No hacía falta anunciar que la selección del 13 de agosto para iniciar el debate masivo sobre el proyecto de nueva Constitución cubana rendiría tributo a Fidel Castro. Nacido en esa fecha de 1926, él fraguó y condujo la Revolución que desde 1959 replanteó la vida de Cuba y la puso en camino de una institucionalización que en 1976 se dio la primera carta magna concebida en el país para servir a la edificación socialista. La voluntad de homenaje al líder fundador ha estado presente en la reforma constitucional puesta en marcha, y en distintas manifestaciones del pueblo cubano al respecto.
La atmósfera de tributo animó al autor del presente texto a escribir otros artículos: “El 26 de Julio y la nueva Constitución” y “Cultura de la equidad, si de pueblo se trata”, publicados en Granma y en Periódico Cubarte, respectivamente. Deben suponerse base de la motivación por la cual se le invitó a participar en la revista televisual “Buenos Días”, de Cubavisión, el pasado 31 de julio. Allí lo entrevistó, en vivo y sin cuestionario previo —la única pauta fue conversar sobre el proyecto de Constitución—, el presentador Humberto López. Sus preguntas, más bien incitaciones para el tratamiento del tema, propiciaron la charla que ahora el propio autor —sin renunciar al sesgo de la improvisación— transcribe en respuesta a la sugerencia que algunas personas le han hecho para que plasmara en un texto lo dicho ante las cámaras.
Como en cualquier tratamiento del pasado, así como del presente y del futuro de Cuba, resultó natural que el pensamiento de José Martí fuera un punto de partida para el análisis de lo que significa la Nueva constitución. La vigencia de Martí se debe, en gran medida, a que la realidad mundial de hoy, no obstante los años transcurridos, se mantiene cerca de la que él quiso transformar. Señaladamente persiste un elemento de gran influencia que él se propuso impedir, y que se consolidó contra su voluntad: la expansión del imperialismo.
En ese sentido la presencia de Martí en el mundo de hoy se debe, en gran medida, a la consumación de una tragedia. Pero también se basa en su pensamiento democrático.
Sus ideas sobre lo que Cuba necesitaba respondieron a una concepción profundamente democrática del derecho, de las leyes, y a su deseo de que el pueblo las conociera. Hablando en particular de otras realidades de nuestra América, escribió que a los abogados de su tiempo les molestaría que el pueblo conociera las leyes, porque —se glosan aquí sus palabras, no se citan textualmente— eso podía quebrantar sus intereses profesionales y económicos. Él aspiraba a una transformación profunda no solo de Cuba, y daba la bienvenida a ese aprendizaje popular, porque las leyes deben conocerlas quienes han de cumplirlas y quienes han de velar por su cumplimiento.
La Constitución sería necesaria siempre en toda sociedad moderna. En Cuba, que lleva poco más de cincuenta años en el intento de institucionalizar su legalidad de orientación socialista, resulta mucho más importante, porque ese poco más de medio siglo ha transcurrido en una historia signada por una máxima que, aunque se decía como cosa de risa, era trágica: “La ley se acata, pero no se cumple”. Para que el país se encamine por la legalidad y la civilidad, necesita leyes fuertes y, desde luego, la ley básica debe ser clara, comprensible y bien comprendida.
Y en estos tiempos la Constitución resulta particularmente necesaria. No hace falta ser demasiado zahorí ni tener especial vocación de descubridor para apreciar que Cuba sufre quiebras en la legalidad y en la civilidad. Salgamos a la calle, veamos cómo se habla, oigamos lo que se dice, veamos el comportamiento de la población y apreciaremos que, entre muchas virtudes que el pueblo cubano ha sustentado y fomentado con la Revolución, no se ha logrado a pareja altura el cultivo de una civilidad colectiva, masiva, como la que necesitamos y merecemos tener.
En ese sentido el cuerpo de leyes de la nación debe ser fundamental, y ha llegado un momento importante. A veces se hablaba de la pequeña ilegalidad, de la pequeña corrupción, y se decía: “No es el momento para combatirlas”. Pero frente eso valía preguntarse: “¿Cuándo va a ser el momento?”. Si la pequeña corrupción y las pequeñas ilegalidades no se combaten desde que surgen, desde que empiezan a manifestarse, tomarán cuerpo y minarán la sociedad en su conjunto. Así que, aunque la Constitución siempre sería necesaria, ahora lo es todavía más. Porque, además, en la sociedad se dan cambios que pueden ser muy estimulantes, o a veces sencillamente necesarios, o ineludibles, y deben estar sujetos al cumplimiento de las leyes, y no de una legalidad cualquiera, sino de una que, en el caso de Cuba, no tiene otro camino que tomarse en función de un sentido profundamente popular, en profunda identificación con los pobres de la tierra.
Cualquier cambio que se haga —y a veces serán cambios que se adoptarán por necesidad—, se ha de conservar la brújula. Esa es una de las finalidades mayores que tienen la Constitución y las personas encargadas de transformarla, de modificarla, y al final una gran responsabilidad la tiene el pueblo. No hay en el mundo gobierno o partido que puedan garantizarle a un pueblo ni la legalidad ni la libertad ni la democracia que ese pueblo merece, si él no es capaz de conquistarlas y cuidarlas.
De ahí la gran responsabilidad que tiene el pueblo cubano ante sus leyes, ante el sentido transformador que lo convoca. Si solo fuera cosa de tener una nueva Constitución por tenerla, serviría de muy poco. Porque constituciones Cuba ha tenido varias, desde la de Guáimaro, que fue un adelanto de civilidad imperfecta pero fundadora, hasta otra como la de 1940 que —salvo a la lucha generada para defenderla— no condujo a nada, o condujo a poco, porque no se aprobó en una república que fuera el contexto necesario para su aplicación. La de ahora tiene el contexto en que se puede y se debe aplicar, y es insoslayable que se aplique.
Se puede y se debe aplicar sin perder el rumbo. A quien esto escribe le gustaría que en la nueva Constitución estuviera explícitamente, al menos con un guiño, el señalamiento de que el rumbo de la estrategia cubana lo marca el ideal de construir el comunismo, aunque el mundo no llegue a lograrlo, porque el mundo puede destruirse, no ya antes de que se alcance el triunfo del comunismo, sino antes incluso de que en algún lugar el socialismo triunfe plenamente. Pero el desiderátum no se debe perder. Eso es algo que merece estar claro, porque al pueblo cubano sigue dirigiéndolo el Partido Comunista de Cuba, y a este —aunque no es un partido estrictamente proletario, sino un partido del pueblo cubano— no se le ha cambiado el nombre. Cuando en otras partes empezaron los cambios de nombres de partidos asociados al afán de construir el comunismo, tales cambios expresaron traición y abandono de los propósitos socialistas.
Si el Partido Comunista continúa dirigiendo a la sociedad cubana, la Constitución debe hacerle al menos un guiño al ideal del comunismo no solo con el nombre del Partido, y, desde luego, habrá la posibilidad de proponerlo en el debate popular. A quien esto escribe le hubiera gustado que el compañero, valiosa persona, que en el debate sobre el anteproyecto constitucional propuso que esa mención no se excluyera de la Constitución, hubiera mantenido ese criterio. Valdría la pena retomar esa propuesta.
El consenso nunca es homogéneo, es una masa bastante compleja, en la que a veces se estima necesario ceñirse a logros inmediatos alcanzables. Pero lo inmediato no debe hacernos olvidar que hemos llegado hasta aquí buscando un ideal que está mucho más allá de lo que vamos a alcanzar por ahora. Alguna vez, justificando cambios concretos que se aplicarían en Cuba, alguien le atribuyó a Martí la idea de que “la política es el arte de lo posible”. Es falso. En primer lugar, tal expresión ha sido atribuida, de Aristóteles para acá, a varios autores, pasando por Maquiavelo y otros pragmáticos.
Si Martí hubiera escrito eso, no sería un juicio martiano. Él se planteó como su deber cardinal algo que en su momento no parecía posible: impedir la expansión de los Estados Unidos. Pero de plantearse eso que parecía imposible, viene una realidad tan real como la Cuba soberana que tenemos. ¿Qué pasó con Puerto Rico? En 1895, ante la rebelión cubana contra España, Ramón Emeterio Betances expresó —aunque no se haya encontrado el texto hay indicios de que lo dijo— algo que sigue siendo una convocatoria: “¡Qué hacen los puertorriqueños que no se rebelan!”. Sabía necesario rebelarse no solamente contra España, sino también contra el peligro representado por los Estados Unidos. La relación entre lo posible inmediato y los grandes ideales debe regir, orientar, si no el texto de la Constitución —aunque también ese texto—, el pensamiento revolucionario en general.
La soberanía es básica. El día en que renunciemos a ella, renunciamos a Cuba. No se trata aquí de un delirio, de un prurito de querer ser independientes, de querer ser soberanos. Es que, o somos soberanos, o no somos nación. Lo otro es el peligro de que nos absorban los Estados Unidos. Y no crean los anexionistas que ellos tienen la menor posibilidad de triunfo. Dos razones fundamentales los condenan al fracaso. Una es la voluntad del pueblo cubano de continuar siendo independiente. Esta es una nación que se alzó contra el colonialismo español, que se alzó contra el imperialismo estadounidense, y mantiene su voluntad de soberanía.
La otra razón que condena al fracaso a los anexionistas es que al imperialismo no le interesa en absoluto anexarse a Cuba, como no les interesa anexarse a Puerto Rico. Colonizarlo sí les interesa, dominarlo, y algún día pudiera ser que teóricamente decreten que aceptan como estado a Puerto Rico, pero lo desprecian, como en general a los pueblos de nuestra América. Nos desprecian. Eso no es una frase de Martí, sino reconocimiento de la realidad.
Pero hay un peligro, algo que no está necesariamente condenado al fracaso, y contra lo cual es necesario combatir, y está condenado moralmente al fracaso: el anexionismo, que no se debe confundir con anexión. La anexión es inviable, pero el anexionismo es un modo de pensar y puede limitar el alcance de la independencia de Cuba y el reconocimiento propio de algunos cubanos de que Cuba puede y debe y tiene razones y capacidades más que bastantes para ser independiente. Por eso la soberanía es tan importante. No se trata de que renunciemos al internacionalismo. La contradicción actual no es entre soberanía e internacionalismo, sino entre soberanía e imperialismo. Esa es una brújula que no podemos perder. El día que la perdiéramos —y lo fundamental, la mayoría, lo distintivo del pueblo cubano no la va a perder—, estaríamos perdidos como nación.
La historia es siempre un proceso en marcha. Cuba es una realidad en brega, y, por cierto, una nación relativamente joven, porque lo son las naciones de nuestra América si se les compara, por ejemplo, con las de otras latitudes. El día en que renunciemos a la brega estaremos condenados a la parálisis, y la brega funciona también a nivel de pensamiento, no solo de la práctica. Por eso, cuando se analizaba el Preámbulo de la Constitución, algunas personas propusieron modificaciones dirigidas a precisar conceptos que deben estar muy claros, y aunque en un momento determinado pareciera que ese Preámbulo —que viene de la Constitución de 1976— era insuperable, la realidad siempre plantea necesidades de superación.
El Preámbulo es básico. No es un mero prólogo, sino la brújula de la Constitución. Un prólogo es un texto más o menos brillante, más o menos extenso, más o menos calador, que se hace para ubicar la lectura de lo que sigue, y ayudar a entenderla. El Preámbulo de la Constitución traza las normas, el camino por donde va a transitar el pensamiento de la Constitución.
Por donde debe transitar Cuba.
El consenso representa una diversidad de ideas que se conjugan para llegar a una especie de aprobación de camino. Pero es heterogéneo, como la unidad. Se habla de unidad porque hay diversidad. El consenso de que hablamos es muy diverso interiormente. La patria cubana siempre ha necesitado la unidad, y una de las causas de grandes fracasos que ha sufrido en sus luchas para emanciparse ha sido la desunión. La unidad ha sido y será fundamental, pero no vale plantearla en abstracto. Requiere sentido, orientación.
Cuando se quiere hablar de unidad en abstracto suele citarse a José Martí: “Con todos, y para el bien de todos”. Lo citaba Grau San Martín. Los politiqueros cubanos lo citaban mucho. Pero en el cuerpo del discurso que se conoce con ese título, “Con todos, y para el bien de todos”, Martí señaló a quienes se autoexcluían del todos: los que le tenían miedo a la guerra, los que propalaban el racismo, los lindoros, los olimpos de pisapapel, los alzacolas… Eran muchos los que se autoexcluían, y pudo haber señalado también, entre otros, como hizo en distintos textos, a los autonomistas y los anexionistas.
Martí trató con millonarios que ayudaron a la causa cubana, pero dejó claro que “el arca de nuestra alianza” eran los trabajadores. Quiero echar mi suerte con los pobres de la tierra, dijo, y lo hizo. No solo porque escogió ser pobre, sino porque venía de una historia en la cual los más ricos abandonaban crecientemente el proyecto emancipador. No hubo otro Céspedes, no hubo otro Agramonte. Por el camino, Fidel Castro también trataría con millonarios, pero en La historia me absolverá expresó: “Nosotros decimos pueblo, si de lucha se trata…”, para enumerar a los sectores más humildes de la población, los más necesitados de justicia y, a la larga, los más naturales aliados de ella, “el arca de nuestra alianza” de Martí.
El “con todos” va a ser siempre un desiderátum, una aspiración. De él se van a autoexcluir muchas personas. Hace poco, en otro texto el autor de quien esto escribe decía, un poco humorísticamente si se quiere, que a menos que a nuestros millonarios actuales les haya dado por leer muy bien El manifiesto comunista, “Nuestra América” y La historia me absolverá, y se decidan a trabajar por el socialismo, es muy probable que no haya que contar con ellos para construirlo. Como me decía el otro día un amigo, los millonarios que apostaron por la independencia y por la soberanía de Cuba se suicidaron como millonarios, y los de hoy se suicidaron ya como pobres, si antes lo fueron.
Dejemos ahí ese dato. No para excluir a nadie, sino porque debemos saber que no todo el mundo se va a incluir en el desiderátum de la unidad. Habrá muchos que estén aspirando, sobre todo, a defender sus intereses personales más egoístas. Con esos habrá que tratar de contar; pero, en general, vale prever que no contaremos con su apoyo, si de construir gustosa, voluntaria y conscientemente el socialismo se trata. Quien apueste ante todo por sus intereses más egoístas no aspira a la emancipación colectiva ni a la equidad. Eso debe tenerse claro, aunque el propósito sea que todos participemos. En la realidad, cada quien se encargará de autoexcluirse o incluirse. Un neoautonomista o neoanexionista —quizás le debemos quitar el neo— dijo que Martí aspiraba a totalidades imposibles. ¡No! Martí no aspiraba a totalidades de ese tipo. Él mismo enumeraba a quienes se autoexcluían de la revolución, y —repítase— recibía la colaboración de algunos millonarios, pero tenía como “el arca de nuestra alianza” a los pobres de la tierra, con quienes echó su suerte.
Eso lo mantenemos hoy, salvo que dejáramos de aspirar a construir el socialismo u olvidáramos que ese sistema, aún no construido en ningún lugar del mundo, es un propósito emancipador, justiciero, por el cual vale la pena, y la alegría, luchar. Sería una etapa transicional en la historia, y las transiciones pueden consumarse o no consumarse, y conducir o no conducir a una victoria mayor. Basta saber que, para que el socialismo se consume, el mundo tendría que seguir existiendo, y la humanidad no ha demostrado ser capaz de mantenerse viva hasta la eternidad, aunque merecería lograrlo.
Las adversidades van a estar presentes siempre. Es más, si algo debilitaría el proyecto socialista sería tal vez que desaparecieran las adversidades, porque así podríamos sentirnos desarmados o sin necesidad de armarnos. Precisamente en la unidad y lucha de contrarios, en la lucha contra las injusticias, en la búsqueda de la equidad, se fortalece el ideario socialista.
Una Constitución en sí misma no pasa de ser un texto. Si no la incorporamos al pensamiento, y al funcionamiento social, es letra muerta. La del 40 —vale reiterarlo— no triunfó porque no tuvo el entorno que hiciera posible su aplicación. La nueva Constitución, que da continuidad a la de 1976, se crea para un pueblo voluntariamente decidido a lograr que se aplique. Pero cuando decimos un pueblo decimos la mayoría de él, no podemos idealizar a ningún pueblo, todos son heterogéneos, los integran fuerzas diversas. Hay quien está por la honradez y quien está por el bandidismo, hay quien está por la equidad y quien está por el egoísmo. Pero la mayoría del heterogéneo pueblo es patriota y revolucionaria. Entiende la importancia no solo de la soberanía, sino también de la equidad, y no aspira a convertirse en millonarios.
En una charla con jóvenes, un compañero a quien aprecio mucho decía: “El capitalismo no tiene nada bueno”. Llamaba así la atención sobre el hecho de que ese sistema se basa en la injusticia. Pero los jóvenes se aterraron, porque muchas veces habían oído que se debe buscar “lo bueno del capitalismo”. Como los vi aterrados, les dije: “Yo quisiera hacer una corrección al compañero. El capitalismo tiene una sola cosa mala: los millonarios son muy pocos”. Si usted quiere capitalismo, debe saber que habrá un grupito de millonarios y muchísimos explotados, y los millonarios no están por la equidad, sino por enriquecerse. Si alguno de ellos es capaz de sacrificar su riqueza al bienestar colectivo, bienvenido sea; pero preparémonos para que frente a nuestra unidad haya sectores, fuerzas sociales que no están por la equidad y, en consecuencia, no están por el proyecto colectivo de justicia social.
Esa es una de las cosas que no debe perderse de vista en la nueva Constitución, y vale creer que la mayoría del pueblo la tiene clara. Otra cosa es la soberanía nacional. Otra más, el imperialismo. Este puede vestirse de Caperucita Roja, o tener un césar elegante, seductor, capaz de engañar a mucha gente, como Obama, a quien ahora le dicen Oblablá. Pero el imperialismo sigue siendo el mismo. Y cuando tenga un césar elegante, su elegancia no estará en función de emancipar a la humanidad, sino de que el imperialismo perdure.
Al patán Donald agradezcámosle que venga a sacudir a quienes albergaron ilusiones. Algunos hasta sirvieron de intermediarios a los intereses divulgativos de Obama en Cuba, algo que todavía está por estudiarse, porque hubo quienes disfrutaron difundir la imagen de Obama simpático, de Obama cómico. Pero si alguien se ilusionó, por si alguien se quiso confundir o sencillamente se confundió, el patán Donald vino a recordar qué es el imperio, y Cuba no puede olvidarlo, porque el imperio no empezó a tratar de apoderarse de ella después de 1959.
En 1805 el mismo Thomas Jefferson a quien, según Obama les dijo a los vietnamitas, le gustaba el arroz de Vietnam, cuando era presidente —fue el tercero de la naciente potencia del Norte— le instruyó a su secretario de Guerra que se preparase para tomar Cuba. Y la teoría de la fruta madura se acuñó en 1823, algo más de un siglo antes de que naciera Fidel. Estamos hablando, por tanto, de una contradicción esencial entre un pueblo que se planteó ser independiente y un imperio que siempre ha intentado someterlo, ni siquiera anexárselo.
Recordémosle eso, una vez más, a los anexionistas equivocados, si es que los hay de buena fe todavía —a lo mejor los hay—, para que no se confundan más. No crean que el imperio está interesado en anexarse a Cuba: intenta dominarla, como a todos los pueblos que él considera inferiores. En 1889 Martí escribió su “Vindicación de Cuba” contra difamaciones con que en la prensa estadounidense se expresaba menosprecio raigal hacia el pueblo cubano. Son algunas verdades que nadie debe olvidar. Otra es que la honradez no es un lujo, no es un adorno. La honradez forma parte de la eticidad esencial del ser humano. “Hay que dar respeto y sentido humano y amable, al sacrificio”, escribió Martí.
La Constitución tiene que ver con la legalidad, y si algún día entre legalidad y ética surge alguna contradicción, estará equivocada la legalidad, y habrá que replanteársela. Si la legalidad no sirve para salvaguardar la ética, no sirve para nada. Ese es un principio que debe guiarnos en nuestro funcionamiento cotidiano, en un país que —recordémoslo— viene de una historia muy larga y muy lamentable de “la ley se acata, pero no se cumple”. Y encima de esa tradición, que la Revolución se ha planteado revertir, y debe revertirla, se ha montado la pérdida de ciertos valores del respeto a la propiedad social, porque pasamos de una propiedad individual, privada, capitalista, a la propiedad colectiva, y quizás no fuimos suficientemente capaces de demostrarnos a nosotros mismos qué significa la propiedad social, que no es que no sea de nadie, sino que pertenece a todos.
Pero para que sea de todos, todos debemos cuidarla, y todos debemos ser capaces de hacerla funcionar bien, y al Estado, que es administrador, le corresponde ser capaz de demostrarle al pueblo que esa propiedad es de él, del pueblo. Cuando, digamos, en alguna reunión, en algún círculo de estudio, leo u oigo hablar del “Estado como propietario”, digo: “Si el Estado es propietario, habrá que expropiarlo, porque el propietario tiene que ser el pueblo, y el Estado tiene la misión de administrar, bien, la propiedad social”. Al Estado, al Partido, a las fuerzas políticas revolucionarias cubanas, a la educación, a las instituciones, a las organizaciones de masas, a todos nos toca fomentar la cultura de la propiedad social, para que seamos capaces de respetarla y hacerla productiva. El mito de que la propiedad social está condenada a ser ineficiente lo han fabricado y lo propagan los interesados en defender la propiedad privada.
Esas son algunas de las cosas que no debe perder de vista el pueblo cubano, y debe recordar que una Constitución es muy importante. “Un detalle en el órgano es a veces una revolución el sistema”, escribió Martí, ¡y qué clase de detalle es una Constitución, que es en sí misma una revolución, o puede serlo! Pero si no hacemos de ella una herramienta de funcionamiento, un medio para conocer nuestra realidad y transformarla, guiarla acertadamente, cuidarla, con mimo incluso, y recordar que la equidad, la honradez, la ética no son adornos, entonces ninguna constitución valdrá de nada.
Quien esto afirma, tiene también la esperanza, la convicción, la certidumbre de que el pueblo cubano —su gran mayoría— va a saber no solo aprobar la nueva Constitución, va a saber no solo discutir y opinar, sino que va a ser capaz de defenderla como garantía para salvar la equidad. La prosperidad, efectivamente, es necesaria; pero no debe confundirse con la riqueza de los millonarios, porque los millonarios son unos pocos, y habrá quienes se enriquezcan por distintos caminos. Pero no se debe perder de vista que la concentración de la propiedad conduce a la concentración de la riqueza, y a la concentración de la riqueza se llega no solamente por la concentración de la propiedad. Se llega asimismo por la concentración de la corrupción, uno de los grandes peligros que el pueblo cubano no podrá dejar de combatir nunca, salvo que ella desapareciera, y entonces habrá que impedir que resurja.
Salvemos la equidad, salvemos la unidad críticamente —una unidad no amorfa—, salvemos el sentido de soberanía y la equidad social que nos hemos planteado alcanzar y debe dar respuesta a siglos de injusticia, revertirlos. No pensemos que la justicia es fácil de construir. Fácil de construir es la injusticia. Si queríamos millonarios, si queríamos injusticia, no había que hacer ninguna revolución en Cuba. Bastaba dejarla suelta del 58 para acá, y habría seguido el camino del capitalismo. Pero ese es el camino contra el cual nos pusimos, contra el cual se puso la mayoría del pueblo cubano, con Fidel a la cabeza. Si no cuidamos el rumbo escogido, podemos perder lo más grande que ha logrado el pueblo cubano: la Revolución, con su sentido de equidad, con su sentido de honradez, y si la honradez se ha resquebrajado por aquí o por allá, pongámonos todos en función de salvarla. Eso será salvar la Revolución. (Cubarte)
para mi,pobre ignorante,el autor esta confundido acerca de que se puede llamar un Pueblo Soberano.Sin Pueblo Soberano,no puede haber un Pais Soberano.No es asi ??
Excelente, querido Luis. “…el rumbo de la estrategia cubana lo marca el ideal de construir el comunismo, aunque el mundo no llegue a lograrlo, porque el mundo puede destruirse, no ya antes de que se alcance el triunfo del comunismo, sino antes incluso de que en algún lugar el socialismo triunfe plenamente. Pero el desiderátum no se debe perder…” Un abrazo, lo difundo. Sara.
Reblogueó esto en manuel pena.
Reaparece JSD, JLSD para los amigos y conocidos, luego de un infructuoso intento de rescatar la momia Fulgencio y el brazo del obispo de la constitución del 40 de manos de Andrés Nazario Sargen, Eloy Menoyo, Ignacio Novo Sampol, Manuel Artime, Orlando Bosch, Luis Posada Carriles, Huber Matos y Maro Borges.
En varias ocasiones las disputas por esas pertenencias necróticas han desembocado en hechos de sangre transcurridos en pleno centro de la sagüesera de Miami.
Ahora JSD, JLSD para los amigos y conocidos, nos hace otra pregunta que parece estar relacionada con aquella del AK-47 y su uso en tiempos de paz. Y la respuesta, como siempre, no se hace esperar:
“En primer lugar, ¿por qué es esta una asamblea general del pueblo? ¿Qué quiere decir esto de una asamblea general del pueblo? Quiere decir, en primer lugar, que el pueblo es soberano, es decir que la soberanía radica en el pueblo y que de él dimanan todos los poderes. El pueblo de Cuba es soberano. Nadie podría discutir que aquí está representada la mayoría del pueblo; nadie podría discutir que aquí está representado el pueblo. En los anales de la historia de nuestra patria jamás se reunió semejante multitud; en los anales de la historia de nuestra patria jamás se vio un acto semejante; en los anales de la historia de América jamás se reunió semejante multitud; en los anales de la historia de América jamás se vio un acto semejante.”
….
“Esto quiere decir que nosotros sí somos un país libre en América, que nosotros decidimos nuestra política nacional y nuestra política internacional de una manera democrática y de una manera soberana. Democrática, es decir, con el pueblo; soberana, es decir, sin sujeción a los dictados de ninguna potencia extranjera.
Esto quiere decir que nuestro pueblo no le pide permiso a nadie cuando va a adoptar una determinación. Eso quiere decir pueblo libre; eso quiere decir pueblo soberano. Los que no se podrán llamar pueblos libres y pueblos soberanos son los que tienen que ir a pedirle permiso a Mr. Herter cuando van a dar un paso, los que tienen que pedirle permiso a la embajada yanki cuando van a dar un paso. Este acto de nuestro pueblo en el día de hoy, demuestra que, efectivamente, ¡Cuba es el territorio libre de América!”
Fidel en la Magna Asamblea Popular Celebrada por el Pueblo de Cuba en la Plaza de la República, 2 de septiembre de 1960.
Corregir el texto donde dice: “Y la teoría de la fruta madura se acuñó en 1923, algo más de un siglo antes de que naciera Fidel.” Debe decir 1823.
Saludos.
Gracias, Alejandro, lo arreglo. Abrazo
A continuación una entrevista a Luis Toledo Sande de mayo de 2018 donde expone y desarrolla varias ideas que aparecen en el artículo sobre nuestra nueva Constitución:
https://www.youtube.com/watch?v=XnDTenO8_fw
Comparto la opinión del autor al afirmar que Estados Unidos no tiene hoy el menor interés de anexionarse Cuba. Del mismo modo que la esclavitud ha dejado de ser una institución atractiva en un mundo con graves excedentes demográficos, en que millones de seres humanos arriesgan su vida por entrar en los territorios donde tradicionalmente se practicaba, regalándose por un salario de subsistencia, hoy el colonialismo ha perdido todo interés para la superpotencia, que sigue considerando a Cuba parte natural de su patio trasero, pero sin que ello implique obligaciones para ella, como en el caso de Puerto Rico. Podría tener interés la anexión para España, Francia o Alemania, si ello fuera posible en el nuevo orden mundial, por implicar privilegios que, de otro modo, nunca van a lograr, pero el poder de USA es tal que no le importa agredir a cualquier nación hostil, saquear sus recursos y explotar a un pueblo del que sólo le interesa lo que pueda sacar o utilizarlo para sus maquiavélicos intereses convirtiéndolo en coto privado de la economía de guerra, la producción y tráfico de drogas (Afganistán) o lanzadera del terrorismo (Libia). No hay más que ver su comportamiento en las falsas guerras humanitarias o con qué desprecio trata a naciones de las que explota toda clase de recursos (como México). A un pueblo con conciencia de clase y rebelde como el cubano, en una nación con escasos recursos naturales, poco o nada puede ofrecerle, por lo que, de ser derrotado algún día el socialismo, no podemos descartar que se convirtiera en un segundo Haití o, peor aún, un estado fallido más al servicio de la economía de guerra y el crimen organizado.
Para mí lo más grande que ha logrado la revolución cubana es haber construido una sociedad humanista frente a la esclavitud y cosificación que representa el capitalismo respecto de la existencia humana, que nos degrada a la condición de ganado. Mientras las constituciones y culturas capitalistas tienen como redactores y guías a verdaderos tratantes de ganado humano, que han regulado la existencia humana en función de las utilidades que puedan prestar a sus amos, el socialismo cubano antepuso los derechos humanos y toda clase de sutilezas a la ganancia pura y dura que se deriva de la explotación del hombre por el hombre y su mejor adoctrinamiento posible de acuerdo con este cometido. Cualquiera que se asome al ambiente cotidiano de un aula escolar, que haga un análisis de la programación de los medios, que visite una tienda del estado o pasee por las calles de una ciudad o pueblo en Cuba tendrá oportunidad de apreciar lo que es el humanismo frente a la degradación y barbarie que sufrimos los humanos en el capitalismo, tratados como ganado en todo momento, aunque nuestros establos gocen de mayores prestaciones todavía, lo que debe responder sin duda a las leyes económicas y medidas de seguridad que garantizan un mayor nivel de acumulación de los privilegiados, para quienes todo se hace en función de la ganancia, ya sea alimentar a su cabaña ganadera con los mejores piensos o convertirlos en carne de cañón y carne de hospital tantas veces convenga.
Una Constitucion es de todos, no de los que crean que el comunismo debe estar expresamente consignado como fin último. De hecho, ni el partido debiera llamarse Comunista porque sus miembros no son todos, ni siquiera mayoritariamente, comunistas. En el partido los hay solo marxistas, los hay estalinistas, los hay fidelistas no comunistas, los hay, la inmensa mayoria, socialistas y hay muchos pero muchisimos oportunistas que no creen ni en su madre. Por cierto, la inmensa mayoria del pais no es comunista, en el partido no milita ni el 10 % de los ciudadanos cubanos. Coincido con el criterio expresamente declarado de la comision redactora, presidida por Raul, el Primer Secretario del Partido, de eliminar la areferencia a la construccion del Comunismo. La Constitucion es una Ley, no los estatutos del partido donde el autor milita. Por cierto, para democratizar el partido, como tendria que ser, habría que, quizás, cambiarle el nombre, para que muchos no se “autoexcluyan” al no verse representados por esa línea ideologica excluyente. Sugieren algún nombre incluyente?
El comunismo, por definición, es incluyente. Supone el bien común, el de todos.
Saludos
Ajá, y la Norma saca definitivamente las uñas anticomunistas, un comentario similar aparece en Segunda cita muy recientemente firmado por Normatrv, una vez más parece ser la misma Norma. ¿Una identidad allí y otra aquí, para qué? No sé
Lo primero que parece ignorar la señora Norma es que el PCC no es una imposición al pueblo cubano como ella intenta afirmar sino una creación de este que a lo largo del tiempo ha seleccionado en Asambleas de trabajadores y estudiantes ejemplares a los mejores de sus hijos para integrarlo o ha sido consultado -“Consulta con las masas” se le llama- sobre quiénes se proponen para sus filas y tiene derecho de veto sobre ello.
En cuanto al Martí citado por Normatrv en SC, aun si no fuera la misma persona, quiero traer acá la opinión en este mismo post del mismo Luis Toledo, reconocido estudioso de Martí y autor de una biografía sobre este, porque demiente lo que allí dice al extraer una frase del apóstol de su contexto:
“Cuando se quiere hablar de unidad en abstracto suele citarse a José Martí: “Con todos, y para el bien de todos”. Lo citaba Grau San Martín. Los politiqueros cubanos lo citaban mucho. Pero en el cuerpo del discurso que se conoce con ese título, “Con todos, y para el bien de todos”, Martí señaló a quienes se autoexcluían del todos: los que le tenían miedo a la guerra, los que propalaban el racismo, los lindoros, los olimpos de pisapapel, los alzacolas… Eran muchos los que se autoexcluían, y pudo haber señalado también, entre otros, como hizo en distintos textos, a los autonomistas y los anexionistas.
“Martí trató con millonarios que ayudaron a la causa cubana, pero dejó claro que “el arca de nuestra alianza” eran los trabajadores. Quiero echar mi suerte con los pobres de la tierra, dijo, y lo hizo. No solo porque escogió ser pobre, sino porque venía de una historia en la cual los más ricos abandonaban crecientemente el proyecto emancipador. No hubo otro Céspedes, no hubo otro Agramonte. Por el camino, Fidel Castro también trataría con millonarios, pero en La historia me absolverá expresó: “Nosotros decimos pueblo, si de pueblo se trata…”, para enumerar a los sectores más humildes de la población, los más necesitados de justicia y, a la larga, los más naturales aliados de ella, “el arca de nuestra alianza” de Martí.”
Creo que se debe llamar el partido de normita y los siquitrillados (PNS). ¿Sabrá la susodicha qué es el comunismo, o el partido político de la clase revolucionaria? ¿Hiciste una encuesta. de las espúreas que sufragan la NED o el IRI para desplegar esa clasificaciones ficticias? La constitución es también un programa de acción política, social y económica.
“En la medida en que el capital es una realidad social y material que enajena el trabajo, y el comunismo no es otra cosa que “el movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual” , la superación de esa realidad no puede ser más que un hecho igualmente social y material, que involucra a las clases trabajadoras en su conjunto, a su actividad práctica colectiva. El partido es entonces el largo movimiento de constitución histórica de la masa proletaria en sujeto conductor de su destino, a través de la elaboración de su múltiples y masivas formas prácticas, capaces de producir una realidad diferente a la establecida por el capital”. Alvaro García Linera, El Manifiesto Comunista y Nuestro Tiempo.
Carlos Luis, acabo de darme una vuelta por casa de Silvio y coincido contigo plenamente. Lo de Norma TRV no es otra cosa que un refrito de “La Patria Es De Todos” (1997) con algunos afeites y arreglos para ajustarlo y actualizarlo a los momentos por los cuales estamos transitando.
alejandro : se l ponder mas facil : el pueblo soberano,puede afiliarse a partidos o movimientos que le sean afines o no hacerlo,debe tener derechos y ejercerlos,como por ejemplo,elegir para que lo gobierne a quien quiera.Cuando un Estado tiene “una fuerza dirigente,rectora” por encima de todo otro poder y esta Fuerza Rectora esta formada por una secta o cofradia,ese pueblo solo es un pueblo cautivo.O no es asi ?? Todos debemos poder elegir a los que nos gobierna,o sea,darle nuestra cuota de soberania a quienes nos gobernaran.Las cuotas de soberanis del puelo son iguales para todos.Los mejores y los peores.
Y yo se los voy a poner un poco más difícil JDS, alias JLSD, y Normita TRV:
“Y otro acuerdo aún más importante, en lo que se refiere al nombre de nuestro Partido. Primero fuimos ORI, en los primeros pasos de la unión de las fuerzas revolucionarias, con sus aspectos positivos y sus aspectos negativos; después fuimos Partido Unido de la Revolución Socialista, que significó un progreso extraordinario, un extraordinario avance en la creación de nuestro aparato político. Esfuerzo de tres años en que, de la cantera inagotable del pueblo, se extrajeron incontables valores surgidos de entre las filas de nuestros trabajadores, para llegar a ser hoy lo que somos en cantidad, pero sobre todo lo que somos en calidad. Pero Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba dice mucho, pero no dice todo; y Partido Unido da todavía la idea de algo que fue necesario unir, que recuerda todavía un poco los orígenes de cada cual.
Y como entendemos que ya hemos llegado al grado tal en que de una vez por todas y para siempre ha de desaparecer todo tipo de matiz y todo tipo de origen que distinga a unos revolucionarios de otros, y hemos llegado ya al punto afortunado de la historia de nuestro proceso revolucionario en que podamos decir que solo hay un tipo de revolucionario, y puesto que es necesario que el nombre de nuestro Partido diga no lo que fuimos ayer, sino lo que somos hoy y lo que seremos mañana, ¿cuál es, a juicio de ustedes, el nombre que debe tener nuestro Partido? (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Comunista!”) ¿Cuál es, compañero? ¡Un compañero de aquí! (EXCLAMACIONES DE: “¡Comunista!”) ¡Los compañeros de acá! (EXCLAMACIONES DE: “¡Comunista!”) ¡Los compañeros de allá! (EXCLAMACIONES DE: “¡Comunista!”) ¡Los compañeros de allá! (EXCLAMACIONES DE: “¡Comunista!”) ¡Partido Comunista de Cuba! (EXCLAMACIONES DE: “¡Comunista, Comunista!”)
Pues ese es el nombre que, interpretando el desarrollo de nuestro Partido, de la conciencia revolucionaria de sus miembros y de los objetivos de nuestra Revolución, adoptó en el día de ayer nuestro primer Comité Central.
Y es muy correcto, como explicábamos ayer a los compañeros del Comité; la palabra comunista ha sido muy calumniada y muy detractada a lo largo de los siglos. Comunistas hubo a lo largo de la historia, hombres de ideas comunistas, hombres que concebían un modo de vivir distinto a la sociedad en que habían nacido, y los que pensaron de una manera comunista en otros tiempos fueron considerados, por ejemplo, comunistas utópicos, quienes hace 500 años, porque de una manera idealista aspiraban a un tipo de sociedad que no era posible en aquel entonces dado el ínfimo desarrollo de las fuerzas productivas con que contaba el hombre; dado que al comunismo de donde partió el hombre primitivo, para vivir en una forma de comunismo primitiva, no podrá volver el hombre sino mediante tal grado de desarrollo de sus fuerzas productivas y tal modo de utilización de esas fuerzas, modo social de utilización de esas fuerzas, que se puedan crear los bienes materiales y los servicios en cantidades más que suficientes para satisfacer las necesidades del hombre.
Y todos los explotadores, todos los privilegiados, odiaron siempre la palabra comunista como si fuera un crimen; anatematizaban la palabra comunista. Y por eso cuando Marx y Engels escribieron su Manifiesto Comunista que daba origen a una nueva teoría revolucionaria, a una interpretación científica de la sociedad humana y de la historia humana, ellos decían “un fantasma recorre a Europa, y es el fantasma del comunismo”, porque como un fantasma, con verdadero miedo, contemplaban las clases privilegiadas esas ideas.
Mas las clases privilegiadas en cualquier época de la historia contemplaron siempre con extraordinario miedo las ideas nuevas, y la sociedad romana se aterrorizó en su época también con las ideas cristianas cuando estas ideas surgieron al mundo, y fueron en un tiempo las ideas de los pobres y de los esclavos de aquellos tiempos. Y por odio a esas ideas nuevas, aquella sociedad lanzó a la hoguera y lanzó al circo a incontable número de seres humanos. Y así también, durante la Edad Media, en la época del feudalismo, las ideas nuevas fueron perseguidas y sus portadores calumniados y tratados de la peor forma.
Y las ideas nuevas que surgieron con la burguesía, en medio del feudalismo, lo mismo cuando aquellas ideas adoptaban posiciones políticas, que cuando adoptaban posiciones filosóficas, que cuando adoptaban posiciones religiosas, fueron cruelmente anatematizadas y perseguidas.
Siempre las clases reaccionarias se han valido de todos los medios para anatematizar y calumniar a las ideas nuevas. Y así, todo el papel y todos los medios de que disponen no les alcanzan para calumniar a las ideas comunistas, como si el afán de una sociedad en que el hombre no sea un explotador del hombre sino un verdadero hermano del hombre, como si el sueño de una sociedad en que todos los seres humanos sean realmente iguales de hecho y de derecho, no una simple cláusula constitucional como rezan las constituciones burguesas, donde dicen que todos los hombres nacen libres e iguales, como si se pudiera afirmar eso lo mismo del niño que nace en un barrio de indigentes, en una cuna pobre, que el niño que nace en una cuna de oro; como si se pudiera afirmar jamás que en una sociedad de explotadores y explotados, de ricos y de pobres, que todos los hombres nacen libres e iguales; como si todos esos hombres estuviesen llamados a tener en la vida la misma oportunidad.
El sueño secular del hombre —y posible hoy— de una sociedad sin explotadores ni explotados, ha concitado el odio y el rencor de todos los explotadores.
Los imperialistas, como si nos fuesen a ofender, o como si fuese una ofensa, hablan del gobierno comunista de Cuba, al igual que también la palabra “mambí” la emplearon contra nuestros libertadores como una ofensa, así también intentan emplear la palabra “comunista” como una ofensa, y la palabra “comunista” no es para nosotros una ofensa, sino una honra (APLAUSOS).
Y es la palabra que simboliza la aspiración de una gran parte de la humanidad, y por ella hoy trabajan concretamente cientos y cientos de millones de seres humanos. Y dentro de 100 años no habrá honra mayor, ni habrá nada más natural y lógico que llamarse comunistas (APLAUSOS).
Fragmento del Discurso Pronunciado por el Comandante Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en el Acto de Presentación del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Efectuado en el Teatro “Chaplin”, 3 de Octubre de 1965.
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1965/esp/f031065e.html
He tratado de no alarmar al foro con el “Estado” de JSD, JLSD para los ahora ya “amigos” y jose dario sanchez para las momias (ID del medicare es falso y el de pedicure también) pero en el centro de recogida hacen como que no se han
enterado porque está entrando en fase cataléptica, ha aumentado la inmovilidad y la rigidez muscular, las causas se pueden leer en el dictamen médico, pero parece que solo queda tratar con método casero de baño de la cabeza en agua fría, seguido por un baño de pies caliente y masaje estimulante…
Las opiniones de la denominada Norma ilustran, simple y claramente, lo que advertía Fernando Martínez Heredia sobre la existencia en Cuba de una corriente de pensamiento procapitalista o anticomunista, que suelen coincidir… Son varios los indicios que ha dado de ello en su tribuna usual, el blog del trovador Silvio Rodríguez, Segunda Cita, donde, por cierto, se ha notado su infatigable intento de sumar a su tarea, a la figura del autor de El Necio. Tanto es así, que en cierta ocasión Silvio Rodríguez en un comentario tuvo que pedirle que no lo continuara adulando, evidentemente molesto por lo evidente del recurso, cuando ya la conocida guataquería, tipo la que molestaba al Che, se hacía notoriamente insistente… Ahora ha decidido comentar en La Pupila, donde creo que es bien recibida por su autor, en su derecho de expresarse, pero donde, creo yo, y sintomáticamente, no encontrará muchos comentarios con los que estar de acuerdo al 100% ni a quien adular con frecuencia…En cuanto a sus argumentos, ya otros compañeros han comentado, pero incluso el autor del Unicornio, allá en su bitácora, algo indirecta pero claramente le respondió el sentido primordial de la existencia del partido comunista cubano, por demás, históricamente legitimado: es la garantía de la unidad y la resistencia de la Patria. Por supuesto que eso no le bastará a las concepciones de la comentarista Norma, y así debe ser, pero debe tener una certeza total: el anticomunismo no tendrá nunca ni el más mínimo chance en Cuba, los cantos de sirena de la manipulación de los derechos para buscar la brecha política por donde colar el pluripartidismo, tampoco… pero eso no significa negarle el derecho a expresarse y ya en su lugar de trabajo (cuál será) o en su barrio, tendrá la oportunidad de repetir esas ideas que serán respetuosamente escuchadas, al menos que adule a alguien que se moleste, a lo cual también tendrá derecho el aludido, no?
Alejandro, tu comentario me pareció puede ser malinterpretado y utilizado en tu contra y por eso no lo publiqué. Saludos
Norma ,o mejor , Normita: hablando de soberanía, varios países emblemáticos de la región latino americana, en estos momentos gobernados por soberanos lacayos, se encuentran atrapados en un soberano dilema, es decidir ,si les siguen lamiendo las botas a los gringos, o si continúan adelante con megas proyectos económicos financiados por la imparable nave China, Trump, con su soberana prepotencia, los está obligando, a Chile, al Brasil de Temer, a la Argentina de Macri, y otros tantos lacayitos, a cancelar los proyectos con China, Normita usted se entero por que el presidente mejicano actual le ´´tuvo´´ que vender la industria petrolera a los gringos, porque según el, el actual presidente, si no lo hacia los americanos invadirían a Méjico, soberano dilema, ¿no cree , nada ,el viejo y soberano adagio imperial, o conmigo o en contra mía ,estimada Norma ,¿esa es la soberanía que usted desea para Cuba .
Iroel, lo entiendo perfectamente. Llegué a pensar lo mismo. Abrazo.
¿Normita seguimos hablando de soberanía?, En este momento las ´´dos´´ Coreas están dando pasos increíbles en post de una paz verdadera y solida, que no te quepa la menor duda, se dan paso a favor de la reunificación familiar, e incluso, hasta la posible reunificación de las dos Coreas al estilo chino de un país dos sistemas, esta más que claro que eso beneficiaría a las ´´dos´´ coreas, yo estoy casi seguro de la buena voluntad del presidente sud coreano en este sentido, pero la falta de soberanía, otrora cedida al imperio norteño, no les permite actuar soberanamente en este sentido, y trump, soberano emperador ,le serrucha el piso a cualquier iniciativa de acercamiento soberano a las ´´dos´´ Coreas ,bendita soberanía , la que tu alabas.
No queremos alarmar al foro con un probable un brote infeccioso de “Estado” de JSD, JLSD y de Normita TRV en algunos blogs, pero creo debo prevenir y cautelar sobre origen, móviles y motivaciones de algunos comentarios aparecidos recientemente en La Pupila. Como había dicho, existen vasos comunicantes entres estos y el contenido de “La Patria Es De Todos”(1997). Pero para ser más exacto aún debo remarcar que estos comentarios de JSD, alias JLSD y Normita TRV (en el momento oportuno revelaremos el significado de TRV) se entroncan y enmarcan dentro de las campañas de la Propuesta 2020, otro engendro contrarrevolucionario y anticomunista emparentado con La Patria es de Todos. Debemos mantener un alto apresto operacional en este foro y otros afines para desbaratar la argucias, sofismas y elucubraciones de estos cipayos y mercenarios del imperio. El empacho de estos fantoches con conceptos como ‘soberanía’, ‘papel rector de Partido en nuestra sociedad’ y otros que tienen que ver con la construcción del socialismo y la democracia participativa-socialista no es nada casual. Saludos.
A continuación una actualización sobre la Propuesta 2020:
Propuesta 2020, otro vano intento contra la constitucionalidad en Cuba / Por Percy Francisco Alvarado Godoy / Descubriendo Verdades
-El contrarrevolucionario Manuel Cuesta Morúa, devenido en cabecilla de auto titulado partido Arco Progresista y promotor de la subversiva iniciativa “Otro 18”, se encuentra enfrascado –bajo la subvención de la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y la tutela directa del senador Marco Rubio– en continuar su accionar anticubano que lo ha llevado a ocupar espacios en organizaciones de poco impacto dentro del pueblo como lo es el de ser coordinador de la Plataforma “Nuevo País”, así como impulsor de la Mesa de Unidad de Acción Democrática (MUAD), intento fallido de eliminar las agudas contradicciones internas que afectan a la contrarrevolución interna viciada por las luchas protagónicas y el acaparamiento desmedido de las ayudas provenientes de sus financistas desde el exterior.
-No ha tenido escrúpulo alguno de reclamar ante el Senado norteamericano acciones más agresivas contra Cuba como lo es el recrudecimiento del bloqueo y el mantener a toda costa la Ley de Ajuste Cubano.
-Sus propuestas a través de las Mesas de Iniciativa Constitucional, apoyándose en la llamada Red de líderes y lideresas comunitarios, se centran en lograr la realización de una reforma electoral y cambios en la Ley Electoral cubana, la eliminación de las actuales Comisiones de Candidaturas, así como la participación directa de los ciudadanos en la elección del presidente de la República.
El nuevo invento impulsado por Manuel Cuesta Morúa a través de la MUAD, denominado proyecto “Propuesta 2020”, usando el eslogan “proponer, entonces votar”, pretende generar un movimiento constitucional para promover la reforma de la Constitución cubana, basado en la “consulta popular” y la pluralidad de partidos.
-Desconociendo los procedimientos electorales cubanos, pretenden usar a las Mesas de Iniciativa Constitucional para que los ciudadanos sean los que propongan los cambios en la Carta Magna, incluso desde la intimidad de su vivienda mediante el empleo de redes sociales como Twitter y Faceboock.
-También pretenden usar impresos que recojan las conversaciones deliberativas sobre seis artículos fundamentales de la actual Constitución que tienen que ver con la soberanía.
-Asimismo habló en un video sobre la campaña “Cuba en Plural”, que intenta generar una conversación en torno al artículo 5 de la Constitución, que establece que el PCC es la vanguardia dirigente del Estado y la sociedad, alegando que el mismo “discrimina políticamente” a los ciudadanos cubanos.
-Toda su intención es la defensa del pluripartidismo, la elección directa del presidente, la eliminación de la Comisión de Candidatura y acabar con el papel dirigente del PCC como vanguardia de la sociedad cubana.
-Manipulando la posibilidad real del pueblo cubano de discutir y aprobar las reformas constitucionales, Cuesta Morúa pretende erigirse en vocero de ese pueblo con su manida estrategia constitucional.
-Esa misma viciada visión lo lleva a proponer a una Asamblea Constituyente que, según él, esté integrada por todos los colores políticos de la nación para que cada uno exija, busque, promueva los puntos que no deben faltar, donde se respete la libre expresión, se tenga en cuenta el reconocimiento a los partidos y a las diferentes organizaciones de la pretendida sociedad civil.
-Parece ser que este señor desconoce deliberadamente la posibilidad actual de que los cubanos propongan los cambios necesarios que han de hacerse de manera activa e independiente.
-El llamado a hacer una nueva Constitución no es otra cosa que tratar de desmantelar el carácter socialista de nuestro estado e instalar en Cuba una democracia representativa de tipo capitalista.
-Los sórdidos y manipulados argumentos relacionados con la ausencia de una Ley de Cultos, la aceptación de la doble ciudadanía y el derecho a la herencia de los ciudadanos residentes en el exterior, no son más que tesis para ganar adeptos.
-A su vez, la MUAD junto a otro proyecto contrarrevolucionario, Candidatos por el Cambio, así como la llamada Comisión Cubana de Defensa Electoral, pretenden ser jueces parcializados y, por tanto, detractores, sobre el desempeño de los Gobiernos locales y de la gestión de las Comisiones Permanentes de Trabajo elegidas en la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
-Cuesta Morúa cae en su propia trampa con la Propuesta 2020 al invitar a enconados enemigos de la Revolución en el exterior a colaborar en lo que se supone sea la definición fundamental de nuestro futuro.
El pueblo cubano tendrá, en realidad, la última palabra.
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Publicado por: David Díaz Ríos / CubaSigueLaMarcha / CubaEstrellaQueIlumina /
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La KAS México y su vano intento de seguir dirigiendo la guerra ideológica anticubana.
Según fuentes responsables, la Fundación Konrad-Adenauer-Stiftung e.V. (KAS) prepara en México, para la primera quincena de setiembre, un nuevo evento anual de los ya usuales denominado “Caminos para una Cuba democrática” –con el permanente apoyo de los partidos Partido Acción Nacional (PAN) y Partido Revolucionario Institucional (PRI), así como de ONGs financiadas por el gobierno USA tales como la NED, la USAID y sus subsidiarias como las fundaciones la Organización Demócrata Cristiana en América (ODCA), Rafael Preciado Hernández, Impulsa Tu Desarrollo, Indesol, Cemefi, Cenpros, entre otras– con el propósito de apuntalar al proyecto “Propuesta 2020” de Cuesta Morúa. El primero de estos eventos se realizó en diciembre de 2014 y el cual abrió las puertas a la creación de la MUAD; luego lo repetirían en los años siguientes de manera anual hasta llegar a este próximo que sería el quinto de ellos.
Los vínculos permanentes de varios líderes del PAN y el PRI con el contrarrevolucionario Manuel Cuesta Morúa son de vieja data y fueron ya denunciados por mí en un artículo anterior. Estos dirigentes del PAN y el PRI se han comprometido con apoyar las actividades subversivas de la contrarrevolución interna dentro de Cuba, en un abierto desconocimiento del respeto a la soberanía del que siempre ha hecho gala México. De la misma forma se crearon los entendimientos para asesoramiento, apoyo logístico y apoyo mediático a la autodenominada “disidencia opositora” cubana. Como señalé en el citado artículo: “Para nadie, pues, resulta hoy ajeno que en México se ha ido desarrollando un proceso de conformación de una base de operaciones para la guerra mediática anticubana, contando con el apoyo de sectores dentro de congreso de esa nación y la complacencia de las autoridades de ese país que permiten la tenebrosa actividad de varias organizaciones como ODCA, KAS, NED, CIPE, IRI y otras, confabuladas en preparar y apoyar a grupos subversivos anticubanos, en abierta violación del principio de la no injerencia en los asuntos internos de otras naciones y en el respeto a la soberanía de las mismas.”
El discurso contrarrevolucionario de la Mesa de Unidad de Acción Democrática (MUAD) cuyo liderzuelo es Manuel Cuesta Morúa, pretende imponer a los cubanos cambios constitucionales que representarían un desmantelamiento del socialismo en la Isla. Con poca influencia y debilitada por las contradicciones internas de la contrarrevolución que llevaron al abandono de la misma por parte de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), la OCDH, la FNCA y el Frente Antitotalitario Unido (FANTU). Cuesta Morúa ha sido acusado de excesivo protagonismo, mal uso del financiamiento y de tratar de crear cotos de poder a favor suyo y de otros mercenarios como como Siro del Castillo, Boris González Arena, Wilfredo Vallin Almeida, Roberto Díaz Vázquez, María Elena Mir Marrero, entre otros.
Al evento, en el que participarán cerca de 30 “invitados” de la KAS –fundamentalmente asentados en el exterior ya que sobre algunos mercenarios radicados en Cuba pesan prohibiciones de salida del país– entre los que podrían estar presente algunos mercenarios a los cuales Cuesta Morúa facilitó la salida definitiva del país, como genuino traficante de personas, tales como Lisbety Darias González, Juan Carmelo Bermúdez Rosabal, Lilianne Ruiz Andarcio, Yasnay Losada, Sandra Margarita Borges, Edwin Rosabal, Rosa Rosabal, Ana Niurka Jiménez, Nelson Álvarez Matute, José Acosta y Yurelxis Gonzales.
Luego del fracaso de su proyecto “Otro 18” para presentar a contrarrevolucionarios como candidatos en las elecciones generales de 2018, Cuesta Morúa trata de buscar apoyo por medio de la KAS a su “Propuesta 2020”, remedo de constitución alternativa que no cuenta más que con el apoyo de sus cuatro gatos a su alrededor. Cuba, por supuesto, no permitirá que estos mercenarios, salvo alguna excepción, participen en este nuevo circo anticubano fraguado por la derecha mexicana, la contrarrevolución externa e interna y Estados Unidos.
https://percy-francisco.blogspot.com/2018/08/la-kas-mexico-y-su-vano-intento-de.html
Rechazo categórica y absolutamente la actitud revanchista, pseudorevolucionaria y el lenguaje lleno de odio, de descalificación, de machismo y absolutamente irrespetuoso y tergiversador de quienes se han referido a mí en esta entrada, contraviniendo el llamado de Raúl y del partido a ser respetuoso con los que opinamos en ejercicio de nuestra libertad, conquistada por nuestros padres, no para quienes pensaran como ellos, sino para todos los cubanos. Dan vergüenza ajena. Ustedes atacan y seguirán atacando, con rabia, con odio, con desprecio, tratan de atemorizar al que no piensa igual a ustedes si tiene el valor de decir lo que piensa. Se proyectan como fascistas. Muchas gracias por dejarlo expuesto de una manera tan elocuente. Por cierto, ni pro capitalista, ni anticomunista, soy martiana y revolucionaria hasta la médula, y no me interesa lo que opinen al respecto. Ratifico todos y cada uno de mis dichos. Muchas gracias por dejarme comprobar una vez más que el camino para perfeccionar nuestra sociedad es largo y absolutamente necesario.
Sra Norma. Permítame que tratando de comprenderla le haga humildemente unas preguntas: ¿cree usted que es respetuoso decir que “en el Partido Comunista de Cuba hay muchos pero muchisimos oportunistas que no creen ni en su madre”? ¿Cree que en la asamblea donde usted seguramente se expresará con toda libertad y derecho que ese Partido que usted denosta conquistó y defiende para todos los cubanos tal afirmación quedaría sin respuesta, incluyendo la del propio compañero Raúl si allí estuviera presente? Yo no lo creo y llamo a que meditemos todos al respecto, por respeto a Cuba y también a Iroel que abre este espacio.
Gracias
Ni una cosa ni la otra. ¡Qué manera de indefinirse! Y el nombre de nuestro Partido se escribe con mayúscula. Falluta que acude al Primer Secretario de nuestro Partido cuando le resulta conveniente a sus oscuros intereses.
“Y desde ahora digo que sí, que tienen libertad para escribir todo lo que quieran, pero que tienen libertad también para aguantar todo lo que tengamos que decirles a las plumas mercenarias (APLAUSOS). No quiero pronunciar nombres, porque no quiero ensañarme contra nadie, pero que sí sepan que les vamos a salir al paso resueltamente a todos los mercenarios, y a todos los traidores, y a todos los criados de la reacción contrarrevolucionaria (APLAUSOS). Porque no van a venir aquí a decirle a nadie que la contrarrevolución es un cartelito, que no hay contrarrevolución; que si no la denunciamos a tiempo nos ensangrientan el país, pero que con el pueblo advertido a tiempo pueden ensangrentar el país, sí, pero con la sangre de los mercenarios, porque van a durar aquí lo que un merengue en la puerta de un colegio (APLAUSOS).
Les decía que si no pueden tener esperanzas de recobrar el poder en unas elecciones, porque no tienen pueblo, ¿cómo lo van a recuperar por las armas frente a un pueblo entero decidido a pelear? Entonces, ¿cuál es la única esperanza de la contrarrevolución para conquistar de nuevo el poder? Pues conquistarlo con la ayuda del extranjero.
La única esperanza de la contrarrevolución para conquistar el poder, como sabe que no tiene el menor chance de conquistarlo con el pueblo, es con la ayuda extranjera; luego, los contrarrevolucionarios son, antes que nada, traidores a su patria, sonsacadores del extranjero, celestinas que hablan al oído del extranjero poderoso, para ver si con todos los recursos implantan aquí de nuevo en el suelo de la patria la contrarrevolución.”
Fidel, Fragmento del Discurso Pronunciado en el Palacio Presidencial, 22 de marzo de 1959.
Alejandro: Quiero pensar que Norma no es una persona contrarrevolucionaria, quiero creer que la traiciona la pasión. Ciertamente la frase citada por mi no parece de mucha inspiración martiana pero puede ser la pasión de debate. Tampoco la acusación de fascistas que acaba de hacer a quienes discrepan de su punto de vista lo es pero quien dice que es revolucionaria “hasta la médula” debería ser algo menos hostil hacia el Partido que lidera la revolución, pienso yo.
Con respeto a todas las opiniones, creo que lo mejor sería centrarnos en las ideas y los argumentos y no en las personas.
Saludos a tod@s
Exacto Carlos Luis. Así lo haremos Iroel.
Saludos.
Normita, que me dices del soberano pluripartidismo Brasileño que tiene preso al candidato con mayor porcentaje en las encuestas presidenciales, por el solo delito de haberle dado comida a mas treinta millones de hambrientos en su país, y la de no someterse a la soberanía imperial en su política exterior .
Corchito, respite.
Carlos Luis, voy a explicarle aunque no tendría por qué hacerlo.
Creo, por mi vivencia personal y por las noticias y experiencias de otros, que hay muchos militantes que ciertamente no creen en nada, “ni en su madre” significa eso. No lo digo yo, eso lo dicen los resultados de muchas auditorías y de los controles e investigaciones de todo tipo que se hacen por nuestras autoridades, y lo revelan otros problemas que padecemos y que no me apetece abordar. Un por cierto de personas que han usado sus cargos para desviar recursos y cometer actividades económicas ilícitas o que son responsables de burocratismos e inmovilismos innecesarios son militantes. No quisiéramos que fuera así, pero lo es. No son todos los que están ni están todos los que son. El PCC tiene un liderazgo por la historia que lo trae hasta nuestros días, pero son otros los tiempos, no son los tiempos de mi padre y mis abuelos, fundadores del PCC y de todo lo que tenemos, el tiempo de la generación histórica, naturalmente, está pasando. Las circunstancias de la sociedad cubana son diferentes. El formalismo y otros problemas permiten que no pocos oportunistas usen la militancia formal como patente de corzo solo para acceder a puestos de dirección y manejar recursos (algo muy alejado de la idea de la Revolución) y hay mucha gente buena y capaz que ciertamente se autoexcluye o es excluida, y no siendo militantes, ninguna “comisión” los escoge para dirigir nada. Tambien hay gente maravillosa dentro del partido y gete con la que no se puede contar fuera
Hemos vivido tiempos fieros y hay procesos difíciles por venir. Junto con otros principios que se proponen mantener, se propone que el partido, tal y como lo conocemos, se mantenga con los mismos roles de fuerza dirigente de la sociedad y el Estado. Pero porque se haya propuesto así, no significa que es dogma de fe y que no tengamos derecho a pensarlo y discutirlo, siendo un tema que no es para nada menor. Yo no creo en el pluripartidismo per se, y siendo único, el partido tendría que ser absolutamente democrático, de una forma para la que los compañeros que he conocido en este blog me parece que no están preparados. Quizás yo tampoco. Un partido sin Fidel ni Raúl ni ninguno de los que lo crearon, dirigiendo por encima de todo y de todos. Me genera más incertidumbre que certezas, y como se invitó a hablar sin miedos , yo, que confío en Raúl y en el partido, me expreso con libertad en los foros de mi preferencia, sobre los temas que me preocupan. La sobrevivencia de la Revolución pasa por entender el momento histórico sin dejar de considerar los peligros que subsisten, a saber, la agresividad del imperialismo y el bloqueo. Pero para esa sobrevivencia y continuidad, es necesaria , como bien dicen muchos, más democracia y no puede haber miedo a las opiniones. No se puede construir más democracia con zonas de silencio, mordazas, ofensas, irrespeto y amenazas. Gracias.
Normita estas muy sensible , yo no creo haberte faltado el respeto, yo te hice algunas preguntas sobre tu parecer con relación algunos tipos de soberanías y pluripartidismo que existen en el mundo, y que si eso es a lo que tu aspirabas para Cuba, pero ya veo que tu dices,
´´Un partido sin Fidel ni Raúl ni ninguno de los que lo crearon, dirigiendo por encima de todo y de todos. Me genera más incertidumbre que certezas, y como se invitó a hablar sin miedos , yo, que confío en Raúl y en el partido, me expreso con libertad en los foros de mi preferencia, sobre los temas que me preocupan. La sobrevivencia de la Revolución pasa por entender el momento histórico sin dejar de considerar los peligros que subsisten, a saber, la agresividad del imperialismo y el bloqueo.´´ Normita teniendo en cuenta que tú dices ser revolucionaria y que crees en el partido, quisiera pensar que tal vez tu problema en la comunicación este en la pasión, o en la incoherencia, o la falta de claridad al exponer tus ideas.
Desmenuzar analíticamente lo que subyace el comentario anterior-que precede al del compañero Corcho- será para otro momento. Sólo quisiera señalar que cuestionar a estas alturas de nuestra Revolución socialista los “roles de fuerza dirigente de la sociedad y el Estado” de nuestro Partido deja mucho qué pensar, aunque provenga de una persona que afirma sus padres y abuelos fueron fundadores del PCC. No es usanza en La Pupila ostentar pedigrí para apuntalar opiniones.
Mucho ojo con este tipo de discurso dubitativo cuya intencionalidad se esconde detrás de las buenos deseos y más democracia. Me reafirmo en mi convencimiento de que “las opiniones de la denominada Norma ilustran, simple y claramente, lo que advertía Fernando Martínez Heredia sobre la existencia en Cuba de una corriente de pensamiento procapitalista o anticomunista, que suelen coincidir.” (Carlos Luque)
Caveat emptor.
Veamos los argumentos en este intercambio: (I)
“De hecho, ni el partido debiera llamarse Comunista porque sus miembros
no son todos, ni siquiera mayoritariamente, comunistas.”
El partido fundado por Martí se denominó Partido Revolucionario Cubano:
¿eran necesariamente todos sus integrantes revolucionarios? La médula de
un partido es una vanguardia de hombres y mujeres que sostienen ideas,
concepciones, convicciones, principios y aspiraciones. Un mínimo
necesario de requisitos cumplen sus miembros, por cierto, propuestos y
aprobados para pertenecer, en Cuba, por un colectivo que va más allá de
sus militantes. En todo colectivo humano surgen oportunistas o
simuladores, o aquellos que se cansan o acomodan, o traicionan, por
cierto, no sólo en los partidos. ¿Eso significa que las ideas y
proyectos de esos colectivos son falsas o equivocadas? Si el partido
cubano estuviera significativamente formado por oportunistas, si el
proyecto que lidera no tuviera la razón histórica, hace tiempo que la
mayoría de nuestro pueblo se lo hubiera sacudido. De todas formas la
afirmación de la comentarista Norma es obcecada y falsa.
Es un craso error generalizar suposiciones y pretender formar matrices
de opinión con ellas y atraer a otras personas a sus falacias. Porque el
argumento entrecomillado contiene una falacia: ¿de dónde obtiene su
autora la tajante confirmación de que ni siquiera mayoritariamente son
comunistas los miembros del PCC cubano?
Otra afirmación gratuita de la comentarista, del mismo sesgo
categórico: “Coincido con el criterio expresamente declarado de la
comision redactora, presidida por Raul, el Primer Secretario del
Partido, de eliminar la referencia a la construccion del Comunismo.” ¿El
hecho de no incluirlo es equivalente a un “criterio expresamente
declarado”? ¿O sólo en el deseo de la comentarista? A Enrique Ubieta le
consta que no fue un criterio expresamente ni declarado ni tácito
excluir el comunismo del Proyecto. Es obvio que Ubieta merece mucho más
crédito que la suposición de la comentarista, al menos que nos presente
prueba de esa “expresa declaración…”. En estas primeras notas, coincido
con esta declaración: la aspiración socialista, o la comunista, es el
más incluyente y justo de los proyectos humanos.
Y fíjense en este galimatías: “Yo no creo en el pluripartidismo per se, y siendo único, el partido tendría que ser absolutamente democrático…”
La locución latina figura aquí como adjetivo calificativo en el sentido “de por sí”, “en sí mismo”. Queda entonces abierta la posibilidad del pluripartidismo, según la casuística que utiliza la denominada Norma.
¿Qué cosa es “absolutamente democrático”?
“Rara avis in terris nigroque simillima cycno” (Juvenal: Sátiras)
En este caso se trata de una evidente contradicción.
¿Oportunismo?¿Incoherencia?¿Lapsus calami? Veamos: Aquí, en La Pupila,
la comentarista Norma afirma, como vimos en la nota anterior, que la
mayoría de los miembros del PCC no son comunistas, y que determinada
cantidad de ellos no creen “ni en su madre” y además, están formados por
una variopinta corriente de diversas ideas, repitiendo el mantra
interesado de la guerra enemiga de pensamiento, del estalinismo, etc.
¿Que nos dice, en cambio, en Segunda Cita? Pues, y cito, que “El PCC
tiene liderazgo y el respeto del pueblo…” Acudamos al inefable Taladrid:
saque ud sus propias conclusiones…La descripción que se nos hace del PCC
en esta bitácora no es como para merecer liderazgo y mucho menos
respeto. ¿Cómo concilia la comentarista ambas afirmaciones? Recordemos
que en una amplia exposición anterior en Segunda Cita, Norma trv (¿o no
son la misma persona?) argumenta que el Partido se opone y se superpone
al Soberano…Entonces, ¿en qué consiste ese liderazgo del PCC y el
respeto del pueblo que reconoce allá, pero sólo después que determinados
comentarios, incluido el comentario del anfitrión del blog, no le son
propicios? El que examine la secuencia de los comentarios sobre el tema
en ese y otros textos, observará esa deriva que deviene en esa franca
última contradicción. Es evidente, además, el esfuerzo sostenido que
hace la comentarista por acoger a determinados comentaristas a sus
propuestas, y para ello, cuando tiene que atemperar el tono y las ideas,
acude a ello, como en este caso, porque su objetivo es mostrarse no
disonante en una bitácora donde cree que puede usufructuar sus
propuestas. Como visito con frecuencia Segunda Cita he podido seguir ese
procedimiento. El derecho a exponer ideas y refutar aquellas con las que
no estamos de acuerdo, las tenemos todos, por cierto, también el
derecho, y el deber de denunciar los propósitos políticos de la lucha de
ideas, como nos advirtió Fidel, pero sólo se respeta la coherencia y
sobre todo la causa que defienden las ideas que exponemos…(cont.)
Las palabras de Ubieta que cita Luque: https://www.facebook.com/enrique.ubieta/posts/2094927243875306?__xts__%5B0%5D=68.ARBihWIoEQNt3LpTfcBoQ_qnzS5tr_17x3jX_yKPYMmAHVEa9LOybI84OG4BrSnhqZtRdIwxq0WkANCTZ2ri-xfet7_fAvGRrFXgjY4Ah9OzLX5oCWD3cIdSZLDKgqZoPzk9NBaB3xeN&__tn__=H-R
Añado que Ubieta es el Director de la revista teórica del PCC, Cuba Socialista.
Saludos
Veamos los argumentos en este intercambio. (III).
Si alguien expone públicamente sus ideas y propuestas por el medio que
estime conveniente, otorga el derecho de que se examinen y valoren esas
ideas o propuestas. No otra cosa está ya haciendo toda la población, con
entera libertad y absoluto respeto. Pero si eso se hace desde un medio
como La Pupila, algunos la califican de oficialismo, dogmatismo,
oportunismo, etc, etc. Y por negación, se está auto atribuyendo todas
las virtudes opuestas a estos conceptos peyorativos. Pues bien, acudamos
sólo a las ideas expuestas.
En sus comentarios del 19 de agosto de 2018, 13:23 y 13:32 en el
artículo Reino de todavía de Segunda Cita, la comentarista Norma hace
una amplia exposición acerca del PCC cubano en un tono resuelto, tajante
y determinante que niega y entra en contradicción con su reconocimiento
final, como vimos, del liderazgo y respeto que le reconoce al PCC
cubano. Que le reconoce, creo yo, cuando ya no recibe el mismo eco de
apoyo y aquiesciencia de otros comentaristas. O estamos en presencia de
meras contradicciones, pero bastante resonantes, surgidas de un
apasionamiento incoherente momentáneo, (algo humano, disculpable y
comprensible), o de una estrategia consciente, fría y que sabe lo que se
propone. Si es la primera variante, la misma comentarista lo apunta: nos
dice, al dar un poco de marcha atrás que “son ideas que surgen al calor
del debate”…En el párrafo donde expone que algunas ideas surgen de ese
acaloramiento también expone que no apoya el pluripartidismo y que si
hay un partido único tiene que ser democrático. Rechazar el
pluripartidismo y proponer la máxima democracia a un partido único es,
al fin y al cabo, aceptar la necesidad y conveniencia de ese partido
único. Pero toda la exposición de 13:23 y 13:32 (y de otras ocasiones)
no está dirigida a lo mismo, y quien medite en su contenido y en su
espíritu no puede llegar a otra conclusión. Quizás Norma se anime, si es
que desea un intercambio productivo, a explicarnos el fundamento del
liderazgo que le reconoce al PCC y en qué se fundamenta el respeto que
le tiene el pueblo, ambas afirmaciones suyas, no mías. Después podríamos
seguir procurando que el calor del debate no nos lleve a afirmar en un
lado lo que negamos en otro, o ya un poco más frescos, a explicar
nuestras ideas con más serenidad.
Veamos los argumentos en este intercambio. (IV).
La propuesta constitucional no propone el Estado de Derecho, como
apunta la comentarista Norma, quizás en un olvido involuntario, o
siguiendo una costumbre semántica, sino el Estado Socialista de Derecho,
que no es mero detalle. El verdadero Estado de Derecho no existe,
probablemente, en ningún país capitalista de los que quieren imponer su
concepto y su democracia, o por el garrote, o por las zanahorias, a los
pueblos periféricos al dominio capitalista de la economía y la cultura.
Existe, eso sí, el estado y el derecho y la cultura de las clases
dominantes, es decir, las que dominan la economía mundial y sus
congéneres nacionales. Sumamente estudiado ya está a estas alturas el
tema como para abundar aquí, al menos que la ignorancia o la consciente
opción ideológica se oponga a la evidencia. El Estado de Derecho que
desea imponer la oligarquía internacional es el concepto que les
conviene a su dominación, de lo contrario no lo defenderían ni exigirían
a los demás. Si un derecho tienen los pueblos sometidos es a oponerles
una concepción propia, a ella opuesta, y para nosotros es el Estado
Socialista de Derecho y la conducción política de un Partido (que goza
de liderazgo y respeto) y que no elige ni tiene en su seno ningún
representante oligárquico ni personero de élites económicas y que
trabaja y representa los intereses y derechos más caros a toda la
sociedad y que siendo un partido formado por las vanguardias del seno
del pueblo, (con el que tiene que contar para ser elegido) trabaja para
todos y el bien de todos, e incluso con todos, si no es, como ha dicho
Toledo Sande, con los que autoexcluyen, incluso hasta por quienes
quienes lo pueden impugnar.
La teoría del derecho, las leyes y los derechos humanos, como entes
neutrales, objetivos y asépticos, son abstracciones que cobran su
corporeidad real al concretarse en las influencias e imposiciones del
poder económico, que es donde radica la fuente de la validez real. NO
todo lo real es racional, como creyó Hegel. ¿Bastan los ejemplos de los
casos judiciales latinoamericanos de los últimos años? ¿No basta el uso
que hacen las oligarquías de sus Estados de Derecho y su “democracia”
para saber que ese no puede ser el camino de Cuba y que, como mínimo, en
todo caso no es el estado de derecho, sino el Estado Socialista de
Derecho lo que debemos seguir creando, modificando y perfeccionando
contra viento y marea? El PCC cubano, goza de liderazgo, sí, y el
respeto del pueblo, porque este sabe, que en efecto, pese a existir
simuladores, oportunistas o desencantados (y por cierto no sólo en un
partido,) su cuerpo fundamental es la vanguardia de un proyecto
histórico de larga data, del que han surgido sus mejores hombres, en
defensa de intereses no de un partido de clases élites o poseedores de
riqueza, sino de todos los que la patria acoge como cubanos.
La actitud de una forista que vocifera una serie de agravios que dice se le han hecho en este post por parte de otros (“Ustedes atacan y seguirán atacando, con rabia, con odio, con desprecio, tratan de atemorizar al que no piensa igual a ustedes si tiene el valor de decir lo que piensa. Se proyectan como fascistas”…) Estas palabras no es precisamente de una persona que habla con pasión, porque en psicología se entiende como un sentimiento muy intenso y perturbador que domina la voluntad y la razón, pero yo prefiero esto: Para hacer algo hay que querer mucho. Para querer apasionadamente, hay que creer con locura.
Iroel con buena actitud y como moderador de este blog, dice que: “.. lo mejor sería centrarnos en las ideas y los argumentos y no en las personas”. Exacto, así debe ser, todos estamos de acuerdo y además sabemos leer entre líneas, pero detrás de las ideas y/o argumentos hay personas, y en este caso una forista que se hace llamar Norma, que es lo de menos el nombre, porque aquí en la pupila como bien dice Alejandro, no se ostenta pedigrí para dar opiniones, ni nadie se da el moco, porque lo que de verdad importa son las ideas y los argumentos, además hay otras razones al margen de todo esto para que también haya un sano debate, pero esto no quiere decir que es un club de “todo incluido”, ni tampoco cuéntame cómo pasó, ni dime en que cuadra vives, ya nos entendemos verdad?.
Pues siguiendo el hilo de la forista Norma, me extraña que se atreva a acusar de fascistas a quien obviamente no lo son, porque fascista se llama al fascista Norma, y peludo se llama al mojote; al contrarrevolucionario no hace falta señalar porque el mismo se identifica con sus actos y sus palabras y aquí no señalo a nadie para que no te de el siroco indiscriminado ese que haces ostentación y comiences a gritar con la nota de “Rechazo categórica y absolutamente la actitud revanchista, pseudorevolucionaria y el lenguaje lleno de odio, de descalificación, de machismo y absolutamente irrespetuoso y tergiversador de quienes se han referido a mí en esta entrada!!”
Aquí nadie habla con odio, ni te descalifica, y me gustaría saber de qué rincón sale eso de “actitud revanchista”, esto perdona Norma, no tiene sentido alguno, y qué decir sobre la acusación de machistas, esto ya me supera, porque nadie ha jugado contigo aquí a las damas, en fin, para guinda del pastel le dice al compañero Corcho, que respire, pues si supiera Norma que Corcho respira en do, responde en re, e ignora en si, se buscaría otro blog. Voy a leer atentamente los comentarios de los compañeros que hablan y debaten ideas en este post porque he visto muy interesantes comentarios, mientras tanto como tengo por Norma responder siempre a todo en su medida, pues aquí estamos para lo que sea…
Con todo mi respeto y admiración hacia Carlos Luque, Tocororo, Alejandro e incluso mi respeto a Norma, yo creo que nuestro cometido es debatir asuntos más profundos y relevantes que la personalidad bipolar de esta (que diría Tocororo). Hay 11 millones de cubanos, que no podemos estudiar caso por caso, y una poderosa maquinaria de guerra propagandística con los cañones enfilados hacia la mayor de las Antillas. A todos los cubanos corresponde decidir el futuro, pero no cabe duda de que todos pagarán los errores de una mayoría si esta finalmente se deja persuadir por los cantos de sirenas disparándose en el pie con las armas del enemigo.
Para la gente manipulada de Occidente y partidarios en la isla, Cuba sería una réplica de “Rebelión en la Granja” en fase terminal. Sin embargo, estoy convencido de que el propio Orwell sería el primero en denunciar tal comparación, ya que su odio a Stalin se fundamentaba en el amor que profesaba a Trotsky y sus ideas de una revolución mundial contra el capitalismo, en la que él había participado luchando al lado de los republicanos españoles. El socialismo cubano, su humanismo y su internacionalismo habrían merecido su aprobación.
Cualquiera que visite Cuba con una mentalidad desprejuiciada comprobará facilmente que aquel no es el escenario de la obra de Orwell. Mientras en Occidente hasta el ganado no humano vive hacinado en campos de concentración de un modo desnaturalizado, con arreglo a las leyes de la maximización de beneficios (aunque muchas veces son los beneficios de los proveedores de insumos y patologías humanas y animales los determinantes del modelo), en Cuba la primera sorpresa para quien visita lugares de altísimo valor ecológico y paisajístico (como Viñales) es la libertad plena y goce con que los animales corretean junto a las viviendas buscándose el sustento y conviviendo con los humanos en plena armonía. Esto a uno ya lo descoloca un poco si viene influenciado por lo que Orwell describía con estas palabras (refiriéndose a Occidente): ” en un momento dado se crea una ortodoxia, una serie de ideas que son asumidas por las personas bienpensantes y aceptadas sin discusión alguna…Y cualquiera que ose desafiar aquella ortodoxia se encontrará silenciado con sorprendente eficacia.”
Pero no es menos cierto la libertad con que los cubanos se desenvuelven en el trabajo y en la vida cotidiana, sin amo y sin dios, aunque se trate de una libertad condicionada, que no puede jugar con la soberanía y derechos conquistados gracias a la revolución. Es tal la libertad, que a menudo se permiten multitud de licencias, ya sea como trabajadores del estado o cuentapropistas en regla o por la izquierda. En todo caso, estaríamos hablando de un comunismo libertario que habría que disciplinar un poco para beneficio de todos.
Ahora que ha llegado el momento de debatir en las bases el futuro de Cuba y de los cubanos, todo se puede reducir a decidir si son galgos o podencos, sin reparar en otros asuntos de mayor calado. Para mí, lo más triste sería que se crearan las condiciones o la carpintería legal para que los cuatreros pudieran practicar la montería libre en la isla y degradar así a la condición de ganado al servicio del lucro de los capitalistas tanto a los cubanos como al resto de animales y seres vivos, que es lo único que estos saben hacer.
La doctrina del partido único no es la panacea ni un seguro de vida (si analizamos lo que ocurrió en la URSS y en China), pero el error garrafal consistiría en la legalización de toda clase de partidos, que dividirían la sociedad cubana y posibilitaría la financiación y apoyo mediático del enemigo de clase (fuera y dentro de la isla). Lo importante es que el PCC no se presente a las elecciones, de forma que cualquier ciudadano pueda postularse como candidato, que el modelo sea participativo, que se recurra al referéndum en las grandes decisiones y, si fuera posible, que los cargos fueran revocables y los programas electorales vinculantes.
El dilema filosófico y existencial sigue y seguirá siendo el mismo, se es, o no se es, la cuestión es la actitud que tu asumas ante ese dilema , del lado de que causa quieras estar ,que para nada tiene que ser coreográficamente uniforme, hoy ,como nunca antes en la historia de la humanidad, las cosas están más clara, están los que defienden la vida, y están los que la desprecian , pero como Fidel decía, ser revolucionario, entre otras cosas, es tener sentido del momento histórico, el que coquetea , adula, y se rinde ante los que desprecian la vida, por supuesto, la vida ajena, no quiera ni pretenda llamarse revolucionario, porque esa actitud farisea lo convierte en un ser abominable, mas aun que los que clara y llanamente siempre han decidido no ser, y estar en el bando de los egoístas genocidas.
Y quisiera añadir como colofón: Norma TRV, dice un refrán del dilogún que en casa del trompo no se puede bailar.
Pingback: Nueva Constitución para #Cuba: luces y reclamos
Gracias, simpermiso, por tu atinada advertencia y el resto, mucho más importante, de tus meditaciones. Tienes toda la razón en la exhortación que haces respecto a la persona, pero acá esas ideas no pueden dejar de ser combatidas a fondo. Esas propuestas son muy graves para Cuba, sabemos de dónde proceden y quiénes la financian, y que siempre encuentran tontos útiles, – a veces no tan tontos – a quienes utilizar. El buen signo es que incluso en el blog donde es habitual la proponente de marras, algunos foristas le han expresado el desacuerdo. Gracias por su participación aquí, que es siempre de mucho provecho para mi, y no dudo que para otros. Nunca olvido la impresión que me hizo un análisis que leí sobre Cuba de Carlos Fernandez Liria y los análisis suyos (de ud.) siempre me dejan también una enseñanza, incluso muchas veces tengo la impresión, grata y agradecida, de sana envidia, de que así es como yo quisiera explicar algunos temas. Un saludo.
Gracias, Luque: Aquí lo que publiqué de ese texto de Carlos Fernández Liria que mencionas https://lapupilainsomne.wordpress.com/2013/09/30/estado-de-derecho-entre-cuba-y-el-mundo/
Abrazo
El articulo de Toledo Sande, sencillamente brillante. Es un privilegio contar con un compatriota, intelectual y revolucionario como él. De todo el texto, me adhiero a la necesidad de incluir al Comunismo como meta y además resalto los útimos párrafos, donde el autor llama la atención sobre la concentración de la propiedad y la riqueza y sus nefastas consecuencias. A los rabiosos anticomunistas que aquí se manifiesten que se tranquilicen, porque el Socialismo en Cuba llegó para quedarse: Vamos a seguir contruyendo el Socialismo, con el Comunismo como meta, vamos a seguir con el Partido Comunista de Cuba como vanguardia de nuestra nación (a pesar de toda la tontería que expulsó la dama un poco más arriba) y la nueva Constitución será, si cabe, más socialista , revolucionaria y Comunista que la actualmente vigente.
Luque, me gustò y comparto lo que ud dice al final de su ùltima participaciòn….” siempre me dejan tambièn una enseñanza, incluso muchas veces tengo la impresiòn grata y agradecida, de sana envidia, de que es asì como yo quisiera explicar algunos temas”.
Eso mismo pienso cuando leo los comentarios de ud., Alejandro, Simpermiso, Tocororo y Corcho.
Mi abrazo fraterno para uds. y gracias a Iroel por hacer posible este debate de altura.
Creo se debe agregar la necesidad de que se publiquen más trabajos sobre el tema al que Rey alude sobre el texto de Toledo Sande, es decir, el tema de la concentración de la propiedad. Por algunas reflexiones o propuestas difundidas por la TV de compatriotas que opinan sobre el tema, se nota que lo hacen a partir de opiniones sobre el asunto, pero no apoyados en conocimientos de algún rigor. Qué sucede si prevalece una opinión no fundamentada, es decir, una simple doxa, de sentido común, acerca de que no hay que ponerle límite a la concentración de la propiedad? Es el problema que siempre me plantea la cuestión de la opción posiblemente mayoritaria sobre un tema dado de alguna gravedad. Notamos la prevalencia del prejuicio sobre el matrimonio no heterosexual, de por sí un tema delicado, que no cede en importancia, pero que no tiene las mismas consecuencias que si aceptáramos como una cuestión constitucional la concentración de la propiedad. La concentración de la propiedad equivale directa e inevitablemente a capitalismo, no es cuestión dogmática. Pero no todos tenemos los mismos conocimientos económicos, sociales y filsóficos al respecto, convertidos en convicciones políticas. Creo que nos jugamos allí un aspecto importante y decisivo. Una comentarista decía en la TV que lo que había que controlar era la riqueza ilegítima, desconociendo que la supuesta legitimidad de la propiedad concentrada tiene su base en la “legitimidad” que le otorga el capitalismo a la explotación y que nadie por su propio supuesto “esfuerzo” logra concentrar propiedad y riqueza que después le lleva a tener influencia política para defender sus intereses. En ese sentido se expresaba un filósofo: toda propiedad era un robo, por supuesto no la individual, es como una metáfora, pero bien cierta. Estamos caminando en ese tema por el filo de la navaja y hay que esclarecer mucho más…
Gracias, Rodolfo Garva, en lo personal, por el estímulo. Allá por mi juventud primera – (ahora estoy en la segunda, pues, desgraciadamente, la mente se cree mucho más joven mientras el cuerpo sigue su rumbo inexorable) – leí de Martí que eran los tiempos en que las colinas se encimaban a los montes, o esa era la idea… Cierto, no debemos ufanarnos de nada, ni lo hacemos, pero los que no le toman a Cuba su medida, son los que no saben cuánto nos ayudó nuestra Revolución a despertar la curiosidad por el conocimiento, por leer en vez de creer, a que nos llamó Fidel un día. Todo chovinismo es feo, y todo pueblo y cultura tiene sus grandes hombres, dignos de respeto y admiración, pero la grandeza de Martí y de Fidel son misteriosas, cubanísimas, por sólo mencionalos a ellos como símbolos de muchos otros. Creo que allí está la fuerza grande de Cuba, en que nos unimos en los tiempos difíciles y el pensamiento y la acción se tornan colectivos…Mi convicción es que contra aquellos ejemplos nada puede y el que pensemos entre todos, cada uno con una huella pequeña, alejará la posibilidad de atentemos contra nuestra obra nosotros mismos, como nos advertía Fidel. Ningún gobierno de este mundo somete un texto como el propuesto a este examen público, porque saben que nunca lo aceptarían…no es esa una fuerza mayor? Por eso me duelen los cubanos, menos mal que siempre son muy pocos, que sirven de tontos útiles, pero también por ellos luchamos, luchó y lucha la Revolución, con todos y para el bien de todos, menos los que se autoexcluyen…Gracias
Me alegra mucho lo que el compañero Luque expresa en cuanto al asunto de la concentración de la propiedad y de la riqueza, puesto que anoche mismo, en el noticiero, presentaron a una trabajadora defendiendo la concentración de la propiedad y de la riqueza siempre que se hiciese “dentro de los márgenes de la ley” y unos dias antes, también en el NTV, otra persona expresaba puntos de vista similares. Este asunto es de la MAXIMA importancia, puesto que atañe directamente al dilema conceptual entre el Capitalismo, que permite y se sustenta en la apropiación de la plusvalía por parte del dueño con el fin de enriquecerse y de la otra parte, el Socialismo, donde la plusvalía es manejada socialmente para invertirla del modo más adecuado en toda la sociedad. Lo más llamativo es que no parece haber habido debate alguno en los lugares televisados en torno a las propuestas de modificación de los párrafos que tratan la no concentración de la propiedad y que (por ahora, como diría Chávez) no incluyen (como Sí aparece en los Lineamientos) la NO concentración de la riqueza. Hay personas que actualmente, por desconocimiento, por intereses o por convicción favorecen que se siga creando en Cuba una nueva clase burguesa, borrada del mapa hace más de 50 años, la cual, por su naturaleza, jamás apoyará la construcción del Socialismo.
Supongo que la ausencia del debate que se observa en lo televisado se deba a que las intervenciones en el examen del proyecto no deben refutarse por la mesa moderadora, pero probablemente se produzcan intercambios polémicos entre los que proponen una idea y los que no están de acuerdo con ella. Al menos, creo yo, allí sí debiera existir el debate, que no equivale a negar el derecho a la expresión de las ideas. Quizás son necesarias conferencias televisadas sobre este tema y otros, o quizás fue necesario que en el examen parlamentario la haya, con más profundidad, o que se produzcan en el próximo debate palamentario, antes de someterlo al referendum..De cualquier modo, ese punto es la piedra basal del socialismo. Cuba no es vietNam ni China, aquí concentración de la propiedad equivale al suicidio de la Revolución, pues el potencial geopolítico y de recursos naturales y demográficos le permiten a China ese socialismo a su estilo, que necesita jugar en la cancha capitalista, ya no de igual a igual, sino superándo a los otrora hegemónicos EEUU. Sabemos muy bien que de poder meter baza, el capital no va a propiciar una Cuba próspera y sostenible, sino una clase próspera y sostenible que le lleve las aguas a sus molinos. Confío en que nuestra asamblea lo tenga más que claro y que la mayoría de nuestro pueblo también, aunque todavía no he visto en la TV a ningún constituyente que refute o analice una propuesta clara sobre este tema…
Totalmente de acuerdo con Luque, en lo personal, más de una vez, he sustentado las misma opiniones respecto a las experiencias China y vietnamita, países enormes, con poblaciones muy grandes y culturas milentarias, a miles de km. del Imperio, con grandes poblaciones campesinas que estaban sin fuente de empleo, bajo nivel educacional (años atrás, al inicio de sus reformas) y abundancia de recursos naturales valiosos, Otrora, cuando el Imperio intentó tragárselos, el trancazo fue tan grande, que por poco se va del aire… Con Cuba, a 180 km. de los gringos, una emigracion viviendo alli numerosa, que aunque mayormente se siente cubana, para nada es partidaria del Socialismo, un pais chico, sin muchos recursos naturales, con el odio que nos tienen las clases dominantes, una vuelta al Capitalismo resultaria en un pais absolutamente inerme, con economia debil y en el Capitalismo, TODO se compra y vende. RESULTADO: Comprarían el país, sus politicos, perderiamos la soberania, se asentaria aqui lo peor del crimen organizado, tendria lugar la “vendetta” política y en fin, no hace falta seguir. Sin Socialismo, no habrá Cuba. Quienes piensan que Cuba puede hacer lo de China o Vietnam, son simplemente ignorantes o malintencionados, quieren confundir. Urge, es imprescindible, llamar la atencion sobre este acapite de la Constitucion a que nos referimos, va al centro del asunto, que cosa es SOCIALISMO.
Rey, sobre el tema que comentas he escrito varias veces https://lapupilainsomne.wordpress.com/2016/11/23/hay-que-decirlo-todo-por-iroel-sanchez/
Abrazo
Gracias brother, muy aleccionador e interesante. Ayuda a entender mejor esos “milagros” que tanto nos venden.
Gracias también a ti, “Luquecasiopea”, por tus interesantes aportaciones. Aquí nadie es imprescindible y todos somos necesarios. El artículo de Carlos Fernández Liria debería ser de lectura obligatoria en Cuba, en España y en todo el orbe. Mi agradecimiento igualmente para Rodolfo Garva y resto de pupilenses. Cuba debe seguir siendo una fortaleza inexpugnable para el crimen organizado, en que se ha convertido el capitalismo, por exigencias de guión (la acumulación creciente de riqueza por encima de todas las cosas). Por ello, brindar oportunidades a la concentración de riqueza en Cuba es como abrirle las puertas a la metástasis en el cáncer. La relación que debe existir entre la clase trabajadora cubana que ha protagonizado la revolución socialista y el capital privado es la misma que existe entre el bisturí y el cáncer. Nada bueno se puede esperar de personas que invierten su dinero en aquello que les puede proporcionar una mayor rentabilidad, aunque se trate de la economía de guerra, la especulación financiera, la industria de la enfermedad o el tráfico de drogas, sin olvidar que el salario de los trabajadores o las materias primas que suministran los pequeños productores son considerados siempre como un coste de producción, que es preciso abaratar hasta el nivel de subsistencia. También los tributos son un coste que, en la medida en que se pueda abaratar, crecerán los beneficios.
La mente humana que se deja atrapar en el círculo vicioso de la inversión de dinero en medios de producción para ganar más dinero estará lista, como la célula maligna, para pasar por encima de cualquier obstáculo, aunque ello la condene al suicidio. En el mundo capitalista, no se produce una dura confrontación entre la clase capitalista y la clase política por el hecho de que esta está a su servicio pero, en la Cuba socialista, la confrontación sería inevitable y los resultados más negativos para el socialismo se producirían conforme aquella creciera en voltaje. Tras casi 60 años de revolución, en que las funciones de los capitalistas han sido asumidas por el estado, no para acumular capital sino para satisfacer las necesidades de la gente, sólo habría una razón por la que ahora tendría que recurrirse a ellos: la amenaza imperialista de seguir saboteando el proceso de desarrollo socialista hasta su destrucción. Si mañana se permitiera a los capitales extranjeros invertir en Cuba y de pronto la economía mejorara en cuanto a infraestructuras y bienes de consumo, sería erróneo atribuir el éxito a los capitalistas y a su modelo económico. Lo único relevante y capaz de justificar los resultados sería el cambio de actitud de los gobiernos y corporaciones capitalistas hacia Cuba. Entonces, la lectura que se haría es la inutilidad y fracaso del socialismo en lugar de la efectividad del criminal bloqueo a la hora de obstaculizar un sistema superior en todos los aspectos.