Todo es lo que parece: Si parece un golpe de estado “es” un golpe de estado, si parece un Estado de excepción es un Estado de excepción. Ángeles Diez*

 

Las ciencias físicas así como las sociales tuvieron un momento revelador en el postulado Ockhaniano que en su principio más elemental sostiene que no se deben multiplicar las causas sin necesidad. O dicho de otra forma, cuando para que ocurra un fenómeno se nos ofrecen 2 o más explicaciones, la que tiene más posibilidades de ser la correcta es la explicación más completa y simple.

Veamos dos ejemplos de cómo se viola el principio ockhaniano. No hace mucho –aunque con la crisis relanzada por la pandemia del coronavirus ya todo parece lejano- la derecha boliviana respaldada por el ejército lanzaba un ultimátum al presidente Evo Morales para que renunciara a su cargo, ocupaba el parlamento colocando la biblia en lugar de la whipala y emprendía la persecución de los líderes del MAS (Movimiento al Socialismo) y la represión de los pueblos originarios (que constituyen más del 60% de la población boliviana), supuestamente partidarios del presidente Evo. Se suspendían todas las garantías constitucionales, se colocaba a una presidenta –Jeanine Áñez- que se autoproclamaba presidenta con el beneplácito del ejército, la OEA (Organización de Estados Americanos) y los Estados Unidos1.

Foto: Un militar le coloca la banda presidencial a Añez,  autoproclamada presidenta sin quórum en el Congreso boliviano. Imagen EFE (tomada de https://www.pagina12.com.ar/230719-sin-quorum-jeanine-anez-se-autoproclamo-presidenta-en-la-paz)

Para que todo esto ocurriera sin gran disgusto internacional, los medios de comunicación masivos –el poder mediático y sus paraperiodistas- arreciaron con una campaña sin precedentes presentando los acontecimientos como: crisis política en Bolivia, renuncia de Evo Morales, dimisiones del vicepresidente Álvaro García Linera y de los presidentes del Senado y de la cámara de diputados, intento de Evo Morales por imponerse, fraude electoral, etc.2 Pero, significativamente también las críticas de la izquierda progresista y feminista hacia el gobierno “patriarcal” del presidente Evo sirvieron de material ideológico para apuntalar un discurso justificador de un golpe de Estado. Así, aunque hubo voces que proclamaron la evidencia de un golpe de Estado clásico y difundieron las pruebas de cómo fue preparado por Estados Unidos, sus organizaciones internacionales (específicamente la OEA) y las élites bolivianas, el relato que acabó imponiéndose fue el de una salida natural y formalmente democrática a una crisis institucional.

Foto: Militares bolivianos realizan un control en el municipio de El Alto durante la cuarentena. Martín Alipaz /EFE (Tomada de: https://elpais.com/internacional/2020-04-08/el-gobierno-de-bolivia-recibe-criticas-por-amenazar-la-libertad-de-expresion-durante-la-cuarentena.html)

Todavía hoy, con la crisis del COVID-19 las corporaciones mediática siguen justificando el golpe de estado en Bolivia y hablan de “Gabinete interino de Bolivia” y de “Decreto de la cuarentena que promulgó la presidenta”; y desvían la atención de la evidencia de una dictadura hacia alguno de sus síntomas: las limitaciones a la libertad de expresión.

La explicación más retorcida y rebuscada, la más difícil de argumentar y sostener: que en Bolivia hay un gobierno interino, por arte de birlibirloque y en contra de toda evidencia y análisis científico, se asume como verdadera, en vez de la explicación más completa y simple: en Bolivia hubo un golpe de Estado y hoy existe un gobierno totalitario.

El segundo ejemplo paradigmático de cómo el mundo actual se nos presenta de una forma y se nos explica de otra, es el de las democracias occidentales. La crisis de la pandemia del coronavirus ha desvelado, es decir, ha quitado el velo que ocultaba la realidad de los sistemas representativos parlamentarios a los que llamamos democracias. Como ya nos contaba el filósofo Agamben al inicio del siglo XXI, éstas se aproximaban inevitablemente a sistemas totalitarios. Puesto que, como ocurrió, por ejemplo al inicio de la Primera Guerra Mundial en la que los países beligerantes ya estaban en un estado de excepción permanente, “la legislación excepcional por vía del decreto gubernamental (que hoy nos es perfectamente familiar) se vuelve una práctica corriente en las democracias europeas”3.

El 14 de marzo el gobierno del Estado español decretó el Estado de alarma. La Constitución española no distingue prácticamente entre estado de alarma y estado de excepción4, únicamente por el tiempo que duran sin necesidad de solicitar al parlamento una prórroga. En el primer caso 15 días y en el segundo 30. En ambos es el ejecutivo quien emite el decreto que los desarrolla y sólo tiene que consultar al parlamento para su prórroga.

En el 2011 con el movimiento 15M y anteriormente con la invasión y ocupación de Iraq se decía en las calles: “lo llaman democracia y no lo es”. Ahora, una parte de esos mismos que demandaban una “democracia real” insisten en convencernos de que esto es una democracia, la única posible, que el sistema es reformable y la necesidad (o la emergencia) es el fundamento y la legitimidad de un estado de alarma que suspende nuestros derechos y garantías más fundamentales (y no me refiero a salir de casa sino al derecho al trabajo, la alimentación, la salud, la educación etc.) y deja en manos de los cuerpos de seguridad la gestión de estos derechos.

Esta situación de desamparo respecto a nuestros derechos más fundamentales llevaba tiempo produciéndose. El informe del Relator Especial de NNUU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos en España, Philip Alston, publicado a finales de enero de este año, antes de que se desatara la pandemia, ya nos decía que si un español mirara a su país en un espejo lo que vería sería:

“…una pobreza generalizada y un alto nivel de desempleo, una crisis de vivienda de proporciones inquietantes, un sistema de protección social completamente inadecuado que arrastra deliberadamente a un gran número de personas a la pobreza, un sistema educativo segregado y cada vez más anacrónico, un sistema fiscal que brinda muchos más beneficios a los ricos que a los pobres y una mentalidad burocrática profundamente arraigada en muchas partes del gobierno que valora los procedimientos formalistas por encima del bienestar de las personas”. 5

Pero todavía entonces, a principios de año, estas palabras resultaban escandalosas igual que el Informe del Banco de España afirmando que 4,5 millones de hogares (el 25% del total) subsistían por debajo del umbral de la pobreza como consecuencia de la inseguridad laboral, el empleo inestable y los bajos salarios. Nadie en ese momento –excepto tal vez los neofranquistas de Vox- justificaba esa realidad, y pocos pensaban que medidas reformistas pudieran revertirla. Tampoco se justificaba, desde los sectores de izquierda, la famosa ley mordaza ni la posibilidad que ésta convirtiera de hecho a los policías en jueces al poder sancionar y multar a cualquier ciudadano que consideraran que había violado alguna norma real o imaginaria.

Así, aunque la situación actual se nos presenta como “Estado de alarma para la gestión de una crisis sanitaria”, y poder abordar la situación extrema de la población, dos son las evidencias que nos permiten decir que esto no parece un estado de alarma sino un Estado de excepción; y que este país ya venía caminando hacia él.

La primera evidencia es la actuación de los cuerpos de seguridad y la aceptación por parte de la mayoría de la población de esta actuación, es decir, la normalización de la actuación de la policía y el ejército. La segunda es la imposibilidad de cualquier tipo de crítica y/o resistencia ya que automáticamente provoca la condena, la represión y la acusación de alianza con el discurso fascista. Aparentemente porque, en España, un gobierno de coalición PSOE-UP, autoproclamado de izquierdas no puede ser cuestionado pues este gobierno se considera la encarnación en la tierra de la democracia misma. Pero como diría también Agamben en relación al fin de la República de Weimar que: “… una “democracia protegida” no es una democracia, y que el paradigma de la dictadura constitucional funciona sobre todo como una fase de transición que conduce fatalmente a la instauración de un régimen totalitario”6

En la ley orgánica que regula el Estado de alarma deja en manos del ejecutivo (a través del Decreto) el ámbito territorial y el alcance. En el decreto del 14 de marzo por el que se declaró el estado de alarma en España7 se declara como única autoridad competente al Gobierno, el ámbito territorial es todo el territorio nacional y las primeras autoridades competentes delegadas son la ministra de Defensa y el ministro del interior, después el Ministro de transportes, movilidad y Agenda urbana, y finalmente el de Sanidad. Uno de los aspectos más significativos del decreto es el que establece que las “autoridades competentes delegadas podrán requerir la actuación de las Fuerzas armadas”. En las ruedas de prensa del gobierno sobre el COVID-19 suele estar el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el General Miguel Villarroya.

El papel de las fuerzas armadas y los cuerpos de seguridad del Estado está siendo tan relevante en estos momentos y los discursos aludiendo a la “guerra contra el Coronavirus” son tan frecuentes, no solo en España, que cuesta creer que se trate sólo de una medida temporal y de una metáfora para describir la emergencia sanitaria. En la revista infodefensa.com se señalaba en titulares que “La respuesta militar en España ante el COVID-19 despierta el interés de Europa” 8. Nótese que no despierta el interés nuestra respuesta sanitaria ni la solidaridad de la población ni siquiera la respuesta del gobierno sino la del ejército. Y es que, nuestra larga experiencia totalitaria, va desde la eficacia con la que se ha disciplinado a las clases trabajadoras mediante sus sindicatos de masas hasta el control y gestión de la emigración con vallas, Centros de Internamiento, devoluciones en caliente y disparos de pelotas de goma, o la actuación de la Guardia Civil.

Casualidad o no, el mismo periódico señalaba poco antes que Bolivia había desplegado 47.000 militares ante la emergencia sanitaria.

Foto: Agentes de la Policía Nacional realizan un control de tráfico con motivo del confinamiento decretado por el Estado de Alerta en la carretera de Valldemossa de Palma de Mallorca este lunes. En vídeo, declaraciones del general de brigada de la Guardia Civil, José Manuel Santiago. (FOTO: EFE | VÍDEO: EP Fuente: https://elpais.com/espana/2020-03-30/multas-penas-de-prision-y-encarcelamientos-preventivos-por-saltarse-la-cuarentena.html

Detención en Almería el pasado sábado de un ciclista por incumplir las medidas de confinamiento del estado de alarma. Carlos Barba / EFE Fuente: https://elpais.com/espana/2020-03-19/primeras-condenas-por-saltarse-el-confinamiento-del-estado-de-alarma.html?rel=mas

La revista El salto, una revista de izquierdas, en un artículo de análisis jurídico sobre las detenciones bajo el paraguas del Decreto, se hacía eco del “trato poco correcto por parte de algunos agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado”9, no sin antes alabar las medidas del gobierno para proteger la salud individual y colectiva de los ciudadanos.

El tratamiento benévolo hacia los cuerpos de seguridad del Estado, y subrayo “del Estado”, es generalizado entre los medios de comunicación masiva, y la campaña de propaganda ha sido tal que se ha conseguido extender los aplausos al personal sanitario de las 8 de la tarde, hacia los cuerpos de seguridad. Hecho al que se ha añadido un nuevo despliegue de banderas españolas en los balcones y el himno nacional, incluso pendones negros y crucifijos, todos ellos, exhibidos de esa forma, recrean la tradición franquista.

Foto: Propia, tomada el 4 de abril de 2020

Finalmente, pareciera que el objetivo de los estados de excepción que se despliegan hoy a lo largo y ancho del planeta tuvieran como único objetivo preservar la necesidad histórica de la economía y no de la salud, es decir, del capitalismo, de continuar con la apropiación de valor y por tanto aumentar el nivel de la explotación conjurando cualquier atisbo de rebelión y/o revuelta. Esto es así porque las medidas más claras y evidentes que están tomando todos los Estados y los organismos internacionales para “gestionar la crisis” se dirigen a salvar la economía no a la gente. Y las medidas que dicen ser para ayudar a la gente también son económicas, asistenciales y temporales (ingreso mínimo vital para la población vulnerable)10
Pero como ya planteó Marx en 1842 en su famoso artículo sobre el robo de la leña, denunciando una ley dela Dieta que prohibía a los trabajadores recolectar las ramas secas caídas de los árboles para calentarse, si la gente no ve delito donde no hay ninguno se conseguirá que el propio delito se transforme en un hecho justo: “si el pueblo ve la pena y no ve delito, y puesto que ve la pena donde no hay delito no verá ningún delito donde haya una pena”11. Las leyes de las democracias que devengan estados de excepción encubiertos no se percibirán como justas, una vez finalizado el tiempo del COVID-19, y por tanto las penas que se impongan tampoco serán vistas como justas.

Quédate en casa haciendo teletrabajo, quédate en casa educándote con la escuela y la universidad virtuales, quédate en casa para recibir las ayudas de emergencia, no te manifiestes, no te concentres, no te reúnas, mantén una distancia social… o de lo contrario serás sancionado o serás delatado por tus vecinos. El estado de excepción ya está funcionando como un dispositivo de control naturalizado en un país con escasa o nula tradición democrática. Pero también se da la circunstancia de que, de forma desigual según las zonas, hay gentes en esta francocracia que no se han acostumbrado a ver delito en lo que consideran justo.

La única garantía que tiene este gobierno, cualquier gobierno, tras el COVID-19 para mantener el orden y la distancia social, será la prolongación de lo que vengo llamando la francocracia española. Esto es, unas instituciones y una población, predispuestas al totalitarismo, que durante los últimos años han ido creciendo al calor del consentimiento tanto de la izquierda como de la derecha política ante el temor de la revuelta social, ya sea nacionalista, laboral, o simplemente humanitaria.

Ángeles Diez, Dra. CC. Políticas y Sociología.

Miembro del Frente Antiimperialista Internacionalista (FAI)

*Madrid 18 de abril de 2020

Notas:

1.En 15 de enero Mauricio Claver Carone, Director Senior del Consejo Nacional de Seguridad para Asuntos del Hemisferio Occidental de EEUU, visitó Bolivia para transmitir el respaldo de la administración Trump al gobierno de Añez.( https://cnnespanol.cnn.com/2020/01/15/alerta-bolivia-funcionario-de-trump-visito-bolivia-y-transmitio-respaldo-de-ee-uu-a-gobierno-interino-de-jeanine-anez/)

2. Son evidencias muy significativas la cantidad de entrevistas que se hicieron en los medios como la BBC a la autroplocamada presidenta (https://www.youtube.com/watch?v=aI0x5b8nOcc) y

3. G. Agamben, Estado de excepción. Homo sacer, I,II, pág. 41

4. Constitución Española, Título V, artículo 116 “De las relaciones entre el gobierno y las Cortes generales”. La Constitución deja el desarrollo de este artículo a la ley orgánica que entró en vigor el 6 de junio de 1981, https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1981-12774

5. Declaración del Relator Especial de Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los Derechos Humanos,Philip Alston,sobre la conclusión de su visita oficial a España, 27 de enero-7 de febrero de 2020 https://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=25524&LangID=S

6. Ibídem, pág. 46

7. Real decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2020-3692

8. Foto: https://www.infodefensa.com/es/2020/03/20/noticia-respuesta-militar-espana-covid19-despierte-interes-entre-paises.html.

9. Se trata de una revista de izquierdas. El salto, Multas y detenciones en tiempos de coronavirus: una mirada jurídica” https://www.elsaltodiario.com/conquista-derecho/multas-detenciones-coronavirus

10. La Vanguardia, “El gobierno acelerará una renta mínima de emergencia ante la pandemia”, 16/4/2020, https://www.lavanguardia.com/economia/20200415/48545657354/gobierno-acelerara-renta-minima-emergencia-pandemia.html

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3 Responses to Todo es lo que parece: Si parece un golpe de estado “es” un golpe de estado, si parece un Estado de excepción es un Estado de excepción. Ángeles Diez*

  1. Sin-permiso says:

    Y qué podíamos esperar de sistemas políticos patrocinados por el 5% del censo electoral? En este caso, habría que decir que si parece una democracia, no es una democracia, y jamás podrá serlo mientras existan las clases sociales y sea la de Warren Buffet la que vaya ganando por amplia goleada, que ya no saben qué hacer con tantos trofeos ni como alargar este juego macabro sin que les estalle en las manos por su ambición sin límites y poder absoluto.

    Al comienzo de la democracia burguesa el sufragio era restringido. Era lo coherente en sociedades estructuradas en clases sociales. Si eres el 5% de la sociedad y tienes el poder, el sufragio universal equivale al suicidio como clase, salvo que encuentres la manera de hacer trampas. Para cuándo se aprobó el sufragio universal, la burguesía ya disponía de grandes espuelas con las que poder continuar ejerciendo de mayoría sin dejar de ser una clase minoritaria.

    En su manual de estilo, el poder del pueblo se expresa cada 4 años de forma imprecisa y no vinculante con la elección de sus peones, organizados en partidos políticos compromisarios, que en un principio eran conservadores y liberales y, más tarde, también socialdemócratas. Y para que la opinión pública no se desviará de este imaginario colectivo, la burguesía hizo lo mismo que la oligarquía y otras formas de poder absolutistas y minoritarias a lo largo de la Historia: el control de los aparatos ideológicos. Mediante la alternancia no vinculante e irresponsable de sus partidos y la manipulación de la opinión pública a través de sus aparatos hegemónicos, todo estaba atado y bien atado.

    Por ello, la aparición en escena de partidos como el MAS en Bolivia, el PSUV en Venezuela, Alianza País en Ecuador, el Partido de los Trabajadores en Brasil, o, si nos remontamos más atrás, la Unidad Popular en Chile o el FSLN en Nicaragua, supuso el lanzamiento de un misil en la línea de flotación del Titanic, que era preciso neutralizar y destruir. Si significas el 5% del censo electoral y tus aparatos ideológicos son cuestionados por la opinión pública, la legalización de un partido que represente al 95% restante del censo o no se puede permitir o se convierte en un suicidio. Es en este contexto donde hay que analizar las operaciones de acoso y derribo contra los intentos de democratización de sistemas profundamente antidemocráticos en Bolivia, Ecuador, Venezuela, Brasil, el Chile de Allende y la Nicaragua del Frente Sandinista.

    En el resto de naciones capitalistas, en que la burguesía mantiene el control político a través de sus grandes familias compromisarias (conservadores, liberales y socialdemócratas fundamentalmente) y el control de la opinión pública a través de un oligopolio de medios muy bien coordinado internacionalmente, la democracia es una utopía y, sin embargo, son los modelos a imitar, el espejo en el que deben mirarse las sociedades en grave conflicto social por el hecho de que la mayoría censal se ha dotado de herramientas para participar en el juego de la alternancia política y del pluralismo ideológico.

    Tanto el golpe de estado que ha sufrido Bolivia por la discrepancia de la oposición con los resultados electorales, que debió resolverse con la revisión del voto en las mesas impugnadas o de todas las mesas si fuera necesario, como los abusos de poder, las injusticias y malas praxis en el abordaje de la pandemia en España son el resultado de que seguimos instalados en un paradigma político que presume de lo que carece y que debe ser superado con el empoderamiento de las clases inferiores y la implementación de herramientas que garanticen la democracia directa, una relación vinculante y revocable entre representantes y representados, los derechos humanos básicos (incluido el derecho a una información veraz), la función social de un derecho de propiedad concentrado en pocas manos por sistemas políticos injustos y un uso sostenible de recursos escasos que hemos tomado prestados de las futuras generaciones.

     
  2. RAMON ESPINO says:

    “Cuandoasechan infecciones…”

     

    ( 1 ) ¡Para queachiques las penas,

    elchicharrón de marrano

    contamal veracruzano,

    derrumba milcuarentenas!

    ¡Cuandose agoten las cenas

    sabremoslo que es hambruna?

    ¡Pide agritos la vacuna

    (vacade Lety Lugones)

    “Cuandoasechan infecciones

    nosalgas ni a ver la luna”.

     

    Ramón Espino Valdés

    ElLeoncito de Las Tunas

    Cuba/México.

    19/04/2020.

     
  3. Sin-permiso says:

    En mi anterior comentario, quise decir que la burguesía imitó a otras clases dominantes en el control de la opinión pública, como la aristocracia, y no la oligarquía, que tiene un sentido genérico. Los dos ejemplos del artículo de Ángeles Diez adquieren un significado de “normalidad democrática” porque tanto en Bolivia como en España y resto del orbe capitalista prevalece un mismo oligopolio mediático de carácter totalitario, sin el que sería inviable esa modalidad transnacional de crimen organizado que es el neoliberalismo, para cuyo éxito es imprescindible que no exista alternativa o que esta sea vista como algo caótico y fracasado históricamente.

    Por si no bastara en Bolivia con el control casi absoluto de la opinión pública por parte de los grandes medios privados (locales y transnacionales) y el control de los públicos por el gobierno golpista, Añez tomó la decisión, en su claro propósito de “restablecer la democracia”, de prohibir la señal aTeleSUR e ilegalizar algunos pequeños medios comunitarios, únicos alternativos con que cuentan las mayoritarias clases inferiores. Así no es difícil de comprender que el vacío de poder dejado por el premeditado golpe de estado sea visto como un proceso continuista por el hecho de que una Jeanine Añez “Carmona”cualquiera, aprovechando que era la representante parlamentaria de un irrelevante oposición protegida de los militares golpistas y del imperio, decidió autoproclamarse como si no hubiera pasado nada.

    En España el poder del oligopolio mediático burgués es todavía más totalitario que en la Bolivia golpista, ya que aquí los medios públicos controlados por el MAS y la presencia de TeleSUR y medios comunitarios ejercieron durante años de contrapoder. Para trabajar de periodista en cualquiera de los grandes medios españoles (públicos y privados) hay que tener una nula percepción del ridículo y nula empatía con el rebaño que, como flautistas de Hamelin, conducen todos los días al despeñadero. No creo que exista otro gremio con un número mayor de psicópatas, si exceptuamos los partidos políticos compromisarios de la oligarquía y, de forma especial PP, Vox y C’s, a cuyos líderes habría que enviar a USA como sepultureros de fosas comunes, por ser lo único para lo que han demostrado estar capacitados y para que, de regreso, cuenten a los españoles lo bien que funciona la sanidad y la política en la nación que ellos tienen como modelo paradigmático y a cuyas grandes corporaciones prometieron servir como carne mercenaria ultraliberal, algunos en reiterados encuentros con la mafia miamesa.

     

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