Cuba, razones del éxito vs el Coronavirus. Por Víctor Angel Fernández

 

Durante estos días, se hable o no, se escondan buenas o malas intenciones, incluso, a pesar de un grupo de indisciplinados internos, el país se encamina al éxito contra esta pandemia. El reinicio de actividades en casi todo el país y el buen camino que ha tomado la capital, no son augurios, sino realidades insoslayables.

En reiteradas ocasiones, se habla de los éxitos de la salud cubana y esa realidad no está en la mesa de ninguna discusión. Soy de los que votó desde un principio por la otorgar el Premio Nobel al Contingente Internacionalista de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeves, que de lograrse, sería extensivo a cada trabajador de la salud cubano y a un grupo de personas de otros sectores, que salieron de su zona de confort habitual (no es un término peyorativo) y fueron a sacrificarse junto a los que estaban en el primer escalón de combate, ampliando el sector cubano de la salud.

Entonces, ¿es sólo el logro de este sector, de probada calidad y sacrificio en todos estos años? Creo que podemos ampliar el diapasón.

Aún antes de que la primera medicina llegara a los campos de Cuba, después de enero de 1959, los campesinos recibieron tierras y ya sus casas no estarían a merced de los desmanes de la guardia rural y está más que demostrado, que la tranquilidad y la seguridad que trajeron estas legislaciones, son componentes importantes en la salud humana.

Los barrios insalubres pre 1959, pieza común y corriente que se oculta en las bondades de la arquitectura “de antes”, fueron sustituyéndose poco a poco, primero por los llamados edificios de Pastorita, después por las microbrigadas y si bien, como muchos, discrepo de la condición estética de esas construcciones, se pasa mejor un ciclón dentro de una fea construcción de mampostería y techo de placa, que en una casa de yaguas y guano, sin olvidar que los bichos peligrosamente dañinos, gustan más de lesos componentes naturales que de la arena y el cemento.

Aquí dirán algunos que la batalla por la vivienda está muy lejos de ganarse y que existen casas en muy malas condiciones, estoy de acuerdo, pero, al decir de la sabiduría china, todo largo viaje se inicia con el primer paso y ese inicio de marcha, nunca se dio antes de 1959, donde repito, podemos seguir admirando la majestuosidad del edificio Focsa, de la Casa de las Tejas Verdes o del edificio López Serrano, aunque, también es fundamental decirlo, muchos tengan la capacidad de olvidar sobre qué se soportaban y cuánto ocultaban esos bellos decorados.

Un día le preguntaron a Omar Torrijos, presidente panameño, sobre Cuba y su respuesta fue muy esclarecedora: con todos los problemas que existan en la Isla, incluso por encima de Panamá, en Cuba no se acuesta ningún niño en la noche sin haber dado los tres golpes, en obvia referencia a desayunar, almorzar y comer.

Con la Campaña de Alfabetización, en mi opinión la base de todos los logros de estos años, las personas tuvieron la oportunidad de sumar a la palabra creer, el mejor verbo que es leer y ampliaron el verbo hablar, con el verbo escribir. Así, ya no era sólo la recomendación del encargado de salud, sino la lectura del método escrito y de las recomendaciones del envase de medicinas y eso, sin lugar a dudas, también sumó puntos a la real salud.

Y luego, el sexto grado, la secundaria, el pre, las instituciones para formar técnicos de nivel medio y pasar de cuatro universidades, una de ellas privada, dos en La Habana y todas de pago que las hacían inaccesibles para casi toda la población, a centenares que se regaron por toda el archipiélago. El antiguo orgullo de generaciones familiares, porque alguien al fin dentro del respetado apellido, hubiera logrado subir exitosamente la emblemática escalinata de San Lázaro número 1, sin olvidar que muchas veces se bajó de ella para enfrentar a las fuerzas represoras del régimen de turno, pasó a ser algo común corriente, con uno o más graduados universitarios por familia y estos logros fueron accesibles para personas desde la Punta de Maisí, hasta el Cabo de San Antonio, sin olvidar los sures y los nortes, con la sola exigencia de estudiar y cumplir todos los niveles anteriores.

La tan criticada libreta de abastecimientos, que tiene sus más que obvias carencias, es la cara visible de un sistema de distribución que trata de ser equitativo, aunque pueda no lograrlo, pero asegura que algunas cosas, con largas limitaciones de adquisición, cada primero de mes estén en una bodega y, aunque también estas cosas se olviden de forma mal intencionada, no haya que esperar a que el propietario de la tienda rural o de la bodega de la esquina, tenga destacada la variante más humana y cooperativa, para que aumente una vez más “el fiao” (compra a crédito), convencido de que esto nunca se subsanará o que el dueño del central pagará con fichas que sólo valen en el almacén cuyo dueño es… casualmente… el mismo dueño del central.

La agricultura y la industria, con obvias falencias en organización y resultados que a los cubanólogos les encanta destacar, nos hacen vivir con la seguridad de que los centavos que ingresen, aunque pudieran ser pesos, cambiando todo lo que debe ser cambiado, no van a la cuenta particular de alguien en el Chase Manhattan Bank, en el Bank of Scotia o en el Gelats, para que un día la Condesa de Revilla Camargo, pueda recibir a cierto miembro de alguna realeza europea, adquiriendo todas las flores disponibles en La Habana y completar las necesidades con varios aviones llenos de ellas, traídos desde la Florida, sólo para crearle una calzada de bienvenida, mientras el hambre era una componente cotidiana de nuestro país.

Algunos olvidan, mientras destacan los errores, que este país pasó de seis millones de habitantes en 1959 a casi doce, sesenta años después, incluso en los campos, para aumentar las plantas en esas cifras, es imprescindible algún tipo de “tratamiento agrícola” exitoso.

Entonces, no ha sido sólo el sistema de salud, son, además y también, de forma muy destacada, todos los componentes de nuestro sistema social, algo que tiene nombre y que ya muchos, izquierdosos, derechosos y centrosos temen hasta pronunciar. Los éxitos y como nos enseñó Fidel, sin soslayar lo que debemos arreglar, son el resultado de 60 años de reales y palpables logros de algo que se llama: Revolución cubana.

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3 Responses to Cuba, razones del éxito vs el Coronavirus. Por Víctor Angel Fernández

  1. Maño says:

    El agradecimiento es una virtud que deberíamos practicar más seguido, eso no nos quitará empuje para criticar todo lo que se puede hacer mejor…

    YO NO ME OLVIDO DE DONDE VENGO

    Hubo un lápiz
    para mi y para ti
    hubo unas ganas de llegar al fin
    Allí empezó mi musa
    mi hambre por conocer
    quien soy
    también mis derechos
    para regalar una flor
    Hubo un libro
    sin palabras
    llenas de amor
    íbamos a cambiar el Mundo
    y de alguna manera cambio
    Demos gracias
    por lo que soy

    Un abrazo

     
  2. Vicente Feliú says:

    OVACIÓN.
    Abrazos

     

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