La esencia de la comunicación humana es comprender y conducir. La esencia de la información humana es registrar y compartir. Ambas necesitan del lenguaje. El lenguaje es una capacidad del ser humano. El lenguaje requiere signos. El humano es la creación de la naturaleza que integra en un solo individuo, en su máxima expresión conocida, elementos biológicos, psíquicos y sociales. Tal ser viviente en consecuencia actúa, evoluciona y se desarrolla estableciendo, sobre estas capacidades, su interacción con los demás seres humanos y el resto de la naturaleza.
Desde los inicios de su existencia, la comunicación humana y la información humana han sido, actividades y recursos, empleados por el hombre con fines virtuosos o perversos. Y desde esos mismos inicios el pensamiento y las ideas, su empleo por unos y otros para conducir grupos humanos hacia fines comunes y también diversos dentro del común que asegura la unidad mayoritaria, de mejor o peor manera, ha sido una constante que ha confrontado o solidarizado grupos humanos. Para ello se han empleado a lo largo de la historia social diversas ideologías, políticas, creencias, culturas, conocimientos, prácticas, formas organizativas, regulaciones, instrumentos, herramientas, equipos y tecnologías.
En una presentación realizada en la Conferencia Científica Cuadragésimo Aniversario del IDICT y Congreso de la Sociedad Cubana de Ciencias de la Información que tuvo lugar entre los días 15 y 17 de abril del año 2003 en el Centro de Convenciones Capitolio de La Habana opinaba1:
“El hombre primitivo, como nosotros, necesitaba procurarse alimentos. A diferencia nuestra, no tenía bodega o supermercado a donde ir, necesitaba de sus venablos y otros instrumentos rudimentarios y, si se trataba de cazar un mamut, debía hacerlo en grupo y coordinar sus acciones.
Así, se iniciaron dos fenómenos básicos y claves para el desarrollo humano: la emisión, recepción y empleo de “contenidos”; así como el trabajo en colaboración entre dos o más “homo sapiens” para lograr una meta compartida por un grupo.
¡Cuán antiguo entonces, resulta el tema que me ocupa hoy!
Inicialmente, con la escritura y la capacidad tecnológica de emplearla sobre tablas de arcilla, papiro y papel sucesivamente; los grupos humanos lograron colocar en el espacio y transferir en el tiempo, la información, los contenidos y el conocimiento. Con las capacidades tecnológicas actuales y como resultado de su estructura interior, en esa nebulosa a la que puede llamarse “La Red”, la información, los contenidos y los conocimientos han alcanzado una tercera dimensión: la ubicuidad: la información, los contenidos y el conocimiento pueden estar accesibles desde todas partes al mismo tiempo.
La tendencia en la gestión de contenidos es clara: se trata de integrar los datos, la información y el conocimiento, registrados en el tejido socio-institucional de la sociedad; compartirlos mediante herramientas y sistemas de software, servicios, métodos y otros recursos que permitan su acceso y uso desde todas partes al mismo tiempo a partir de una infraestructura de conectividad que lo posibilite con su velocidad y fiabilidad. Todo, y no olvidarlo, para hacer lo mismo que el grupo de homo sapiens cuando iba a la caza del mamut: coordinar de manera eficiente y efectiva las acciones de la comunidad en favor de alcanzar metas mayoritariamente compartidas.
Por ello, la gestión de contenidos implica un compromiso con los valores éticos y posiciones ideológicas revolucionarias y progresistas, independientemente del destino masivo o especializado que tengan, porque han de orientarse al disfrute pleno de los derechos del hombre, al amplio empleo del patrimonio gnoseológico creado por el hombre para ser más felices, mas plenos, más solidarios, más sostenibles y más humanos. Para que podamos llamarnos todos algún día, no arquitectos de la información o del conocimiento, sino arquitectos de la sabiduría.
En ella, (La iglesia) se desarrolló, desde muy temprano, uno de los sistemas de gestión de los contenidos más efectivos que han existido. Basado en la confesión, organizó una envidiable “intranet” y “extranet” para conseguir sus objetivos de conducción grupal; tanto durante su período gubernamental como cuando lo perdieron, y se dedicaron entonces, con ello, a gestionar la esperanza.
A sus predicadores no les agradó el surgimiento de la imprenta, aunque Gutenberg tuvo el acierto de imprimir la Biblia antes que cualquier otro libro. Después, la imprenta fue puesta a su mejor servicio. Alguien me ha contado que la intranet de la Iglesia dispone actualmente de uno de los mejores sistemas de seguridad y protección informática que existe; al tema de la seguridad en la red no escapa nadie.
Al igual que aquel hacker de la obra de Humberto Eco “En nombre de la rosa”; saltaba todas las barreras corta fuego y finalmente, el veneno que llevaba en sus hojas el contenido prohibido, le hacía pagar con la vida el éxito de sus violaciones, esta nueva dimensión de la ubicuidad que han adquirido los contenidos en Internet, está urgida de medidas de seguridad que ofrezcan confianza y fiabilidad, como lo consiguió la tecnología del papel para el intercambio, almacenamiento y empleo de la información, a los conocimientos digitales.
El acceso y uso de la información social registrada que permite compartir en el tiempo y el espacio experiencia, conocimiento, emociones, valores, cultura, sueños, análisis e interpretaciones creada por ciudadanos que aman y dan su vida por el pueblo, la patria y la nación constituida, que han convertido en su hogar, en la razón de sus desvelos y que se ha construido con el sacrificio de generaciones es un derecho ciudadano. La información social es la munición, el pertrecho que ha de emplearse en la comunicación social, en sus diferentes ámbitos, sectores y niveles territoriales, por instituciones políticas, económicas, sociales y sus líderes para obtener comprensión de las ideas y conducir la unidad del pueblo, en su diversidad, hacia los objetivos que postula la Constitución, recién refrendada por la mayoría de los cubanos, y a las metas fijadas en los documentos programáticas del desarrollo económico y social de la nación.
La información social compartida en el ejercicio de las relaciones humanas que se establecen en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana y por el acceso y uso, de medios de telecomunicaciones, el consumo de prensa plana, radio y televisión, de publicidad comercial y propaganda política ahora cuenta para tales fines con un nuevo miembro del club de medios denominado redes sociales y con un aparato inteligente de la industria electrónica que integra el acceso y usos de productos y servicios digitales de todo tipo innovando y mejorando, a ritmos acelerados por año, sus capacidades y alcance de empleo; que además, como si fuera poco, conectado a la red de redes nos acompaña adherido a carteras y bolsillos la mayor parte del tiempo de nuestras vidas.
Hoy, hace 62 años, el 22 de julio de 1959; Fidel pronuncia un Discurso en la Clausura del X Congreso Textil2 y del cual seleccione los fragmentos siguientes:
“Lo cierto es que firmemente la nación cubana y los revolucionarios cubanos han venido luchando contra todos los obstáculos y han mantenido muy en alto la dignidad y el honor de la nación, y se han mantenido muy firmes en sus principios revolucionarios, sin vacilar ante nadie y ante nada (APLAUSOS). Cada día esa postura de la nación cubana se hace más evidente, y puesto que en esta lucha contra todas las campañas, contra todos los procedimientos que el enemigo usa, hemos tenido que actuar con una rectitud absoluta, con una claridad absoluta, hablándole siempre al pueblo con una franqueza absoluta, como un medio, como el único camino recto, como la única política correcta, a fin de contrarrestar todas esas campañas —que ustedes saben tan bien como yo que desde el Primero de Enero solo han tendido a crearle dificultades a la Revolución, a tratar de sembrar la duda en nuestros compatriotas, porque saben perfectamente que la fuerza tremenda con que cuenta la Revolución en el pueblo es muy difícil derrotarla (APLAUSOS)—, ha sido necesario librar una tremenda y cuidadosa lucha, salirle al paso a cada maniobra, a cada intriga, salirles al paso a los enemigos declarados y a los enemigos encubiertos, a los que nos combaten de frente y a los farsantes que gozan de poner una palita de cal y una de arena y no están más que velando siempre la oportunidad de poner en la balanza todo lo más negativo que puedan contra la Revolución y, para no buscarse la enemistad del pueblo, de vez en cuando ponen un granito de arena en la balanza a favor de la Revolución.
No era una crisis que se resolviera a puerta cerrada, en conciliábulos. Por primera vez, posiblemente, en los problemas y en las crisis de nuestro país, no intervino ningún país extraño aquí; fue, entre otras cosas, una crisis resuelta por los cubanos, por el pueblo de Cuba, y era lógico que se produjera aquel desenlace, porque es virtualmente imposible que nadie en aquellas circunstancias osara continuar ejerciendo el poder sin el apoyo de la opinión pública. Véase si aquel día se movió un solo soldado, véase si se acudió al menor acto de fuerza, y todo se resolvió en medio del procedimiento más democrático que pueda concebirse; tan democrático, tan limpio como en ningún país del mundo se ha visto nada semejante (APLAUSOS).
Esta sí es una verdadera democracia, porque todos y cada uno de los ciudadanos, tanto el negro como el blanco, el pobre como el hombre de clase media, tienen voz y voto (APLAUSOS). No impera la fuerza; la fuerza, repito, la tenemos para defender la nación hasta la última gota de sangre, porque la fuerza de la Revolución no son los militares, es el pueblo (APLAUSOS).
Esta no es una Revolución de fuerza, sino de razón y de corazón; esta es una Revolución de opinión pública y no de opinión pública prefabricada o fabricada a base de mentiras, sino una opinión pública hecha a base de verdad, no a base de hipocresía o de demagogia, sino a base de sinceridad.
Los tiempos y el pueblo son los de ahora, las herramientas son las anteriores mejoradas y reforzadas con productos y servicios innovadores aportados por la modernidad digital. Antes y ahora las entidades y las tecnologías son instrumentos al servicio de los propósitos perversos del capitalismo y el gobierno norteamericano y de la reacción interna. Informar en forma adecuada a nuestros tiempos al pueblo de hoy de manera oportuna, desmentir con inmediatez y efectividad, actuar en nuestros barrios, entidades de todo tipo y territorios, desde todas las visiones y con todos los actores en dichos ámbitos sigue siendo, como entonces lo fue, carta de triunfo. Esa es la fuerza del pueblo; es esa fuerza la de un país; la del nuestro.
La continuidad generacional porta la fuerza, la inteligencia, la convicción, el compromiso y la firmeza de quienes le precedieron para compartir hacer comprender y conducir el pueblo de ahora en tamaño empeño. Las generaciones precedentes forman fila, con el pie en el estribo como expresara Raúl, pues para defender y respaldar la Revolución lo que hace falta son convicciones. Fidel en el mencionado discurso expresaba:
“Para mí la Revolución no es el cargo. El cargo puede facilitar; efectivamente, puede ayudar una mejor coordinación, pero la Revolución no es el cargo. Cuando la empezamos a hacer no teníamos ningún cargo. Esta Revolución no se empezó a hacer el Primero de Enero, se empezó a hacer desde el 26 de Julio —desde antes, desde que se compró el primer rifle para luchar por la libertad del país—; no el Primero de Enero, el Primero de Enero se libró una etapa (APLAUSOS). Y para sentar las bases de esta Revolución no hicieron falta cargos, ni siquiera nombres, ni siquiera títulos; porque líderes aquí había muchísimos, hombres renombrados y encumbrados había muchísimos, y, en definitiva, esto no fue una cuestión ni de cargo, ni de nombre, ni de publicidad, ni de popularidad: fue sencillamente una idea, y fue sencillamente un propósito, y fue sencillamente una voluntad de cumplir ese propósito, por grandes que parecieran los obstáculos y por grandes que parezcan hoy.”
El pasado martes la Decana de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de la Habana decía en la Mesa Redonda: “Al discurso de odio no puede responderse con otro discurso de odio. Hay que responder con un discurso de reconciliación.” Que disposición y voluntad haya para llevar ese discurso a los de adentro que de corazón; con responsabilidad y objetividad discuten, en diferentes espacios, por resolver los problemas con adecuada atención y trato comprometido de quienes dan las soluciones, que buscan prosperidad consciente para lograrla en las condiciones que impone la tiranía del bloqueo y ejecutando con trabajo, honradez y solidaridad su emprendedor proyecto. Que disposición y voluntad también se encuentre para llevar ese discurso a los de afuera que tienden puentes de amor y de solidaridad; a los que no piden que corra la sangre de sus compatriotas. Defendamos la Revolución con todos y para el bien de todos.
Pongámosle a Cuba mucho corazón.
Humberto Arango
22.07.2021
1 Arango Sales, Humberto. (2003). Gestión de contenidos: el homo sapiens desde la antigüedad hasta la era digital. ACIMED, 11(5) Recuperado en 21 de julio de 2021, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-94352003000500009&lng=es&tlng=es.
2 Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la Clausura del X Congreso Textil, el 22 de julio de 1959. Versión taquigráfica de las Oficinas del Primer Ministro
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