Más que palabras. Por Teresa Melo

 
Yo no había nacido el 30 de junio de 1961, aunque ese fue el año en que nací. Mi conocimiento de “Palabras a los intelectuales”, intervención de Fidel en aquel encuentro en la Biblioteca Nacional José Martí, es por haberlas leído varias veces, y por las referencias en conversaciones con algunos que sí estuvieron y que después fueron y son parte de mis afectos personales y profesionales.
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Libros, entrevistas, leyendas, aciertos, errores, silencios, verdades como puños (y también, hay que decirlo, falsedades). Pero, ante la duda, siempre vuelvo a las palabras originales, resumidas comúnmente a la sola construcción: Dentro de la Revolución, todo. Contra la Revolución, nada; dichas por la misma voz que reconocía estar allí para aprender, que el primer derecho de la Revolución era el de defenderse, y de quien vio la cultura como esencia imprescindible para la vida soberana de nuestra nación.
No me corresponde ni necesito hacer la historia. En estos meses hemos leído, escuchado y visto excepcionales análisis, intervenciones y testimonios, en esta campaña por los 60 años de aquel diálogo, de parte de artistas e intelectuales de teoría sólida, con objetividad.
Pero necesitaba decir que me considero fruto de aquel diálogo. Sin estar; sin haber nacido entonces. Han pasado 60 años. Los errores dolorosos fueron y son reconocidos, asumidos y enmendados, aunque haya quienes persistan en colocarlos en la historia como grilletes indestructibles. La obra cultural que es la propia Revolución está viva y crece. La cultura cubana es esplendente, infinita, diversa. Sobre todo, innegable. Es la obra y el artista. Y un cuerpo de luz que los / nos rebasa.
En los años 80 viví, con otros intelectuales y artistas, una de esas historias que quienes viven del rencor extremo y la frustración quisieron convertir en mi grillete indestructible; atarlo a mis tobillos y a mi espíritu. Y no pueden entenderme cuando digo que soy hija del diálogo con y en Cuba, no en Ginebra contra ella, como trataron entonces. Estoy perdida para sus causas contra la Revolución. Vivo a favor de la poesía, como mujer creadora libre bajo este cielo, el que yo he elegido.
Estuve invitada a varios encuentros con Fidel, en Ferias del Libro de La Habana: ellos son mis “Palabras…”. Reconocerme en ese diálogo es mi homenaje a las ideas nacidas de aquel encuentro donde yo no podía estar, por razones obvias, el 30 de junio de 1961. CONTRA la POESÍA que es CUBA, luminosa, difícil, o ambas, NADA.
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