El 15 de diciembre de 1895 las tropas del Ejército Libertador cubano, en marcha hacia el Occidente de la Isla con Máximo Gómez y Antonio Maceo al frente, infrigieron una de las más sonadas derrotas al ejército coloniaista español que las superaba con creces en armamento y logística de todo tipo. Rubén Martínez Villena dedicó este poema al combate que destruyó el mito de la invulnerabilidad de la fusilería del cuadro español frente al machete mambí.
Mal tiempo
Fue el choque del centauro y del infante,
fue el encuentro brutal, fue la porfía
del impulso cargado de energía
con la tranquilidad más arrogante.
Fue una bélica música vibrante,
fue la voz del clarín en rebeldía,
que tocando a degüello parecía
un formidable grito de ¡adelante!
Vibró la nota lastimera y larga.
Requirieron la brida los jinetes;
emprendió la legión de la victoria
con galope frenético la carga…
iy el huracán de cascos y machetes
descerrajó las puertas de la gloria!