El sitio Wikileaks comparó los ataques contra Julian Assange con la violenta retórica de políticos en Estados Unidos, tras el incidente a la congresista demócrata Gabrielle Giffords, en el que murieron seis personas y 14 resultaron heridas.
Un comunicado de prensa del portal, responsable de la filtración de más de 250 mil cables secretos del Departamento de Estado de Estados Unidos, denuncia que el personal y colaboradores han sido blanco de agresiones verbales sin precedentes por parte de personalidades prominentes y de medios de comunicación estadounidenses.
Se menciona a Sarah Palin, una de las dirigentes nacionales del movimiento ultraconservador Tea Party, quien instó al Gobierno norteamericano a “cazar a los principales de Wikileaks como a los talibanes”.
El político Mike Huckabee pidió en noviembre pasado la ejecución del fundador y la cara visible del sitio, Julian Assange, en su programa Fox News, mientras que el comentarista Bob Beckel, incitó en público a dispararle, señala la comunicación de Wikileaks.
Assange, por su parte, denunció la feroz campaña de las autoridades estadounidenses en un intento de obtener información a toda costa y abrir un procedimiento judicial contra él, basado en delitos de espionaje.
Criticó el régimen de arresto domiciliario a que está sometido en una zona rural de Inglaterra, vigilado de forma permanente. Es una situación “orwelliana”, sostuvo el australiano, quien se mantiene en libertad condicional, bajo estricta vigilancia de la policía británica en espera de la extradición o no a Suecia.
En una entrevista a la radioemisora France Info admitió estar acostumbrado a ese tipo de presión, pero la situación actual es la más dramática que he vivido hasta ahora, confesó.
Deploró que las autoridades estadounidenses traten de reunir informaciones de sus seguidores en Twitter, sobre él y de otras personas implicadas en la difusión de un vídeo acerca de la muerte de una veintena de personas, incluidos dos periodistas de la agencia Reuters, en 2007, en Bagdad, revelado por Wikileaks en abril último.
A esa revelación siguieron las filtraciones de archivos secretos militares sobre las guerras en Afganistán (2001) y en Iraq (2003) que comprometen al Ejército y al mando norteamericano en violaciones, torturas, crímenes y matanzas de civiles.
“Se trata de una tentativa evidente destinada a forzar a la gente a que dé informaciones para lanzar procedimientos judiciales contra mí y mi equipo”, denunció Assange al añadir que el propósito de Washington es extraditarlo y para ello ha recurrido también al espionaje.
El fundador de Wikileaks fue puesto en libertad condicional bajo fianza en diciembre pasado después que personalidades famosas aportaran unas 240 mil libras esterlinas, unos 276 mil euros para liberarlo, tras estar preso nueve días en la cárcel de Wandsworth, en el sur de Londres. Está pendiente de otra audiencia en Londres, a inicios de febrero.
(Con información de PL)