Transcripción de la videoconferencia “Revolución cubana y la lucha ideológica”, tema de “La Tertulia” de la Unión de Periodistas de Cuba, en la que participaron Ernesto Limia y Pedro Velázquez. Moderada por Iroel Sánchez y celebrada en la Casa de la Prensa, el jueves 21 de enero de 2021.
Iroel Sánchez: Como todos los jueves a la una de la tarde estamos en La Tertulia, hoy con un tema de enorme actualidad y que ha estado en el centro de recientes debates en Cuba, “La Revolución cubana y la lucha ideológica en tiempos de internet”; como siempre estamos aquí en la casa de la prensa cubana con la asistencia de varios compañeros trabajadores de aquí de la Unión de Periodistas de Cuba.
Y me van a estar acompañando dos personas que bueno, hemos estado también en la promoción del espacio anunciando su presencia. Va a estar conmigo aquí Ernesto Limia Díaz, periodista, vicepresidente primero de la Asociación de Escritores de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, con una obra sólida en términos de investigación. Tiene un libro muy importante, Cuba frente a tres imperios. Llave, perla y antemural, y otro, La utopía secuestrada. Quiero referirme a un libro que acaba de salir, Sombras de la Guerra Fría, que tiene que ver con el tema que abordamos hoy; y bueno, Limia también es colaborador de varios medios de comunicación cubanos, en particular de La Jiribilla, de Cubadebate, y acaba de publicar un dossier en La Jiribilla, o sea, La Jiribilla acaba de publicar un dossier donde Limia tiene un trabajo en cuatro partes sobre la cultura y la Revolución en Cuba que ha tenido una enorme repercusión, yo creo que ha sido profusamente leído, y bueno, al que no lo haya leído lo invito a leerlo, y es parte importante también del por qué lo hemos invitado a esta Tertulia.
Y también va a estar con nosotros desde Sancti Spíritus alguien de otra generación, Pedro Jorge Velázquez. Él va a estar desde la sede de la Unión de Periodistas de Cuba en Sancti Spíritus. Pedro Jorge es un joven estudiante de periodismo de la Universidad Central de Las Villas, y bueno, a pesar de su juventud es de alguna manera una persona que ha estado en el centro de los debates de las últimas semanas en las redes sociales alrededor de Cuba, del tema Cuba, del periodismo y de la lucha de ideas, que un tema como el cubano conlleva en estos escenarios, pero estuvo entre los jóvenes de los que oímos hablar a fines de noviembre en la Tángana del Parque Trillo, y también es un colaborador de un blog que recomiendo, que es Bufa subversiva, acaba de surgir, pero con un tremendo impacto también entre los lectores cubanos, y sus textos también han aparecido en medios de comunicación cubanos como Juventud Rebelde, Cubadebate, en particular un texto suyo, “Se acabó el pan de piquito”, con un título con mucha picazón, hablando de los piquitos, es muy picador, ¿no?, muy provocador; ese texto también tuvo un recorrido importantísimo en este debate.
Volviendo al tema que nos convoca hoy, me quería detener en el hecho de que alrededor de los sucesos de las últimas semanas en Cuba, finales de noviembre, diciembre, se ha estado generando, como decía, todo un debate, en el que se ha participado desde distintos puntos de vista en la internet, y también sobre el modo en que las instituciones, los medios de comunicación cubanos, han participado en él, y sobre también los medios de comunicación que pagados desde fuera de Cuba empujaron a esta situación, y el modo en el que se han referido a ella; esto, como también es muy obvio, no comenzó cuando un grupo de personas en un barrio de La Habana llamado San Isidro se concentraron con apoyo, ya lo digo, no es ninguna mentira, con apoyo de la embajada norteamericana en Cuba , porque lo vimos todos, y de todo un aparato mediático financiado también desde el exterior y particularmente desde los Estados Unidos para construir una imagen de Cuba; pero este no es un proceso que empezó hace dos meses ni tres, incluso que no empezó hace un año ni dos, y yo creo que este texto de Limia al que me refería pone los antecedentes de todo este proceso, hace un recorrido histórico, como buen historiador, y para llegar a poder entender las causas de este fenómeno y por qué ha ocurrido de este modo, y qué relación guarda con otros procesos similares en el mundo y con los intentos de, esté una presidencia o la otra en los Estados Unidos, cuando digo una presidencia o la otra me refiero a un partido o el otro, los esfuerzos por cambiar el estado de cosas en Cuba han continuado adaptándose a lo que ellos vislumbran que es el modo más eficaz de llegar a ese resultado, por esa razón le voy a dar la palabra ahora a Limia para hacer un recorrido sobre su artículo, el por qué lo escribió, y el hecho de las repercusiones que ha tenido, pudiéramos también pedirle que en los diez, doce minutos que va a tener esta intervención, nos dijera las esencias de lo que él ahí aborda para los que no han tenido la oportunidad de leerlo, aunque bueno, está en la red, está en La Jiribilla, está en Cubadebate, todo el que se interese lo puede buscar.
Ernesto Limia: Buenas tardes, creo que hay una batalla por la verdad desde hace siglos, y esa batalla por la verdad desde hace siglos está conectada con la batalla por la memoria. En la era de revoluciones a fines del siglo xix, cuando triunfó la burguesía en Francia sobre el feudalismo, antes había triunfado la independencia de Estados Unidos de Norteamérica sobre la corona británica, abrieron paso a procesos emancipatorios que se fueron desarrollando a lo largo del siglo xix.
Pero en Cuba, a diferencia del resto de Suramérica y Centroamérica, la revolución no empezó sino en 1868, casi al final del siglo xix; ahora, desde que empieza esa revolución de 1868 los padres fundadores, y me voy a referir en aquella gesta a los dos principales gestores o a tres de ellos, a Céspedes, a Perucho Figueredo y a Agramonte, tenían en el centro del pecho la justicia como el sol del mundo moral, y eso lo habían aprendido de José de la Luz y Caballero, el padre de la pedagogía cubana; esa revolución se frustró, Martí la retoma en 1895, muere demasiado temprano, muere Maceo en la guerra, y los objetivos de justicia y de igualdad por los que se habían derramado treinta años de sangre quedaron frustrados y no se concretan, no se materializan, hasta el triunfo del 1º de enero de 1959.
Ahora, en ese tránsito hay una proyección anexionista que no surge con la Revolución cubana, la proyección anexionista de Estados Unidos hacia Cuba surge cuando se convierte en país, las proyecciones anexionistas de Estados Unidos hacia Cuba son mucho antes de ser nación independiente, de hecho, George Washington participó en la invasión de La Habana como parte de las tropas de refuerzo de Gran Bretaña que vinieron de Norteamérica, y Benjamin Franklin, uno de los firmantes de la Declaración de Independencia, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, cuando están las tropas británicas aquí está tratando de negociar con la corte que se mantenga la ocupación, porque Norteamérica necesitaba a Cuba como plataforma de comercio hacia Suramérica, y una de las condicionantes de lo que después va a ser la Declaración de Independencia y la guerra de Norteamérica y las Trece Colonias contra sobre su metrópoli tiene que ver con la devolución de Cuba a cambios de los infértiles pantanos de la Florida, es decir, nosotros estamos hablando de un fenómeno que tiene siglos, tiene más de dos siglos ya.
Y ese fenómeno congenia con un orden neoliberal que apuesta a la desmemoria, que apuesta a la ruptura, ellos le llaman la postverdad, que apuesta a la ruptura de la ética en el ejercicio del arte, en el ejercicio de la política, para convertir al ser humano en idiota, un idiota que viva a merced del mercado y a merced de las soluciones que ponga a su disposición el mercado; en ese contexto está Cuba en los últimos sesenta años, enfrentada a los planes anexionistas, a las pretensiones norteamericanas de socavar la Revolución, primero porque era una afrenta, y segundo porque se convirtió en un símbolo, máxime después del derrumbe de la URSS y del campo socialista, y enfrentada a una ola neoliberal que cobró una fuerza inusitada a partir del derrumbe, la desintegración de la URSS y el derrumbe de Europa del Este.
De eso se trata entonces, de cómo nosotros desde el lado de acá de esta pequeñita isla entendemos algo que para los yanquis y para los círculos de poder en las potencias imperiales desde tiempos inmemoriales saben, que es que ganar la guerra ideológica tiene como uno de sus principales fundamentos ganar la guerra de la información, es decir, el éxito de la Revolución cubana, a pesar de todo el aislamiento diplomático, económico y político en que tuvimos que desarrollarnos a partir del antagonismo de las sucesivas administraciones norteamericanas de un orden o de otro, republicanas o demócratas, el éxito de Fidel fue que logró ganar la batalla por la información, y a pesar del cerco, a pesar del bloqueo, Cuba colocó su verdad en el mundo, y la gente sabía que en esencia lo que se trataba era de una lucha hegemónica injusta contra un pueblo digno; hoy eso se multiplica porque la revolución de la comunicación te da oportunidades y te da amenazas, hace que las posibilidades que tenían antes esas plataformas mediáticas contra, anticubanas, multipliquen sus efectos, y se han articulado de tal modo que se fueron articulando primero con las plataformas de la contrarrevolución interna, y también después fueron articulando una plataforma en internet que te la manejan desde cualquier sitio del mundo, y mucha gente, cubanos incluso graduados en nuestras escuelas de comunicación que hoy están en diferentes lugares, que pueden estar en España, pueden estar en México, pueden estar en Venezuela, te actúan de una manera tal en tiempos de postverdad como si estuvieran en La Habana; Rosa un día me explicó eso, Rosa me decía un día: “Facebook es como una plaza grande donde todo el mundo está comunicado, donde todo el mundo está hablando, lo que pasa es que en este tiempo de vulgaridad en esa plaza para hacerte oír hay que gritar, y cuando todo el mundo gritar al mismo tiempo no hay ninguna posibilidad de saber de qué se está hablando”.
Entonces, yo les decía a algunos compañeros, no vamos a ganar esa batalla ideológica a mediano y largo plazo, si no ganamos la batalla de la información, es una condición esencial para la Revolución cubana.
Y eso nos lleva a la historia y a la memoria. El Che decía, cuando habla de El socialismo y el hombre en Cuba el Che decía: “La Revolución tiene que crear una plataforma económica nueva, pero también tiene que crear al hombre —en aquel entonces no se decía la mujer, era, se hablaba en genérico—, pero al hombre y la mujer nuevos”, es decir, ese tan cacareado y traído “hombre nuevo”, el Che estaba hablando de que tú no podías hacer una plataforma económica si no hacías una cultura para interactuar en esa plataforma económica.
Y Fidel cuando triunfa la Revolución dice dos cosas que son esenciales, una, dice: “Yo no le digo al pueblo cree, yo le digo al pueblo lee”, y la otra cosa es cuando se reúne con los intelectuales en la Biblioteca, en la Biblioteca Nacional en 1961, agosto, han pasado apenas tres, cuatro meses, de la derrota yanqui en Playa Girón, Fidel, con el país todavía levantado en armas se reúne con los intelectuales y les dice: “Sólo podemos prescindir de los incorregiblemente reaccionarios, de los incorregiblemente contrarrevolucionarios”.
Por tanto, tenemos tres cosas, una, cómo enamoramos en tiempos de internet, cómo enamoramos a un ser humano que está en Cuba sometido a un bombardeo mediático, y que está en Cuba también sometido, con la nueva política migratoria, a un bombardeo ideológico que viene de la propia familia que está viviendo en países neoliberales sobre esquemas neoliberales; segundo, cómo nosotros, en medio de esa plaza donde todo el mundo está gritando al mismo tiempo, donde tanta vulgaridad se ha impuesto, cómo nosotros logramos que nuestra verdad sea escuchada de una manera racional; y tercero, cómo proveemos a nuestra gente, a nuestro pueblo, a nuestra intelectualidad, de los argumentos, de los conceptos, para que se participe de una manera masiva en esta gran batalla.
Fidel decía cuando estuvimos a punto de entrar en una guerra militar contra la administración Reagan, ya se sabía, él y Raúl, que los soviéticos no nos iban a apoyar, ya se sabía que, es decir, los soviéticos en caso de una agresión de Estados Unidos contra Cuba no nos iban a apoyar, y desarrollaron el concepto de guerra de todo el pueblo, y Fidel decía: “Cada uno de nosotros tiene que ser el comandante, aquí no hay orden de rendición, aquí todo el mundo tiene que estar combatiendo y disparando, y usted se queda aislado, usted en el cuadrito que está es su propio Comandante en Jefe”.
Bueno, hoy estamos en una colosal guerra ideológica que se entronca con la subversión para darle un carácter más pérfido, y por tanto, cada revolucionario cubano, cada patriota cubano, es su propio Comandante en Jefe en el cuadrito que está; ¿cómo contribuimos?, desde nuestros conocimientos, desde nuestra especialidad.
Es increíble, y lo tengo que decir con sinceridad, que estamos abocados a una colosal campaña contra nuestra Constitución y nuestros juristas no participen en internet defendiendo la Constitución, una de las constituciones más progresistas, más avanzadas que se le ha dado a la humanidad, ¿por qué no la estamos defendiendo con conceptos, con argumentos?
Yo hago otra pregunta. Las ciencias sociales hoy, en medio de esta batalla que se dio con el tema de la piyamada de San Isidro organizada por el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos y la embajada de ellos aquí en La Habana, y los sucesos posteriores, la batalla se dio sobre la base de presupuestos de las ciencias sociales, y se asumió que historiadores, filósofos, sociólogos y pensadores, estaban asociados al Ministerio de Cultura, y no es así, en el Ministerio de Cultura se centraliza institucionalmente la atención a los artistas, a los escritores, pero la institucionalidad que organiza, que coordina el trabajo de las ciencias sociales en Cuba está en el CITMA, en la academia, en el Ministerio de Ciencias, la Academia de Ciencias, y en el Ministerio de Educación Superior, en las universidades, en los centros de estudio de las universidades, ¿por qué no hay ese protagonismo ahí?, ¿por qué se ha quedado solo el Ministerio de Cultura muchas veces en esta gran batalla, solo La Jiribilla, Cubadebate, que también ha contribuido de una manera decisiva?
Es decir, yo creo que esta es una batalla, yo decía en uno de estos artículos, no es consecuente que nosotros estemos diciendo que la administración Trump multiplicó en varios millones la subversión contra Cuba, que hay un aparataje extraordinario para ahogarnos, para asfixiarnos, y sin embargo nosotros hayamos sido lentos en la respuesta, en la denuncia. Mucha confusión se generó con respecto a esta piyamada de gente impresentable defendiendo el proyecto neofascista de Trump porque no habíamos denunciado, porque no habíamos denunciado, y eso trajo confusión en Cuba y en el exterior, y eso trajo que intelectuales amigos de Cuba fuera, en el exterior, se confundieran, porque esa gente estaba siendo victimizadas por una plataforma anticubana que está articulada.
Es decir, yo lo sentí como un deber escribir esa serie, me sacó de lo que estaba haciendo en este instante, lo hice, tengo que decirlo, a solicitud de una gran artista cubana íntima amiga mía, Corina Mestre, que me pidió: “¿Por qué no das tu opinión?, me gustarías que dieras tu opinión”, y tuve que por supuesto hacerlo desde la historia, tú me preguntabas, claro, hay que poner la historia en perspectiva, porque esa guerra de información, vuelvo y te digo, está, hay una disputa por la verdad que es terrible disputa por la verdad y que tiene que estar conectada, obviamente, con la memoria.
Pero me hubiese gustado más ver a sociólogos, filósofos, politólogos, que este país, esta isla desde Guantánamo hasta Pinar del Río está llena de ellos, de pensadores extraordinarios, de comunicadores; esa universidad donde está Pedro Jorge, que yo admiro tanto, yo he estado en esa universidad tres veces presentando libros, impartiendo conferencias, da gente brillante, tiene muchachos pensadores brillantes, pero así es en Holguín, así es en la Universidad de Oriente, tú vas a Las Tunas, las Facultades de Ciencias Médicas de este país están llenas de gente, de muchachos y profesores con tremendas inquietudes y con tremenda profundidad de su pensamiento, ¿por qué no las articulamos?, ¿qué nos falta?, yo creo que eso es un gran desafío.
Y nosotros como ciencientistas sociales debemos, y como analistas al fin, plantear más interrogantes que soluciones, porque esto se trata de una batalla por la verdad y también una batalla por la democracia participativa, en un socialismo que yo siempre he dicho que o es participación o no es socialismo.
Iroel Sánchez: Bueno, me parece muy interesante todo lo que Limia ha dicho. Quería apuntar algunas cosas antes de darle la palabra a Pedro Jorge. Es cierto que es una plaza donde todo el mundo grita, pero unas voces se oyen más alto que otras, y la razón por la cual unos se oyen más alto que otros es porque unos tienen una maquinaria más poderosa y más recursos que otros para escucharse, y hay un control de esas plataformas que hasta acaban de callar a Trump…y las más poderosas pertenecen al mismo país, están incluso en el mismo Silicon Valley.
Preguntabas por qué en internet no hablan más juristas, por qué no hablaban los historiadores. Es que a nosotros nos han construido una sociedad civil virtual, los historiadores de Cuba en internet no son los historiadores de Cuba, ni los juristas de Cuba en internet son los juristas de Cuba, ni los economistas de Cuba están en su mayoría en internet, o sea, tú tienes la Asociación de Economistas, tienes una sociedad civil, la Asociación de Economistas, la Unión de Juristas, la Unión de Periodistas, la Unión de Historiadores, donde están agrupados, donde existen eventos, donde se hacen trabajos de investigación, donde hay sociedades científicas, sin embargo, en ese escenario de las redes esa maquinaria ha logrado ante nuestro silencio y falta de proyección y articulación imponer una sociedad civil virtual otra, minoritaria, porque hay todo un aparato mediático, desde fuera de Cuba en buena parte, de reconocimiento de ese discurso, y aprovechar además nuestros vacíos sobre determinados temas.
Tú hablabas allí de un proyecto como Cuba Posible, en tu texto, pero que se apoyó precisamente en los vacíos en tres de esas áreas a mi juicio, el área del derecho, el área de la economía política y el área de la comunicación, tratar, en un momento en que el país todavía no había asumido el debate constitucional con el pueblo opinando, y eso, por supuesto, fue superado por ese debate popular, porque cuando tú le das la palabra al pueblo ya eso entra en otra dinámica y los medios de comunicación asumieron ese debate y le dan la palabra a los profesionales del derecho, pero también en la calle está el pueblo opinando en su sociedad civil, en sus organizaciones, en sus instituciones, y eso realmente yo creo que fue un punto de inflexión, pero eso está ahí, ese aparato está ahí para cuanto vacío dejemos.
Ahora, me gustaría, haciendo estos apuntes, complementando lo que tú decías, darle la palabra a Pedro y me gusta mucho porque él tiene la capacidad de ir de la actualidad, de la candela del debate, por decirlo muy cubanamente, de la candela del debate, a apuntar un grupo de generalizaciones que se hacen en estos procesos de demonización, de descalificación de la institucionalidad, de descalificación de los medios de comunicación cubanos, y también apuntaba esa transformación que tú señalabas, de guardar silencio sobre fenómenos que le abrieron la posibilidad de actuación a eso que tú llamabas la piyamada, al no haber un grupo de argumentos y de verdades en circulación que a mí me gusta llamar a eso la desinstitucionalización de la lucha ideológica, como si esto fuera un problema personal de Limia, de Pedro Jorge, de Rosa Miriam, pero nuestros medios de comunicación institucionalmente, o nuestras instituciones, o nuestra sociedad civil revolucionaria que no se manifiestaron antes sobre eso, entonces mientras a ti te están tirando con armas nucleares tú estás con tirapiedras.
Disculpa que me haya extendido, Pedro, pero te doy la palabra con total amplitud, siéntete con total amplitud para abordar esto dentro del tiempo, dentro de los diez minutos, doce, quince que tenemos. Gracias.
Pedro Jorge Velázquez: Mira, primeramente quiero agradecer la invitación a estar aquí, también el lugar de la UPEC, que me prestó este lugar y me acondicionó, y bueno, qué gratitud siento al poder estar conversando con dos de los intelectuales de referencia de este país, y dos comunicadores que están en la lucha del día a día, que es una lucha en que los jóvenes nos iremos insertando poco a poco. Iroel y Ernesto Limia, que tienen dos obras inmensas, dos obras de mucho valor, los leo.
Y bueno, voy a comenzar hablando de algunas cosas que estuvo mencionando Ernesto que me parecen muy sugerentes, que es el tema de la desmemoria primeramente, voy a empezar hablando el tema de la desmemoria.
Si todos los días por olvidar qué se hizo, incluso por olvidar para qué se hizo. Yo veo en mi generación que hay muchos jóvenes que se preguntan, que dicen cosas relacionadas con hechos que ocurrieron de un modo, y no son eso, y yo me pregunto por qué están diciendo eso, por qué el hecho que no fue ni remotamente así ellos saben y están seguros de que es así, bueno, porque hay una batalla desde otros medios, que están tratando desde las ciencias históricas contar otra historia, contar otra forma cómo ocurrieron los hechos, y visibilizar otros puntos de vista que tienen que ver con la historia en general, y entonces terminan sin saber y yo creo que cuando tienen esa duda en la cabeza y le preguntan a sus padres, les van a poder dar una versión de por qué la Revolución se hizo, de qué cambió, entonces desde la misma educación familiar eso comienza teniendo un territorio fértil para que el joven pueda aprender, pueda ver también, porque necesita que alguien le abra los ojos en este sentido.
Lo otro importante que se habla es de la batalla por la información, y Fidel, que él lo mencionó, tuvo eso en cuenta desde sus momentos en la Sierra, que es cuando se comienzan a hacer los periódicos, cuando comienza Radio Rebelde, porque Fidel sabía que el pueblo necesitaba estar informado desde ese momento, incluso, Fidel desde, hizo mucha exigencia en la Sierra porque, para que desde que terminaran las batallas alguien fuera rápidamente, con inmediatez, o sea, la habilidad de la inmediatez de ese momento, del que dice primero, con inmediatez a contar cuántos muertos habían existido, qué había pasado en la batalla, porque el pueblo necesitaba estar informado de qué estaba pasando, y así ocurrió a lo largo del proceso de la Revolución; del ‘59 Fidel empoderó informativamente al pueblo, y eso es parte también de la democracia socialista que fue construyendo.
La batalla, esta batalla de la información comienza en las redes sociales desde las palabras, es tan básico como una estructura lingüística tan pequeña como es la palabra, que es una batalla del día a día si se ponen a ver, que es una batalla también que es globalizada, porque el sistema trata de coger las palabras y manipularlas a conciencia, y por eso es que ves que le llaman comunismo de una forma siempre peyorativa, o sea, incluso llegan a ofenderte diciéndote comunista, cuando está en una discusión en Facebook, en un debate, no tienen otra ofensa que no sea: “Eres un comunista, eres un perro comunista”, entonces fíjate cómo de esa forma ya están construyendo la ofensa sin darle un concepto todavía de por qué comunista es ofensivo; entonces decía Noam Chomsky que el sistema hace eso para todo lo que le moleste, nombrarlo comunista. Biden, que es un hombre que es un aliado del sistema, que lucha por las mismas cosas, o quizás no dentro de las políticas, pero sí respecto a los diferentes socialismos, diferentes sistemas sociales que hay en el mundo, tiene la misma perspectiva, es un hombre que es parte del sistema capitalista y que se debe a la burguesía de su país, es nombrado comunista en esa sociedad, es nombrado comunista por Trump, es nombrado comunista por algunos medios de comunicación, de esa derecha del Tea Party que visibiliza mucho a Trump, es nombrado comunista por los seguidores de Trump, es nombrado comunista por los cubanos de Miami, que conocen, porque muchos de ellos conocen cómo es la esencia de un sistema social donde la mayoría de los medios de producción, los principales medios de producción, por lo menos, están en manos del pueblo, conocen cómo es ese sistema socialista, sin embargo, le llaman comunista a Biden, que en ningún momento ha dicho que le va a quitar empresas a la burguesía ni nada por el estilo; entonces ya vemos ahí una batalla por las palabras.
Y hay una batalla aquí por las palabras; donde ellos dicen cárcel, donde ellos dicen prisión, nosotros tenemos que decir libertad; donde ellos dicen dictadura nosotros tenemos que decir Revolución, porque esas palabras son las nuestras y nosotros tenemos que defenderlas, y la Revolución tiene que dejar de ser ese momento enquistado, eso del aburrido que está hablando, no, la Revolución tiene que comenzar a ser lo cool, como ellos mismos le dicen, los jóvenes, tiene que comenzar a ser sexy, tiene que comenzar a ser lo que todos quieren embarrarse de eso, conocer para qué se hizo.
Y entonces ahí entra otra de las cosas que estaba hablando Ernesto, que era el cómo, o sea, cómo lo hacemos, de qué manera, cómo nos estructuramos. Mira, una de las cosas principales que yo veo que tiene la intelectualidad cubana que se enfrenta al gobierno cubano es que están articulados desde las ciencias sociales, como decía Ernesto Limia; no es una articulación plebeya, como ellos mismos se autodenominan, y hemos hablado de por qué no es una articulación plebeya, pero sí están articulados, ahí hay profesores de historia, hay profesores de derecho, hay juristas, como decía, hay periodistas, hay politólogos, hay una estructura que quizás no vamos a decir que es la más alta casta intelectual, pero hay personas ahí, actores políticos, que están tratando de articularse y moverse y crear burbujas en las redes sociales, y entonces te crean esa burbuja donde están en un foro que están hablando dos mil personas, tres mil, y te dan la idea de que hay una preocupación nacional por eso, por eso cuando vez que ahora campañas cono “NTV Miente”, “Yo apago”, yo ahorro, yo apago el televisor”, son burbujas que se van creando en las redes sociales para que tú veas que el pueblo en verdad quiere apagar el televisor, porque lo que ellos no te dicen es que las redes sociales más importantes que hay en Cuba son los medios de comunicación tradicionales, son los medios de comunicación estatales, esas son las verdaderas redes sociales, ahí es donde se conectan, y tienen una fuerza nacional pero también tienen una fuerza local, porque los medios de comunicación provinciales tienen una fuerza en su territorio que ellos no pueden contrarrestar, y entonces ellos olvidan que las grandes redes sociales de este país son los medios de comunicación nacionales. Y si nosotros, que somos una Revolución en el poder, que no estamos en la clandestinidad, tenemos las grandes redes sociales de nuestro país, ¿por qué esa defensa de la Revolución no está articulada?, ¿por qué esa defensa de la Revolución no se hace cada vez más consensuada entre diferentes provincias, y crear redes entre diferentes universidades?
En el caso de san Isidro se fueron proyectando diversas personas en las redes sociales, pero nosotros tenemos tanto profesores como intelectuales de sobra para que esa batalla intelectual sea más intensa y para que nosotros seamos más número que ellos en esa batalla intelectual de decir qué pasó y cómo pasó.
Y aquí voy a otro punto, el qué, porque Pascual Serrano en Contra la neutralidad, dicen que en estos momentos estamos yendo mucho a la fórmula, al cómo vamos a hacer, o sea, a la estética de la información, pero estamos olvidando la parte filosófica, y aquí tengo un reclamo que hacer mediante esta vía, que es el reclamo de que me preocupa mucho que en las carreras, los planes nuevos que están llegando a las universidades, están siendo sacadas asignaturas que para mí son importantísimas en el componente de la ideología política de un joven, como economía política, filosofía, pensamiento filosófico contemporáneo, marxismo, todas esas asignaturas en los planes nuevos están dejándole una asignatura de un semestre; por ejemplo, yo dice cinco filosofías en Periodismo, y ahora me estaban diciendo que creo que era una filosofía y un marxismo, entonces me preocupa mucho el hecho de que un periodista, que es la parte por la que puedo hablar, no tenga en su plan un corpus importante como es la filosofía para entender qué está pasando, no sólo para entender, tratar, o sea, lo visualizas bien, lo expones en las redes sociales, sabes trabajar en redes, sabes trabajar en televisión, sabes trabajar en radio, eres un periodista mochila, que es lo que ahora se está estilando, el periodismo multimedial, sí, ¿pero cómo?, si no pudiste comprender la realidad, necesitas esas herramientas para comprender la realidad desde la filosofía.
Yo digo, esto es algo muy personal, que a mí me cambió la vida, así lo puedo decir explícitamente, después de que di economía política, cuando me sentó un profesor en el aula y me enseñó los fundamentos básicos del marxismo, y me enseñó cómo funcionaba el mundo, yo comencé a tener dudas, a leer algo de Marx, a leer alguna lectura pasiva de la gente que hablaba de Marx, a conversar sobre mis compañeros, me pude dar cuenta de muchas cosas que hacía dos años atrás, no vamos a hablar de cuando era un niño, hacía dos años atrás decía equivocadamente, y entonces si esa formación fue lo que me hizo cambiar a mí, ¿cómo estamos perdiendo esa información?, ¿cómo estamos perdiendo que la Revolución sea cool?
Mira, ahora estoy recordando la película Una novia para David, de ese contenido de la Revolución. Los jóvenes hacían chistes con la Revolución, decían: “Oye, no, la jevita tuya, que no sé qué cosa, eso lo dicen en el Manifiesto Comunista”, fíjate cómo ese diálogo revolucionario estaba ahí, y los jóvenes han perdido esa manera de hablar: “Oye, lo dice el Manifiesto Comunista”, “Oye, aplícale la dialéctica a la jevita esa”, fíjate cómo era una lectura de la época que hemos ido perdiendo también en el trabajo, que se está volviendo más superfluo, más sencillo, de los intelectuales y de toda esta articulación de juristas, historiadores, todo el mundo que se plantea en esta lucha intelectual.
Y de lo último que quería hablar, que lo terminaste planteando ahí, me lo pediste porque sabes que soy foco de ese linchamiento que se hace en el día a día, es que también, porque esto lo tenemos que poner también en la fórmula, hay una batalla para que los jóvenes sientan miedo.
Mira, ellos saben que si los jóvenes toman la Revolución de las manos, muestran lo que es la Revolución, la Revolución va a durar, van a pasar miles de generaciones con la Revolución, entonces ellos no pueden permitir eso; entonces los jóvenes tenemos que salir en el día a día, eso lo decía hasta Raúl Garcés en una conferencia que fue a dar a la Universidad Central de Las Villas, la que es una gran universidad, que estoy orgulloso de graduarme, decía Raúl Garcés en una conferencia allí que el Facebook de un periodista, el Facebook de un muchacho que estudia filosofía, que estudia derecho, no puede ser sólo para subir la foto de la cara bonita, para subir con la novia, con la familia, también es para eso, pero hay que también saberlo usar para esa batalla del día a día.
Y yo personalmente, con mis modestos conocimientos, con lo que he podido aprender hasta estos momentos, ir dando luces, ir tratando de explicar los fenómenos cómo ocurren, cómo desde la comunicación tratan de mover esto de un lado hacia otro, cómo manejan diferentes códigos, cómo se van estructurando las campañas, y la gente comprende, porque la gente te comprende, entonces estoy tratando de llevar ese lenguaje, que es también de un nivel intelectual mayor, tratando de llevarlo a su lenguaje, no sin perder la perspectiva, no sin perder esos códigos también, ¿no?, no sin caer en coloquialismos, sino tratando de hacérselo ameno, que comprendan la dimensión de esto.
A mí me decía un amigo mío, “Mira, yo no hablo de política en las redes porque si hablas de una cosa te linchan, te atacan, si hablas de otra cosa, te linchan, te atacan”, entonces a ese lugar de incertidumbre, a ese lugar donde no eres ni una cosa ni la otra, donde eres una figura neutral, incluso te vuelves, te terminas convirtiendo, si eres periodista, en un periodista neutral, que analizas los acontecimientos y los ves de modo neutral, y hemos hablado muchísimas veces de que esa neutralidad no existe, de que esa es una neutralidad que necesita el sistema para que los rebeldes, los anti-sistema, no salgan, que es una neutralidad por la que debajo del tapete te cuelan una ideología real, y es una ideología reaccionaria, es una ideología que no permite disidencia en el mundo.
Entonces en esta batalla del día a día yo creo que tenemos que demostrar cuáles son nuestros fundamentos democráticos, cuál es nuestro modo de hacer, ese llamado poder popular cómo lo vamos haciendo, y tenemos que ir demostrándolo en el día a día, porque nuestra democracia no puede ser ese modelo de democracia que nos quieren pintar y que nos quieren decir que es así, por eso decía de la lucha de las palabras, donde ellos digan: “No hay democracia”, nosotros decimos: “Sí hay”, porque nosotros tenemos conciencia de que nuestra democracia es la democracia verdadera, o sea, no tenemos todavía un modelo de democracia exquisito o quizás el mejor que se haya creado o fundado en un pueblo, pero sí tenemos una democracia mejor. Galeano hablaba del país más justo de América Latina en una reflexión que hace de Fidel, y tenemos una de las mejores democracias del mundo, es uno de los países en que más el pueblo está empoderado, y esa justicia social tenemos que llevarla a las redes y tenemos que hacer que la gente entienda eso.
Iroel Sánchez: Gracias, Pedro, por decir tanto en tan poco tiempo. Bueno, nos van quedando, aquí mi dictadora me dice que nos van quedando quince minutos a los tres. Me recordaste a Gramsci, que Pascual lo cita en su libro cuando dice que vivir es tomar partido; y hoy, que también estamos recordando a un gran revolucionario como Lenin, siempre tomó partido, la neutralidad, primero, no existe, y segundo, la neutralidad y los revolucionarios no se llevan bien.
Sobre esto también, tú hablabas de las etiquetas. Yo me acordaba, leyendo a Limia, que él lo menciona, de una etiqueta, ahora nos acusan a nosotros de que decimos, etiquetamos a alguien con la palabra centrista, Limia lo mencionaba, ¿quién inventó la palabra centrista para Cuba, quién la inventó?, Carlos Saladrigas y el Cuban Studies Group, como una alternativa política, eso no es algo que inventamos los revolucionarios en los debates de internet, pero a partir de esa hegemonía en las redes sociales se ha convertido el uso de la palabra como una etiqueta que se ha puesto para acusar a alguien por usarla, para denigrar a alguien, cuando precisamente lo que se intenta es lo contrario con ese mecanismo que tú describías también.
Y el hecho de que hoy se esté llamando a no ver el NTV es precisamente porque la gente lo está viendo, y porque entraron estos temas que no estaban, precisamente, y porque están abordándose temas de nuestra realidad, que le dejábamos el monopolio de eso a estos otros medios de comunicación financiados desde el exterior. Entonces le doy la palabra a Limia para no apropiarme indebidamente yo de los minutos que nos quedan. Gracias.
Ernesto Limia: Quería decir dos o tres cosas, abordarlas en tiempo rápido, en cinco minutos dos o tres cosas de las que dijo Pedro.
Y una es, empezamos de atrás para alante, una es el miedo. Una Revolución vale lo que es capaz de defenderse. Frank País decidió que se iba a suicidar, porque tuvo la posibilidad de irse a tiempo, esa es la verdad, pudo haberse ido, tuvo una camioneta que le dijo: “Vamos”, y dijo: “No, yo me quedo”; a Martí, Gómez le dijo: “Quédate atrás”, no podía quedarse atrás, había dicho que por Cuba iba a la cruz; Abel Santamaría le dijo a Fidel: “Quédate tú, voy yo, yo voy al combate, tú te tienes que preservar”, fue Fidel quien le dijo: “No, al combate voy yo, tú te quedas, presérvate por si me pasa algo”, es decir, esta es una Revolución que se construyó sobre la base de la valentía personal, y si los revolucionarios ahora nos acobardamos la Revolución no vale un quilo, esa es otra verdad.
Yo sé que hay una campaña de terror, y esa campaña de terror hay que asumirla, porque ese terror psicológico lo sufrió este país con un terror mortal, y este país tumbó a Machado, y este país tumbó a Batista, eran par de esbirros asesinos, y se tumbó sobre la base del valor personal y sobre la base de una ética; Fidel primero atendía a los heridos de Batista que a los heridos rebeldes, Fidel se quitaba las cosas, primero les ganamos la batalla psicológica que la batalla militar, por eso se desmoralizaron.
Y yo lo que creo es que hay que defender esta Revolución, y que hay que pelear, y que es verdad, como tú dices, hay una institucionalidad que tiene que marcar la pauta, tienen que haber los medios de comunicación que nos ayuden a articularlo.
Y también debo decir algo de la articulación esa de los socioliberales, que tienen una plataforma para destruir la Revolución. En primer lugar, la inmensa mayoría están fuera del país, se fueron del país, se fueron del país para buscar una vida mejor y nos dejaron atrás, y quieren regresar ahora, pero quieren regresar con Marco Rubio de presidente, esa es la verdad, y aquellos que están aquí adentro que se creen que van a ser, que serían presidentes en una Cuba sin Revolución es un sueño, eso es una quimera, son tontos, el presidente de Cuba sería Marco Rubio en una Cuba sin Revolución.
Y también es bueno decir que al igual que la mayoría de los más importantes artistas se quedaron en Cuba, también es bueno decir que los más importantes historiadores se quedaron en Cuba, que los más importantes abogados se quedaron en Cuba, que los más importantes economistas se quedaron en Cuba, que los más importantes pensadores se quedaron con la Revolución, algunos tuvieron contradicciones, porque una revolución no es un lecho de rosas, una revolución es un camino duro, y a nosotros nos ha tocado navegar en las condiciones más adversas.
Y también los revolucionarios tenemos que tener claro que el fin no justifica los medios, hay que tener una limpieza moral a la hora de combatir, porque yo siempre he dicho que lo más importante en esta bronca no es la pelea con el adversario, yo siempre pongo un ejemplo gráfico, yo digo: “Vamos, es una pelea, un campeonato mundial de boxeo en el Coliseo de la Ciudad Deportiva”, lo importante no es tu bronca con el adversario en el cuadrilátero, lo importante es qué ven las treinta mil personas que te están mirando en el Coliseo, y nos están mirando porque somos símbolo, para dolor de nuestros adversarios somos símbolos, y nos están mirando a ver si damos un golpe bajo, a ver si metemos una mordida, a ver si les metemos un pisotón, y nos está mirando un pueblo entero, y nos están mirando nuestros amigos de la izquierda.
Y tenemos que ser más inteligentes, tú lo decías, más inteligentes en comunicar nuestra verdad, tenemos que buscar las maneras innovadoras de comunicar nuestra verdad, y tenemos no sé cuántas facultades formando aquí traductores de inglés y de varios idiomas y no traducimos nuestro pensamiento revolucionario, y nos estamos aislando en medio de una doctrina neoliberal que está apabullando la enseñanza en la academia internacional.
¿Cuánto pensamiento se está produciendo aquí y se queda aquí en esta islita pequeña, encerrada, en medio de la revolución de las comunicaciones? Tú decías, sí, ellos controlan Facebook, ellos controlan eso, es verdad, todo eso es verdad, pero tenemos más oportunidades que antes, antes no teníamos ni eso, antes, en la época de Fidel no teníamos eso, por eso Fidel dijo que internet parecía hecha para los revolucionarios. ¿Cómo nos colamos?, ¿cómo hacemos trampa en esos medios hegemónicos?, hay que pensar, ¿para qué estamos formando ingenieros informáticos?, ¿para qué estamos formando?, Fidel dijo: “Vamos a ser un país de hombres y mujeres de ciencia”, pero bueno, vamos a ser un país de mujeres y hombres de ciencia para ponernos a pensar todos cómo hacemos revolución. Y dice Pedro Jorge que hay que renovar esos sueños libertarios, es así, es exactamente así, una revolución tiene que ser el desafío de sueños renovados, y tenemos que hacer esa revolución entre todas las generaciones construyéndolo día a día y criticando lo mal hecho, y también hay una tendencia institucional a tachar, a calificar las críticas a las imperfecciones.
Y tenemos que estar claros, porque eso que está diciendo Pedro Jorge lo dije yo en una gira que participé con Raúl Paz, me percaté yo en el 2017, hace tres años, en una gira que participé con Raúl Paz por todas las universidades del país, y eso que dijo Pedro Jorge nos lo dijeron en aquellos debates presentando un libro mío que se llama Cuba, fin de la historia, profesores y estudiantes, y lo dijimos, dijimos algo triste, doloroso, pero es la realidad, el neoliberalismo llegó a nuestras universidades, pero han pasado treinta años y no lo acabamos de resolver, han pasado no sé cuántos años desde que se separó la asignatura de español y literatura y no acabamos de volver a dividirla.
Es decir, tenemos grandes desafíos, y hay que criticar lo mal hecho, porque a la Revolución también la atacan no sólo nuestros adversarios, sino nuestros burócratas, tecnócratas, gente que tienen aquí mentalidades neoliberales y que están acabando, que están robando a veces al pueblo abusando, avasallando, y nosotros entonces tendríamos que estar callados. La unidad no puede ser sobre la base del silencio cómplice, la unidad tiene que ser sobre la base de la construcción de un sueño con el corazón encima de una mesa. Muchas gracias por la participación y la posibilidad.
Iroel Sánchez: Por ahí hay una idea de Fidel no muy para atrás, muy para acá, de este siglo, de que en la unidad de los revolucionarios no caben ni los corruptos ni los vendepatrias, y todo eso lo tenemos que abordar en nuestra comunicación, que es la comunicación en representación de un pueblo y de la causa que abrazó.
Y en esto yo quería muy rápido, antes de darle la palabra a Pedro Jorge, tenemos todas las herramientas, porque hablamos de Fidel, pero Fidel construyó Radio Habana Cuba, construyó la Casa de las Américas, construyó el ICAP, para hacer todas esas alianzas, después el Festival de Cine, o sea, son herramientas de lucha ideológica contra el imperialismo, y cómo nosotros creamos las herramientas de este momento y en este escenario tan adverso.
Y también la idea de Pedro Jorge, la revolución que no sepa defenderse no sólo en el tema de las armas, también en el orden ideológico. Cuando Fidel en el año 2000 lanza la Batalla de Ideas es porque comprende, y los dijo en la Feria del Libro en La Cabaña, “es la fortaleza de los libros, no la de los cañones”, y es porque está viendo no el libro físico, sino su contenido, por supuesto.
Entonces Pedro, sobre este tema, y yo creo que sería importante, que aquí están los compañeros también de la UPEC, eso que tú señalas del programa de estudios, para no dejarlo en el aire, del Plan E, ¿no?, de la formación de los periodistas en las humanidades, también yo creo que es algo que debe tener más atención y profundizarse, te agradezco que lo hayas referido aquí, entonces te doy la palabra.
Pedro Jorge Velázquez: A ver, a modo de conclusión quiero decir algo que mencionó Limia ahora mismo. Esa idea de que los intelectuales, los profesionales de referencia, ingenieros, médicos, maestros, se están yendo del país hace unos meses salió en las redes sociales por esa idea, entonces yo sacrifico, y sé que me expongo, y sé que va a haber personas que leen a Padura que van a decir: “Tú eres un bobo hablando de Padura aquí”, porque Padura dice eso, que la mayoría de los intelectuales de referencia se van de este país en una idea, y yo lo interpelo en las redes sociales, y con mucho respeto, porque yo creo que a este nivel hay que hablar con respeto, le digo que no creo que sea así, y yo creo que en ese sacrificio que uno hace.
Mira, hoy, yo soy un muchacho que habla muy sinceramente y menciona nombres. Hoy leyó un comentario mío por cosas estas de las redes Pedro Luis Ferrer, uno de los trovadores geniales de Cuba, que lo escucho con una visión crítica tremenda, uno de mis trovadores preferidos, leyó un comentario mío, y yo me decía, este tipo de cosas, los jóvenes nos vemos segregados también a una generación que es mayor, que tienen un punto de vista paternalista con nosotros, de observarnos, de ver qué estamos diciendo, de quizás subestimarnos un poco, pero bueno, poco a poco nos vamos haciendo voz, yo ese tipo de cosas no lo vuelvo un problema personal, al revés, trato de sacar lo mejor de eso, y yo creo que todos los jóvenes que van a las redes sociales a esto deberían hacerlo así.
Néstor Kohan, cuando Néstor Kohan cogió y escribió su trabajo, y que fue un intelectual que tomó posturas, entonces cómo nosotros los jóvenes, si Néstor Kohan hace eso, Néstor Kohan cuenta con nosotros, los intelectuales del continente cuentan con nosotros, y tomó opción ahí por la postura revolucionaria que tenemos en Cuba. No podemos diluir el concepto de contrarrevolución, y si nadie es contrarrevolucionario entonces el concepto de revolucionario también va a estar ahí pendiendo de un hilo.
Entonces la educación tiene una labor en este momento, y Limia decía que el neoliberalismo no puede estar en nuestras universidades, el neoliberalismo no puede estar en nuestras escuelas primarias ni secundarias, nuestras entidades educativas tienen que ser entidades desde una perspectiva socialista, tienen que avanzar con nuestra sociedad, como avanzan nuestras entidades comunicativas, como avanzan nuestras entidades religiosas, porque a la par de esa sociedad socialista se tienen que mover todas, y por eso estoy convocando desde aquí a todas las personas que son de las ciencias sociales a que manejen en esos planes de estudio que están viniendo con poca filosofía, mucho trabajo en la web, en el caso de periodismo muchas asignaturas de estas del mundo moderno, sí, muy bueno, pero hay que ver ese qué, porque el muchacho tiene que comprender la realidad, y ocurre también desde la primaria, desde esa novela Entrega que vimos, donde el profesor era un hombre que le entraba por la sangre la historia a los muchachos, y era un profesor, entonces, que no era como el más esquemático, el que tiene un orden, pero era el que le ponía la historia, el que les hacía sentir en la piel a Fidel, el que les hacía investigar; entonces esa educación tiene que ayudarnos a nosotros a que los muchachos terminen comprendiendo cuál es nuestra solidificación socialista, y en ese camino de los muchachos en eso que marcamos, que fuimos ahí a pedir a la Tángana, que es esa socialización de las fuerzas productivas, ese poder popular, donde las clases vulnerables estén protegidas, porque se están robando el discurso, ahora yo estoy viendo que la derecha está diciendo: “No, porque las medidas nuevas son neoliberales”, fíjate cómo lo habla la derecha, “No, porque estamos perdiendo”, fíjate, la derecha, que quiere la restauración capitalista, está hablando de medidas neoliberales y está, quizás desde algún punto de vista algunas medidas en un momento dado tienen, hay una introducción del mercado, lógico, que va a traer desigualdades en Cuba, y que tenemos, por eso la visión del intelectual tiene que tener el ojímetro mucho más avanzado, porque hay una introducción del mercado que está creando desigualdades, entonces se van a aprovechar de ese discurso de la izquierda como hace la derecha internacional.
Entonces las luchas sociales son nuestras, mi hermano, el poder popular lo defendemos nosotros, y sí lo vamos a defender, y sí vamos a defender clases vulnerables, a las mujeres, a las comunidades LGTB, vamos a defender a los animales, como se están defendiendo, vamos a defender a los ancianos, pero son nuestras, van en el camino de una sociedad socialista, de un tránsito social, no te pongas a hablarme de luchas sociales con un estándar o con un paradigma capitalista; son nuestras entonces en ese poder popular.
Y ya por último, para terminar voy a mencionar una cosa genial que dijo Ernesto Limia, que es la internacionalización del socialismo. Nuestros intelectuales están capacitados para internacionalizar nuestro pensamiento, y en eso que él habló de traducir nuestros textos, ahí hay una necesidad, ahí hay un camino, nosotros tenemos que internacionalizar nuestras ideas e internacionalizar nuestro socialismo.
Iroel Sánchez: Gracias, Pedro. Nosotros no podemos dejar a la crítica fuera, y mucho menos la crítica en la obra de arte, el arte y la literatura trabajan con las contradicciones de la realidad, y ahí fue uno de los grandes errores de los soviéticos tratar de excluir ese sentido crítico y problematizador del arte y la literatura, y al final lo perdieron todo; nosotros tenemos que defender ese sentido crítico, que no es subordinarlo a un mercado, que no es subordinarlo al dinero, sino participar críticamente de nuestra sociedad y plantear realmente un debate enriquecedor, como yo creo que es el que estimulan nuestras instituciones, nuestras organizaciones de creadores, y ahí cabe todo, ahí cabe todo, lo único que no cabe es la alianza con los americanos, como lamentablemente una exigua minoría, que fueron los que trataron de aupar eso, y a los que se refirió Limia; pero bueno, yo creo que gente tan joven como tú tenga esa claridad, yo creo que no, las costuras se les ven ante cualquier mirada realmente profunda y honesta, y ante eso tenemos en un espacio como este que seguir profundizando, seguir abordando, y tratar de que todas las voces quepan dentro de la Revolución, toda la justicia cabe, quepa dentro de la Revolución, que toda idea justa, todo reclamo justo, quepa dentro de la Revolución, yo creo que ese es el discurso de nuestro presidente y el que tenemos que acompañar todos, y que tienen que acompañar nuestras instituciones, y que no haya una voz honesta, no haya una voz honestamente crítica, que esté por la profundización socialista, por la justicia, por la verdad y por la libertad, y no quepa dentro de nosotros, pero dentro de eso también hay que tener claro que hay toda una maquinaria para apoderarse, como tú decías, de esas causas y para manipular eso, y hay mucho dinero en función de eso.
Para mí realmente ha sido un placer estar acompañado tanto por Pedro Jorge como por Ernesto Limia Díaz hoy aquí, hubiéramos necesitado más tiempo, me doy cuenta, pero bueno, La Tertulia continuará en otros espacios.
Pedro Jorge Velázquez: No, quiero mandarle a Ernesto un abrazo, nos veremos pronto, y a ti también, Iroel.
Iroel Sánchez: Gracias, y bueno, a Limia lo tenemos aquí al lado. Y decir que la primera Tertulia la dedicamos precisamente al pensamiento de Fidel sobre los medios de comunicación y la libertad de expresión, que es otra bandera que también nos han tratado de arrebatar, y es un tema que nosotros tenemos que abordar muchas veces, porque lo que se está defendiendo, como le decía Fidel a Ramonet, y me gusta citar, es el derecho a lucrar con la libertad de expresión, a hacer negocio con la libertad de expresión, y detrás de toda esta, a veces, gente muy combativa lo que hay es mucho afán de lucro y gente que se ha acostumbrado a vivir de un negocio con esa idea.
Decía que para mí ha sido un placer. Los invitamos a estar en la próxima Tertulia los jueves a la una de la tarde. Agradecer aquí también la presencia de Ricardo Ronquillo, ustedes no lo ven pero está ahí reportando en las redes sociales La Tertulia humildemente, nuestro presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, de Rosa, de los compañeros que nos han acompañado aquí en la cámara, en la técnica. Agradecer de nuevo a Pedro Jorge, a Limia, y a todos ustedes, que han estado en línea con nosotros.
Un gran abrazo.
Reblogueó esto en Blog de Ana María Palos.
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