Wolf Mankowitz, el guionista de la primera película de James Bond, fue investigado por los servicios secretos británicos, que sospecharon durante más de una década que podía ser un agente secreto del KGB soviético.
La agencia británica de contraespionaje, el MI5, siguió los pasos de Mankowitz por sus conexiones al final de la II Guerra Mundial con activistas del Partido Comunista, según se conoce ahora tras la desclasificación de varios archivos secretos. Mankowitz presentó a los productores Cubby Broccoli y Harry Saltzman, que financiaron la primera entrega cinematográfica de James Bond -‘Agente 007 contra Dr. No’-, y adaptó a la gran pantalla las aventuras del personaje creado por el novelista británico Ian Fleming.
También escribió el guión de la primera versión que se hizo en el cine de ‘Casino Royale’, en 1967, una parodia del archifamoso “agente 007″ que fue protagonizada por David Niven.
El escritor contribuyó con su trabajo a mostrar la imagen de un Reino Unido elegante y moderno en plena Guerra Fría en su lucha contra una Unión Soviética cruel, decrépita y ridícula. Pero antes de hacerlo, el MI5 le siguió muy de cerca los pasos tras pensar que podía hacerlo para ocultar su auténtica labor.
Sospechoso por una carta
Los agentes del contraespionaje británico empezaron a investigarle en 1944, cuando Mankowitz y su mujer Ann fueron mencionados en una carta interceptada de un ex soldado sospechoso de militancia comunista al que investigaba el MI5.
El remitente de la carta, David Holbrook, se refería en la carta a la visita que hizo a la pareja en Newcastle (norte de Inglaterra), donde les encontró “evitando el Servicio Nacional” y ganándose la vida en la izquierdista Asociación Educativa para los Trabajadores.
“Wolf siempre me acusa de no ser realmente un marxista, lo que probablemente es verdad, pero a mi me gusta mofarme un poco de él y pensar que soy más útil que él”, escribía Holbrook. Estas líneas fueron suficientes para que el MI5 le pidiera a la policía de Newcastle que investigara a Mankowitz.
La policía contestó con un informe en el que se afirmaba que Mankowitz era “conocido por discutir con frecuencia las teorías del marxismo con sus amigos cuando se reúnen en privado”. Al año siguiente, el MI5 decidió continuar con la investigación cuando el escritor decidió pertenecer a las fuerzas armadas.
El mando que lo tenía a su cargo le describió como un “individuo con un temperamento extremadamente nervioso”, pero descartó que fuera una influencia subversiva para sus compañeros. “Incluso si defiende puntos de vista comunistas, no creo que tenga la personalidad o la fortaleza de carácter para transmitirlos a sus compañeros soldados”, afirmó este mando militar.
No obstante, el MI5 no le perdió la pista y después de que dejara el ejército en 1948 impidió que la Oficina Central de Información del Gobierno de Londres le contratara como empleado.
‘Un marxista convencido’
La agencia de contraespionaje se dirigió a esta oficina con el siguiente mensaje: “Nuestros registros demuestran que este hombre era conocido en 1944 como el marido de una miembro del Partido Comunista, y él mismo un marxista convencido”.
Un año después, la policía de Newcastle informó de que no había certeza de que los Mankowitz hubieran establecido contacto con el Partido Comunista local, pese a lo cual en 1951 el MI5 dirigió una carta a la cadena pública de radiotelevisión BBC, para la que trabajaba el guionista, para advertirle de su pasado radical.
Tras esa carta, hubo un lustro de silencio, pero los temores del MI5 volvieron a aparecer en 1956, cuando Mankowitz regresó de una visita de 10 días al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Moscú y expresó su deseo de coproducir una película con los soviéticos.
El contraespionaje británico perdió el interés en Mankowitz sólo un año después, cuando un informante hizo saber que había cancelado su intención de volver a la URSS para trabajar en ese proyecto y había optado por “buscar localizaciones en el Caribe”.
Con información de EFE