Transversal
De cruz en cruz, hasta el último cristal.
De parte en puesta, en un lagrimeo de talones
y alcamor, ensuciando los recodos
con ese claro paréntesis valvular de los años ajenos.
De brindis en nadires, se nos van los despedazos,
los metrónomos del gemir y del pedaleo vibrátil.
De cuando en círculo, ni te sirvo ya de pozo
porque tampoco llueve en mayo
y estoy echando escamas de sinrazón
como los viejos y sordos unicornios de Samotracia.