ALBA vs ALCA*. Por Arnold August

 

El acuerdo del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), apoyado por Estados Unidos, fue propuesto con el propósito de eliminar gradualmente las barreras al comercio y a la inversión en todos los países de las Américas. Se trataba de una extensión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) suscrito entre Canadá, México y Estados Unidos. Su vocación era incluir a todos los Estados de las Américas —excepto a Cuba—, desde Canadá hasta Chile y la Provincia de Tierra de Fuego, Argentina. No obstante, los críticos opinaron que ese acuerdo era solo una movida, como en el caso del TLCAN, del que solo podrían beneficiarse los ricos y poderosos.

En lo personal considero que Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana son los arquitectos de la nueva América Latina y el Caribe. Este nuevo adelanto es la antítesis del ALCA, controlado por Estados Unidos.

A fin de apreciar la evolución profunda que se está dando en América Latina y el Caribe, sería bueno poner las cosas en su contexto.

El 14 de diciembre de 1994, Hugo Chávez llegó por vez primera a La Habana tras habérsele concedido el indulto, dispensándolo así de cumplir en Venezuela el resto de su condena impuesta tras una rebelión cívico-miltar fallida. La escala en Cuba era la última de una gira por América Latina. Chávez trataba de fomentar el apoyo internacional del naciente movimiento que lideraba entonces. Al desembarcar del vuelo comercial que lo había conducido, se quedó atónico cuando vio al Presidente Fidel Castro esperándolo al pie del avión. Este fue el primero de los muchos encuentros que sostuvieran los dos revolucionarios. Según el historiador cubano Eusebio Leal, Castro captó el potencial de Chávez para convertirse en un elevado líder político y revolucionario de orden mundial.

Cuatro años después de su primer encuentro con Castro, Chávez fue electo por vez primera como Presidente de Venezuela, en diciembre de 1998 y recibió su investidura el 2 de febrero de 1999.

El ALCA fue lanzado el 11 de diciembre de 1994 durante la Cumbre de las Américas en Miami, Florida; sin embargo, solo captó a la atención del público a partir de la Cumbre de las Américas que se celebrara en la ciudad de Quebec, durante el fin de semana iniciado el viernes 20 de abril de 2001 —algunos años después del triunfo político de la Revolución Bolivariana. En Quebec, la reunión del ALCA fue objeto de protestas masivas contra la mundialización económica de las empresas. El Presidente Hugo Chávez fue un crítico virulento del ALCA, acuerdo al cual calificó de “plan de anexión” y “herramienta del imperialismo” destinada a explotar a América Latina. De los 31 Estados que participaron en la Cumbre de 2001, Venezuela, representada por Chávez, fue el único en oponerse.

El 14 de diciembre de 2004, tres años después de la reunión de la ciudad de Quebec, se estableció un acuerdo entre Cuba y Venezuela,  en el décimo aniversario del primer encuentro histórico entre Hugo Chávez y Fidel Castro. Al acuerdo suscrito se le dio el nombre de Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

Más tarde se le conoció como ALBA-TCP, Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y Tratado de Comercio de los Pueblos. El término “Bolivariana” se refiere a la ideología de Simón Bolívar, el líder sudamericano de la independencia nacido en Caracas, quien deseaba que América Latina se uniese como una “gran nación”. De hecho, “Nuestra América” surge del concepto de José Martí de una América Latina y el Caribe gobernada por sus propios pueblos en vez de por intereses extranjeros.

Este acuerdo de cooperación entre Cuba y Venezuela, suscrito por los presidentes Hugo Chávez  y Fidel Castro se centraba el intercambio de petróleo y de recursos médicos y docentes entre las dos naciones. Venezuela procedió a la entrega diaria a Cuba, a precios muy favorables, de unos 96.000 barriles de crudo producidos por su empresa estatal PDVSA. En contraparte, Cuba envió a los estados más pobres de Venezuela, así como a Caracas, una plantilla de 20.000 empleados del gobierno del sector médico y miles de docentes. El acuerdo de cooperación también hizo posible que los venezolanos viajaran a Cuba para seguir tratamientos médicos especializados, sin costo alguno.

Esto es lo que Chávez previó al declarase en contra del ALCA en la ciudad de Quebec, tomando cartas en el asunto para crear lo opuesto: el ALBA-TCP, una alianza cimentada no en intereses egoístas, sino en cooperación y solidaridad mutua y que además excluyera a Canadá y Estados Unidos. Fundada inicialmente por Cuba y Venezuela el 14 de diciembre de 2004, el ALBA se asoció con otros gobiernos que deseaban consolidar la integración económica regional en función de una visión compartida sobre la protección social, la ayuda al desarrollo y el intercambio económico, a fin de fortalecer la cooperación gracias al respeto mutuo y la solidaridad.

ALBA creció de dos a 11 miembros. Los 11 países miembros son Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Granada, Nicaragua, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y Granadinas, Santa Lucía, y Venezuela.

Conviene observar que el 15 de diciembre de 2009, el gobierno de facto de Honduras liderado por el Presidente Roberto Micheletti emitió un decreto ejecutivo según el cual Honduras debía salirse del ALBA. Honduras fue miembro del ALBA bajo el liderazgo del Presidente Mel Zelaya. Este fue uno de los motivos que motivaran a Estados Unidos a organizar un golpe de Estado contra Zelaya y su gobierno electo en 2009.

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) es una plataforma de integración para los países de América Latina y el Caribe, que insiste  en la solidaridad, la complementariedad, la justicia y la cooperación, que tienen el objetivo histórico y fundamental de unir las capacidades y fortalezas de los países que la integran. La meta es producir las transformaciones estructurales y el sistema de relaciones necesarias para alcanzar el desarrollo integral requerido para la continuidad de la existencia de los países de América Latina y el Caribe como naciones soberanas y justas. Es, además, una alianza política, económica y social en defensa de la independencia, la autodeterminación y la identidad de los pueblos que la integran.

La integración representa para los países de la América Latina y el Caribe una condición imprescindible para fomentar el desarrollo en medio de la creciente formación de grandes bloques regionales que ocupan posiciones predominantes en la economía mundial. El principio fundamental que guía al ALBA es la solidaridad más amplia entre los pueblos de América Latina y el Caribe, tal como lo confirmaban Bolívar, Martí, Sucre, O´Higgins y tantos otros próceres. Esta solidaridad excluye nacionalismos egoístas o políticas nacionales restrictivas que rechazan el objetivo de construir una Patria Grande en América Latina y hacer realidad los sueños de los héroes de las luchas emancipadoras.

El ALBA no alberga criterios mercantilistas ni intereses egoístas de ganancia empresarial o beneficio nacional en perjuicio de otros pueblos. Busca tener una amplia visión latinoamericanista, que reconozca la imposibilidad de que los países de América Latina y el Caribe se desarrollen y sean verdaderamente independientes de forma aislada, para lograr lo que Bolívar llamó “…ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria”, y que Martí concibiera como la “América Nuestra”, para diferenciarla de la otra América, expansionista y de apetitos imperiales. ALBA-TCP también se ha propuesto el desarrollo y la mayor expansión de la integración regional, al tiempo que el ALCA, respaldado por Estados Unidos, se ha ido extinguiendo.

¿Qué ocurrió con el ALCA?

Su última Cumbre tuvo lugar en Mar del Plata, Argentina, en noviembre de 2005, sin que se lograra ningún acuerdo sobre el ALCA. De los 34 países que participaron en las negociaciones, 26 de ellos acordaron volverse a reunir; sin embargo, la reunión nunca tuvo lugar. La falla de la Cumbre de Mar del Plata de implementar una agenda completa del ALCA, respaldada por Estados Unidos, marcó el fin de esta iniciativa. A la vez una amplia movilización popular desde todo el continente rechazó el ALCA en la misma sede de la Cumbre, en el estadio de fútbol de Mar del Plata, ante decenas de miles de personas que habían marchado por toda la ciudad, Chávez dio un histórico discurso donde dijo: “ALCA al carajo”.

Examinemos brevemente algunos de los logros del ALBA respecto de una mayor integración y programas. Si bien los ejemplos son múltiples, cito solo tres.

  1. Petrocaribe

Cimentado en acuerdos anteriores suscritos entre Cuba y Venezuela, miembros fundadores del ALBA, Petrocaribe nació en 2005. Petrocaribe busca vender petróleo a través de acuerdos de financiamiento otorgado en condiciones muy ventajosas a los 14 países miembros del Caribe. Esta iniciativa suministra a las naciones del Caribe importantes reservas de hidrocarburos que muchos de ellos no poseen en sus territorios.

  1. teleSUR

Lanzado en 2005, teleSUR es un conglomerado de medios masivos de comunicación que transmite noticias televisadas y emisiones de información sobre asuntos de actualidad a todos los integrantes del bloque ALBA. Este programa que se apoya en un canal de televisión que usa conexiones de internet, representa un esfuerzo cooperativo entre los gobiernos de Venezuela, Argentina, Uruguay, Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Conviene notar que Argentina y Uruguay no son miembros del ALBA. Si bien aún no emite televisión en directo, teleSUR en inglés ha sido creada recientemente como sitio web. Considero que teleSUR es el medio alternativo más importante para enfrentar la guerra conducida por los conglomerados mediáticos estadounidenses. Les sugiero consultar esta iniciativa de medios de comunicación en las direcciones www.telesurtv.net y www.telesurtv.net/english, y apoyarla.

  1. CELAC

Los países del ALBA fueron esenciales para la creación de CELAC, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. CELAC es el bloque de los Estados latinoamericanos y caribeños concebido el 23 de febrero de 2010 en la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, Grupo de Río. Esta Comunidad fue fundada el 3 de diciembre de 2011 en Caracas, Venezuela, con la firma de la Declaración de Caracas. Consiste en 33 países soberanos que representan aproximadamente 600 millones de personas. Dado que la organización se centra en los países latinoamericanos y caribeños, otros países y territorios de las Américas, Canadá y Estados Unidos en particular fueron excluidos. La CELAC ilustra el esfuerzo esmerado de una década para lograr una integración mayor dentro de América Latina y el Caribe. Se crea para intensificar la integración latinoamericana y caribeña y reducir la anterior influencia dominante de Estados Unidos en la economía y asuntos internos de América Latina. También se le percibe como una alternativa a la Organización de los Estados Americanos (OEA), el órgano regional organizado principalmente por Washington a partir de 1948. La CELAC está desarrollando relaciones con otros países, tales como China y Rusia. Con ello está contribuyendo significativamente a la transformación de un mundo unipolar, liderado por Estados Unidos, hacia un mundo multipolar. La Revolución Bolivariana y Hugo Chávez han depositado su huella en esta iniciativa internacional de gran envergadura.

Adicionalmente a los tres puntos antes citados, examinemos cuáles han sido las implicaciones prácticas del ALBA.

El descarrilamiento del ALCA es representativa de dos tendencias más amplias, fortalecidas por el ALBA: la corroboración de la voluntad de una América Latina post neoliberal y la reducción del imperialismo de Estados Unidos en favor de la independencia y autodeterminación.

El modelo económico que el ALBA está institucionalizando difiere del neoliberalismo ortodoxo en forma significativa. Por ejemplo, se restablece el Estado en calidad de actor económico a fin de restringir las fuerzas de un mercado sin límites.

Mientras que en el marco del modelo económico neoliberal con frecuencia se ha adoptado con un enfoque aplicable a todos los casos, el ALBA reconoce la diversidad de sus miembros y destaca que conviene tomar un enfoque distintivo. Ni la supresión universal de las barreras protectoras, tarifas y subsidios, ni el carácter obligatorio de la adhesión a los programas del ALBA constituyen una condición para formar parte del ALBA.

ALBA ha prestado su apoyo a los pueblos y gobiernos que han solicitado la erradicación en sus territorios de las bases militares de Estados Unidos y el cese de sus operaciones militares y policiales. Tal es el caso con la eliminación de las tropas estadounidenses de la base militar de Manta, en Ecuador, y la expulsión de Bolivia del personal de los organismos de lucha contra la droga respaldados por Estados Unidos.

El ALBA ha fomentado entre sus miembros una expansión comercial en favor de una mayor autosuficiencia y reducción de la añeja dependencia de estos países de los mercados estadounidenses. Asimismo el intercambio comercial dentro del ALBA ha sido complementado por una diversificación en los socios comerciales externos de los países miembros del ALBA. A través de la creación del Banco del ALBA y de una divisa regional nueva —el SUCRE—, el ALBA está proporcionando una alternativa a la dependencia tradicional de América Latina a las instituciones financieras internacionales contrapartes del status quo, que tantos juzgan están bajo el control efectivo de Estados Unidos y Europa.

En lo relativo a la Educación, un programa de alfabetización fundado principalmente sobre las experiencias e incidencia favorable de Cuba, ha resultado ser extremadamente concluyente. Según estimaciones, este programa ha permitido ayudar a más de 3.8 millones de personas y ha desempeñado un papel preponderante en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, países estos que han llegado a marcar tasas de alfabetización que los clasifican, conforme a las normas establecidas por la UNESCO, como países libres de analfabetismo.

Considero que una de las características clave del ALBA son la solidaridad y la oposición a las interferencias de Estados Unidos.

Tomemos el caso de Venezuela. Tras un encuentro celebrado el 14 de septiembre de 2015, el ALBA-TCP emitió un comunicado especial intitulado “En defensa de la soberanía e independencia de Venezuela”, el cual cito integralmente a continuación: 

“Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), expresan su firme adhesión a los principios de independencia, autodeterminación de los pueblos, soberanía e igualdad jurídica de los Estados, los que permiten un armonioso relacionamiento de los miembros de la comunidad internacional. 

“Los países del ALBA-TCP no pueden aceptar actitudes que busquen interferir o constituir injerencia en los asuntos internos de un Estado, por parte de otro u otros Estados. Expresan por ello su preocupación por valoraciones respecto de decisiones judiciales adoptadas en la República Bolivariana de Venezuela, por órgano del poder público correspondiente y en el marco de sus derechos y competencias soberanas, para enfrentar actos de naturaleza terrorista para la tutela efectiva de los derechos humanos de las víctimas. 

“Determinados países que se han pronunciado sobre este hecho evidencian el doble rasero que atenta contra el orden jurídico internacional y favorece las condiciones políticas para derrocar gobiernos constitucionales a fin de apropiarse de sus recursos naturales estratégicos. Estas altisonantes declaraciones pretenden ocultar graves violaciones de los derechos humanos en sus propios territorios y a la vez impedir la profundización de los procesos democráticos y redistributivos que los países del ALBA-TCP vienen desarrollando en el ejercicio de su derecho de libre determinación. 

“Los países del ALBA-TCP alertan a la opinión pública sobre la campaña de desprestigio y agresiones contra la República Bolivariana de Venezuela, por lo que estarán vigilantes ante las amenazas a su independencia y soberanía”. 

“Caracas, 14 de septiembre de 2015″

Esto demuestra la importancia de confirmar nuestro apoyo a Venezuela en la actualidad. La meta del imperialismo de Estados Unidos es hacer fracasar la Revolución Bolivariana, liderada hoy por el Presidente Nicolás Maduro, electo constitucionalmente, para derrocar otros gobiernos progresistas, en especial a los de los Estados miembros del ALBA. Si bien el Gobierno de Estados Unidos ha estado esencialmente centrado en Venezuela y el Presidente Maduro, recientemente también ha estado muy activo tratando de desestabilizar los gobiernos electos constitucionalmente en Ecuador y Bolivia dirigidos respectivamente por Rafael Correa y Evo Morales.

En el contexto actual, el apoyo a Venezuela y al ALBA implica pronunciarse en favor de la soberanía, autodeterminación y justicia social no solo de los miembros del ALBA, sino también de la región más prometedora del mundo y del futuro del género humano: América Latina y el Caribe.

Muchas gracias.

 *Palabras de Arnold August pronunciadas el 26 de septiembre de 2015 en el marco del Primer Encuentro de la Solidaridad de Nuestra América, organizado por la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Ottawa, Canadá.

 Arnold August, periodista y conferencista canadiense, es el autor de Democracy in Cuba and the 1997–98 Elections y, más recientemente, Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento, disponible en Cuba. En Twitter @Arnold_August.

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