los que amamos la libertad y el buen vivir. Del vendido traidor ranflero Vargas llosa la historia lo esta juzgando como cholo traidor al pueblo peruano .