Desde la época en que se estableció el correo mambí, durante la guerra por la independencia, iniciada en 1868, los comunicadores cubanos han cumplido disímiles misiones en momentos excepcionales y cruciales para nuestro país.
Recuerdo que durante el huracán que azotó la ciudad de Santa Cruz del Sur, el 9 de noviembre de 1932, murieron heroicamente tres operadoras telefónicas, ayudando a salvar a sus convecinos.
Muchos de los trabajadores de las comunicaciones participaron en la lucha contra la tiranía de Fulgencio Batista. Varios técnicos y radioaficionados pusieron en funcionamiento a Radio Rebelde, por iniciativa del Comandante Che Guevara, y crearon un sistema de 32 plantas de radio en los diferentes Frentes y Columnas del Ejército Rebelde, para lograr una comunicación efectiva entre los diferentes mandos y llevar la verdad de la lucha, al pueblo cubano y al exterior.
Al triunfar la Revolución, la Federación Sindical de Trabajadores Telefónicos, trazó los objetivos fundamentales que los obreros y técnicos del sector debían asumir como demandas contra la empresa norteamericana Cuban Telephone Company, entre los cuales sobresalen: el aumento del 20% de los salarios, revisión del apéndice “A”, de manera que las escalas injustas y discriminatorias se suspendieran, aumento del plus en los choferes y pago de una quincena al regreso de vacaciones, entre otros.
La intervención de esta empresa yanqui contó con el apoyo de la mayoría de los trabajadores telefónicos, y fue precisamente un trabajador quien retiró el nombre de la compañía en su sede de Águila y Dragones.
Claudio Argüelles Camejo, supervisor de instalaciones de equipos en la empresa telefónica, al ocurrir la invasión mercenaria por Playa Girón en abril de 1961, se presentó de inmediato, para combatir al frente de una Compañía de milicianos. La metralla enemiga hizo impacto en su cuerpo y le vació la caja torácica.
Días más tarde, el 1ero de mayo, celebraban en Sofía, Bulgaria, la fiesta internacional de los trabajadores y los presentes en el acto escucharon conmovidos la siguiente noticia: un trabajador que debía formar parte de la delegación cubana que visitaba ese país con motivo de la fecha, se encontraba ausente por haber perdido la vida defendiendo a su patria frente a la agresión mercenaria e imperialista de Playa Girón; su nombre era Claudio Argüelles Camejo. Un contingente de trabajadores telefónicos fundado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro, y que llevó su nombre, laboró en los inicios del Período Especial, en el mejoramiento del sistema de telefonía de la capital cubana.
He citado solo algunos ejemplos, de la herencia revolucionaria recibida por los comunicadores, que hoy, junto a nuestro pueblo se enfrentan a la pandemia del COVID- 19. De manera anónima aseguran los servicios de telecomunicaciones a la población, en las instalaciones de salud y en los centros de aislamiento habilitados; gracias a un grupo de abnegados especialistas y técnicos se mantienen en el aire más de 100 emisoras de radio y canales de televisión, en función de la industria del entretenimiento y la educación.
Muchos trabajadores del sector, garantizan en toda la geografía cubana la llegada de la prensa; otros distribuyen contenidos digitales, desarrollan aplicaciones informáticas y administran sitios estatales y empresariales para lograr una mejor gestión de la pandemia.
Este 1ero de mayo, resonará en la mente de los trabajadores cubanos, el concepto de Revolución, expuesto hace 20 años por el líder de nuestra Revolución, y en particular, los trabajadores del sector de las comunicaciones, recordarán, en sus puestos de trabajo o en su casa, a Mario Muñoz Monroy, médico y radioaficionado, que se unió a los integrantes de la Generación del Centenario, y cayó combatiendo durante las acciones del asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953.