Un recorrido por el debate en torno a la comunicación contemporánea de la mano de una de las personas que más sistemáticamente la ha estudiado, el periodista y ensayista español Pascual Serrano, es el centro de nuestro programa de televisión La pupila asombrada este jueves 26 de octubre de 2017. Un fragmento de esta entrevista, referido a la naturalización de medios de comunicación privados en Cuba, se publicó en nuestra emisión anterior.
https://youtu.be/DoEAMAt0E6s?t=2689
Para nuestros seguidores en Internet, se transmitrirá en vivo por la página en Facebook de La pupila asombrada y se publicará en el canal en YouTube del programa una vez concluida su transmisión televisiva.
https://www.youtube.com/channel/UCYpLveaSWLBG-y8GuR2FJWQ/La pupila asombrada se transmite los jueves 10 pm por Cubavisión y se retransmite los sábados 8.30 pm por el Canal Educativo 2 de la Televisión cubana.
Quienes llevábamos tiempo preguntándonos para que servían las elecciones en una nación donde siempre ganan los que no se presentan, cualquiera que sea el resultado, hemos encontrado la respuesta en el video de Michael Moore: para un día de catarsis emocional cada cuatro años. En las dos anteriores elecciones presidenciales, una mayoría de electores yanquis llegó a la maquiavélica conclusión de que, en una nación de jodidos y tramposos supremacistas blancos, el armagedón contra todos los males provocados por ellos sólo lo podía protagonizar un negro. Fueron dos días de catarsis en 8 años que no sirvieron para nada ya que no era un negro auténtico, como los panteras negras, sino un blanco manchado de negro. Como dijera Juan Jacobo Rousseau de los británicos: al día siguiente de las elecciones, el pueblo yanqui era esclavo, no era nada, ya que, donde se dijo digo digo diego.
Después le tocaría a Trump, el más tramposo entre los tramposos. En sus años de telepredicador aprendió a tañer las emociones de los yanquis, que oyeron de su boca todo lo que llevaban décadas esperando oir a la clase política. Esta vez vibraron como nunca: un Robin Hood de los ricos se iba a convertir en el Robin Hood de los pobres. Pero sólo mientras durara la campaña electoral. Como señalara recientemente Bernie Sanders en un artículo, tras el fracaso de la reforma sanitaria de Trump, que hubiera dejado sin cobertura sanitaria a más de 32 millones de norteamericanos (medida más impopular que el rescate bancario), el Robin Hood de los ricos pretende abordar una reforma fiscal que va a beneficiar en un 80% al 1% más rico y que supondrá un ahorro en los próximos años de 1,6 billones de euros. Así, la familia propietaria de los supermercados Walmart se ahorrarán 44.000 millones de dólares. La segunda familia más rica (los hermanos Koch): 28.000 millones, y, cómo no, también la familia Trump participará en el botín, esta vez por coherencia con su clase (aunque suponga la traición a quienes detentan la soberanía nacional), con un ahorro de unos 3.400 millones de dólares.
Para equilibrar el presupuesto a la baja, a nuestro héroe no se le podía ocurrir nada mejor que recortar el presupuesto de los dos sistemas sanitarios públicos en los próximos 10 años, que asisten a los más pobres y desvalidos : el Medicare (400.000 millones de dólares) y el Medicaid (850.000 millones de dólares), que dejará fuera a 15 millones de norteamericanos.No acaba aquí la agresión a sus votantes. También afectará a las becas, ayudas contra la pobreza energéticas, ayudas a las familias monoparentales etc… Un crimen de lesa patria en toda regla que habrá que añadir a los muchos crímenes de lesa humanidad fuera y dentro de las fronteras, como las consecuencias de la negación del cambio climático (bonito estaría que traicionara a las empresas energéticas que contribuyeron a su campaña) o de la adicción a la guerra.
Dónde reside hoy el poder en los Estados Unidos? En quienes pueden inclinar la balanza a su favor en el circo electoral: en los dueños de los grandes medios de comunicación, que dedicaron a Trump mucho más tiempo que al resto de candidatos en las primarias y que inventaron un juego de trileros para que los ingenuos mordieran el anzuelo. Vivimos en sociedades gobernadas mediante técnicas de persuasión, por lo que los dueños de los grandes medios juegan con amplia ventaja. El día que se privatizaron los medios se privatizó el poder y el día en que cualquiera con mucho dinero pudo convertirse en dueño hegemónico de la opinión pública, el crimen organizado se adueñó de las instituciones públicas, convirtiendo en ciencia económica oficial las recetas de Al Capone.
Ahora ya no es posible alcanzar el poder ganando unas elecciones, ya que enfrente siempre tendrás a los grandes aparatos ideológicos de las grandes corporaciones y, de forma especial, los de quienes operan bajo modelos de crimen organizado (que son los que más pueden perder y ganar en función del control que se tenga sobre los inquilinos de las instituciones). Lo estamos viendo en Venezuela, Ecuador, Bolivia, donde la conquista de las instituciones públicas en nombre de las mayorías sociales no ha significado la conquista de un poder hegemónico frente a los mercados, que resisten con enorme fuerza gracias a que son dueños de los grandes medios de comunicación. Por otra parte, las políticas impopulares (como las de Macri en Argentina, que han logrado un incomprensible respaldo electoral a sus criminales políticas neoliberales) pueden mantenerse e incluso reforzarse mientras grupos mediáticos como Clarín garanticen la tormenta perfecta del pensamiento único.