Del club Pulse y otras masacres y violencias. Por  Ángel Guerra Cabrera

 

La masacre en el club gay Pulse, de Orlando, con su cauda de homofobia y terrorismo, acaso vinculado en alguna forma al autodenominado Estado Islámico, continuará ocupando durante semanas los espacios estelares de los grandes oligopolios mediáticos. La exprimirán mientras aumenten el rating y el tiraje, aprovechando el luto de los familiares y la solidaridad de la población estadunidense y del mundo. A la vez, continuarán escondiendo a la sociedad de la ganancia y el egoísmo, única alternativa que ofrecen, como la principal causante de la tragedia.

Desde el lado del pensamiento crítico hemos leído valiosos análisis de la masacre en sí en La Jornada, Telesur, Cubadebate, RT y Rebelión. Por solo citar algunos de los más importantes en castellano.

Mientras, siguen ocurriendo diariamente muertes por armas de fuego y otros medios bélicos en Estados Unidos y, no se diga en Medio Oriente y África, donde cientos de vidas segadas no pasan de ser una estadística cotidiana sin nombre y sin rostro que no merecerá más que una nota, apenas perceptible por rutinaria, aunque aparezca en prime time.

Como las de Orlando, esas y también decenas de miles de muertes por hambre o enfermedades prevenibles o curables, en ocasiones causadas no solo por la pobreza endémica sino por el calor y la sequía originados en el cambio climático, se deben exclusivamente a la naturaleza explotadora, antidemocrática, violenta, de saqueo, depredación ecológica, racista, sexista, xenofóbica y guerrerista inherente al capitalismo.

Estados Unidos y su complejo financiero-industrial-militar-mediático son los más grandes adalides de ese horrendo sistema de exclusión, empobrecimiento y exterminio, aunque muchos no se den cuenta todavía.

Precisamente, el que ese Estado se atribuya la misión divina de llevar e imponer, cuando y donde lo crea necesario, sus “valores universales” y su democracia, a qué doloroso costo para tantas naciones, no es más que un cuento de hadas que su hegemonía cultural ha hecho creer a millones para justificar su intervencionismo.

Por eso, América Latina y el Caribe deben permanecer vigilantes, pues aunque Washington no ha realizado ninguna intervención militar directa en ella desde la ilegal y mortífera invasión a Panamá, en 1989, sí aplica la llamada guerra de cuarta generación a los gobiernos que no son de su agrado, la que en otras latitudes ha ocasionado verdaderas carnicerías. O supuestos programas  contra el narco, como la Iniciativa Mérida y el Plan Colombia, a un cuantioso costo ya en vidas humanas

Existen cada vez más evidencias del involucramiento imperialista en los planes desestabilizadores, contra los principales gobiernos revolucionarios, progresistas y populares de nuestra América, a partir de la llegada de Hugo Chávez al gobierno en 1998, a la vez que un aumento de su presencia militar. Otro tanto debe decirse de los frecuentes asesinatos, represión y prisión política con cargos inventados, de que son objeto los movimientos y líderes populares. Ello llevó a la ejemplar mártir indígena hondureña Bertha Cáceres a atribuir por adelantado la culpabilidad por su probable asesinato a la hoy candidata presidencial Hillary Clinton, considerando su enorme responsabilidad en la consolidación del golpe de Estado contra el presidente Zelaya.

Justamente por eso, hay que divulgar a los cuatro vientos y defender sin tregua, la gran conquista civilizatoria de nuestra región al aprobar la Proclama de América Latina y el Caribe como zona de Paz (www.granma.cu/file/sp/ii-cumbre-de-la-celac-la-habana-2014…/cumbre-109.htm), con la firma estampada en La Habana por los jefes de Estado y Gobierno de la CELAC.

Junto a la movilización de nuestros pueblos, esa proclama es el mejor escudo que podemos esgrimir frente a la agresiva conducta del imperialismo y las oligarquías, concentrada en este momento contra los gobiernos de Venezuela y Brasil.

En la Asamblea General de la OEA celebrada en República Dominicana, comprobamos que la miserable conducta antivenezolana del secretario general Almagro se vio reflejada el discurso del secretario de Estado John Kerry, pese a la posterior voltereta de este al reunirse con la canciller venezolana Delcy Rodríguez y proclamar que no favorece la aplicación de la Carta Democrática Interamericana ni la exclusión de Caracas de la organización. La propuesta de iniciar un nuevo canal de diálogo hecha por Washington y aceptada por Caracas se debe en gran medida a la heroica resistencia del chavismo. Hay mucho por decir de Brasil, queda en el tintero.

Twitter: @aguerraguerra 

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3 Responses to Del club Pulse y otras masacres y violencias. Por  Ángel Guerra Cabrera

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  2. Miguel A. says:

    Transcribo parte del último comentario de James Petras, referido a esta masacre. “JP: Primero debemos anotar que dicen muchos que es la peor matanza en la historia de EEUU, pero debemos mencionar que no es la primera ni la última matanza, porque hemos tenido 400 matanzas en los últimos años.
    Es una práctica que tiene que ver con una cosa que nadie discute: que el fusil de asalto que utiliza el asesino es muy común aquí en el país…, hay 3,5 millones que están en manos de cualquier persona… la ley aquí permite a cualquier individuo con poco dinero comprar fusiles de asalto y cometer estas matanzas.
    El segundo punto que quiero anotar es que la policía demoró 3 horas para terminar el asesinato,… Tenemos una policía que está supuestamente bien entrenada, policía preparada para este tipo de acciones, pero que no intervienen por 3 horas. Según las noticias, desde que empezó la masacre a las 12:00 de la noche hasta las 5:00 de la madrugada el tipo estuvo tirando.
    Y la tercera cosa que debemos notar es que la policía federal tenía antecedentes sobre Omar Mateen, y…no interviene. … ¿por qué permiten tantos asaltos de rifles? ¿Por qué permiten que durante 3 horas siga disparando? ¿Por qué la policía federal tenía información sobre el acusado y no interviene?
    Yo creo que parte de la respuesta es que el gobierno se beneficia por estos actos, porque consiguen miedo, denuncias que podrían facilitar aumentos en el presupuesto policial y oportunidades para avanzar en la carrera, para avanzar en el ambiente de terrorismo mundial que permite a EEUU al continuar estas guerras en el Medio Oriente y otras partes. …
    Hay que ver que el mismo padre del asesino dice que Omar no tenía ninguna afiliación religiosa. Y sabemos que ISIS es una organización violenta y religiosa, que la religión es el centro y la política. ¿Entonces, cómo podemos creer que uno se declare en favor de una organización religiosa si nunca fue a la iglesia musulmana, no ha profesado nunca en su vida? Y más allá de eso los afganistanes cercanos a su padre son seculares, no tienen nada que ver con talibanes, ISIS u otras organizaciones, trabajan estrechamente con los departamentos de Estado, el Pentágono y la CIA. Según entendemos, esas son las organizaciones de Afganistán afiliadas con la familia de Mateen….”

     

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