Notas contra la ceguera o las cosas que eligen no ver del sistema de salud cubano. Por Kenneth Fowler

 
En la reciente nota que la revista internacional The Lancet publicara sobre los candidatos vacunales cubanos, Clare Wenham, profesora en el London School of Economics and Political Sciences, dijo sobre el sistema de atención primaria de salud cubano:
“The public health network is very strong in Cuba, but it comes at the cost of civil liberties.” “Cuba is a very specific context; not many countries are going to accept that kind of close medical surveillance, and most governments do not have such tight control over their citizens.”
“El sistema de salud pública cubano es muy fuerte, pero se paga el precio de las libertades civiles.” “Cuba tiene un contexto muy específico; no muchos países aceptarán ese tipo de vigilancia médica y la mayoría de los gobiernos no tienen ese control sobre sus ciudadanos.”

Un amigo (voluntario por su municipio al ensayo) me comentaba al interno su preocupación pues no veía algunas zonas pobres de la ciudad representadas en el mismo. En su momento le comenté que existían otros factores para escoger la distribución geográfica de los sitios clínicos. Hoy también lo felicito porque no es común tener el privilegio de ser partícipe del ensayo y seguir pensando en esas cosas. Para mi amigo y para la Wenham tengo una anécdota.
El vacunatorio en que me encuentro está emplazado en una de esas zonas pobres de la ciudad, una zona donde las viviendas no tienen las mejores condiciones. Una zona donde no faltan solares y los llamados “llegaypones”, no hay edificios lindos y modernos, ni grandes avenidas atravesadas por parques donde hacer “footing”. Allí conocí la historia de una enfermera que en estos tiempos aciagos tiene la tarea de administrar las dosis de biomodulina que reciben personas a partir de ochenta años. Me cuenta y me cuentan que es la única que puede hacerlo y ante mis preguntas de por qué me responden que es ella y no otro quien conoce la zona y sus pobladores, sabe qué puerta tocar y como hacerlo, sabe con quien hablar, sabe como abordar cada familia, y, más importante, lo hace con tanto amor que prácticamente le abrirán la puerta solo a ella.
En otro lugar del mismo municipio viví el auténtico juego de ajedrez que tuvo que jugar la directiva de un policlínico ante la perspectiva de que se necesitaría vaciar un local completo para realizar allí la administración de la vacuna a los voluntarios. El local brindaba servicios de rehabilitación, principalmente a personas de la tercera edad. Y, en voz de los trabajadores, que lo dicen sin otro viso que el amor, “los viejitos no se pueden quedar sin el servicio.” Al final se encontró un local y el servicio no paró.
Y entonces yo me pregunto, ¿dónde ve Wenham libertades civiles vulneradas? Cuándo habla de eso ¿decide olvidar convenientemente que Londres es la ciudad con más cámaras de seguridad por cantidad de habitantes, donde sales en video un promedio de 21 minutos al día? ¿Estará pensando en las zonas industriales de Inglaterra, donde la pobreza campea o en el área de su universidad, a pocas cuadras del Big Ben, el British Museum y Buckingham Palace?
Yo veo otras cosas. En el equipo veo profesionalidad, veo valores humanos, veo deseos de hacer las cosas bien, veo resiliencia, adaptabilidad (no olvidar que nunca antes el sistema de atención primaria de salud había tenido una participación tan primordial en un Ensayo Clínico). Veo también mucha juventud comprometida y presta, porque se puede hablar de nosotros pero los digitalizadores de la CUJAE son en su mayoría estudiantes todavía, se puede hablar de nosotros pero también de los estudiantes de medicina que, mientras continuaba la pesquisa, han apoyado llevando la información sobre el ensayo al pueblo, en franca macrotarea de divulgación comunitaria de la ciencia.
En fin, que yo lo que veo es todo un equipo que, si bien en nuestros accionares diarios, no solemos “hablar el mismo idioma”, nos hemos comprometido a hacer lo necesario, y hacerlo bien, para que este ensayo dé confirmación a lo que muchos confiamos será una muestra más de #LaFuerzaDeUnPaís.
Clare Wenham habla (erróneamente) de dos palabras: libertades civiles. Para mí, esto se define con una sola: #Revolución.
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