Disculpe el señor
Disculpe el señor
Si le interrumpo, pero en el recibidor
Hay un par de pobres que
Preguntan insistentemente por usted
No piden limosnas, no…
Ni venden alfombras de lana
Tampoco elefantes de ébano
Son pobres que no tienen nada de nada
No entendí muy bien
Sin nada que vender o nada que perder
Pero por lo que parece
Tiene usted alguna cosa que les pertenece
¿Quiere que les diga que el señor salió…?
¿Que vuelvan mañana, en horas de visita…?
¿O mejor les digo como el señor dice:
“Santa Rita, Rita, Rita
Lo que se da, no se quita…”?
Disculpe el señor
Se nos llenó de pobres el recibidor
Y no paran de llegar
Desde la retaguardia, por tierra y por mar
Y como el señor dice que salió
Y tratándose de una urgencia
Me han pedido que les indique yo
Por dónde se va a la despensa
Y que Dios, se lo pagará
¿Me da las llaves o los echo? Usted verá
Que mientras estamos hablando
Llegan más y más pobres y siguen llegando
¿Quiere usted que llame a un guardia y que revise
Si tienen en regla sus papeles de pobre…?
¿O mejor les digo como el señor dice:
“Bien me quieres, bien te quiero
No me toques el dinero…”?
Disculpe el señor
Pero este asunto va de mal en peor
Vienen a millones y
Curiosamente, vienen todos hacia aquí
Traté de contenerles pero ya ve
Han dado con su paradero
Estos son los pobres de los que le hablé…
Le dejo con los caballeros
Y entiéndase usted…
Si no manda otra cosa, me retiraré
Si me necesita, llame…
Que Dios le inspire o que Dios le ampare
Que esos no se han enterado
Que Carlos Marx está muerto y enterrado
Del disco Utopías, 1991
Ojala que en el 2091 no tengamos con “la febril mirada” que volver a Serrat, porque 27 años “no es nada” , y seguimos igual o peor…
Saludos
Fue una visión anticipada de un inimaginable futuro para aquel entonces mundo triunfal luego del derrumbe del campo socialista, ahora contemplamos como los pobres del sur huyen en masa hacia el norte reclamando el derecho a la vida por lo que le han robado durante mas de medio milenio los países del norte.
Y lo peor estaría aun por llegar después de la nueva ola del facismo-neoliberal en desarrollo, con la cual hasta los pingüinos de la Antártida deberán emigrar hacia el norte donde ya tampoco habra hielo.
Y en un mundo siempre movilizado contra las ideas de Marx buscaran la formula de culparlo del desastre.
Muchas veces el artista, con su sensibilidad, refleja mejor la realidad que el conferencista. Recordar la frase de Saramago sobre el éxodo africano hacia Europa o las palabras del Che Guevara en Naciones Unidas en 1964. “…porque esta gran Humanidad ha dicho Basta! y ha echado a andar…”
Tal y como se presentan y se precipitan los acontecimientos no habrá que esperar mucho para que cuajen las condiciones de la situación revolucionaria. Solo falta el liderazgo que unifique, oriente y defina. Y emergerá pronto.
Reblogueó esto en jorignaciodiaz.
Mientras la explotación (incluida la de uno mismo), la usura, la guerra y la herencia sin límites continúen siendo fuentes legitimadoras del derecho de propiedad, inviolable y sagrado según las declaración de los derechos del hombre de 1789 (y todas las constituciones inspiradas en ella), va a resultar imposible acabar con esta plaga en un mundo en que los humanos somos una mercancía sometida a las leyes de la oferta y la demanda, cada día más depreciada por el desarrollo tecnológico, las injustas leyes laborales y (seamos autocríticos y profundamente revolucionarios) la procreación irresponsable.
Aquellos polvos de la ilustración trajeron estos lodos de un derecho de propiedad profundamente obsceno, que ha permitido a quienes guillotinaron el antiguo régimen vivir en una opulencia todavía mayor que la de la ociosa aristocracia y, lo que es todavía más grave, convertir al resto de mortales en el atrezo de una partida de monopoly donde tu vida sólo cuenta si contribuyes al éxito del proceso de acumulación y en la medida en que lo haces, sirviendo para muy poco o nada la declaración de los derechos del hombre si estás en el bando de los parias que no tienen nada que ofrecer a los consumados ludópatas.
Los pobres de la canción de Serrat, que no tienen nada de nada, solo pueden ser el resultado de un derecho de propiedad injusto y de una procreación irresponsable en un mundo en que no se reconoce el más elemental de los derechos humanos y al que deberían estar subordinados tanto el derecho de propiedad como el derecho a la procreación: el derecho a una vida digna, que habría que garantizar al nasciturus desde antes de la concepción. Más importante que el derecho a la escolarización, para garantizar un nivel de instrucción básico, debería ser el derecho a vivir dignamente pero formamos parte de sociedades en que ni siquiera se garantiza el derecho a la salud por la simple circunstancia de que contribuimos en mayor medida con nuestra privada miseria de enfermos crónicos a la pública prosperidad de un sistema en que la distinción entre el bien y el mal no se atiene a cuestiones de orden moral sino de rentabilidad monetaria.
Así va a resultar muy difícil que la vida de cada vez más gente, cuyo precio como mercancía es cero, adquiera valor alguno, salvo que seamos capaces de construir un nuevo orden moral y un nuevo imaginario colectivo en que las personas y las cosas tengamos el valor y la dignidad que merecemos acordes con las leyes de la evolución, los principios morales más elevados y las leyes de conservación de la materia y de los ecosistemas que posibilitaron el florecimiento de la vida. Ni que decir tiene que tan irrenunciable aspiración es incompatible con el capitalismo y, de forma especial, con su versión más gansteril: el neoliberalismo.
Qué magnífica canción. Lástima que todavía tengamos que cantarla…