Silvio Rodríguez/En su blog Segunda cita
Como desde hace dos entradas el tema de los derechos (o izquierdos) autorales va y viene, le pedí a mi amigo Eduardo Valtierra esta carta de hace 14 años que, como verán, toca el tema de marras y otro que también nos concierne: la red virtual. El mencionado Héctor Velarde es la persona que por primera vez hizo una página web dedicada a mi trabajo. Eduardo no hace mucho editó su libro “Silvio, aprendiz de brujo”, que lanzará en La Habana en la feria del libro de febrero próximo.
La Habana, 7 de septiembre de 1996.
Sr. Eduardo Valtierra:
Querido amigo:
Tras leer las veinte primeras páginas del impresionante macuto de mensajes de Internet que me has hecho llegar, me doy cuenta de que va a ser una quimera satisfacer la variada avidez de vuestro “club del éter”. Aún así voy a intentar, en la medida en que el trabajo lo permita, intercambiar ideas y esclarecer algunas cuestiones. Me ha estremecido la sensibilidad y la inteligencia de los concurrentes. Es fascinante que este medio sirva para tocar temas tan hermosos como Cesar Vallejo, ver cómo la poesía nos reúne y nos saca las ganas de cantar, aún en esta suerte de coro de electrones.
Llama la atención el ingrediente de libertad que Internet incorpora. Me vienen a la cabeza muchas ideas relacionadas con esto, algunas posiblemente contradictorias. Si bien es cierto que este salto en la comunicación desinhibe (incluso por aquello de no vernos las caras, cosa que puede contribuir a sincerarse), esto no nos sustrae de formación, credos, gustos, origen social y otras características. Pero, hasta donde he leído, nadie pretende insultar a nadie ni trata de imponer su criterio. Diríase que esta maravilla crea una especie de homogeneidad ética y nos ofrece la oportunidad de ser todo lo humanos que siempre deberíamos ser.
La única referencia que tengo por ahora es la página de Silvio Rodríguez. Recorriendo la lista de ciento y tantos habituales, noto que, a pesar de que son varios los países que participan, la inmensa mayoría son hispanohablantes. Esto se entiende porque el asunto que los reúne son canciones en español. Pero quién sabe si algún día Internet funcione con un traductor instantáneo de todas las lenguas y podamos hablar entre rumanos, chinos y lapones. Entonces este foro extendido será un mayor contribuyente a la unidad planetaria.
Para ustedes, expertos navegantes, ya es parte de la cotidianidad eso de lanzarse al espacio de partículas que se enlazan. Como te explicaba hace unos días, hace apenas dos años decidí sentarme ante una computadora, y si bien el nuevo juego por momentos me ha absorbido peligrosamente, todavía ando a gatas. Lo que más uso es el word y desde hace un tiempito los scáners y algunos procesadores de imágenes con los que estoy archivando las fotos que tomo.
Lo primero que voy a responder, de lo leído, es que “Domínguez” debe salir, simultáneamente, en España, México, Argentina, Chile y Cuba el 21 de setiembre, día de comienzo de la primavera en el sur del globo. Es probable que se pueda coordinar este unísono con dos o tres países más de América. En esa dirección se trabaja. Como se sabe, no nos distribuyen las transnacionales y esto conlleva sus contra, además de sus pro.
A propósito de esto quiero decirte que me parece edificante el debate sobre la piratería. Es conmovedor ver como la gente se inclina a condenarla y, cuando más, a justificarla sólo en casos extremos. Es cierto que eso ayuda a vivir a los autores (muchos sólo disponen de estos recursos), pero también es cierto que algunos disfrutamos más viendo circular nuestro trabajo que embolsillándonos los beneficios. Esto no quiere decir que uno sea un santo, pero la vocación de comunicador arrebata y el goce que produce también es un tesoro. Cierta vez, disgustado por las manipulaciones de una disquera, le dije a una amiga común que prefería que los piratas callejeros divulgaran mi música, a que los señorones con patente de corso se ampararan en su poder para robar. No veo mal que alguien, para resolver sus apremiantes necesidades, reproduzca unos cuantos casetes y los venda. Tampoco que los amigos intercambien la música que gusten (gracias a ello estamos en contacto). Es cierto que la música es un hobby caro, imposible para muchos, y nada ni nadie tiene derecho a privar a un semejante de la espiritualidad de las artes. Incluso creo haber sido uno de los mayores contribuyentes a que están circulando canciones que no han sido editadas en disco. Lo que me indigna es que hay quienes piratean para cambiar de coche cada año e ir al casino por las noches. Todo lo que se haga para impedir esto último va a mejorar al mundo.
Hay una nota de alguien que ve similitud de propósitos en una parte de “Como esperando Abril” y otra de “Septiembre”, de Vallejo. Es curioso, no me había dado cuenta y es cierto que hay algo de semejanza. Pero sucede que yo utilizo abril como un brillo de primavera insertado en invierno y Vallejo está haciendo una referencia temporal. Mi alegoría consiste en la función dislocada de un mes. El maestro sitúa entre septiembre y diciembre la metamorfosis de las brasas en charcos, o sea, un triste devenir del sentimiento.
Respecto a la frase “Padre, aparta de mí este Cáliz”, que usa Chico Buarque, no es por influencia vallejiana. Ambos poetas la extrajeron probablemente del Nuevo Testamento. Es lo que Jesús le dice a su padre (presumiblemente Dios) cuando se debate entre si asume o no el terrible destino de tortura y crucifixión que le espera.
Creo que está muy claro Emilio en todo lo que plantea acerca de la ley Helms-Burton y como cubano (y humano) le agradezco su gesto solidario. Y conste que no pretendo hacer proselitismo, pero tal engendro no es ley ni cosa que lo parezca, sino un insulto a la libertad en el planeta.
Felicidades a los cantores (Susana y Fernando) y cuando avance más en esta inmensa cantidad de páginas iré soltando, cuando pueda, algún que otro comentario. Quiero que nadie se me ofenda si no es mencionado. Por lo que más quieran, comprendan que no voy a disponer de tiempo para dialogar con cada uno.
Es probable que el 21 de setiembre esté sentado, en directo, en el buzón que te dio Mary, para dialogar con quien aparezca. Esto se quiere hacer a propósito del lanzamiento de “Domínguez”, pero no es obligatorio hablar del disco. Si sucede, espero que me excusen la lentitud, porque escribo con dos dedos.
Todo este mensaje, Eduardo, obviamente está hecho para que lo lances al espacio, a modo de un primer saludo personal a la tropa cósmica, además de ser expresión de la enorme gratitud que siento por todos ustedes, que están lo suficientemente locos como para prestarme atención.
Un saludo especial para Héctor Velarde (primmo orate asolutto) y un saludo cariñoso a cada uno de los visitantes de esta página, remitido por vuestro aprendiz de brujo.
Silvio Rodríguez Domínguez
(Tomado de Segunda cita)