Con Amadito del Pino, otra vez. Por Víctor Casaus

 

Este 6 de febrero, en la Sala Llauradó, nos reunimos teatristas y gente amiga de Amadito del Pino para esa sesión de creciente emoción, en honor a su memoria, su talento, su humor, sus obras (teatrales y humanas), su vida.

No importa que algún testimoniante haya considerado más importante su ego que el del amigo que recordábamos, no importa que a alguno le fallara (o hiciera fallar) su memoria para excluir elementos que pudieron/debieron estar presentes en sus palabras. No importa que la retórica al uso en esos casos haya ocupado un pequeño espacio en algún testimonio.

Lo importante fue –y es– la emocionada atmósfera de la concurrencia, los recuerdos sentidos y queridos, la palabra de algún amigo –no teatrista, no profesional, pero hermano desde el Tamarindo ancestral de Amadito. Lo importante fue ­–y seguirá siendo– la imagen sonriente de ese gordo talentudo y buena gente, agudo y jodedor: hermano.

Lo importante –hasta la lágrima para muchas y muchos– fue el diálogo creativo, creador, entre la presencia de Omar Franco en escena, en vivo, y las imágenes de ese excelente filme de Charlie Medina que se titula Penumbras, basado en la obra teatral casi homónima de Amado.

Desde el Centro Pablo volvemos a recordarlo en los afanes de trabajar ardua, entusiastamente en las celebraciones cubanas por los 100 años del poeta Miguel Hernández, en el año 2010; en el modesto apoyo que nos honramos en haberle ofrecido, desde nuestra pobreza irradiante, para que comenzara la investigación fructífera de donde saldrían su obra teatral Reino dividido, dedicada a las vidas y acciones –lejanas de la retórica y el maniqueísmo– del poeta oriolano y el puertorriqueño-cubano Pablo de la Torriente Brau y, poco después, el libro firmado junto a Tania Cordero Los amigos cubanos de Miguel Hernández, publicados ambos por las Ediciones La Memoria del Centro Pablo.

Para resumir y revivir nuestra emoción de ayer, compartimos con ustedes ahora aquí el texto que sigue. Fue leído por nuestro amigo el actor y director teatral Alejandro Palomino, a quien agradecemos el envío –nuevamente vía imeil– de estas palabras acompañadas por “un abrazo grande, gordo y especial” de Amado del Pino.

Victor Casaus 

CORREO DE AMADO PARA HONRARLO LUNES 6 

Palabras introductorias. 

Palomino: En todos los procesos de montajes de sus piezas, Amado y yo estuvimos discutiendo siempre. Discutíamos de todo. De la presencia de la muerte, del amor, del carácter festivo y hasta de la presencia de la comida en sus obras como elemento expresivo. Pero no fue hasta Cuatro menos en que nuestras discusiones  alcanzaron un punto cimero y en cierto momento peligró la realización y proyección de Cuatro menos. Este correo de Amado que quiero compartirles hoy selló y dio por terminada aquella acalorada bronca de nosotros.  

De: Amado del Pino [amadodelpino@yahoo.com]

Enviado el: lunes, 15 de noviembre de 2011.

Para: El Palo. 

Hermano Palo. Las cosas en la cabeza me sacan de la cama y vengo para la máquina con la certeza de que tendría un correo tuyo, más o menos como este. Debo confesarte -para bien sobre todo de nuestra amistad y del diálogo profesional- que eres todavía más claro y realista de lo que yo esperaba. 

Trataré de ser breve -a esta distancia tengo poco que comentar de algunos temas- de ser breve -te decía- pero emularte en claridad. 

El año próximo todo parece indicar que será duro en España y “no te digo”, lo dice -con un sentido a ratos de casi, casi, alarma nacional- lo dicen con datos en la mano todos los periódicos, todos los partidos, la muy elocuente cifra -de hoy 15 de noviembre- de 21.7 de desempleo. 

Acaba de renunciar en Italia -ya sabes ahí al lado, si estornudan en una Europa junta, España se acatarra- nada menos que el supermagnate pesao con cojones pero recontralíder (ganador de continuas elecciones durante ¡quince años¡) Silvio Berlusconi… y se ha derrumbado su gobierno, venido abajo en ¡una semana¡  su inmenso poder por razones casi únicamente económicas. 

A la mayoría de la gente en Cuba (incluyendo muchos que quiero y respeto) los estoy dejando por imposibles en ese digamos “mito nacional” de que A-Fuera hay, se resuelve, “ahí sí”, “no me hagas ese cuento”. Y un largo etc. de frases de festinado pensar que “más allá de nuestras costas…” en estos casos en vez de gente chupando droga (se refiere a un texto de Cuatro menos) hay gente con dinero en el bolsillo y de frente a la tienda. Las razones de esa leyenda -en el caso de España con alguna base antes de esta crisis- la comprendo pero tengo el deber cívico -si no lo fuera tanto no escribiría el teatro que escribo- de dar MI testimonio distinto sobre este tema. 

Hay muccccchhaas cosas en las que en Cuba se vive peor. Eso está muy claro. Desde que no tienes agua en la llave por la mañana cuando te levantas, hasta la jodienda para moverte de un lugar a otro. Y la gente que llega en el avión (como te he contado seguro 20 veces y también lo habrás vivido de alguna manera, aunque eso se ha multiplicado con los años) la gente que llega, en el aire te cuenta sus dolores, sus deudas, su inmensa melancolía pero llegando a Boyeros pone la cara de triunfador(a), maquilla la realidad, se suma a la semimentira del éxito. Y no lo hacen por mentirosos o cabrones sino, como es obvio, porque: “qué le voy a contar a esta gente si está peor que yo”. 

En lo siguiente que te digo no está del todo de acuerdo mi mujer, pero lo veo así: A partir de esa manipulación de la realidad, la gente nuestra; la familia, los amigos… sigue sin agua en la pila, sin leche para desayunar, enganchaos en la puerta de la guagua y ahora de contra… ¡engañados por sus seres queridos!, confusos en una relación que arranca en la economía y se adentra hasta los cojones en la espiritualidad. 

En Cuba se vive mal, muy mal, pero -visto desde mis intereses y sabiendo que para todos estos análisis tengo la espada de Damocles de ser minoría absoluta y de contra que yo sigo estando A-Fuera- también se gozan de lujos espirituales muy grandes. 

La larga muela anterior sé que la leerás con interés porque eres mi amigo y porque te gusta mi prosa.  Y si hasta con mis hijos renuncio algunas veces -¡otras no¡- a luchar contra algo tan objetivo y comprensible como ese mito nacional, contigo -que  somos amigos y trabajamos juntos temas tan vitales para nuestro público- no podía dejar de darte esta muela. 

En Madrid sigue sin amanecer y yo no estoy muy bien de ánimo que ya habrás adivinado hasta en los espacios en blanco. 

Tengo una obra por nacer que se aceleró dentro de mí por la formidable experiencia, la fiesta teatral de la temporada Cuatro menos”. 

Seguimos al habla, Un abrazo grande, gordo y especial, Amado.

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One Response to Con Amadito del Pino, otra vez. Por Víctor Casaus

  1. Alejandro says:

    De las últimas producciones de Amado me gustó mucho Penumbras en el Noveno Cuarto. Recomiendo su versión al cine con las actuaciones de
    Omar Franco,Tomás Cao,Ismercy Salomón y Omar Alí.

    Amado del Pino, un fecundo legado
    El destacado dramaturgo y periodista cubano falleció a los 56 años este domingo en Madrid, España

    Autor: Pedro de la Hoz | pedro@granma.cu
    22 de enero de 2017 15:01:24
    http://www.granma.cu/cultura/2017-01-22/amado-del-pino-un-fecundo-legado-22-01-2017-15-01-24

    ¿Te enteraste? Amado del Pino murió, se fue el amigo, el buen socio, un tipo tremendo, un cubanazo, el gordo de Clandestinos, una criatura sin sombras, leal, gente de ley, qué pena, qué pronto, qué huérfanos nos deja.

    Así, de Madrid a La Habana, se supo este domingo la noticia. La partida del ser humano, de una criatura que conquistó muchísimos afectos, en primer plano. Pero junto al golpetazo vino el recuento: con Amado del Pino perdió la cultura cubana a uno de los más importantes dramaturgos de las últimas décadas, a un crítico teatral de aguda percepción y a un periodista que cultivó una manera original de concebir la crónica.

    Durante los últimos años compartió su vida profesional entre Murcia, Madrid y La Habana; con una multiplicada actividad docente, promocional, escénica y periodística, que ni siquiera pudo interrumpir la enfermedad maligna que le causó la muerte pocos días antes de cumplir 57 años de edad.

    Amadito nació en Tamarindo, poblado del municipio avileño de Florencia. Su temprana vocación por la escritura y el teatro lo llevó a estudiar en el Instituto Superior de Arte la especialidad de Teatrología. Con el título en mano realizó el servicio social en el Conjunto Dramático de Camaguey y luego se instaló en La Habana donde ejerció como redactor y editor de la revista Tablas.

    Por esos años, la medianía de los 80, se ganó la simpatía del público con su participación en la película Clandestinos, de Fernando Pérez. Su despliegue histriónico fue reconocido por la crítica y los espectadores.

    Pero ya desde entonces se comenzó a perfilar su trayectoria como dramaturgo: la pieza Tren hacia la dicha (1987)hizo que todas las miradas se concentraran en él. El crítico Osvaldo Cano dijo: “Es una obra plena de sutilezas y de honda enjundia poética, frases chispeantes o giros del habla popular que sorprenden y agradan al espectador, pero sobre todo resulta uno de esos cantos al amor y la esperanza que reconfortan y restañan las desgarraduras del alma”.

    Otros importantes títulos suyos son El zapato sucio(Premio de dramaturgia Virgilio Piñera 2002); Penumbra en el noveno cuarto (Premio UNEAC 2003, existe una versión para el cine dirigida por Charlie Medina), Triángulo (2004), Cuatro menos (Premio Carlos Arniches, de Alicante, 2008).y Reino dividido (2011), dondepone a dialogar a Pablo de la TorrienteBrau y Miguel Hernández.

    La fundación que lleva el nombre del poeta miliciano premió el ensayo Caminando con Miguel Hernández(2007). También publicó críticas y reflexiones en el volumen Sueños de mago (2004) y el ensayo Teatralidad y cultura popular en Virgilio Piñera (2013).

    El periodismo cultural estará siempre en deuda con Amadito. Desde los tiempos en que fue redactor de Juventud Rebelde hasta la columna de opinión que fundó en Granma, sin olvidar sus contribuciones a La Jiribilla, Revolución y Cultura y La Gaceta de Cuba de la Uneac, se ocupó de reflejar acontecimientos culturales y sociales con sagacidad, desenfado y agudeza, a partir de un estilo propio.

    Ese fecundo legado nos acompañará para siempre.

     

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