El día 18 y 19 de junio se celebraron en España las segundas sesiones del Tribunal Permanente de los Pueblos contra la Guerra imperialista y la OTAN (TPPCGIO). Además de la resolución general que puede encontrarse en la página del Foro contra la guerra (https://forocontralaguerra.org/2016/06/19/segunda-resolucion-del-tribunal/ ) se emitió una resolución con motivo de la próxima presencia de Obama en Madrid.
El Tribunal Permanente de los Pueblos Contra la Guerra Imperialista y la OTAN, reunido en sesión plenaria el 19 de Junio de 2016 en Madrid, ha tomado en consideración el “Informe sobre el imperialismo estadounidense y la presencia de Obama en España”, preparado por miembros del Tribunal, y ha querido elaborar y aprobar la siguiente resolución especial, basada en el contenido de dicho informe: EE.UU. ha sido a lo largo de su historia una potencia imperial, es decir, se ha impuesto a otras naciones por medio de la fuerza militar, política y económica. EE.UU. ha intervenido en más de 200 acciones de injerencia, desestabilización y agresión militar. Construye su imperio en base a la hegemonía militar; cuenta con entre 700 y 1.000 bases militares, distribuidas en 100 países en los cinco continentes; dispone de armamentos y tropas para actuar masivamente en cualquier lugar del mundo y su presupuesto militar es el 41% del total mundial. Además, cuenta con el mando supremo de la OTAN, estatutariamente bajo su dirección, lo que le confiere el mando militar sobre 28 países, entre los que se incluyen los más desarrollados del mundo.
La política imperialista estadounidense es extraordinariamente pragmática. Mantiene alianzas con Estados y actores violadores de los principios que él establece (Israel -pieza fundamental del dominio imperialista estadounidense-, Arabia Saudí, fuerzas paramilitares, grupos fascistas, etc.) al tiempo que criminaliza y acosa a quienes de hecho sí comparten tales principios, como es actualmente el caso de Rusia; todo ello con el único objetivo de defender sus intereses. En este marco general, Barack Obama asume la Presidencia de los EE.UU. en Enero del 2009; el cargo implica la comandancia y jefatura del ejército y el mando sobre el comandante en jefe de la OTAN. En su equipo presidencial recoge a destacadas personalidades belicistas y declara la necesidad de “un nuevo esfuerzo para renovar la posición de EE.UU. en el mundo”. Pese a todo se le concede en Octubre de ese mismo año el Premio Nobel de la Paz por una mera declaración de intenciones, ya que en sus primeros meses de mandato se comprometió a desmantelar la prisión de Guantánamo y a llevar un programa de acercamiento con los países árabes.
Sin embargo, los dos mandatos de Obama se han caracterizado por un proceso de rearme y una constante escalada injerencista. Ha aumentado la capacidad bélica de la OTAN, su expansión territorial y sus presupuestos; se ha hecho uso intensivo, y apenas supervisado, de drones que llevan a cabo ejecuciones extrajudiciales (firmadas una a una por Obama) con total impunidad y arbitrariedad, aumentando al mismo tiempo el número de víctimas no combatientes; han aumentado la injerencia, las guerras económicas y mediáticas y los golpes de Estado blandos, y la utilización de ejércitos interpuestos en todas las zonas de conflicto; se han diseñado e implementado estrategias regionales de desestabilización para hacerse con el control y dominio de extensos territorios e incluso de continentes, y estrategias de acoso para la eliminación de cualquier resistencia a su hegemonía. Esto supone el abandono de la lógica de la disuasión y supone activar la carrera armamentística. La efectividad de dicha carrera, por otro lado, ha sido puesta en duda por numerosos especialistas a pesar de lo cual se corren todos los riesgos derivados de esta escalada militarista, se asume el recorte de libertades y derechos democráticos que ello implica, extendiendo al conjunto de la sociedad la opacidad y arbitrariedad propias del ámbito militar, y se gastan miles de millones de dólares en este sistema.
Por todo ello se puede constatar que la presidencia de Barack Obama, como las de sus predecesores, ha tenido un marcado carácter belicista, sirviendo a los intereses del imperio estadounidense y ha supuesto un aumento del sufrimiento humano y del riesgo para la vida en el planeta. En este momento la posición geoestratégica de España y su doble vínculo EE.UU.–OTAN, hace de su territorio una pieza clave de la estrategia imperialista de EE.UU. y sus aliados. Esto se pone en evidencia en el creciente papel en la estructura militar EE.UU.-OTAN en nuestro país, concretamente en las instalaciones militares de Torrejón (CAOC), Rota (escudo antimisiles), Morón (fuerza de intervención inmediata y AFRICOM) y Bétera (Fuerza de Muy Alta Disponibilidad). Asimismo, conviene recordar que en los meses de Octubre y Noviembre de 2015 se realizaron las maniobras Trident Juncture, las más relevantes organizadas hasta la fecha, y la mayor parte de este ejercicio militar tuvo como escenario el territorio español.
Toda esta estructura no obedece a ningún interés nacional, se trata exclusivamente de servir a los intereses del imperio norteamericano. Nuestra condición es de dependencia y sometimiento, la seguridad y la soberanía nacional están siendo entregadas sin que se esté ofreciendo la más mínima resistencia. Esta pasividad contrasta con la potente resistencia que el imperialismo estadounidense encuentra en otras regiones del globo; sin embargo, los medios de comunicación, y nuestros políticos con su actitud, se están encargando de minimizar su importancia y ocultar tanto las consecuencias del imperialismo como los fenómenos de resistencia, para lograr la aceptación pasiva de la población.
El TPPCGIO llama a otras organizaciones, colectivos y personas a difundir y apoyar su resolución y a participar en las acciones de protesta en contra de la sumisión a los dictados de Estados Unidos que se puedan convocar. Asimismo, recuerda a los Gobiernos y Autoridades concernidos, y que pueden estar tentados de hacer uso de sus aparatos represivos, que tienen la obligación de respetar y garantizar el ejercicio de los derechos y libertades fundamentales, especialmente la libertad de expresión, y los derechos de reunión y asociación.
En Madrid, a 19 de junio de 2016.
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