La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos(ALBA-TCP) celebró de modo virtual su XVIII Cumbre ordinaria el 14 de diciembre, en esta ocasión con la moderación del presidente de Venezuela Nicolás Maduro. La reunión conmemoró la fundación en La Habana del mecanismo, exactamente 16 años antes, por los presidentes de Cuba, Fidel Castro, y de Venezuela, Hugo Chávez, concebido como una opción antineoliberal, solidaria, no competitiva y popular en contrapartida al predominio absoluto de la ganancia y del mercado promovidos por Estados Unidos mediante el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas(ALCA). El ALCA fue derrotado al año siguiente, en 2005, en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, por la acción conjunta de los presidentes Chávez, Kirchner, Lula, Tabaré Vazquez y Duarte Frutos respaldados por la movilización popular.
La ALBA cosecha importantes logros como la Operación Milagro, con la que fueron operados de la vista más de 8 millones de latinoamericanos y caribeños de escasos recursos; la liquidación del analfabetismo en Venezuela, Bolivia y Nicaragua y su sensible disminución en otros Estados de la alianza y el estudio clínico genético social de la población en seis países miembros. De particular importancia fue la creación en Cuba de la Escuela de Medicina Latinoamericana y luego de una homóloga en Venezuela, que han aportado decenas de miles de médicos con formación humanista en remotos lugares de cuatro continentes donde nunca habían visto a un doctor, incluidas comunidades negras de Estados Unidos.
Maduro dijo que las cancillerías han estado trabajando en un conjunto de propuestas y documentos para asumir con fuerza y dinamismo el año 2021. Dio gran importancia al relanzamiento de Petrocaribe y su área económica, lo que no se pudo hacer en 2020 debido al férreo bloqueo económico de Estados Unidos bajo Trump, que impide a Venezuela exportar petróleo y a los estados caribeños importarlo. El momento de la cita es de claroscuros pues ocurre bajo el peso ominoso de la crisis sanitaria y económica internacional provocada por el covid-19, en la que los países ricos de Occidente han mostrado un egoísmo sin igual, agenciando medios sanitarios solo para sí justo en el momento en que más necesaria es la solidaridad y la cooperación. Pero, a la vez, cuando esta en marcha una ascendente rebelión de los pueblos de América Latina y el Caribe contra los gobiernos neoliberales, como se observa nítidamente en Chile, Perú, Colombia, Guatemala y Haití. Paralelamente, el pueblo boliviano retomó el camino liberador después de su contundente victoria en las elecciones del 18 de octubre, que llevó a Luis Arce y a David Choquehuanca a la presidencia y vicepresidencia del país. Junto al regreso de Evo Morales constituye una importante derrota al imperialismo, la derecha local y la dictadura de Áñez. Menos de dos meses después habló el pueblo venezolano en los trascendentales comicios del 6 de diciembre, que renovaron la Asamblea Nacional, concedieron una amplia mayoría en ese órgano al Gran Polo Patriótico y propinaron un rudo golpe a la estrategia desestabilizadora de Estados Unidos y la derecha internacional contra la Revolución Bolivariana. Igualmente, fue muy importante la reelección de Ralph Gonsalves y Gordon Browe como primeros ministros de San Vicente y las Granadinas y San Cristóbal y Nieves, estados miembros veteranos de la ALBA en el Caribe Oriental.
La cumbre estuvo dedicada principalmente a analizar la coyuntura política regional, a coordinar esfuerzos entre sus Estados miembros para reforzar el combate a la pandemia y a valorar la importante reincorporación de Bolivia como miembro. El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ofreció brindar asesoría epidemiológica a los gobiernos hermanos del mecanismo, compartir experiencias entre ellos sobre el enfrentamiento al covid-19 y poner a su disposición sus exitosos protocolos de combate al virus con medicamentos biotecnológicos. Los gobiernos de la mayor de las Antillas y de Venezuela quedaron encargados de organizar un banco común de medicamentos y, principalmente, vacunas contra el nuevo coronavirus. La cumbre condenó el redoblamiento de los bloqueos y acoso económico contra Venezuela, Cuba y Nicaragua por parte de Estados Unidos.
Además de los ya mencionados, destacan entre los principales acuerdos de la cumbre, la reactivación del Consejo Económico de la ALBA, y del Sucre como moneda de intercambio, la activación de las criptomonedas, el fortalecimiento de Petrocaribe y del Banco del organismo, que ocupa espacios de auxilio y financiamiento de los Estados miembros. La Cumbre también acordó elegir como secretario ejecutivo de la agrupación al reconocido diplomático boliviano Sacha Llorenti, quien fuera representante de su país en la ONU.
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