Entendiendo a Duvalier

 
Iroel Sánchez
El dictador a su llegada a Puerto Príncipe. Foto: AFP

El dictador a su llegada a Puerto Príncipe. Foto: AFP

Dicen que el asesino siempre regresa al lugar del crimen y Baby Doc no iba a ser la excepción. A río revuelto ganancia de pescadores, pensó Jean Claude Duvalier, y desembarcó en Haití. Aunque el Departamento de Estado dijo sorprenderse por su decisión, no le faltaba lógica al exdictador que, al igual que su progenitor ensangrentó y esquilmó, con la complicidad de Estados Unidos, la nación caribeña. Tras su salida del poder  en 1986 por una revuelta popular, Duvalier se marchó tranquilamente a Francia con la anuencia de Washington. Hasta hoy ni la cuna de la Declaración de los Derechos del Hombre ni el país norteño le han pedido cuentas por sus crímenes.

Asolado Haití hace un año por un terremoto que costó más de trecientas mil vidas y envuelto en una epidemia de cólera, el gobierno del  presidente René Preval aceptó  el desafío de realizar un proceso electoral en tales condiciones. No es un secreto que a Estados Unidos y Europa les interesa más salir de un gobernante amigo de Cuba y cercano al ALBA que salvar las vidas de millones de haitianos sumidos en la insalubridad, el hambre y las enfermedades.

La situación política se complicó con las reclamaciones acerca de cuál candidato acompañaría a la ex primera dama  Mirlande Manigat en una segunda vuelta. Medios de comunicación y gobiernos occidentales que presionaron para la realización de las inoportunas elecciones ahora intentan aconsejar e intervenir en Haití. Como comentó el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro:

“No es correcto dirigirse a un país como quien regaña a un niño pequeño. Haití es un país que hace dos siglos fue el primero en este hemisferio en poner fin a la esclavitud. Ha sido víctima de todo tipo de agresiones coloniales e imperialistas. Fue ocupado por el Gobierno de Estados Unidos hace apenas seis años, después de promover una guerra fratricida. La existencia de una fuerza de ocupación extranjera, en nombre de las Naciones Unidas, no priva a ese país del derecho al respeto a su dignidad y a su historia.”

Pero hay demasiado poca humildad en los poderosos como para actuar de esa manera. La llegada de Baby Doc, había sido precedida por una visita de la recién electa presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Ileana Ros y por el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, mientras hay anunciada otra de la Secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton. Todas estas visitas tienen que ver con los resultados de las elecciones en el empobrecido país y la convocatoria a una segunda vuelta, ninguna de ellas ha hecho ni hará una contribución real para resolver la dramática situación que vive el pueblo haitiano.

La congresista Ileana Ros, miembro de la ultraderecha cubana en Miami, que apoya al terrorista Luis Posada Carriles, viajó en el verano pasado a Honduras para apoyar el golpe de estado contra el presidente Manuel Zelaya, donde se reunió con el golpista Roberto Micheletti. Sobre sus objetivos en Haití, declaró: “Es muy importante para los intereses de Estados Unidos y tenemos un interés personal en ver que la estabilidad, la democracia y las empresas libres se arraiguen ahí”. A Ros le dicen en Cuba “la loba feroz” por su papel en el secuestro del niño Elián González, al que llegó a envolver en una bandera norteamericana. No es de extrañar que el aullido de la loba pidiendo “estabilidad”, acompañado de términos tan entrañables para Baby Doc como OEA y Estados Unidos hayan despertado las añoranzas del antiguo aliado de la Casa Blanca en la lucha contra el comunismo en el Caribe.

Sin embargo, luego del desconcierto inicial, el gobierno de René Preval parece tener el valor para hacer lo que Estados Unidos y Francia no hicieron: poner a Jean Claude Duvalier a disposición de la justicia. Sin dudas, una gran lección para quienes pretenden exportar la democracia con sello made in USA.

This entry was posted in Estados Unidos and tagged , , , , . Bookmark the permalink.

3 Responses to Entendiendo a Duvalier

  1. Fernando says:

    Genial artículo!!!!!!!
    Pero este thriller no ha acabado, todo es muy sospechoso. Se puede creer que se haya tirado allí sin prever que esto podía suceder, sin tener una estrategia para manejar y para darle una salida? Que le funcione o no, se verá.
    La situación en Haití es sumamente inestable y no hay solución a corto plazo porque no hay una verdadera voluntad política de quienes pueden acelerar el proceso de reconstrucción. Ni Dante hubiera sido capáz de imaginar siquiera el infierno que es la vida en ese país; en medio de toda esa situación más que extrema, más que inhumana, más que desesperada y desesperanzada, en medio de ese estado de desposesión e indefensión absoluta y generalizada, qué significado tiene el regreso del sátrapa?
    Me pregunto también cuál será el significado de “vivir” para los haitianos. Es terrible!

     
  2. Luka says:

    A postura do governo haitiano em interrogar e indiciar Baby Doc é louvável, diferente da Minustah que ficou fazendo segurança para o ex-ditador no hotel em que está hospedado.
    Me preocupa as manifestações favoráveis a Baby Doc, nesta conjuntura de indefinição total pode ser completamente perigoso estas manifestações, ainda mais agora que a comissão eleitoral já se pronunciou sobre manter o resultado do 1º turno da eleição.
    As próximas semanas pelo Haiti provavelmente serão mais conturbadas do que o normal e já o são conturbadas normalmente então imagine…

     
  3. Frnak González says:

    Recordaba esta poesía de Benedetti “Hombre preso que mira a su hijo” y recordaba a los hombres buenos de todos los tiempos, los que sin temor se han ceñido en la frente la estrella que ilumina y mata y lo han dado todo por sus ideales.
    Casi al final dice: “Uno no siempre hace lo que quiere pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere”

    Cuando era como vos me enseñaron los viejos
    y también las maestras bondadosas y miopes
    que libertad o muerte era una redundancia
    a quien se le ocurriria en un país
    donde los presidentes andaban sin capangas.

    Que la patria o la tumba era otro pleonasmo
    ya que la patria funcionaba bien
    en las canchas y en los pastoreos.

    Realmente no sabian un corno
    pobrecitos creian que libertad
    era tan solo una palabra aguda
    que muerte era tan solo grave o llana
    y carceles por suerte una palabra esdrújula.

    Olvidaban poner el acento en el hombre.

    La culpa no era exáctamente de ellos
    sino de otros mas duros y siniestros
    y estos si
    como nos ensartaron
    en la limpia república verbal
    como idealizaron
    la vidurria de vacas y estancieros
    y como nos vendieron un ejército
    que tomaba su mate en los cuarteles.

    Uno no siempre hace lo que quiere
    uno no siempre puede
    por eso estoy aqui
    mirándote y echándote
    de menos.

    Por eso es que no puedo despeinarte el jopo
    ni ayudarte con la tabla del nueve
    ni acribillarte a pelotazos.

    Vos ya sabes que tuve que elegir otros juegos
    y que los juegue en serio.

    Y jugue por ejemplo a los ladrones
    y los ladrones eran policias.

    Y jugue por ejemplo a la escondida
    y si te descubrian te mataban
    y jugue a la mancha
    y era de sangre.

    Botija aunque tengas pocos años
    creo que hay que decirte la verdad
    para que no la olvides.

    Por eso no te oculto que me dieron picana
    que casi me revientan los rinones
    todas estas llagas hinchazones y heridas
    que tus ojos redondos
    miran hipnotizados
    son durisimos golpes
    son botas en la cara
    demasiado dolor para que te lo oculte
    demasiado suplicio para que se me borre.

    Pero también es bueno que conozcas
    que tu viejo callo
    o puteo como un loco
    que es una linda forma de callar.

    Que tu viejo olvido todos los números
    (por eso no podria ayudarte en las tablas)
    y por lo tanto todos los teléfonos.

    Y las calles y el color de los ojos
    y los cabellos y las cicatrices
    y en que esquina
    en que bar
    que parada
    que casa.

    Y acordarse de vos
    de tu carita
    lo ayudaba a callar.

    Una cosa es morirse de dolor
    y otra cosa es morirse de verguenza.

    Por eso ahora
    me podes preguntar
    y sobre todo
    puedo yo responder.

    Uno no siempre hace lo que quiere
    pero tiene el derecho de no hacer
    lo que no quiere.

    Llora nomas botija
    son macanas
    que los hombres no lloran
    aqui lloramos todos.

    Gritamos berreamos moqueamos chillamos
    maldecimos
    porque es mejor llorar que traicionar
    porque es mejor llorar que traicionarse.

    Llora
    pero no olvides.

     

Responder a Luka Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>