Venezuela y la reelección de Trump. Por Ángel Guerra Cabrera

 

Hablar de agredir militarmente a la República Bolivariana de Venezuela se ha convertido en lo más natural en los medios hegemónicos de comunicación. Nada vale para ellos el derecho de los pueblos a su soberanía, a la no intervención, la solución pacífica de las controversias y la no amenaza y no uso de la fuerza, principios que aún forman parte de la Carta de la ONU y de muchas constituciones, incluida la de México. Principios que no pueden ser condicionados por ninguno otro, como los derechos humanos, invocados hipócrita y descaradamente por los neoliberales. Pues, qué otro patrón de acumulación que no sea el neoliberal, pisotea y viola con más ferocidad y alevosía todos los derechos humanos. Para esos medios tampoco existe la sistemática y multifacética guerra a que ha sido sometida Venezuela desde hace 16 años.

Estados Unidos es el autor principal en la imposición de este estereotipo a las audiencias de su gigantesca maquinaria mediática, pero también ha contribuido mucho a ello el ahora alicaído Grupo de Lima, cuyos gobiernos fundadores gozan de los más altos grados de impopularidad y repudio popular en nuestra región. Aunque ahora digan lo contrario, también, por acción u omisión, han llevado mucha agua al molino de la acción militar contra la patria de Bolívar.   

Es este contexto, Donal Trump,  presidente de la gran potencia del norte, cargó implacablemente contra Venezuela por enésima vez la semana pasada, ahora en la Asamblea General(AG) de la ONU y luego reiteró a periodistas que “todas las opciones están sobre la mesa, todas.  Las fuertes y las menos fuertes”.  En tono amenazante añadió: ya saben lo que quiero decir con fuerte.

Sin embargo, ese mismo día el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, argumentó muy sólidamente a la AG el mapa de la sistemática agresión de Estados Unidos contra Venezuela en todos los órdenes, particularmente la guerra económica y el daño que ha hecho al pueblo venezolano(http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/politica/discurso-del-presidente-maduro-en-asamblea-general-de-la-onu/). Maduro denunció el montaje mediático de la supuesta “crisis humanitaria” y migratoria así como la actividad para aislar y acosar a Venezuela   desarrollada por Washington y sus aliados en el seno de distintas instancias y agencias del organismo internacional. Puso en evidencia de manera descarnada la activa participación de las autoridades y la oligarquía colombiana en el recientemente frustrado atentado con drones contra su persona y en el entrenamiento durante meses en ese país de los ejecutores.

El mandatario también subrayó que el mismo había sido preparado, planeado y financiado desde Estados Unidos y puntualizó que por vía diplomática Caracas envió a Washington las pruebas y nombre de los detenidos durante la investigación sobre el intento magnicida. Más aun, solicitó al secretario general de la ONU la designación de un delegado especial del organismo internacional que se ocupe de encabezar una investigación independiente sobre los hechos y expresó su esperanza de que el FBI acceda a participar junto a las autoridades venezolanas en su esclarecimiento.

Maduro también reiteró su apertura a conversar con Trump. Yo estaría dispuesto -dijo- a estrechar la mano del presidente de los Estados Unidos, a sentarme a dialogar “sobre las diferencias bilaterales y los asuntos de la región, que así sean considerados”. A nadie enterado escapa que, por ahora, el más probable curso de acción militar contra Venezuela no es la intervención estadounidense directa. Caracas es un hueso militarmente duro de roer con su unidad cívico-militar y su excelente armamento, por lo que no debe descartarse una aventura de varios ejércitos de Suramérica.  

En todo caso, Trump acusó recibo positivamente al ofrecimiento del líder venezolano y se llegó a especular por algunos medios sobre un encuentro bilateral pero nada ocurrió y después el tema ha decaído informativamente. Existen fuertes rumores que achacan la frustración de la eventual reunión a acciones del ex presidente de Colombia Álvaro Uribe y su amigo y aliado el senador  Marco Rubio, que habrían animado a la jauría mediática a rasgarse las vestiduras ante la mera posibilidad de la cita. De lo que no cabe duda es que son los legisladores cubanoamericanos, mejor conocidos como mafia de Miami, y Uribe, los más interesados en promover el ataque a Venezuela en la modalidad que sea posible.

El ex jefe de personal de Obama en la Casa Blanca y alcalde de Chicago Rahm Emanuel declaró hace unos días que Trump podría estar pensando en un ataque a Venezuela antes de las elecciones de noviembre para desviar la atención de los innumerables escándalos y acusaciones que lo acosan. Y es que el inquilino de la Casa Blanca necesita la victoria del Partido Republicano en noviembre para evitar el impeachment   y satisfacer su obsesión de ser reelecto en 2020.

Twitter:@aguerraguerra

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12 Responses to Venezuela y la reelección de Trump. Por Ángel Guerra Cabrera

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  2. Tocororo says:

    Hablar sobre Venezuela sandeces y majaderías se instauró en los falsi-medios corporativos-oligárquicos al unísono con la prensa amarilla, es decir la horterada personificada con toda una serie de presentadores en programas TV, decrépitos tertulianos, farándula mayamera, con el tabique nasal podrido de tanto esnifar droga, desde cualquier medio, da lo mismo el programa que sea, película, tertulia, dibujos animados, concursantes, cómicos, cocineros, cantantes, músicos, que algunos sin darse cuenta siquiera hacen comentarios estúpidos y nazificados, también esto se puede ver en forma de comentaristas en foros, con comentarios idiotizados y lobotomizados. Plataformas “independientes” pseudo-izquierdistas y antiimperialistas pacificistas, y el ejercito de troles de la CIA en redes sociales como Facebook, instagram, Twitter, Youtube, whatsapp, blogs independientes, nada quedaba suelto para dibujar una Venezuela caótica, y sobre todo hablar de “dictadura” que la adornan con “narco-dictadura”, “dictadura-chavista”, “dictadura-madurista” y “tiranía” como “tiránica dictadura” y por supuesto no se queda Cuba al margen con “cubazuela” y en el total delirio, Venezuela “colonia de los Castros” esta era muy preferida, ocupando “haastag” para darle un seguimiento más efectivo y no olvidemos los bulos, esto es muy importante, dejar correr un rumor, un chisme para luego darle forma e incluso dejarlo en la duda luego, una técnica muy manida. En esta campaña total de acorralamiento contra Venezuela en forma de manual de terrorismo informativo.

    Ahora entran en acción los políticos y coleópteros presidentes lacayos que sería suficiente rociarles con pesticida, como el colombiano, peruano, paraguayo, mexicano, etc. “Los limeños” como Iroel les bautizó hace rato en un post aquí en la pupila, que no tienen reparos en hablar de “derechos humanos” “libertades” y “validar la democracia”, y sin faltar el ovejuno Almagro que practica la apología de la guerra como si fuera una excursión al acorazado USS Arizona. Todo está permitido contra Venezuela, Pero para guinda del pastel no puede faltar el “zanahorio Trump” el emperador de los forajidos, el sancionador, no me lo imagino de juez de pelota, o de futbol, bueno no, que este emperador es de, American Football, pues el “zanahorio Trump” tiene así como todos sus antecesores “todas las opciones sobre la mesa” y amenaza más todavía si es posible repitiendo TODAS. Pues nada que se atreva a iniciar un incendio tal que Nerón se quedaría chiquito..

     
  3. Sin-permiso says:

    Para crisis humanitaria la que vive el pueblo colombiano desde hace décadas, con más de 4 millones de exiliados sólo en Venezuela y el mayor número de desplazados dentro de sus fronteras (creo que cerca de 7 millones). Sin embargo, ironías de cuando la historia se vive como farsa (gracias al totalitarismo creado por el oligopolio mediático a nivel planetario) es la nación con menor sensibilidad en este tema la que no ha dudado en presentar una denuncia contra los gobernantes de la nación caribeña ante la Corte Penal Internacional.

    Como me contaba una colombiana en España, llegaron los paramilitares, agentes de la autoridad, y dijeron: “tienen una hora para abandonar el lugar” y, en menos que canta un gallo, abandonamos nuestras viviendas, cultivos y animales”. Entonces yo le pregunté: “¿pero no tardarían ustedes en reclamar a las autoridades lo que en derecho les pertenecía?”. Entonces me miró sorprendida como pensando: este es mongo a la gaveta (que dicen ustedes los cubanos). A ningún colombiano en su sano juicio se le ocurriría hacer una pregunta de ese tenor. Esta es la nación que con más firmeza enarbola la bandera contra las migraciones involuntarias en Venezuela, al igual que siempre, como resultado de las acciones criminales de la oligarquía económica nacional e imperial, ya se trate de Venezuela, de Colombia, del resto de naciones de América Latina, de Afganistán, de Libia, de Irak, de Siria o de Palestina.

    Curiosamente, son los que han puesto el listón más alto en los crímenes más horrendos los premiados por el imperialismo y sus aparatos mediáticos para hacer el papel de bombero pirómano, como es el caso de Colombia en asuntos de migraciones forzadas y de narcotráfico (que hasta de este flagelo acusa a Venezuela la nación más narcoterrorista del planeta) y de Estados Unidos, principal responsable de las mayores crisis humanitarias en el mundo (ya sea como resultado de las guerras de expolio o de los abusos de sus transnacionales), como principal bombero ante el menor conato de fuego en materia de derechos humanos y democracia (pero no cualquier clase de fuego, sino aquellos que representan una amenaza a su sistemática violación de la democracia y los derechos humanos con su modelo de partidos turnistas oligárquicos y derechos reservados a las leyes darwinistas del mercado neoliberal).

    Si las crisis humanitarias fueran una preocupación de primer orden, el capitalismo hace mucho tiempo que se habría hecho el harakiri en lugar de provocar los más abominables espectáculos, como los que protagonizan cerca de 1000 millones de seres humanos por hambre, cientos de millones por enfermedades evitables, otros cientos de millones por guerras imperiales, otros cientos de millones por saqueo de recursos en el tercer mundo y otros muchos millones por ocupaciones contrarias al derecho internacional (como sería el caso del pueblo palestino o el saharaui, a los que se les niega el derecho a la autodeterminación).

    La nación que afirmó entrar en la II Guerra Mundial para acabar con el fascismo y liberar a los pueblos del colonialismo mintió descaradamente al inmiscuirse permanentemente en los asuntos internos de las naciones que formaron parte de su patio trasero y en aquellas que ayudaron a liberar para practicar el más rampante y farsante de los colonialismos, el más cruel y excluyente de los fascismos, con bases militares para garantizar sus privilegios. Ya existen muchos precedentes sobre cómo crea y resuelve Estados Unidos las crisis humanitarias para que nadie carente de instinto criminal pueda respaldar una iniciativa de esta nación y sus peones en la crisis venezolana. ¿De qué museo de la prehistoria se escapó el fulano Almagro y qué clase de canibalismo practicó en su otra vida primitiva para que ahora represente tan indigno papel contra el gobierno que otorgó derechos a millones de venezolanos que vivían en el limbo jurídico y que ha decidido acabar con la falsa independencia en que los sátrapas vendepatrias de otras naciones de América Latina mantienen a sus pueblos desde la noche de los tiempos?

     
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