“La sombra ominosa de la Resolución Conjunta de su congreso, de 1898, está ahí: “El pueblo de Cuba es y de derecho debe ser…” Es decir, nosotros decidimos qué es el pueblo de Cuba y qué derechos debe tener; su soberanía, su Estado y la voluntad de su pueblo son inaceptables para nosotros; no les perdonaremos jamás la ofensa de liberarse y el mal ejemplo que han dado; nunca les permitiremos ser libres. Para los imperialistas que gobiernan EE.UU., todos los cubanos somos negros.”
(Fragmento de “Cuba, EE.UU. y el mundo de los contratos”, publicado originalmente en La Jiribilla)