La historia no contada que Obama pretende que olvidemos. Por Omar Pérez Salomón

 

En los últimos tiempos se ha incrementado la tendencia a tergiversar la historia de Cuba, sobre todo la anterior a 1959. Por ejemplo, en la Enciclopedia Wikipedia, Fulgencio Batista fue un militar, político y dictador; pero en ningún lugar se dice que fue un criminal involucrado en el asesinato y desaparición de miles de cubanos con la complicidad del gobierno de Estados Unidos. La naturaleza de este personaje fue muy bien identificada por el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en  su histórico alegato “La historia me absolverá”, cuando dijo refiriéndose a Batista: “Dante dividió su infierno en nueve círculos: puso en el séptimo a los criminales, puso en el octavo a los ladrones y puso en el noveno a los traidores. ¡Duro dilema el que tendrían los demonios para buscar un sitio adecuado al alma de este hombre… si este hombre tuviera alma!”

Pretenden venderle a la juventud cubana y de otros países la idea que la Cuba pre revolucionaria era un paraíso, cuando en realidad era lo contrario en todos los sentidos. Datos reflejados en el libro ¿Por qué la Revolución Cubana?, publicado por la Editorial Capitán San Luis dan cuenta que durante el gobierno de Batista, Cuba vivió un clima de terror como nunca antes en su historia republicana.

“Eran utilizados Instrumentos para sacar ojos, uñas, picanas eléctricas, fustas, palos para romper huesos, todo un arsenal del crimen, que demostraba la barbarie inaudita de los hombres que le sirvieron.

“La juventud universitaria alzó su protesta enérgica contra la dictadura y lo pagó con vida y sangre generosa. Se peleó duro contra los cuerpos represivos del ejército. El resultado fue cabezas rotas, brazos fracturados, camisas manchadas de sangre y la muerte de muchos jóvenes del pueblo.

“Aparecían cadáveres tirados cada vez en cifras más numerosas, en campos desiertos, al borde de las carreteras, colgados de los árboles o simplemente abandonados, con huellas de torturas, en cualquier lugar público. Cientos de ellos serían enterrados sin acta de defunción. Algunas víctimas de la represión permanecían en las neveras del Necrocomio por espacio de varias semanas, más tarde se enterraban en una fosa especial en el cementerio de Colón, en el grupo de los desconocidos.

“En 1956 el gobierno batistiano suprime el escaso apoyo financiero al Ballet de Cuba, y le inicia a Alicia Alonso un expediente en el Buró de Represiones de Actividades Comunistas (BRAC) y en el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), dos de los órganos más represivos del régimen”.

En el orden socioeconómico, el 85% de los pequeños agricultores cubanos estaban pagando renta y vivían bajo la perenne amenaza del despojo de sus parcelas; más de la mitad de las mejores tierras de producción cultivadas estaban en manos extranjeras; el 90% de los niños del campo estaban devorados por parásitos; la capital del país, con el 22% de la población, disponía del 65% de los médicos; solamente había entonces un hospital rural con apenas 10 camas y sin médico; el acceso a los hospitales del Estado, siempre repletos, solo era posible mediante la recomendación de un magnate político que le exigía al desdichado su voto y el de toda su familia; la mortalidad infantil superaba los sesenta fallecidos por mil nacidos vivos; el 23,6% de la población mayor de 10 años era analfabeta y existían más de un millón de personas que no sabían leer y escribir; en las escuelas públicas de cada 100 niños que matriculaban solo 6 llegaban al sexto grado y más de diez mil maestros estaban desempleados. [1]

Jamás en la historia se vio un apoyo estatal al juego como en la Cuba de Batista. El propio Estado era el impulsor principal del vicio, y sostenía la Lotería Nacional y el juego ilícito; las recaudaciones del juego llegaron a penetrar al Palacio Presidencial. El tirano controlaba las recaudaciones por concepto de juegos y apuestas clandestinas ilegales, recibiendo alrededor de 730 000 pesos mensuales por ello.

El gobierno de los Estados Unidos de la época realizaba importantes entregas de armas y equipos militares a la dictadura batistiana para reprimir al pueblo cubano. En febrero de 1955 Batista recibió al vicepresidente de Estados Unidos  Richard Nixon y en abril de ese propio año al director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Allan Dulles, que representó un espaldarazo de la Administración estadounidense al régimen represivo batistiano.

El presidente Obama pretende que los cubanos olvidemos ese estado de cosas para que regrese, quizás multiplicado. Pero se equivoca, los  jóvenes de este país saben muy bien qué significa en términos de soberanía e independencia borrar la memoria histórica.  Un amigo septuagenario que vivió en carne propia las calamidades que existían antes de 1959 me decía recientemente que, está seguro que las nuevas generaciones no permitirán jamás que se repitan escenas como la de aquellos marines norteamericanos que en 1949 orinaron la estatua del héroe nacional cubano, José Martí, ubicada en el parque central de La Habana. Numerosos jóvenes, entre los que se encontraba el entonces estudiante de Derecho Fidel Castro, realizaron una activa protesta frente a la sede diplomática estadounidense. ¿Cinismo o  ignorancia la del señor presidente que días atrás nos pedía que nos olvidáramos del pasado?

[1] “¿Por qué la Revolución Cubana?”. Editorial Capitán San Luis. La Habana, 2010.

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18 Responses to La historia no contada que Obama pretende que olvidemos. Por Omar Pérez Salomón

  1. Adania Guanche Martínez says:

    Estoy completamente de acuerdo con el contenido de este artículo. Es más, me hicieron rememorar mis días de estudiante en la Escuela Normal para Maestros de La Habana, cuando en ocasiones, a la entrada de la Escuela, hallábamos el cadáver de alguno de nuestros compañeros, con el consabido sentimiento de furia mezclada con tristeza e impotencia en las adolescentes que éramos en aquella época. Hoy día hay que hacer recordar a las personas que hayan olvidado y hay que abrir los ojos de nuestros jóvenes, muchos de los cuales están “deslumbrados” por el esplendor del imperio, aunque de este no les vaya a tocar más que el desprecio que vislumbró Martí sabiamente.

     
  2. cacf2@aol.com says:

    Hola Iroel,

    Favor de considerar re-publicar este articulo. Gracias. Alberto

    February 23 ·

    Caribbean American Children Foundation PO Box 353593, Palm Coast, Fl., 32135 cacf2@aol.com albertonjones@gmail.com Alberto N Jones DVM President

    First Lady Michelle Obama The White House, Washington, D.C. December 5, 2012

    Dear Michelle,

    Like millions of people of African ancestry and other minorities around the world, who never expected to see a son of Africa sitting in the White House in our lifetime, we wish to congratulate the President from the bottom of our hearts, yourself and everyone else who made the unthinkable happen twice!

    This unique, unprecedented accomplishment will instill in the minds of millions of children deemed inferior, incapable or unworthy by some, the fact that they too, have no limits for their dreams and aspirations. But the other reason for reaching out to you, has been your proven dedication to the sick, veterans, children and others in need, who may be impacted positively by your actions. Two weeks before the President incredible human triumph over backwardness and prejudices, hurricane Sandy visited Santiago de Cuba and later the United States, reek havoc in her path here and there. Please accept our sympathy for the massive deaths and destruction it caused in numerous NE states, Canada, Haiti, Jamaica and the Dominican Republic.

    Dear Michelle, allow me to share with you, a few words about Santiago de Cuba, the most Caribbean city in Cuba, the home of the largest Afro-Cuban community and the holder of a unique and distinct Cuban history that stands tall as it lies in ruins today.

    Santiago de Cuba is not only the second largest city in Cuba, it is the birthplace of Mariana Grajales, the mother of the Cuban nation and the most outstanding woman of African ancestry to live in our hemisphere, who led her entire family to war in 1868, 1879 and 1895, where most died fighting to end Spanish colonialism. General Antonio Maceo, her most outstanding son and revered military leader, rose through the ranks from a soldier to become the second in command of the Cuban Army of Independence, where he defeated on the battle field each of Spain most decorated generals and successfully led the invasion from east to west, with a military strategy that is perpetuated in Paris and other military museums around the world.

    Santiago de Cuba is also the birthplace of legendary General Quintin Banderas, the leader of the fiercest Army in all three wars of Independence, who was brutally segregated and viciously butchered after the war, when he denounced the racist government his actions helped to put in place.

    Santiago de Cuba is the site where Teddy Roosevelt landed in 1898 with his Rough Riders and where many Tuskeegee black soldiers were wounded or died.

    Santiago de Cuba was at the epicenter of the massacre of over 3000 mostly Afro-Cuban members of the Independent Party of Color in 1912, (another Rosewood) which was organized after the failure of the Cuban government to live up to its platform of “With all and for the wellbeing of All”.

    Santiago de Cuba is where the seed was sown on July 26, 1953 against the bloody dictatorship of Fulgencio Batista, the birthplace of Frank and Josue Pais, Vilma Espin, Pepito Tey, Tony Aloma, the Protest of Baragua and the martyrdom of 16 year old William Soler.

    Santiago de Cuba is home of 2500 students of the Caribbean School of Medical Sciences, where hundreds of underprivileged students from Africa and the Caribbean have received their medical degree, especially Haiti with over 700, all free of charge.

    Santiago de Cuba is where thousands of Afro-Americans and Hispanic youths at risk, could safely spend their drug-violence-free summer vacations, learn conflict resolution and improve their self-esteem, by accessing the rich Afro-Cuban history and culture.

    As it was proposed by Booker T. Washington, R. N. R. Nelson, Langston Hughes, Marcus Garvey, Mary Mc Leod Bethune-Cookman and others knew, that integrating African-Americans and Afro-Cubans in the world of education, science, business, sports and culture, is a precondition for their mutual advancement.

    Above and beyond all existing ideological differences between the US and Cuba, I am inviting you to come to Santiago de Cuba and see for yourself, what this city was, is and what it can once again become for millions of uneducated, poor and hopeless young people from around the world.

    Respectfully,

    Alberto N Jones, DVM

    A non-profit tax exempt 501© (3) corporation

     
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  4. Saludos, es cierto q hay una corriente ejemplificando a este personaje y su tipo de gobierno como el ejemplo a donde Cuba debe iir. lo que sucede es que el socialismo después de 50 años no ha sido capaz de sobrepasar los índices macroeconómicos de aquel entonces. Yo insisto que es el resultado del desgobierno del gobierno de Fidel. Ya es tarde y al equipo de gobierno de Raúl le es imposible corregir esta situación dentro de las banderas del marxismo. Me imagino q la preparación del congreso está pasando por esta contradicción.

     
    • ¿ïndices macroeconómicos? Jajaja

      El número de desempleados total o parcialmente (los que trabajaban menos de 40 horas semanales) en el período de máxima actividad económica -mayo de 1956 a abril 1957- ascendía a 584 000 personas, o sea, algo más del 25 % de la población apta.

      Sobre el Ingreso Nacional los datos indican que a pesar de que hubo un aumento casi del triple en 1955 con relación a 1941, la situación de la población de Cuba, medida por sus ingresos reales “per cápita”; fue en los últimos 5 años de esa década igual o solo ligeramente mejor que en 1941, año que no fue de auge económico. [Torras de la Luz, J. Los factores económicos de la crisis médica. Trabajo entregado para el Fórum Nacional sobre crisis médica efectuado en el Col. Med. Nac. del 20 al 23 de septiembre. La Habana, 1956.].

      La situación descrita anteriormente se debió al crecimiento que tuvo la población y al incremento de los precios en los productos alimenticios y del costo general de la vida, entre los que estaban la vivienda, vestidos, educación, transporte, medicamentos y artículos de uso caseros entre otros; representando por tanto $ 313.00 en el año 1955 de $ 145.00 en 1941.

      En un artículo titulado “Inestabilidad y Desarrollo Económico en Cuba” publicado en el No. Extraordinario del Diario de la Marina, el 15 de septiembre de 1957, el profesor Julián Alienes Urosa, economista español de prestigio internacional, residente en Cuba, hizo un análisis del país y señaló que la inestabilidad es la característica más acusada de la economía cubana, poniendo el argumento de que el Producto Nacional Bruto varió de 1945 al 1947 el 58 % de incremento, para luego reducirse el 7 % en 1949 y elevarse nuevamente en 1952 al 34 %, disminuir el 24 % en 1955 y aumentar el 42 % en 1957.

      “Todo esto revela que el producto nacional bruto varía como promedio por encima de los 200 millones de pesos anuales y en términos relativos por no menos del 13 %. El mal de la inestabilidad es por ende evidente”.1

      Según lo descrito por el prestigioso economista y comentarista de temas económicos en la prensa, doctor Rufo López Fresquet con la colaboración del también economista Antonio Jorge, en el artículo “Las Instituciones de Crédito: Desarrollo de la Banca de Cuba”, el principal problema en la eliminación de la inestabilidad dentro de la economía cubana consiste en alcanzar la transformación de la inestabilidad de la propia naturaleza de la industria hasta convertirla en la estabilidad que necesita la economía general de la nación.2

      Para agravar la situación económica del pueblo cubano se unía el carácter estacional de su producción, vinculada fundamentalmente con la producción azucarera, trayendo como consecuencia el desempleo permanente y estacional, el subempleo y el desempleo tecnológico.

      Sobre esta situación del desempleo en Cuba, el economista doctor Hugo Vivó hace un análisis en su artículo “El Trabajo en Cuba. Contribución a la Riqueza Nacional”.3

      Al analizar la estructura económica de Cuba es necesario examinar el papel particular que jugó Estados Unidos en este proceso, ya que a mediados del siglo XIX Cuba ocupaba un lugar especial en los planes expansionistas de esta potencia en América Latina. El capital monopolista norteamericano se apoderó rápidamente de las posiciones dominantes de casi todas las ramas claves de la economía nacional.

      En los años de la década de 1950 el país importaba el 88 % de las grasas que se consumían, el 33 % de las legumbres, más del 40 % de los cereales, el 63 % de los productos cárnicos, el 90 % del pescado y el 84 % de las conservas de fruta entre otros, o sea, el 19 % de los comestibles que se consumían en el país.

      En esencia, el mercado cubano estaba monopolizado por las mercancías norteamericanas.

      Todo lo expuesto muestra que la política norteamericana después de la Segunda Guerra Mundial profundizó la dependencia de Cuba y contribuyó a que la crisis de la economía semicolonial se transformara en una crisis permanente e insoluble dentro de la mecánica del mundo capitalista.

      La extracción cada vez más intensa de riquezas cubanas, el saqueo de los fondos públicos, la dilapidación de las reservas nacionales, que como se estima, en 1952 Cuba poseía 500 millones de dólares y se transfirieron al extranjero por concepto de beneficios y fraudes más de 200 millones, por lo que en 1959 ya no alcanzaban los 100 mi- llones y la consolidación del latifundio azucarero, constituyen las más importantes características de la economía cubana en ese período.4

      El área latifundiaria en Cuba alcanzaba el 56,9 % del área nacional en fincas, es decir, 385 000 caballerías, quedando como fincas con menos de 30 caballerías 155 000, para el 43,1 % restante, lo que traía aparejado la limitación de la productividad de la tierra, el desempleo, el bajo nivel de ingresos de la población campesina, la tendencia al monocultivo y el atraso técnico en la agricultura. [Rodríguez CR. La reforma agraria en Cuba Conf. Televisada e impresa. Of. Hist. MINSAP.].

      En esta década la producción azucarera, exceptuando 1952, no alcanzó los niveles del año 1925 que fue una zafra de alrededor de 5 millones de toneladas de azúcar, hasta 1959 en que se logró un volumen de producción similar pero con una población que duplicaba la de entonces, lo que quiere decir que a partir del año 1925 el ritmo de crecimiento poblacional fue superior al de la industria azucarera.

      La economía cubana no se desarrolló entre otros factores por la rígida estructura institucional que existía (agraria, arancelaria, bancaria y crediticia) que la hacían cada vez más dependiente de la producción azucarera y de las importaciones extranjeras. [Pino Santos O. Estructura de la economía cubana. Conferencia mimeografiada. 20 pgs. Of. Historiador MINSAP.].

      En 1959 en Cuba habían 161 centrales azucareros y más de la mitad de ellos pertenecían a 28 grandes propietarios, dentro de estos, 8 eran de importantes consorcios norteamericanos y el resto de diferentes nacionalidades aunque radicaban en el país.5

      El economista y escritor cubano doctor José A. Guerra y Deven, señaló en su artículo “La Industria Azucarera de Cuba. 1932-1957″ que aunque era aconsejable desarrollar otras fuentes potenciales de riqueza en el país, la nación cubana tenía en esos momentos en la industria azucarera un activo de un valor inapreciable que no podía ser abandonado, y que por el contrario, se debía sostener como pilar fundamental alrededor del cual se ampliara y completara una estructura económica sólida y bien balanceada.6

      Al relacionar toda la situación económica vivida por el pueblo de Cuba en los años de la década de 1950 con su estructura sanitaria, se pueden detallar algunos de sus aspectos.

      En 1950, la tuberculosis estaba entre las 10 primeras causas de muerte, la gastroenteritis ocupaba el tercer lugar y la tasa de mortalidad infantil era de 79 por cada mil nacidos vivos.

      http://www.bvs.sld.cu/revistas/spu/vol26_2_00/spu08200.htm
      Es cierto que en 1958 circulaban por las calles de la Isla 25 autos por cada mil habitantes. Sólo Venezuela superaba esa cifra. Había mansiones con cinco y seis automóviles. Tropicana tenía la fama del mejor cabaret del mundo. Poseíamos más televisores por cada mil habitantes que el resto de América Latina. Solo Argentina y Uruguay nos superaban en teléfonos. Mérito a nuestro ingenio fue el primer control remoto en televisión, cuando en 1954 se transmitió en vivo un juego de las Grandes Ligas desde un avión que daba vueltas sobre el estrecho de La Florida.

      En muchos aspectos estábamos en los primeros lugares de América Latina, así que podremos imaginar la dramática situación de aquella América luego que veamos datos del Censo de Población y Viviendas de 1953, realizado durante la dictadura de Fulgencio Batista. No son cuentos del periódico Granma, del negro comunista Lázaro Peña ni de La Historia me Absolverá.

      Según el censo, en Cuba sólo el 44% de las casas en las zonas urbanas eran de mampostería y azotea, y en las rurales el 1%. E, incluso, en las zonas urbanas, los bajareques o bohíos construidos con yagua o madera de palma real, techo de guano y piso de tierra constituían el 6% del lugar donde la gente vivía. El agua de acueducto, por tuberías, llegaba solamente al 35 por ciento de las casas. Es decir, casi las dos terceras parte de la población cubana carecía de agua corriente.

      El 43% de las casas de aquella Cuba tan ideal para algunos carecían de inodoros interiores. En el campo sólo lo tenían el 3%. Imaginen qué dicha, qué higiene: casi la mitad de las viviendas de los pueblos y ciudades sin inodoros. ¡Luz eléctrica! Incluso en las zonas urbanas el 12% de las casas se iluminaban con velas, farolas y chismosas. En el campo la cifra ascendía al 88%.

      ¿Y la educación? Según el censo, hecho, repito, en época del dictador Fulgencio Batista, el 44% de los niños en edad escolar, de 6 a 14 años, no asistían a la escuela. Y el 23.6% de la población era analfabeta. Es decir, casi la cuarta parte de los cubanos no sabían leer ni escribir. Son sólo algunos datos. Pero muy elocuentes. Y hay muchos más.

      Por ejemplo, la población rural entonces constituía casi la mitad de los cubanos: el 43% de los 5 millones 820 mil 29 habitantes que tenía la Isla. Sobre la feliz y bucólica vida campesina, entre susurrantes palmeras, amorosas guajiras y cantarines riachuelos, la Agrupación Católica Universitaria hizo una investigación publicada incluso por el reaccionario Diario de la Marina en 1956. Veamos algunos datos: La talla promedio del trabajador agrícola era de 5 pies 4 pulgadas, y a causa de la desnutrición tenían 16 libras menos del peso promedio que debían tener.

      Sólo un 4% del campesinado comía carne una vez a la semana. Sólo tomaba leche el 11.22%. El 14% había padecido o padecía tuberculosis. El 43% tenía parásitos. El 31% sufría de paludismo. Sólo un 8% recibía atención médica del Estado. Únicamente el 6% de sus viviendas tenían agua por cañería. El 86% trabajaba manualmente y, con aparatos mecánicos, el 4%. El 6% recibía el salario en vales y un 2.5% recibía parte de éste en comida.

      Esa era la Cuba real, la que Miami oculta. Esa Habana cosmopolita y elegante de los hoteles de lujo, costosos yates, salas para jugar bingo y aristocráticas mansiones en el Vedado, era sólo una pequeña parte de Cuba. Cuba no era eso, como en Miami quieren hacer creer. Ahí está el censo, hecho en época de Batista en esa Cuba donde pululaban los niños limpiabotas, los guajiritos sin atención médica y con barrigas hinchadas por las lombrices, las viviendas de guano, yaguas y piso de tierra, las muchachas que no habían visto un cine ni una peluquería y parecían ancianas, desdentadas y con los ojos y el cabello sin una gota de brillo
      http://www.cubainformacion.tv/index.php/objetivo-falsimedia/54893-Repaso-a-la-situacion-social-de-la-Cuba-de-Batista-una-%60joya-de-oro%C2%B4-segun-las-Damas-de-@PicayClaro95

       
  5. Saludos, he estudiado la etapa 1952 al 1958, pero siguiendo la óptica de mis padres. ellos lograron provenir del interior del país y alcanzar un nivel de clase media. Había desarrollo económico en la Habana que era un hervidero de desarrollo económico. Sucede q Batista en lo político fue un desastre, no supo negociar. Además desato una reprensión similar a Machado.La solución militar de la sublevación guerrillera no se supo abortar a tiempo como sí sucedió años después en Bolivia y Argentina.

     
    • “Desarrollo” de prostíbulos y casinos. Batista sí supo negociar, con la mafia y el gobierno de EU: le sirvió a ambos hasta que la Revolución lo puso en crisis.

       
      • Realmente es una idiotez culpar a Cuba de no ser lo que se soño, cuando ahora en la etapa de “apertura”
        vemos como se controla el liberasr los mecanismos de daño pero todavia no se atreven a quitar el bloqueo.

         
  6. Alejandro says:

    Otra cosa que quisiera resaltar: en su gestion como presidente Barack Obama jamas toco el tema de las reparaciones/indemnizaciones para los descendientes de los africanos traidos en cadenas y barcos negreros a los EEUU. Estos es otra muestra de la forma “light” en que aborda la historia y el sufrimiento del pueblo negro norteamericano. Obama no lleva en su conciencia el “carimbo” de la esclavitud a la que fureron sometidos millones de seres humanos.
    No necesitamos que venga Mister Obama a decirnos quienes deben ser nuestros ejemplos a la hora de forjar nuestro futuro como nacion: ahi estan como radiante estrelllas y faros luminosos Gerardo Abreu Fontan, Juan Almeida Bosque, Quintin Bandera Betancourt, los hermanos Maceo y una pleyade de negros y mulatos que jamas se rindieron ante los pies de los poderes coloniales e imperiales.

     
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  10. Sanchies says:

    Cuba importaba el 19% de los comestibles que se consumían en el país? Entonces se producía el 81%, Siempre fuimos los mejores de nuestro entorno y entre los 3 primeros de latinoamericano.

    Importaban el el 63 % de los productos cárnicos? No creo, habían 7 millones de reses y una población de 6.5 Millones.

     
  11. Porque muy pocos comían productos cárnicos, incluyendo los encargados de cuidar las reses. Encuesta de la Agrupación Católica Universitaria en 1957 en el campo cubano donde vivía el 44% de la población:
    ESTUDIO DEL RÉGIMEN ALIMENTICIO

    APORTE CALÓRICO GLOBAL
    Partiendo de la base del peso y talla promedios, así como de la labor que realiza, nuestro trabajador agrícola debiera recibir un aporte, diario de no menos de 3 500 calorías.
    De los datos recogidos en nuestra Encuesta puede deducirse que el aporte calórico diario real no pasa de las 2 500 calorías.
    Esta cifra ha sido obtenida mediante el cálculo del valor energético de los alimentos presentes en la dieta promedio. Dieta que, por otra parte, se repite con una constancia rayana en la monotonía en uno y otro caso, hecho que presta más confiabilidad al dato.
    Hay que hacer notar que este déficit de 1000 calorías es probable que en muchos casos sea, al menos parcialmente, cubierto, ya que existe la posibilidad de que el campesino consuma, de un modo “extra”, cierto tipo de alimentos como las frutas y el azúcar, que no forman parte de su dieta habitual, y que no fueron estudiados en nuestra investigación. No se extrañe el lector de que las frutas no constituyen una columna fundamental en nuestras tablas, que tratan de reflejar un fenómeno campesino: la realidad es que en el campo cubano se consume mucha menos fruta que en la capital.
    Conviene saber que algunas frutas, como el mango, son capaces de suministrar 100 calorías cada una, sin contar los otros elementos nutricionales como las vitaminas, sales minerales, etc.
    Cabe ahora le pregunta: ¿Cómo se las arregla el campesino para vivir con un déficit energético de 1 000 calorías diarias?
    Respondamos en primer término que el campesino logra vivir adecuadamente. En muchos casos este deficiente aporte energético se traduce en un menor rendimiento laboral, por falta de energía física. El estado físico en que le vemos por otra parte, no es muy halagüeño: desnutrido, precozmente envejecido, los dientes caídos, etc.; son todos ellos datos que acreditan una mala condición nutricional.
    En segundo lugar hay que aclarar que el estimado de 3 500 calorías diarias como requerimiento energético mínimo, corresponde al hombre que está realizando una labor ruda. Representa, en suma, lo que necesita un trabajador agrícola mientras es trabajador agrícola, no cuando es un desocupado. En los largos meses de tiempo muerto cuando el campesino se ve obligado, con gran frecuencia, a matar el tiempo sentado en un taburete a la puerta del bohío, el requerimiento calórico es a todas luces menor. El estado nutricional pudiera mejorar por menor desgaste o consumo: solo que en tales circunstancias se hace más difícil procurarse la comida…

    ANÁLISIS CUALITATIVO DE LA DIETA
    Una dieta normal, una ración suficiente, debe poseer:
    1. Suficiente cantidad de calorías. (Valor energético, suministrado fundamentalmente por los hidratos de carbono).
    2. Suficiente cantidad de proteínas. (Suministradas por las carnes, huevos, leche y algunos vegetales).
    3. Suficiente cantidad de grasas.
    4. Suficiente cantidad de hidratos de carbono. (Azúcares, harina, almidones, legumbres, frutas).
    5. Suficiente cantidad de vitaminas, sales minerales, etc.

    El valor calórico global, analizado en otro inciso, es insuficiente en la dieta promedio del trabajador agrícola.
    Para el estudio de los diferentes alimentos que componen la ración habitual de este tipo de campesino, se siguió el criterio de indagar en forma concreta lo que habían comido el día anterior a la entrevista.
    Dados los resultados obtenidos por medio del “pre-test”, el entrevistador conocía más o menos la respuesta casi segura, y preguntaba en forma sugerente, lo cual hacía más fácil la franqueza del sujeto. Por otra parte, los entrevistados no mostraron dificultad en suministrar estos datos.
    Por consiguiente, los datos que aparecen en nuestras tablas representan la frecuencia con que aparece mencionado un tipo de alimento en la composición de la ración del día anterior a la entrevista.
    Ello no obsta para que cada entrevistador se formara una impresión de lo que ocurría en el resto de los días del año, a través de una conversación amistosa con el entrevistado. En la inmensa mayoría de los casos “la comida de la víspera” era una copia al papel carbón de la de otros días previos. Además, la constancia con que se repiten los mismos datos le da un valor enorme a los resultados obtenidos.
    Solo el 4 % de los entrevistados menciona la carne como alimento integrante de su ración habitual. En cuanto al pescado es reportado por menos del 1 %.
    Los huevos son consumidos por el 2,12 % de los trabajadores agrícolas, y solo toma leche el 11,22 %.
    ¿Cómo subsiste el campesino con tan deficiente aporte de carnes, leche y huevos? Existe un hecho providencial y salvador: el frijol, elemento básico de la dieta campesina, es, por excepción, un vegetal muy rico en proteínas. En otros países donde el maíz representa el papel de los frijoles en Cuba, las enfermedades carenciales son más frecuentes. Podemos asegurar, sin temor a error, que el campesino cubano no sufre más enfermedades carenciales gracias a los frijoles.
    En cuanto a los hidratos de carbono, nos vamos a encontrar también con hechos curiosos y significativos, especialmente para un observador extranjero.
    El pan, alimento universal por excelencia, símbolo de la propia alimentación humana, solo es consumido por el 3,36 % de nuestra población trabajadora agrícola. Este pobre consumo puede explicarse por la lejanía de los centros de la población y el precio relativamente elevado cuando se adquiere el pan en la tienda de víveres, porque el campesino cubano, a diferencia de lo que ocurre en otros países, no ha aprendido a elaborar su propio pan, ni se ha acostumbrado tampoco al consumo de otro pan que no sea el de trigo, como el de maíz. El trigo, como es sabido, no se produce en Cuba. El campesino cubano, de origen españolo canario en casi su totalidad, no se ha mostrado capaz de adaptarse a ciertas exigencias dietéticas condicionadas por el clima; sigue apegado a la tradición de sus abuelos y, entre buscar sustitutivos a ciertos alimentos, a quedarse sin ellos, opta por quedarse sin ellos.
    La harina de maíz, en contra de lo que debiera esperarse, aparece solo en el 7 %.
    Las viandas aparecen, en conjunto, constituyendo el 22 % de la alimentación del campesino. Este relativamente bajo índice de consumo, contrasta con los datos recientemente ofrecidos por el Instituto Nacional de Reforma Económica. Dice este Informe del INRE:
    Contrariamente a todo lo sostenido hasta hoy sobre la carne, el trigo, el arroz, el maíz la manteca y los aceites, la verdad histórica es que las viandas son la base fundamental de la alimentación del pueblo cubano. No hay artículo ninguno que supere el consumo nacional de mil ciento treinta y siete millones de libras anuales de viandas.

    Sin negar la veracidad de tal Informe, es bueno aclarar que este dato se refiere al consumo nacional, y nuestra Encuesta ha estudiado específicamente el consumo del trabajador agrícola, que es, a no dudarlo, totalmente distinto al consumo de otras zonas de la población cubana.
    Este índice de consumo de viandas (2 2% en conjunto), evidentemente algo más bajo que el que se obtendría en otro grupo humano de nuestra población, puede ser desconpuesto como se muestra en la tabla 2.

    La principal fuente de elementos la representa, sin duda, el arroz que suministra el 25 % de la dieta total, siendo el más elevado de todos los índices. Si comparamos este índice con el de consumo de frijoles (23 %) casi parejo, con el del arroz, podemos concluir que el trabajador agrícola cubano se alimenta de arroz con frijoles.
    No se estudió en la Encuesta, por las dificultades que ello implicaba, el consumo de azúcar. Podemos dar por seguro, no obstante, que el azúcar, en una u otra forma entra a formar parte de la ración diaria del campesino cubano. Siendo el azúcar, como es, un alimento de elevadísimo poder energético, nos explica también otra forma importante de suplir el déficit calórico de la ración estándar. Es conocido el hecho de los negros esclavos, y también en nuestros días, sobre todo de inmigrantes antillanos, que se han mantenido durante largos períodos de tiempo, casi exclusivamente a base de azúcar “prieta”. Claro está que el azúcar constituye una magnífica fuente de calorías, pero carece totalmente de proteínas y grasas, y otros elementos. En cuanto a los vegetales verdes, no aparecen mencionados en ningún caso.
    Esta es la realidad numérica, pero la realidad viva es más hiriente. Las cifras son incapaces de expresar todo lo que hay de patético en el hecho: una familia que un día y otro día se sienta a la mesa, o a lo que haga de funciones de mesa, para comer siempre lo mismo, con ligerísimas variaciones: arroz, frijoles y viandas. Niños y adolescentes que crecen sin tomar apenas leche, en la edad en que más se necesita. Las carnes, los vegetales crudos, los huevos… todos ausentes de la ración habitual.
    ¿Qué hay detrás de todo este cuadro dramático? Ignorancia, desde luego, malos hábitos alimenticios por falta de educación por apego a métodos rutinarios irracionales.
    La estampa del “guajiro” cambiando sus aves y huevos por arroz, tiene aquí una significación palpitante. Decidía también muchos casos: es indudable también que muchos campesinos pudieran cultivar vegetales y criar ganado menor para el propio consumo.
    Pero más atrás topamos siempre con el problema económico, con la miseria. Si en el campo no se consume lo que el campo produce, lo que está a la mano no es siempre por ignorancia o malos hábitos alimenticios. Es que con gran frecuencia se dificulta realmente el producir, o hay que deshacerse de los productos para venderlos y adquirir otros más vitales, que resuelven el problema pavoroso del tener que comer cada día.
    Hay una realidad que da mucho pie para meditar: el ingreso promedio de $45,00 mensuales, resulta a todas luces insuficiente para alimentar a una familia que consta, como promedio, de 6 personas por vivienda.

    Aquí hay más: http://bvs.sld.cu/revistas/spu/vol40_3_14/spu19314.htm

     

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