Actuar en Cuba es un honor para el American Ballet Theatre El regreso a Cuba tras 50 años de ausencia para ofrecer dos funciones durante el próximo Festival Internacional de Ballet de La Habana, es un alto honor y “una oportunidad única” para el Teatro Americano de Ballet (American Ballet Theatre) de Nueva York, destacó la directora de la agrupación, Rachel Moore.
“Será un altísimo honor actuar en La Habana”, expresó la directora del American Ballet, la más prestigiosa de Estados Unidos, en conferencia de prensa el martes en la capital cubana. Moore viajó a la isla para puntualizar los detalles y el programa de las dos funciones que ofrecerá el afamado cuerpo de baile los días 3 y 4 de noviembre venidero en el teatro Karl Marx, con capacidad para 5.000 personas, como parte del programa del XXII Festival que comenzará el 28 de octubre. Fundada en 1937 con el nombre de Ballet Mordkin, la compañía se reorganizó en 1940 y asumió la denominación de Teatro de Ballet (Ballet Theatre) bajo la dirección de Lucia Chase y Rich Pleasant. En 1956 se convirtió en el Teatro Americano de Ballet, y desde entonces conserva ese nombre y radica en la Opera del Metropolitan en Nueva York, con Kevin McKenzie como director artístico desde 1992. Esta compañía estuvo en Cuba en 1960, con motivo de su 20 aniversario. Entre sus bailarines principales cuenta en la actualidad con los cubanos José Manuel Carreño y Carlos Acosta.
En los años 40, la fundadora y directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, bailó con esa compañía estadounidense y alcanzó allí fama internacional. Alonso, quien invitó de forma personal al grupo danzario a participar en el Festival, estuvo en junio último en la Opera del Metropolitan celebrando de manera anticipada su 90 cumpleaños, que cumplirá el 21 de diciembre. “Alicia Alonso ocupa un lugar en extremo importante en nuestro corazón; fue una de nuestras principales bailarinas y es parte de nuestra familia”, dijo Moore, directora ejecutiva de la compañía desde 2004 luego de 16 años de haber figurado en su cuerpo de baile. Durante el Festival, que rendirá homenaje a Alonso, los bailarines norteamericanos presentarán tres obras, incluida “Temas y variaciones”, del coreógrafo George Balanchine con música de Piotr I. Chaikovski, creada de modo especial para la artista cubana y estrenada en 1947 en el Centro de la Ciudad de Nueva York. Completan el programa “Siete sonatas”, de Alexei Ratmansky, “un ballet nuevo y tradicional” –aseguró Moore–, y “Fancy free”, de Jerome Robbins, “muy estadounidense y con mucho humor”. “Todavía no hemos determinado los elencos, pero sí puedo asegurar que estará una figura muy querida por ustedes y nosotros, José Manuel Carreño”, adelantó. Para Moore, “ha pasado demasiado tiempo” desde la última presentación de su compañía en la mayor de las Antillas.
La política de bloqueo que Washington mantiene sobre La Habana tras el triunfo de la revolución cubana en 1959 prohíbe a los ciudadanos estadunidenses viajar a la isla. Con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, esa medida se ha flexibilizado en el sector académico, deportivo y cultural, mediante una licencia especial pero la pesar de ello la Orquesta Filarmónica de Nueva York no pudo viajar a Cuba el pasado año. “No somos políticos, somos artistas, no puedo hablar por la administración de Obama, pero creemos que nuestra presencia acá puede ayudar a construir un puente entre nuestras comunidades artísticas y nuestros pueblos”, acotó Moore, quien recordó que su compañía ha actuado en 53 países. La anunciada presentación del Teatro Americano de Ballet es considerada desde ya uno de los platos fuertes de la célebre cita bienal de La Habana, que concluirá el 7 de noviembre. “Será una oportunidad única y un honor”, sentenció.
(Con información de Xinhua)